31.5.06

100 BALAS

100 balas (100 Bullets) es desde su comienzo en agosto de 1999 una de las series estrella de Vertigo gracias al gran trabajo de sus creadores, el guionista Brian Azzarello y el dibujante Eduardo Risso. La serie comienza cuando una joven llamada Isabella Cordova sale de la cárcel en la que ha pasado los últimos años por ser miembro de una banda callejera. En el camino de vuelta a casa, se encuentra con un anciano llamado Agente Graves que le entrega un maletín. En él, hay una pistola, cien balas que no pueden rastrearse y pruebas que la llevarán directamente a los hombres que acribillaron a su marido y a su hijo años atrás. Tentador ¿verdad? Desde el momento en que la serie ofrece esta premisa, el lector ya se encuentra planteándose cómo reaccionaría si pudiera saber a través de una prueba irrefutable quién le ha hecho daño en algún momento de su vida. Y si pudiera vengarse con total impunidad, por supuesto. Azzarello logra desde el primer momento que el lector se implique en la historia de Isabella o Dizzy como la llaman sus íntimos. Cuando esta joven resuelve su caso tras tres números excelentes, los autores nos llevan a otra persona, Lee Dogan, que perdió a su mujer y sus hijos porque una tal Megan Dietrich a la que no conoce lo incriminó en un asunto de pederastia virtual. Graves aparecerá por el bar donde trabaja para ofrecerle el jugoso maletín. Dos números más tarde, será un tal Chucky, que es muy hábil con los dados, quien podrá vengarse de quien lo metió en la cárcel por un delito que no cometió.

Después de leer los primeros números de 100 balas, uno queda fascinado ante la destreza de sus autores pero no puede evitar la sensación de encontrarse ante historias inconexas. Sin embargo, a la altura del número ocho nos encontramos al agente Graves hablando con un antiguo compañero llamado Lono que dice algo sobre un grave incidente producido en Salt Lake City, sobre los Minutemen y sobre la organización The Trust Se introduce así un elemento de misterio que se irá desvelando poco a poco sobre la identidad de Graves, sobre sus acompañantes y sobre un personaje llamado Cole Burns que, al escuchar la palabra croatoa, tiene una especie de epifanía tras la cual recuerda su oscuro pasado. El misterio se va desgranando poco a poco y va acumulando elementos a medida que los personajes a los que Graves ha ido entregando el maletín con las balas vuelven a aparecer para demostrar que no fueron escogidos al azar. El secreto y el origen de todo esto se conoce al fin en 100 Bullets nº50 e implica a la aristocracia europea de los tiempos de la conquista de América, sus reyes y sus circunstancias. No hace falta desvelar ahora los detalles, pero es el momento en que Azzarello y Risso mezclan género policíaco con teorías conspirativas; no llegan al nivel de paranoia de Los Invisibles (hablaremos de ésta en unos días) ni mucho menos porque se mantienen siempre en el realismo, pero el giro es excelente y no hace sino enriquecer la serie.

Es precisamente ese vuelco lo que convierte 100 balas en una serie única en su género. Primero, Azzarello engancha al lector haciendo que se ponga en el lugar de los personajes. Después, da la falsa impresión de ser una serie policíaca con tópicos al uso (bandas juveniles, adictos varios, traumas, traiciones y demás situaciones “realistas”) mientras inserta elementos misteriosos de forma que engancha definitivamente. Todo ello, con uno de los mejores dibujantes con los que podía contar. Azzarello y Risso ya habían trabajado en 1998 en una miniserie llamada Jonny Double, también publicada por la línea Vertigo. Double era un detective creado por Len Wein en los sesenta a quien Azzarello situó en San Francisco y a quien acabó implicando en la búsqueda de las cuentas secretas de Al Capone. Al parecer, la serie fue tan buena que sirvió para que la editorial diera luz verde a 100 balas. Posteriormente, la pareja ha colaborado en una saga de seis episodios de Batman que Norma Editorial publicó en el tomo Batman: Ciudad rota. Mientras se encargan de otros proyectos (Azzarello escribió Hellblazer y Superman durante una temporada), el tándem sigue su camino hacia el final de 100 balas, que al parecer se producirá en el número cien.
100 BULLETS AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) BRIAN AZZARELLO AND EDUARDO RISSO.

SANDMAN

Muy de vez en cuando, aparece un cómic que se convierte en uno de esos clásicos incontestables aclamados por público y crítica. Desde que comenzó en enero de 1989, The Sandman se colocó a la altura de otros títulos míticos de la época como Watchmen o El regreso del Señor de la Noche e incluso por encima, porque consiguió lo que muy pocos cómics han logrado: abrir las puertas del medio a lectores no habituales por su indudable calidad literaria. La obra era ambiciosa, innovadora en forma y contenido y supuso una nueva forma de acercarse al cómic para adultos. El mérito de tanta grandeza reside en su creador y guionista, el británico Neil Gaiman, que tejió durante los setenta y cinco números que duró la serie hasta marzo de 1996 unmundo fantástico como pocos se ha visto. A su lado hubo numerosos dibujantes, entre ellos Sam Kieth, Mike Dringenberg, Jill Thompson, Kelley Jones y el portadista Dave McKean. El contenido de la serie hizo que fuera una de las elegidas para abrir la línea Vertigo a partir de su número cuarenta y siete.

Gaiman basó a su Sandman alto, paliducho y vestido de negro en múltiples elementos literarios, folclóricos y mitológicos y se desenvolvió con igual soltura en el mundo real y escenarios fantásticos como el infierno. Morfeo, el protagonista de la serie, está inspirado directamente en Sandman, el personaje de la cultura popular que ayuda a los niños a dormir rociándoles los ojos con polvo o arena mágicos, cuyos restos matinales son las legañas. Así pues, Morfeo, al que Gaiman también se refiere como Sueño entre otros nombres, es la personificación de los sueños, el rey del mundo en que converge la imaginación de todos los seres humanos cuando duermen, tengan dulces sueños u horribles pesadillas. Ese mundo es el escenario de buena parte de las aventuras que su dueño vive durante la serie, aunque al principio de ésta lo saquen de allí a la fuerza.

Y es que Sandman comienza justo cuando, en 1916, el hechicero Roderick Burgess realiza un ritual para atraer a la muerte, capturarla y convertirse en inmortal. Sin embargo, algo debió de ir mal porque, en su lugar, atrapó a Morfeo. Hasta finales de los años ochenta, estuvo preso en la casa de Burgués, primero custodiado por el propio Roderick y, más tarde, por su hijo Alex. Sin embargo, el heredero fue descuidado y Morfeo pudo escapar. Como venganza por su largo cautiverio, lo condenó a tener pesadillas para siempre. Sueño no podrá volver de inmediato a su mundo y dejarlo como estaba antes, porque perdió sus artefactos de poder, que son un saquito de arena, un rubí y un casco. La búsqueda de este último lo conducirá al mismísimo infierno, donde reclamará a Lucifer el objeto que uno de sus demonios ha robado. Acabada la búsqueda, el diablo volvería a aparecer en la colección y, con el tiempo, incluso obtendría su propia serie regular. Con su poder restaurado, Morfeo vuelve a su mundo de sueños, que ha cambiado mucho durante su ausencia. Deberá capturar a las pesadillas que han escapado y, poco a poco, conoceremos más detalles sobre la larga existencia de este ser. Uno de ellos es su amor no correspondido por la mortal Nada, a la que condenó a tormento eterno en el infierno por rechazarlo.

A lo largo de la serie y de los especiales y derivados que fueron surgiendo, Sandman se encontró con demonios, pesadillas, dioses nórdicos y mortales varios. De este elenco de secundarios, se podría destacar a los Eternos, que serían su familia. Se trata de siete encarnaciones antropomórficas de conceptos abstractos que existen porque la humanidad sabe que existen. De mayor a menor, estos seres son Destino, que existe desde la creación del universo, Muerte, Sueño, el Tercer Hermano, el ambiguo Deseo, Desesperación y Delirio. Todos ellos viven en sus respectivos mundos fantásticos excepto Sueño, que posee una casa en el mundo real. Esta última se hizo muy popular entre los lectores. Caracterizada como una mujer joven, pálida y siempre vestida de negro, es la Muerte que visita a los mortales cuando fallecen y cuando nacen, pero de esto último sólo se acuerda ella. Neil Gaiman y Chris Bachalo realizaron dos miniseries dedicadas a ella sola, Death: The High Cost of Living (1993) y Death: The Time of your Life (1996). En 2003, todos los Eternos protagonizaron una novela gráfica, The Sandman: Endless Nights, escrita por Gaiman y dibujada por varios artistas como P. Craig Russell o Bill Sienkiewicz.

Y es que, tras su conclusión en 1996, Sandman ha seguido generando obras basadas en las muchas creaciones de Gaiman de la época. The Furies, The Corinthian o Lucifer son algunas de ellas. Además, la propia Sandman se reedita con una regularidad envidiable.
SANDMAN AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.

30.5.06

DOOM PATROL DE GRANT MORRISON

Al principio, la Patrulla Condenada era un grupo de superhéroes incomprendidos, marginados por su aspecto o sus poderes que tuvo un trágico final cuando casi todos sus miembros murieron en combate. Muchos años más tarde, Paul Kupperberg los recuperó para una breve etapa en Showcase de la que más adelante surgiría una serie regular, la segunda en llamarse Doom Patrol (Patrulla Condenada). Ésta se vería metida de lleno en la continuidad del Universo DC, por supuesto, pero no acababa de despegar y se auguraba una nueva cancelación. Aprovechando el evento ¡Invasión! y que en estas sagas siempre tiene que morir alguien, Kupperberg preparó el terreno para su sustituto como guionista de la colección, Grant Morrison, que no necesitaba a algunos de los personajes. Así, en Doom Patrol nº 19 (febrero de 1989), comenzaba la etapa más recordada de este grupo, con Morrison al guión y Richard Case al dibujo.

Los primeros cuatro números de esta nueva era fueron una especie de transición entre el Universo DC y el mundo de Grant Morrison. Robotman, que quería ser conocido sólo como Cliff Steele, se recuperaba en una clínica de Kansas de la pérdida de tantos seres queridos. Allí había conocido a la adorable Crazy Jane, una chica con un grave trastorno de personalidades múltiples cada una de las cuales tenía un poder sobrehumano diferente. Niles Caulder, el Jefe, les ofreció a ambos un puesto en su nueva Patrulla Condenada, a la que se añadiría Rebis, un ser de sexualidad ambigua compuesto por tres personas; una de ellas era el Hombre Negativo, uno de los fundadores del grupo original. El reparto se completaría con Joshua Clay, el superhéroe antes conocido como Tempest. Todos deberían hacer frente en su primera nueva aventura a los Hombres Tijera, la cruel milicia de Ciudad Hueso, la capital del reino imaginario de Orqwith. Este mundo procedía de un libro de páginas negras titulado El libro sin título que se había convertido de algún modo en puente entre le mundo real y Orqwith, que se empezaban a fusionar. En el cuarto episodio, Morrison ya empezó a desatarse y a quedarse bastante a gusto con sus múltiples paranoias personales.


El guionista tejió una historia más compleja de lo que el cómic de superhéroes tradicional tenía como costumbre. Con frecuencia recurría al surrealismo y exponía sin cortapisas sus inquietudes intelectuales e incluso religiosas a través de creaciones cada vez más extrañas. No es de extrañar que muchos lectores afirmen no haber entendido esta etapa de Doom Patrol. Yo mismo me incluyo entre ellos, porque cuando Morrison se desata es mucho Morrison; sin embargo, el no comprender algunas cosas no impide que uno se recree con ciertas situaciones y con personajes tan absurdos como inquietantes unas veces y divertidos, otras. El guionista completó el reparto de su Patrulla Condenada con Dorothy Spinner, que podía crear seres con su imaginación, y con Danny La Calle (o Danny El mundo). Este personaje, no original de Morrison, era… eso, una calle. Una calle que viajaba por todo el mundo, que tenía habitantes que se habían montado y ninguna habían bajado y que se comunicaba por medio de mensajes en las ventanas o en el vapor de los edificios. Algunos de los enemigos fueron igualmente originales. Por ejemplo, Jack El Rojo, el segundo enemigo del grupo, era un amalgama entre Jack El Destripador y Dios que vivía en una casa sin ventanas coleccionando mariposas. Otro villano memorable era un cuadro llamado El cuadro que se comió a Paris y que dio lugar a una de las sagas más recordadas de la serie.

Morrison y Case, tras haberse lucido con esta pequeña obra maestra de compleja lectura y difícil comprensión, se marcharon en Doom Patrol nº 63 (febrero de 1993), justo un mes antes de que entrase por la puerta grande en la línea Vertigo. Rachel Pollack se hizo cargo de la nueva etapa, que tuvo una vida bastante corta. La serie fue cancelada dos años después con Morrison como el mejor recuerdo que queda de ella. Parte de la etapa se ha recopilado en tomos dentro de la línea Vertigo.
DOOM PATROL AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.

PREDICADOR


Herética sería la palabra perfecta para definir Predicador (Preacher), una de las series icónicas de la línea Vertigo. Su guionista, Garth Ennis, decía en el artículo con el que presentaba la serie: «Llámales la atención deprisa, me dijeron. Di algo que se les clave en la memoria. Sobre todo, sé provocativo.» Y vaya si lo consiguió. Dibujada por Steve Dillon, Predicador está protagonizada por Jesse Custer, un sacerdote fumador, alcohólico, borde y algo salido que está poseído por el espíritu del hijo no autorizado de un ángel y un demonio. Ese hijo se llama Génesis y es tan poderoso como el propio Dios. Éste, por razones desconocidas, se marchó del Cielo en cuanto el citado Génesis bajó a la Tierra y concedió a Custer un poder llamado la Palabra de Dios. Ésta consiste en que el sacerdote puede obligar al prójimo a hacer lo que él quiera con sólo decirlo. En el mencionado artículo, Ennis afirmaba que, a pesar de todo, no quería molestar a nadie. En mi opinión hay que observar Predicador como una obra de ficción y no como una ofensa para nadie, si bien es cierto que uno no es creyente y estas cosas no le ofenden.

Predicador está claramente inspirada por las road movies y, además de contener mucha sangre, sexo y violencia, es ante todo un canto contra la intolerancia que canaliza a través de personajes de la América profunda. Esa road movie comienza cuando Génesis posee a Custer, y su iglesia se quema con los parroquianos dentro. Ni corto ni perezoso, el predicador decide irse a buscar a Dios para pedirle explicaciones por el don que acaba de adquirir. En ese viaje contará con dos fieles compañeros. Uno es Cassidy, un vampiro irlandés que se mete todo lo que encuentra y que arrastra una vida relacionada con movimientos independentistas en su país. La otra es Tulipán O’Hare, una antigua novia que se hizo asesina a sueldo para saldar sus deudas y con la que Jesse mantendrá una tensión sexual que
se acabará resolviendo más pronto que tarde. Texas, Manhattan, San Francisco y Francia son algunos de los escenarios por los que el trío buscará a Dios y por los que, de paso, se encontrará con algún que otro enemigo. Tal vez el más destacable sea el Santo de los Asesinos, un antiguo soldado de la Guerra Civil estadounidense reencarnado y convertido en una especie de asesino a sueldo divino que anda por ahí disfrazado de vaquero y matando a diestro y siniestro. No hay que olvidar al Grial, la especie de secta que pretende manipular el poder de Jesse para sus propios fines. Tampoco a la propia familia de Jesse, encabezada por su cruel abuelita y formada, simplificando, por un psicópata y un zoófilo que le dieron al predicador una infancia cuyos traumas aún arrastra. Por otra parte, al reparto habitual se une uno de los personajes más entrañables de la serie. Se trata de Caraculo, el hijo de un sheriff conservador y admirador de Nirvana hasta el extremo que se voló la cara intentando suicidarse para imitar a Kurt Cobain.

Con todos estos ingredientes de road movie, western moderno con raíces religiosas y crítica social bastante profunda, Predicador se convirtió desde el principio en la heredera de The Sandman como título estrella de Vertigo. La colección duró sesenta y seis números entre abril de 1995 y octubre de 2000, y contó con varios derivados. Entre otros, destacó Preacher Special: Saint of Killers (1996), donde Ennis y el dibujante Steve Pugh contaron la historia de este personaje cuando aún era soldado y cómo llegó a convertirse en quien era. Tampoco hay que olvidarse del número unico Preacher Special: The Story of You-Know-Who, que, dibujado por Richard Case, relataba el trágico origen de Caraculo. En total, fueron seis años en los que Garth Ennis se explayó mostrando al público adulto muchos de los elementos que no podía encontrar en un cómic comercial al uso. Por supuesto, en la actualidad los tomos recopilatorios se siguen reeditando una y otra vez y Predicador goza de ese selecto calificativo de “clásico contemporáneo” que sin duda merece.
PREACHER AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) GARTH ENNIS AND STEVE DILLON.

29.5.06

FÁBULAS



Fábulas (Fables) es una de las series de Vertigo que goza de mayor éxito actualmente. Creada y escrita por Bill Willingham (Robin, Day of Vengeance), comenzó en julio de 2002 a contar las aventuras de un buen puñado de personajes de cuentos de hadas que huyeron de sus mundos natales (las “Patrias”), conquistados por el misterioso emperador conocido sólo como El Adversario. Tras firmar un tratado según el cual se condonaba todo delito cometido antes de llegar a su nuevo hogar, viven desde hace siglos en la Calle Bullfinch, ubicada en pleno centro de Manhattan. El edificio principal, El Bosque, sirve como sede administrativa y como vivienda para las fábulas más privilegiadas. Esto es, las que ostentan cargos importantes o las que conservaron sus fortunas tras abandonar sus hogares. El resto viven, o bien en otros edificios de la misma calle, o bien en La Granja. Es allí donde permanecen los personajes que no poseen forma humana o que no pudieron pagarse hechizos con los que simularla. Con este panorama, las fábulas han vivido más o menos tranquilamente gracias a la labor de su alcalde, el Rey Cole.
Con esta premisa, Willingham recogió a los protagonistas de los diferentes cuentos cuando ya habían pasado muchos años desde su llegada a Nueva York. Algunos de ellos han evolucionado tanto que casi son creaciones propias del autor; han cambiado de oficio, se han vuelto pobres tras una vida de ostentación, han cambiado su estado civil, etc. Blanca Nieves es actualmente la teniente de alcalde de Villa Fábula y es, en realidad, quien dirige el cotarro con el Rey Cole como cabeza visible y conciliadora. El Lobo Feroz es, lo que es la vida, el sheriff de esta pequeña sociedad, el que imparte justicia y vela por la salud de los ciudadanos; pero no de todos, porque en La Granja tiene prohibida la entrada por el daño que hizo en el pasado a moradores como Los Tres Cerditos. Barbazul ha conservado su fortuna y es quien más contribuye a las arcas de la hacienda pública; bueno, en realidad no se quedó su dinero sino que consiguió el de otros gracias al contrabando de inmigrantes de Las Patrias. El Príncipe Azul, tras divorciarse de Blanca Nieves, la Bella Durmiente y Cenicienta, es el mantenido de toda desdichada que se le ponga por delante y tenga dinero para pagar sus gastos. Jack, el amalgama de todos los personajes de cuentos y tradiciones populares que han llevado ese nombre, es el pícaro oficial de la ciudad. El reparto se completa con un Pinocho amargado por su vida sexual, con un Azulejo es el secretario de Blanca Nieves, con la bruja de la casita de chocolate, que ejerce como proveedora principal de hechizos, con una Ricitos de Oro zoófila y activista de los derechos de los animales, con una Bella Durmiente que nunca ha superado el hechizo del sueño, con unos Bella y Bestia amargados por su estado de pobreza, con Rosa Roja, la resentida hermana de Blanca Nieves y con otros muchos personajes clásicos.

Una de las principales bazas de Fábulas es que la variedad de personajes y el bagaje cultural que arrastran permite crear una amplia variedad de historias. La primera de ellas, “Leyendas en el exilio”, es una trama detectivesca con un misterio, una investigación e incluso una reunión de salón en que el Lobo Feroz resuelve el caso. Después llegaron historias de conspiraciones y rebeliones políticas (“Rebelión en La Granja”, un cuento de amor con final sorpresa y embarazo no deseado incluido (“Una historia de amor”), una guerra a gran escala (“La marcha de los soldados de madera”), espionaje internacional (“Noches y días de Arabia”), la fantasía pura (“El último castillo”, “Regreso a Las Patrias”) y otras muchas situaciones en que conviven la aventura, el humor y otros muchos elementos que han permitido a Willingham convertirse en uno de los autores de moda de Vertigo y de DC Comics en general. En el apartado gráfico, cuenta con Mark Buckingham para ilustrar casi todas las sagas principales y con otros buenos dibujantes como Lan Medina. Entre todos, han conseguido un mundo de ficción que vive de muchos otros mundos pero que es único e inconfundible en sí mismo. El éxito, reconocido de sobra por los lectores, ha llevado a la serie hasta casi cincuenta entregas, un especial y un spin-off titulado Jack of Fables que comenzará a publicarse este verano.

FABLES AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) BILL WILLINGHAM.

LA LÍNEA VERTIGO


Todo comenzó con Alan Moore y su particular interpretación de La Cosa del Pantano a partir de Saga of the Swamp Thing nº20 (enero de 1984). Esta reinvención del género de cómics de terror dio pie a otras series de corte fantástico y no muy aptas para los lectores más jóvenes como Hellblazer de Jamie Delano (1988) o Sandman de Neil Gaiman (1989). En aquella época, la propia DC Comics estaba publicando algunas colecciones de su género estrella, los superhéroes, que empezaban a alejarse de los cánones establecidos “para todos los públicos”; se trataba de Shade el hombre cambiante (Shade the Changing Man) de Peter Milligan y dos series de Grant Morrison, Doom Patrol y Animal Man. De una forma totalmente natural, estos seis títulos fueron ganándose el estatus de obras de culto para lectores adultos y fueron los elegidos para abrir la línea Vertigo en 1993.

Dirigida por la editora Karen Berger, esta línea comenzó en marzo de dicho año con el especial Vertigo Preview y los números que tocaban de las colecciones antes mencionadas, que cambiaron la bala de DC por el nuevo logo de Vertigo. Todos ellos compartían dos características fundamentales. La primera eran sus guionistas, todos ellos británicos muy creativos, atrevidos y originales. La segunda era que la calidad de las historias estaba siempre por encima de los dibujos, que con frecuencia se asignaba a profesionales no muy conocidos. Esto contrastaba con la tendencia que en los noventa primó en el cómic de superhéroes gracias a Image y a los dibujantes hot de turno. No fue de extrañar que Vertigo se convirtiese en una clara alternativa para los que buscaban algo más que batallas sin sentido y señoritas neumáticas en posturas imposibles. Así, a guionistas que son poco menos que genios (en su sentido más amplio) como Grant Morrison, Neil Gaiman, Peter Milligan, Garth Ennis o Jamie Delano, se les han añadido una pléyade de dibujantes efectivos y correctos que raramente han sido estrellas; no obstante, ha habido excepciones como Frank Quitely, Phil Jiménez o Chris Bachalo.

En los meses siguientes, Vertigo lanzó nuevos títulos como Death: The High Cost of Living o Enigma y se convirtió en una nueva forma de revisar a personajes del Universo DC poco comerciales visto lo bien que había sentado a Animal Man o Doom Patrol el proceso de maduración. Así, Phantom Stranger y Black Orchid llegaron aquel mismo año, mientras que en 1994 la serie regular The Books of Magic continuaba la miniserie que en 1990 se había publicado dentro del Universo DC tradicional. Por otra parte, Vertigo asimiló de forma retroactiva otras publicaciones “para adultos” que DC había editado en los ochenta, como V de Vendetta. Además, inauguró la moda de recopilar todas sus series en tomos cada cierto tiempo para rentabilizar el coste de las series mensuales y, de paso, atraer a lectores adultos más habituados al formato álbum.

Lo cierto es que el calificativo de “para adultos” da pie a muchos tipos de historias. Durante sus trece años de historia, Vertigo ha publicado historias fantásticas, de terror, policíacas, de ciencia-ficción e incluso de superhéroes. Los títulos estrella de la línea han sido varios a lo largo de este tiempo. Tal vez el más destacado por lo prolongado de su éxito sea Hellblazer. Las aventuras de John Constantine y sus demonios se siguen publicando hoy en día tras más de doscientos números y varios equipos creativos. Sandman, por su parte, se convirtió en el título estrella de la línea hasta su cancelación voluntaria en 1996, si bien ha generado múltiples spin-offs en forma de miniseries, especiales e incluso series regulares (Lucifer). Su sustituto como estrella de la casa fue Predicador (Preacher), que vivió una situación similar y cedió el testigo a su vez a 100 balas (100 Bullets) en 1999. Esta última se sigue publicando en la actualidad, pero en 2002 fue relegada a un segundo plano por las nuevas niñas mimadas de Vertigo, Y el último hombre (Y The Last Man) y Fábulas (Fables). Aunque no fueron tan “reinas” como los anteriores, sería injusto olvidar en este momento las conspiraciones paranoicas de Los invisibles (The Invisibles) o las aventuras futuristas de Transmetropolitan.

A día de hoy, Vertigo continúa en plena forma publicando algunos de estos títulos emblemáticos mes tras mes, recopilando las historias en tomos de notable éxito y sacando nuevas colecciones con mucho futuro por delante, como DMZ o American Virgin. En 2005, dio el salto al cine con el estreno de Constantine, filme basado libremente en Hellblazer, y, en marzo de 2006, con la más fiel V de Vendetta.

26.5.06

DOS SEMANAS CON VERTIGO Y SIN PIJAMA


Transmetropolitan, 100 balas, Sandman, Predicador... Ninguna de estas series son el tema habitual de éste vuestro blog pero seguro que se encuentran entre vuestros cómics preferidos. Y entre los míos, claro, y eso que no hablan de gente que se pasea por ahí volando metida en un pijama y metida en crisis cósmicas. Así pues, y para variar un poco, del 29 de mayo al 9 de junio, la línea Vertigo de DC Comics será la protagonista de Héroe.Com. Durante ese tiempo, veremos las series arriba mencionadas y otras muchas que comprenderán desde los clásicos de toda la vida hasta los lanzamientos más recientes. Si os apetece pasaros, el lunes nos vemos.

ERA DC (28): WHIZ COMICS Nº 25

"The Origin of Captain Marvel Jr." (16 páginas).
Fecha de portada: Diciembre de 1941.
Editor: France Herron.
Portada: C.C. Beck (dibujo) y Pete Constanza (entintado).
Créditos: France Herron (guión), C.C. Beck y Mack Raboy (dibujo y entintado).
Recopilado en: Shazam! Archives Vol. 4 HC.
Edición española: Inédito.

Whiz Comics nº 25 supuso el debú del ayudante juvenil del Capitán Marvel, el Capitán Marvel Jr. Su primera aparición fue la segunda parte de una saga de tres números que comenzó en Master Comics nº 21 y acabó en Master Comics nº 22. Fue esta saga también la presentación del Capitán Nazi, uno de los archienemigos de la Familia Marvel y villano paradigmático para la época que vivía Estados Unidos. Tras una batalla entre Bulletman, el Capitán Marvel y el Capitán Nazi, los dos últimos sobrevolaban un lago en que pescaban Freddy Freeman y su abuelo. El nazi acabó cayendo al agua y los incautos pescadores lo salvaron. Como recompensa, mató al anciano y rompió la espalda del muchacho. El Capitán Marvel lo llevó ante Shazam y, desde aquel momento, cuando Freddy gritaba "¡Capitán Marvel!" obtenía los poderes de su salvador. El dúo derrotó al Capitán Nazi en la última parte de la saga, y Freddy se convertió en un personaje muy popular capaz de mantener su propio serial.

25.5.06

ANNIHILATION: PROLOGUE

Guión de Keith Giffen.
Dibujo de Scott Kolins.
Marvel, 48 páginas, 3,99$.

El año pasado, mientras en DC se cocía un macro evento que afectaba a todo bicho viviente, hubo un proyecto paralelo llamado Seven Soldiers of Victory al que se le podría llamar "cross-over de autor". Grant Morrison utilizó varias miniseries para tejer una trama común muy elaborada. El problema fue que pasó casi desapercibida a causa de Infinite Crisis. Este año, en Marvel puede suceder lo mismo. Mientras Civil War extiende sus tentáculos por series, miniseries, especiales y demás, un evento más modesto llamado Annihilation se convierte en la alternativa de la mano de Keith Giffen. Annihilation consta de un especial de apertura, cuatro miniseries y una miniserie central de seis números, todos ellos dirigidos por Keith Giffen para formar una saga muy contenida en sí misma.

Annihilation: Prologue es ese especial con el que Giffen y el dibujante Scott Kolins abren fuego. El resultado es una historia con todos los elementos de una buena space opera: muchas razas alienígenas, batallas espaciales, escenarios en el otro extremo de la galaxia, un efectivo genocidio con supervivente incluido, un mediador, representantes de razas enfrentadas que tendrán que unirse y un villano malísimo que amenaza con destruir el universo ante los ojos de unos observadores no muy imparciales. Todo muy tópico, sí, pero también bien ejecutado. El único pero de este especial es el dibujo de Scott Kolins, que no acaba de convencerme. Las escenas de batallas, destrucciones y demás lucen bastante, pero parece que se la ha ido la mano con los personajes y, sobre todo, con Nova, que le queda un poco raro. Por otra parte, en Annihilation: Prologue y las miniseries, Marvel ha incluido fichas de los personajes para que no nos perdamos con personajes más oscuros que los habituales del Universo Marvel. Todo un detalle, la verdad.

Por delante nos quedan cuatro miniseries de lo más apetecibles (Nova, Silver Surfer, Super-Skrull y Ronan) antes de llegar a Annihilation, la saga central que comenzará en verano. Este especial consigue picarnos la curiosidad, que de eso se trata, para que tengamos ganas de ver cómo se desarrolla una saga que apunta muy interesante.
ANNIHILATION PROLOGUE AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) MARVEL COMICS.

24.5.06

BEAST BOY (2 DE 2)

Changeling

En DC Comics Presents nº 26 (Clásicos DC: Los Nuevos Titanes nº 1), nacieron Los Nuevos Titanes. Este nuevo grupo contaba con miembros nuevos y clásicos, entre los que Marv Wolfman y George Pérez incluyeron a Gar Logan con su nuevo nombre de guerra: Changeling. Un mes más tarde, en noviembre de 1980, llegaría la nueva serie regular The New Teen Titans. Los autores, y sobre todo George Pérez, cambiaron el aspecto que tenía Gar cuando utilizaba sus poderes. Desde aquel momento, se transformaba completamente en animal; eso sí, un animal verde. Sin embargo, los cambios sufridos por el personaje fueron mucho más profundos. Gar tuvo la suerte de llegar al grupo en una etapa caracterizada por una fuerte interacción entre los personajes. Los Nuevos Titanes eran una familia, y Gar formaba parte de ella con el papel de chico gracioso, simpático, ligón y con la cabeza puesta sólo en juergas y chicas hasta que llegaba el momento de apechugar y combatir al villano de turno. El joven seguía viviendo en la Mansión Dayton con su padre y era el ricachón del grupo.

En 1982, el éxito de Los Nuevos Titanes propició una miniserie de cuatro entregas en la que los propios Wolfman y Pérez profundizaban en los orígenes de los cuatro personajes menos conocidos de la serie. Se titulaba Tales of The New Teen Titans, y estuvo protagonizada por Cyborg, Raven, Starfire y, por supuesto, Changeling en su tercera entrega. Los autores no modificaron su origen, pero sí ampliaron la parte de su vida en que trabajaba en Space Quest 2022. Gar era un actor penoso que nunca podría llegar lejos sin sus poderes o sin la influencia del todopoderoso Dayton, que era el quinto hombre más rico del mundo. También conocimos allí a su novia Jillian, a la que tuvo que salvar de las garras de un villano llamado Arsenal que no era otro que Galtry, su antiguo tutor.

El pasado atormentaría a Gar en alguna que otra ocasión durante los primeros números de Los Nuevos Titanes. Steve Dayton se obsesionó con vengar la muerte de su mujer y desapareció con un nuevo casco de Mento para lograr su objetivo. Gar contrató a Robotman, el entonces único superviviente de la Patrulla Condenada, para que lo buscara. Junto con Kid Flash, Cyborg y Robin, lo acabaron encontrando preso del General Zahl y Madame Rouge. Tras una ardua batalla, consiguieron detener a los villanos con ayuda de la Hermandad del Mal, como se cuenta en Clásicos DC: Nuevos Titanes nº 4. A pesar de todo esto, Changeling siguió llevando una vida superficial para olvidar las penas, algo que se convirtió en parte fundamental del personaje. Dos fueron los compañeros Titanes que influyeron decisivamente en su vida. El primero fue Cyborg, su mejor amigo. El segundo, fue Terra, la chica de la que se enamoró locamente… y que resultó ser una espía enemiga que planeaba matarlos a todos. Gar nunca pudo superar la traición y la muerte de esta chica, e incluso estuvo a punto de matar a Deathstroke por ello en Tales of the Teen Titans nº 54.

Los Titanes se habían convertido como decíamos en la verdadera familia de Garfield, así que era normal que el chico lo pasara mal cuando dicha familia empezó a desmembrarse. En The New Titans nº 71 a 84 (1990-1991), Wolfman y Tom Grummett, que había sustituido a George Pérez como dibujante de la serie, contaron “La Cacería de los Titanes”. Fue el último gran momento de la serie antes de su inexorable declive, y en parte fue gracias a la osadía de Wolfman a la hora de matar, herir y dejar fuera de juego a medio reparto. Uno de ellos fue Cyborg, al que la Sociedad Wildebeest lanzó a Siberia metido en un cohete. Pasaron más cosas, pero el resultado fue que se convirtió en poco más que un robot. Gar no pudo soportar perder a su amigo y se propuso devolverle los recuerdos a costa de lo que fuera.

A partir de “The Darkening” (The New Titans nº 95 a 97), tanto Changeling como la propia serie comenzaron a caer en picado. Wolfman ya estaba quemado y falto de ideas, y Grummett nunca pudo superar la sombra de Pérez a pesar de ser un dibujante correcto y competente. Plasmus de la Hermandad del Mal obligó a Gar a entregarle el casco de Mento para revivir a su líder, Cerebro. Una vez de vuelta, éste devolvería a Cyborg su anterior personalidad. La Hermandad usó el casco para torturar a Gar y enfrentarlo a sus peores miedos y traumas; esto sacó a la luz un lado oscuro que lo llevó a convertirse en criaturas diabólicas y no en animales como hasta entonces. Por si fuera poco, en The New Titans nº 114, una Raven poseída por la maldad de su padre plantó la semilla de Trigon en el joven. Unos meses más tarde, todo se resolvería en la saga “Forever Evil” y Gar volvería a ser el mismo de siempre. No obstante, la serie estaba muy tocada y se canceló poco después.

Beast Boy, de nuevo

Dan Jurgens no contó con ninguno de los personajes de Los Nuevos Titanes para su efímera colección Teen Titans (vol. II). Quienes sí los recuperaron, incluyendo a Changeling, fueron Devin Grayson y Phil Jiménez en JLA / Titans. Esta miniserie pretendía recuperar al grupo con ayuda de la popularidad de la Liga de la Justicia. En ella, Gar se reencontró con su amigo Cyborg de nuevo, pero convertido en un planeta que se tragaba todo lo que pillaba por el universo. Cosas que pasan. Tras la miniserie, nació la nueva colección The Titans, pero Gar no participó en el nuevo grupo y se mudó a Los Ángeles.

Fue allí donde transcurrió la miniserie Beast Boy de Geoff Johns, Ben Raab y Justiniano (enero a abril de 2000). Gar buscó trabajo como actor, pero nadie quiso contratarlo. Acabó viviendo con su desastroso primo Matt y aguantando las histerias de Flamebird, antigua compañera y amiga de los Titanes Oeste (la primera Batgirl pre Crisis). También se ganó una nueva enemiga llamado Genesi que era la hija de Madame Rouge y, lo más importante, recuperó su nombre de guerra original. Y es que en Hollywood todos lo recordaban con ese nombre, así que ¿por qué no recuperarlo? En este ambiente de frivolidad, Flamebird y Gar crearon unos nuevos Titanes Oeste (los Titanes L.A.) en The Titans Secret Files nº 2, pero la cosa no llegó a buen puerto.

Lo que sí triunfó fue el tercer volumen de Jóvenes Titanes, en el que Geoff Johns y Mike McKone colocaron en 2003 a Beast Boy, Starfire y Cyborg como mentores de los últimos sidekicks del Universo DC. Por su carácter, Gar se ha hecho especialmente amigo de Kid Flash mientras conserva su eterna amistad con Cyborg.

Y ¿qué depara el futuro para Gar? De momento, en Jóvenes Titanes nº 13 comenzó una saga de tres entregas dibujada por Tom Grummett y titulada “Beast Boys and Girls”. En ella, Geoff Johns redefinió el origen de Garfield e introdujo un nuevo elemento. Se trataba de Samuel Register, el ayudante de su padre en África. Mark Logan ya no tenía la intención de investigar la evolución sino a los monos verdes africanos que eran inmunes a las enfermedades. Cuando uno de estos primates mordió al pequeño Gar, su padre le inyectó un suero experimental que lo convirtió en lo que ahora es. Y es que ha habido que redefinir algunos aspectos del personaje por fuerza. En 2003, John Byrne creó su propia y fallida versión de la Patrulla Condenada y borró la existencia de todo grupo anterior en la continuidad de DC. Los comienzos de Gar como héroe se quedaron en el aire y Johns se limitó a no hablar de ellos para no liar al personal. Muy recientemente, en Teen Titans nº32, se ha resuelto todo y, al parecer, Beast Boy volverá con su primer grupo en los hechos de “Un Año Después”.

BEAST BOY AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.

23.5.06

BEAST BOY (1 DE 2)

Beast Boy, también conocido como Changeling durante una larga temporada, es uno de los personajes centrales de Jóvenes Titanes y de la clásica Los Nuevos Titanes. Comenzó siendo un huérfano al que "adoptó" la Patrulla Condenada como compañero juvenil y, desde que se unió a los Titanes, se destapó como un personaje divertido y desenfadado. Sin embargo, esta faceta suya no es más que una forma de ocultar las muchas desgracias que le han ocurrido a lo largo de su vida.


Beast Boy y la Patrulla Condenada

Changeling, por George Pérez.La primera aparición de Garfield Gar Logan tuvo lugar en Doom Patrol (vol. I) nº 99 en noviembre de 1965; más concretamente, en la historia “The Beast Boy” escrita por Arnold Drake y dibujada por Bob Brown. Aún no era superhéroe oficialmente sino que pretendía serlo. De hecho, se coló en el cuartel general de la Patrulla Condenada para pedir que lo aceptaran en el grupo. Debido a su piel verde, Gar se sentía rechazado por sus compañeros de instituto y, como la Patrulla era un grupo de desplazados, el joven pensaba que con ellos podría encontrar su lugar. Gar poseía la capacidad de convertirse en cualquier animal; eso sí, conservando la cabeza verde y transformada en una mezcla entre su rostro y el de la bestia de turno. El Jefe no aceptó al joven en el grupo en un principio, pero cuando ayudó a detener a unos ladrones durante una cabalgata, se convirtió en su miembro más joven y en una suerte de mascota.

Al parecer, este simpático muchacho gustó a los lectores de Doom Patrol y, en el número siguiente, estrenó uniforme y se hizo llamar Beast Boy. Curiosamente, llevaba máscara como si hubiera muchos niños por ahí con la piel verde. También en aquel Doom Patrol nº 100, Drake y el dibujante Bruno Premiani relataron el origen de Gar. Sus padres, Mark y Marie, se mudaron a África porque el primero investigaba una forma de invertir el proceso evolutivo. El pequeño Gar cayó enfermo mientras estaban allí; lo afectó una enfermedad llamada sakutia. Tan extraña era la afección que ningún ser humano había sobrevivido a ella; pero sí lo habían hecho los monos verdes africanos. Así, Mark utilizó su máquina involutiva para devolver a Gar a un estado de primate. Después, cuando supuso que estaría curado, lo volvió a su estado original pero no del todo. Y es que se le había quedado la piel verde. Los Logan vivieron felices en África y Gar descubrió con el tiempo que tenía el poder de transformarse en animales como efecto secundario del virus o de la radiación. Sus padres murieron en una cascada y, de alguna forma que entonces no se explicaba aún, acababa viviendo en Estados Unidos con un tutor malvado llamado Galtry. Éste lo alquiló a un tal Doctor Weir para que experimentara con su pigmentación. Por supuesto, usó el resultado de las pruebas para robar pero fue detenido por el propio Gar, ya conocido como Beast Boy, y el resto de la Patrulla Condenada.
Beast Boy debuta con la Patrulla Condenada.
En Doom Patrol nº 102, el Jefe reclutó a Beast Boy para ayudar a la Patrulla y a los Investigadores de lo Desconocido. Fue en aquella historia en la que conoció al millonario Steve Dayton, también conocido como el telépata Mento. Éste y Elasti-Girl se casaron poco después y, tras quitar a Gantry la custodia de Gar, lo adoptaron. Para preservar la identidad secreta de sus nuevos padres, Gar se pintaba la cara de morado cuando se ponía el disfraz. Beast Boy ya era habitual de la colección, y DC le dio su propio serial de complemento. Así, en Doom Patrol nº 112 a 115, Drake y Premiani se ocuparon de “Beast Boy, The Jungle Kid”, en el que ampliaron el origen de Gar. El país donde vivía con sus padres era Upper Lamumba, gobernado por el rey Tawaba. Éste se hizo muy amigo de Mark Logan, lo cual disgustaba mucho a Mobu, el brujo de la tribu, que no aceptaba la influencia occidental que ejercía sobre el rey. Cuando los Logan murieron, Garfield se refugió en la aldea de Tawaba, que estaba gravemente enfermo. Gar como principito de la selva.Sólo las hojas de un árbol que crecía lejos de allí lo podían salvar, y el pequeño usó sus poderes para conseguirlas. Se ganó así la confianza del rey, que lo crió como a un hijo muy a pesar de Mobu. Cuando unos buscadores de joyas llegaron al país, el brujo les propuso un trato: él los llevaría a las joyas y ellos matarían a Garfield. No se salieron con la suya, claro, y poco después llegó Galtry para llevarse al niño a Estados Unidos.

En septiembre de 1968, la Patrulla Condenada murió a manos del General Zahl y Madame Rouge en Doom Patrol nº 121. Se quedaba así Gar sin madre otra vez, y se quedó solo con su padre, Steve Dayton. Llegaba el momento de unirse a los Jóvenes Titanes. Ya lo había intentado unos años antes en Teen Titans (vol. I) nº 6, pero no sería hasta el nº50 que se convertiría en miembro oficial de los Titanes Oeste. Publicado a finales de 1977 y realizado por Bob Rozakis y Don Heck, aquel número nos mostraba cómo Gar se había mudado a Los Ángeles y se había convertido en uno de los protagonistas de una serie de televisión llamada Space Quest 2022. Concretamente, interpretaba el papel de un alienígena multiforme llamado Tork. Cuando se produjo el incidente con el portaviones USS Tippecanoe en la ciudad, varios héroes jóvenes se reunieron para salvar a sus pasajeros, y formaron los Titanes Oeste. Su presencia en Teen Titans iba a ser habitual, pero las bajas ventas forzaron la cancelación de la serie tres números más tarde y Beast Boy volvió a quedarse en el olvido. Sin embargo, su época dorada llegaría muy pronto.

Los Titanes Oeste



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22.5.06

ERA DC (27): ALL-STAR COMICS Nº 8

"Introducing Wonder Woman" (9 páginas).
Fecha de portada: Diciembre de 1941.
Editor: Sheldon Mayer.
Portada: Everett E. Hibbard (dibujo y entintado).
Créditos: Charles Moulton Marston (guión), Harry G. Peter (dibujo y entintado).
Recopilado en: Wonder Woman Archives Vol. 1 HC.
Edición española: Ínédito.

Como hemos visto a lo largo de estas entregas de Era DC, 1940 y 1941 fueron dos años especialmente prolíficos en la creación de nuevos superhéroes. Sin embargo, hasta ahora nos faltaba algo: una superheroína. Esto se solucionó cuando el psicólogo William Marston convenció a Sheldon Mayer para crear a Wonder Woman, una versión femenina de Superman que al final no fue tal. Ciertamente, era una mujer superfuerte, pero contenía unos ideales feministas tan fuertes que obtuvo entidad propia sin mayores dificultades. El coronel Trevor llegaba por accidente a Isla Paraíso, un lugar utópico donde sólo vivían mujeres. Y éstas no eran otras que las amazonas de la mitología griega, que se habían ocultado del mundo del hombre gracias a su avanzadísima tecnología. Las diosas Atenea y Afrodita dijeron a su reina, Hipólita, que la mejor de sus súbditas debía devolver a Trevor al mundo del hombre. La princesa Diana, que fue quien lo salvó de morir ahogado, se había enamorado de él y, como su madre le prohibió acompañarlo a su mundo, se disfrazó y participó en el torneo que escogería a la mejor amazona. Por supuesto, ganó y, con su legendario uniforme, acompañó a Trevor a Estados Unidos. Esta historia tuvo una continuación directa en Sensation Comics nº1, del que hablaremos en breve. Un pequeño apunte para terminar. En este número, el Doctor Medianoche y Starman sustituyeron a Green Lantern y Flash en la Sociedad de la Justicia de América.

19.5.06

ERA DC (26): MORE FUN COMICS Nº 73

1 "Case of the Namesake Murders"
2 "The Submarine Strikes"
Fecha de portada: Noviembre de 1941.
Editor: Whitney Ellsworth.
Portada: Howard Sherman (dibujo y entintado).
Créditos 1: Mort Weisinger (guión), George Papp (dibujo y entintado).
Créditos 2: Mort Weisinger (guión), Paul Norris (dibujo y entintado).
Recopilado en: No recopilado.
Edición española: Inédito.

Hay dos personajes claves de DC a los que solemos asociar a la edad de plata sin tener en cuenta que llevan existiendo desde 1941. Se trata de Green Arrow (y Speedy) y Aquaman, dos creaciones de Mort Weisinger cuyas encarnaciones originales son tan oscuras y poco recordadas que ni siquiera han sido recopiladas en los famosos Archives de DC. Y eso que Green Arrow es uno de los pocos superhéroes que sobrevivió al desastre de los años cincuenta y se mantuvo en una revista u otra de forma ininterrumpida. En "Case of the Namesake Murders", Green Arrow y Speedy, cuyo origen no se relató en esta primera aparición, resolvían el asesinato de varios miembros de un club que tenían nombres asociados a los de personajes históricos. Weisinger no tuvo reparos en mostrarlos como lo que eran, esto es, copias de Batman y Robin mezcladas con Robin Hood. Por su parte, "The Submarine Strikes" relataba el origen de Aquaman mientras el héroe salvaba a un grupo de refugiados. En su primera encarnación, era el hijo de un explorador submarino que había aprendido a respirar bajo el agua en Atlantis, un conocimiento que enseñó a su hijo. De dónde procedían su fuerza y su poder de comunicarse mentalmente con la vida submarian, no se sabía. Terminamos hoy diciendo que noviembre de 1941 supuso un nuevo cambio en el logo de DC, que lució desde entonces el lema "A Superman DC Publication".


18.5.06

CHECKMATE Nº 1

Guión de Greg Rucka.
Dibujo de Jesús Saiz.
Portada de Lee Bermejo.
DC Comics, 32 páginas, 2,99$.
Directamente desde The OMAC Project e Infinite Crisis, llega esta actualización del concepto de Checkmate o agencia de espionaje dentro del Universo DC. Viendo el resultado de la citada The OMAC Project, era de esperar que Greg Rucka y Jesús Saiz hicieran un buen trabajo en esta nueva colección, y así ha sido. En principio, el concepto es lo suficientemente interesante y ofrece muchas posibilidades, y más aún si se cuenta para este Checkmate con personajes muy conocidos.

Uno de ellos es el principal acierto de Rucka para abrir la colección. Se trata de Amanda Waller, la nueva Reina Blanca. Esta encantadora señora es uno de los personajes (sin poderes) más interesantes del Universo DC. Desde hace un par de décadas, se la asocia con este tipo de colecciones y sagas en las que el gobierno americano está involucrado. Fue el personaje central de Escuadrón Suicida y estuvo dando guerra durante la Administración Luthor. Ahora, se ha convertido en cabeza visible de una organización internacional de espionaje junto con su Rey Blanco, cuya identidad es toda una sorpresa. Por supuesto, Rucka no podía prescindir de Sasha Bordeaux como Reina Negra y añade al reparto a Fuego, tal como se pudo ver ya en The OMAC Project Infinite Crisis Special.

A parte de tener la intención de convertir Checkmate en una organización avalada por la ONU, Rucka sabe con qué cartas juega. Hoy en día, nada más impactante para abrir una colección de este tipo que detener a un terrorista internacional como Kobra. Además, añade la inevitable conspiración política en forma de cierto enemigo en la sombra que bloquea el avance de la resolución que dará a Checkmate el estatus que Waller pretende. Jesús Saiz, por su parte, se destapa poco a poco como el gran dibujante que es. En The OMAC Project lo hizo muy bien, pero habrá que estar atentos a su evolución en esta serie. Eso sí, en DC tendrían que empezar a preocuparse por los tonos verdes. Que en Green Lantern saturen es cansino pero comprensible, pero en Checkmate (y también en el especial del que hablaba antes), cuando Fuego usa sus poderes se les va la mano.
CHECKMATE AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.

17.5.06

LOS SIETE SOLDADOS DE LA VICTORIA ORIGINALES

Los Siete Soldados de la Victoria vuelven a estar de moda debido a la saga orquestada y escrita por Grant Morrison que lleva publicándose más de un año. Aunque el grupo actual tenga muy poco que ver con el original, en DC llevan sesenta años liados con estos Siete Soldados en sus diversas encarnaciones. Ninguna de ellas, por cierto, ha contado con el respaldo de los lectores.

Los Siete Soldados de la Victoria, versión pre Crisis

Debido al éxito de la SJA (Sociedad de la Justicia de América), DC Comics creó en invierno de 1941 un segundo grupo de superhéroes. Se trataba de los Siete Soldados de la Victoria (SSV, en adelante), un puñado de personajes salidos de las diferentes publicaciones de la editorial pero no de su empresa hermana, All-American. El problema era que la mayor parte de los personajes importantes de esas revistas ya estaban en la SJA, con lo que los SSV se quedaron con los héroes de menor categoría. Por otra parte, ninguno de los escogidos tenía poderes sobrehumanos, lo cual acentuaba las diferencias con la SJA.

En todo caso, el grupo debutó en Leading Comics nº 1 en la historia “Blueprint for Crime” de Mort Weisinger y Mort Meskin. Weisinger se estaba especializando en crear “homenajes” que DC se hacía a sí misma, como Johnny Quick o Green Arrow (copias de Flash y Batman con algunas variaciones, respectivamente). Este último fue incluido en la alineación de los SSV junto con su ayudante, Speedy, y fueron los únicos personajes con cierto renombre que participaron en el grupo. Al contrario de lo sucedido con la SJA, Weisinger optó por dar al grupo un origen definido en su primera aparición.

El villano llamado La Mano, consciente de que estaba muriendo, reunió a cinco colegas (Los Dedos de la Mano) para perpetrar delitos tan llamativos que el mundo los recordara por ellos para siempre. Capítulo tras capítulo de aquel Leading Comics nº 1, los futuros miembros de los SSV derrotaban a esos malvados. Green Arrow y Speedy vencieron al Profesor Merlín en el Valle de la Muerte. Star-Spangled Kid y Stripesy impideron que la Aguja provocase un desastre en el Canal de Panamá. El Caballero Brullante, el Sir Justin de Camelot que había sido congelado por una avalancha de hielo junto con su fiel caballo Justicia Alada, venció a Dragón Rojo. El Vengador Carmesí y su ayudante Wing evitaron que Gran César dejase Nueva York a oscuras. Por último, el Vigilante, aquel mítico vaquero urbano que cantaba country en su tiempo libre, derrotó al Muñeco. Cuando supo que no iba a morir, La Mano quiso matar a estos héroes para no ir a la cárcel, y los reunió en su guarida. Sin embargo, un disparo certero del Vigilante arrojó sobre el villano la máquina con la que pretendía matarlos. Entonces, pensaron que habían acabado con él. Fue en aquel momento en el que nacieron los Siete Soldados de la Victoria. Ahora bien, echando cuentas nos salen ocho personajes ¿no? DC no contó a Wing oficialmente como miembro del grupo. No es porque no apareciese en sus aventuras y, aunque, nunca se ha explicado con claridad, la procedencia asiática del jovenzuelo en unos años de guerra entre Estados Unidos y Japón parece motivo suficiente.

Fueran siete u ocho, los Soldados, también conocidos como Legionarios de la Ley, vivieron una existencia efímera hasta Leading Comics nº 14 (1945). La revista se dedicó a partir de entonces a historias de divertidos animalitos, y el grupo desapareció por su escasa popularidad. No obstante, en 1975 se recuperó el guión que Joe Samachson (escritor de los SSV desde su quinta entrega) había escrito para Leading Comics nº 15. Dick Dillin y José Luis García-López, entre otros, ilustraron aquella última aventura en los complementos de Adventure Comics nº 438 a 443.

Aunque las andanzas de los SSV en la edad de oro habían acabado temprano, el grupo regresó en agosto de 1972 como parte de Tierra-2. En Justice League of America nº 100 a 102, Len Wein y Dick Dillin contaron cómo la SJA había pedido ayuda a la Liga de la Justicia de América (LJA) porque una mano gigante tenía atenazado su mundo y amenazaba con destruirlo si no se lo entregaban. El Doctor Fate, Zatanna y Thunderbolt convocaron al Oráculo para saber cómo detenerlo. Éste les habló de los SSV, un grupo al que el tiempo había olvidado y que había vencido una amenaza similar. Se trata de Nebula Man, al que derrotaron gracias al sacrificio de Wing. Pobre. Su triunfo fue caro, porque acabaron catapultados a diferentes épocas y amnésicos perdidos. La LJA y la SJA unieron fuerzas, los encontraron y, juntos, vencieron a la Mano de Hierro, que no era otro que su viejo conocido, La Mano.

Durante los años ochenta, Roy Thomas fue el único que pareció acordarse de la existencia de los SSV. El escritor integró al Caballero Brillante en All-Star Squadron para, un par de años más tarde, recuperar a todos los miembros para ese masificado grupo de la Segunda Guerra Mundial. En Infinity Inc. nº 11 (febrero de 1985), ya en el presente, relató la muerte del Vengador Carmesí y mostró cómo sus antiguos compañeros le rendían homenaje en el cementerio. Fue su última aparición antes de Crisis en tierras infinitas.

La revisión post Crisis… A liarla, otra vez

En el Universo DC post Crisis, Green Arrow nunca estuvo activo durante los años cuarenta, con lo cual toda revisión de los SSV en este universo se queda coja de dos miembros: el propio Queen y su pupilo, Speedy. Cuando se repasó la existencia de los SSV en Young All-Stars, serie también ambientada en los años cuarenta y también de Roy Thomas, se estableció a Wing como sexto miembro (por fin). Sin embargo, el séptimo ha ido cambiando según versiones y todo resulta un poco confuso. Al fin y al cabo, las aventuras del grupo nunca se han contado “en directo” en el universo post Crisis, y su existencia se basa en puras referencias. En principio, se supuso que el séptimo miembro era Stuff the Chinatown Kid, el sidekick de Vigilante, pero más tarde se consideró como tal a Billy Gunn, un amigo del mismo vaquero. Geoff Johns y Scott Kolins despejaron dudas en Stars & S.T.R.I.P.E. nº 9 (abril de 2000) y establecieron que los SSV fueron Star-Spangled Kid, Stripesy, Vigilante, Caballero Brillante, Stuff, el Vengador Carmesí y Spider. A Wing lo dejaron fuera porque su mentor quería que dedicase su vida a otras cosas. Spider era un villano que los traicionó y provocó que cayeran en desgracia con aquello de Nebula Man y que su carrera como supergrupo no prosperase.

Además de los SSV de la edad de oro, en el actual Universo DC existió un segundo grupo en la edad de plata. De nuevo, fue Geoff Johns quien presentó a este grupo junto con Dick Giordano en Silver Age: Showcase nº 1 (julio de 2000). Mientras la LJA estaba perdida luchando contra Agamemno, Luthor y otros villanos, Deadman reunió a otros seis campeones para hacer frente a la cósmica amenaza que iba a destruir la Tierra. Los elegidos fueron Batgirl (Barbara Gordon), Adam Strange, Blackhawk, Mento, Metamorfo y un segundo Caballero Brillante sin relación con Sir Justin. El grupo no tuvo mayor continuidad más allá de aquella saga retroactiva.

Aunque los SSV de Deadman sí están en la continuidad actual hasta nueva orden (llamémosle orden, llamémosle puñetazo de alguien), la existencia de los originales es de nuevo dudosa. Al fin y al cabo, el Caballero Brillante de Morrison es Sir Justin y acaba de llegar al presente. Cosas que pasan. En cualquier caso, de los nuevos SSV hablaremos más extensamente en cuanto termine de publicarse la saga en ciernes.

SEVEN SOLDIERS OF VICTORY AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.

16.5.06

SEVEN SOLDIERS OF VICTORY VOL. 1 TP

Guión de Grant Morrison.
Dibujo de J.H. Williams III, Simone Bianchi, Cameron Stewart, Frazier Irving y Ryan Sook.
Portada de Simone Bianchi.
Contiene Seven Soldiers of Victory nº 0, Seven Soldiers: Shining Knight nº 1 y 2, Seven Soldiers: Guardian nº 1 y 2, Seven Soldiers: Zatanna nº 1 y 2 y Seven Soldiers: Klarion the Witch Boy nº 1.
DC Comics, 224 páginas, 19,99$.
Hablamos hoy del primero de los tomos que recopilan por orden de aparición las treinta entregas de la saga Seven Soldiers of Victory. Ésta, que aún no ha concluido a falta de dos números, fue un proyecto de lo más arriesgado de DC y del escritor Grant Morrison y que ha quedado en un segundo plano debido a Infinite Crisis. Y es una lástima porque, aunque es algo totalmente distinto en concepción y estructura, podría haber recibido una mayor atención mediática. Seven Soldiers comienza con un especial que sirve para presentar a los villanos de la saga, los malvados demonios extradimensionales sheeda, unos bichos muy al gusto del escritor escocés y cuya forma variable luce de modo distinto según el dibujante que toque. A este número unitario le siguen las primeras entregas de cuatro de las siete miniseries de los protagonistas. El resultado es extraño porque uno hubiera esperado una recopilación para cada una de ellas; sin embargo, la editorial ha optado por estos tomos cronológicos que son excelentes si no has leído ninguna de las series pero que pueden resultar redundantes si ya tienes algunas de ellas.
Morrison se propuso, según explica en la introducción, que cada una de las series fuera distinta y que las identidades de sus personajes fueran únicas. Se trataba de recuperar por franquicias por las que nadie ya apostaba. Morrison contaba así con una tabula rasa que le permitía modificar a su antojo lo que quisiera. La única excepción es Zatanna, que ha estado de moda debido a Crisis de identidad y cuya presencia aquí no termina de explicarse porque tampoco es tan desconocida. En todo caso, el escocés se las apaña para que la intervención de la hechicera le quede personal y tenga su toque distintivo.
Shining Knight es la historia de un héroe desplazado en el tiempo. Sir Justin es el último de los caballeros de Camelot, mítico reino que cayó bajo los sheeda hace milenios. Mientras intentaba impedirlo, fue catapultado al Nueva York del presente, al que deberá adaptarse mientras se enfrenta a sus viejos enemigos. Guardian es una actualización de aquello del Guardián y la Newsboy Legion y narra las desgracias que debe vivir un héroe contratado por un periódico para salvar a su familia de una tribu urbana de lo más sanguinario. Zatanna, por su parte, es la historia de una heroína que ha vivido tiempos mejores y que ya no es capaz de usar sus poderes; si a ello le sumamos que debe aguantar a una aspirante a bruja que sí tiene sus habilidades, digamos que anda algo desquiciado. Por último, Klarion cuenta la vida de un aprendiz de brujo que vive en una aldea apartada de todo tiempo y espacio cuya existencia se basa en la lucha contra los sheeda.
Esta gran variedad de temas, motivaciones y personajes de poderes dispares se refuerza con dibujos de lo más variopinto. Al preciosismo y el miedo al vacío de Bianchi en Shining Knight se une el trazo más simple de Cameron Stewart en Guardian, perfecto para una historia de tintes urbanos. Frazier Irving plasma a la perfección la oscuridad y la tiniebla en un gran trabajo de entintado que hace él mismo y donde no hay que olvidarse del colorista; el mundo de Klarion es oscuro y las sombras son las que mandan, de modo que así nos lo muestran. Ryan Sook es el que más mérito tiene de todos porque plasma en Zatanna una de esas escenas de salto entre dimensiones, realidades y mundos que tanto gustan a Morrison y con la que alguna vez ha amargado la vida de los dibujantes de Los invisibles.
Como veis, esto de los Seven Soldiers tiene para todos los gustos. Cada una de las miniseries tiene identidad propia, lo cual no quiere decir que los personajes no se enfrenten a la misma amenaza común, que son estos pintorescos demonios llamados sheeda. Los dibujantes son excelentes y Morrison está espléndido, inspirado y, aunque a veces se le escape de las manos alguna situación de ésas de pura genialidad con las que nos obsequia en sus obras más personales, se deja leer y disfrutar sin mayor dificultad.
SEVEN SOLDIERS OF VICTORY AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.

15.5.06

ERA DC (25): STAR-SPANGLED COMICS Nº 1

"The Bound Saboteurs" (20 páginas).
Fecha de portada: Octubre de 1941.
Editor: Whitney Ellsworth.
Portada: Hal Sherman (guión y dibujo).
Créditos: Jerry Siegel (guión) y Hal Sherman (dibujo y entintado).
Recopilado en: No recopilado.
Edición española: Inédito.

Buena parte del éxito del cómic de superhéroes se debió al ambiente patriótico que predominaba en muchos de ellos. Del mismo modo, su posterior declive fue en buena parte una consecuencia del fin de la Segunda Guerra Mundial. En esta línea, DC lanzó una revista titulada Star-Spangled Comics (Cómics de Barras y Estrellas, literalmente) cuyos principales protagonistas, Star-Spangled Kid y su ayudante Stripesy, lucían uniformes claramente inspirados por la bandera estadounidense. Ambos habían aparecido en un avance publicado en Action Comics nº 40 en septiembre de 1941. En su primera historia, la pintoresca pareja hacía frente a un grupo de saboteadores que atacaron una empresa metalúrgica. Tras ellos estaba el malvado nazi Ferd Kraug, un villano que nunca más volvió a aparecer. La revista se mantuvo en los quioscos hasta 1952, pero ninguno de sus protagonistas ha gozado de una especial popularidad hasta encarnaciones más recientes.

12.5.06

ERA DC (24): MORE FUN COMICS Nº 71

"The Riddle of the Crying Clown" (5 páginas).
Fecha de portada: Septiembre de 1941.
Editor: Whitney Ellsworth.
Portada: Howard Sherman (dibujo y entintado).
Créditos: Mort Weisinger (guión) y Chad Grothkopf (dibujo y entintado). Recopilado en: No recopilado.
Edición española: Inédito.

Mort Weisinger, el que durante los años cincuenta y sesenta fuera máximo responsable de las colecciones de Superman como editor, creó en 1941 al primer personaje que hacía "homenaje" a Flash. Se trataba de Johnny Quick, el héroe que años más tarde sería miembro fundamental del All-Star Squadron de Roy Thomas, esposo de Liberty Belle y padre de Jesse Quick, miembro de la Flash Family de Mark Waid. Johnny Chambers, como se llamaba realmente, se había quedado huérfano muy pequeño y se había criado con el profesor Ezra Gill, un amigo de la familia. Éste era un reputado egiptólogo que, un buen día, encontró en un papiro una fórmula mágica que, al pronunciarla, daba al usuario el poder de la supervelocidad. Chambers usó el mantra en cuestión (3X2(9YZ)4A) para convertirse en el superhéroe Johnny Quick, tarea que compaginaba con el periodismo. Como tantos otros héroes, contaba con un fiel acompañante que daba el toque humorístico a la serie; se trataba del hoy olvidado Tubby Watts.

11.5.06

FIREHAWK




En 1978, Gerry Conway y Al Milgrom crearon al superhéroe Firestorm como parte del fenómeno conocido como "Explosión DC". Cuando apenas habían realizado cinco números de su colección regular, el Hombre Nuclear fue víctima del efecto contrario, la "Implosión DC", que supuso la cancelación de muchas series, incluyendo Firestorm. No obstante, Conway no quiso que "su" creación desapareciera en el olvido y lo incluyó en la alineación de Justice League of America. Fue así como el personaje mantuvo cierta popularidad que propició una nueva colección, Fury of the Firestorm, que se lanzó en junio de 1982. Esta segunda colección del personaje añadió dos cambios destacables. Uno fue el dibujante, Pat Broderick, que era bastante mejor que Milgrom. Otro fue Lorraine Reilly, que nació para ser la Lois Lane de Firestorm, esto es, la eterna novia despistada y recelosa de la identidad civil de su amado superhéroe.

Lorraine debutó en Fury of the Firestorm nº 1 como la sufrida hija del senador Walter Reilly. Demócrata convenido, este señor despertaba muchas antipatías entre empresarios y supervillanos por igual. Y claro, nada más socorrido que secuestrar a la hija para tocar las narices del padre. En aquella primera aparición, fue Black Bison quien la raptó de su casa de Nueva York y la mantuvo como rehén en pleno Central Park. Este villano era descendiente de indios norteamericanos y consideraba que las acciones de Reilly habían perjudicado a su familia. Al final, Firestorm liberó a Lorraine, que se sintió de inmediato atraída por el héroe de flamígeros cabellos. Hubo más encuentros entre ambos, como en Fury of the Firestorm nº 6 y 7, donde el villano fue el Flautista Moteado de los Flash.

El cambio sustancial en la presencia de Lorraine en la serie se produjo cuando, en Fury of the Firestorm nº 17 (octubre de 1983), la raptó el villano Multiplex. Éste había sido contratado por el empresario Henry Hewitt para chantajear a Reilly y que le aprobara una ley favorable a sus intereses. Pero el villano hizo más que secuestrarla; también le dio superpoderes y le lavó el cerebro para que encontrara y matara a Firestorm. Con sus nuevos poderes, que consistían en generar energía y volar con sus alas nucleares, Lorraine se transformó en Firehawk y atacó a Firestorm, pero al final recuperó la cordura y perdió sus poderes. No se acordaba de lo que había hecho.

Esta transformación podría haberse quedado en una anécdota. No en vano ¿cuántas veces ha adquirido superpoderes Lois Lane a lo largo de su historia? Sin embargo, Conway la convirtió permanentemente en superheroína en Fury of the Firestorm Annual nº 1 (1983). Hewitt, transformado a su vez en el villano Tokamak, volvió a raptarla, esta vez con padre incluido. Lorraine acababa asumiendo los poderes de Firehawk y venciendo a su enemigo con ayuda de Firestorm, con quien empezó una suerte de relación amorosa oficial.

De este modo, Lorraine se convirtió en una de las superheroínas secundarias que pululan por el Universo DC. En Crisis en tierras infinitas nº 8 le dieron un nuevo aspecto con el que seguiría como parte del elenco de Firestorm hasta la cancelación de la serie. Después, se retiró durante una temporada hasta que la solicitaron para formar parte de los Capitanes de la Industria y trabajar para el Instituto de Estudios Metahumanos. Mucho después, apareció en Identity Crisis nº 1 (2004) vigilando un callejón junto con el Hombre Elástico.

Fueron precisamente los acontecimientos de Identity Crisis los que posibilitaron que Lorraine volviera a aparecer regularmente en el Universo DC. Vamos, que spoilers a continuación. Cuando Ronnie Raymond, el Firestorm original, murió en dicha saga, apareció un nuevo Hombre Nuclear llamado Jason Rusch. Ed, el padre de Ronnie, sospechaba que podría tener algo que ver con la muerte de su hijo, y pidió a Lorraine que lo investigase. Durante un ataque de Killer Frost, enemiga clásica del personaje, Jason se fusionó con Lorraine para invocar a Firestorm, y fue así como ella pudo despedirse de Ronnie. Al parecer debido a los poderes nucleares de ella, el espíritu del chico se manifestó dentro de la matriz de energía que genera al superhéroe y, de ese modo, pudieron despedirse. Tras la batalla contra Frost, Firehawk quedó malherida y no volvió hasta unos meses más tardes, en los que ayudó a Donna Troy a reclutar a Jason para viajar al espacio durante Infinite Crisis. Todo esto sucedió en Firestorm, la nueva serie regular del personaje que se estrenó en 2004.




Con esto de "Un año después", Lorraine tiene aún más protagonismo en Firestorm The Nuclear Man. Tras la desaparición de Martin Stein, Jason pidió a Lorraine que se convirtiera en su "pareja" en la matriz de Firestorm. Juntos buscan al profesor, cuyo paradero se desconoce desde el viajecito al espacio exterior. Durante el año perdido, Lorraine ha seguido los pasos de su padre y ha comenzado una carrera política que, por el momento, compagina con su vida de superheroína.
FIREHAWK, FIRESTORM THE NUCLEAR MAN, FURY OF THE FIRESTORM AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.

10.5.06

LAS AVENTURAS DE BATMAN Nº 4: AMOR LOCO

Guión de Paul Dini, Ty Templeton y otros.
Dibujo de Bruce Timm, Rick Burchett y otros.
Contiene Batman Adventures nº 15 a 17 USA y Batman Adventures: Mad Love.
Planeta DeAgostini Comics, 112 páginas, 5,50€.

Hablamos hoy del cuarto tomo de Las aventuras de Batman, la serie juvenil que gusta a lectores de todas las edades. A los más jóvenes, porque es ágil y muy fresca. A los menos, porque es independiente de toda continuidad y, sin embargo, respeta más a Batman y los personajes que lo rodean que muchas de las series "oficiales". Lo único malo de este tomo (tomito) es que debe de ser el último, porque Batman Adventures terminó en el número 17 en Estados Unidos y la inclusión de Mad Love, publicado nueve años antes que esta serie, tiene pinta de relleno. Eso sí, qué relleno.

Los tres últimos episodios de la serie regular son autoconclusivos y auténticas joyas en sí mismos. La interpretación de Míster Frío y Joe Chill, dos personajes que me sobran normalmente, es sublime. La del Joker me gusta un poco menos porque me parece más payaso que psicópata en algunos momentos, pero sus planes son tan geniales que compensan.

Y es precisamente Harley la protagonista de Mad Love, la novela gráfica que cierra este tomo. Escrita por Paul Dini y dibujada por Bruce Timm, fue la primera aparición de esta pirada entrañable en papel (ya había debutado en la serie animada de los noventa). Aún tardaría un poco en entrar en la continuidad de los cómics oficiales de Batman, pero este debú es tan original, imposible y pirado que uno no puede sino enamorarse de esta chica. Su relación cien por cien destructiva con el Joker es legendaria, y aquí se muestra en todo su esplendor. Y es que Harley es un personaje muy de este tipo de historias, y sus apariciones en el Bativerso oficial me han parecido siempre algo descafeinadas.

Final excelente para una serie genial, fresca y recomendable para los lectores de todas las edades.
BATMAN ADVENTURES AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.

9.5.06

INFINITE CRISIS

Infinite Crisis, el evento que se lleva cociendo en el Universo DC desde hace un año, ha terminado este mes y, como prometía, ha puesto patas arriba a héroes, villanos y continuidades varias. De ella han surgido nuevas series, han cambiado algunas de las que ya existían y, por el camino, han dejado una buena historia.

Una valoración previa

Por lo general, este tipo de macro evento sirve para cambiar lo establecido, y es así como se promociona; ya sabéis: «Mundos vivirán, mundos morirán...». En esta línea, son varias las series que han surgido de Infinite Crisis; tenemos a Checkmate o Ion, por citar sólo dos ejemplos. También se ha alterado el estatus de algunos personajes, han cambiado equipos creativos, algunas colecciones han cambiado de cabecera… Se podría decir, a falta de una mayor perspectiva temporal, que este evento en concreto ha cumplido su objetivo de llamar la atención sobre DC, y además ha triunfado en lo que muchos otros similares han fracasado, que es dejar una buena historia.


Guerra a gran escala en Isla Paraíso.


Fundamental para ello ha sido Geoff Johns, su guionista, que no ha defraudado a quienes teníamos puestas en él muchas expectativas. Este señor se conoce el Universo DC de cabo a rabo y ha trabajado con muchos personajes distintos en los últimos años, de modo que se vaticinaba el escritor ideal para la saga. En este sentido, recuerda mucho a la situación de Marv Wolfman cuando escribió Crisis en tierras infinitas hace veinte años. Sin embargo, Johns ha sufrido un inconveniente que Wolfman no tuvo. Cuando se publicaron las Crisis originales, no había precedentes de cómo podía funcionar un evento de estas características ni del dinero que podía generar para la editorial si se promocionaba bien; así, Wolfman pudo montar la saga a su ritmo y haciéndolo todo lo bien que supo. Cuando se han publicado estas últimas Crisis, toda la maquinaria empresarial de DC se ha volcado en una campaña de marketing que le ha acabado perjudicando. Un especial de apertura, cuatro miniseries oficiales, otra no oficial y un par de sagas en series regulares han precedido a Infinite Crisis no porque fuera imprescindible, sino para generar la expectación necesaria para convertir el evento en el cómic más vendido de Estados Unidos durante los siete meses que ha durado. Muchas de esas tramas previas, como la del Espectro o la de la grieta espacial, deberían haberse desarrollado dentro de la serie principal para darle mayor cohesión, pero no ha sido así porque había que darle expectación al tema. El resultado ha sido que a Infinite Crisis le ha faltado espacio de una forma incomprensible porque, con tanta expectación y con ventas de tropecientos mil ejemplares mensuales, la maxiserie bien podría haber mantenido nueve o incluso doce números la atención de los lectores. Aun así, Johns se las ha arreglado para que la historia sea coherente, para que tenga escenas de acción de sobra, para que ocurran más cosas en un número que en un trade paperback entero y para, además, regalar algunos momentos de interacción entre personajes realmente espléndidos.


El relevo generacional.



El dibujo ha sufrido también el efecto de las prisas y la necesaria coordinación entre cross-overs, especiales y eventos posteriores. Phil Jiménez comenzó la serie con el nivel gráfico altísimo al que nos tiene acostumbrados, pero por desgracia sólo pudo mantenerlo durante tres números. A partir de entonces, fue imprescindible la colaboración de otros artistas que realizaran las páginas que a Jiménez no le daba tiempo de terminar. Lo cierto es que, si decimos que los sustitutos han sido George Pérez, Jerry Ordway e Ivan Reis, no hay motivos para la queja porque son los tres excelentes. No obstante, la obra en su conjunto padece estos cambios bruscos de estilo incluso dentro de una misma página. Podría decirse que Jiménez ha bordado las páginas que firma pero también que ha perdido una oportunidad de oro (y como ésta no hay muchas) para consagrarse como dibujante hot de una vez por todas; era éste el momento justo para sacarse de encima el lastre de "clon de George Pérez" como hiciera Bryan Hitch en The Authority con la sombra de Alan Davis. Parecía que Infinite Crisis sería su gran obra pero, cosas de los plazos, no lo ha sido. Y por injusto que suene, tener a Pérez dibujando páginas y páginas de la serie le hace a uno pensar cómo habría cambiado la cosa de ser él dibujante oficial desde un principio.

Las lecturas imprescindibles

Viendo la cantidad de cómics que durante este año han lucido en sus portadas lo de “Infinite Crisis Cross-over”, “The OMAC Project Tie-In” y demás, para muchos será una sorpresa que afirme que tampoco hay que leer tantas cosas para seguir la saga. Una vez acabada la cuenta atrás, apenas hay que leer Infinite Crisis, tres de los cuatro Infinite Crisis Specials (Day of Vengeance ICS, The Rann / Thanagar War ICS y Villains United ICS) y el Infinite Crisis Secret Files. Los demás cross-overs amplían lo sucedido en las páginas de la serie central pero no aportan nada que no sepamos ya leyendo ésta. Sin embargo, hay algunos cross-overs que conviene leer porque, simplemente, son buenos cómics; se trata de JSA nº82, Teen Titans Annual nº1 o Aquaman nº37.

La historia

Spoilers a partir de aquí


Los hechiceros del Universo DC invocan al Espectro.

Geoff Johns organiza la trama de Infinite Crisis alrededor de los cuatro personajes que se quedaron en el universo del Antimonitor al final de Crisis en Tierras Infinitas. Éstos son Superman y Lois Lane de Tierra-2, Superboy de Tierra Prima y Alex Luthor de Tierra-3, que ha creado para ellos una especie de paraíso. Los cuatro han pasado años aislados viendo cómo los héroes a los que habían salvado se corrompían, morían y mataban. Ha llegado el momento de deshacer sus errores y restaurar Tierra-2, el mundo que piensan que era perfecto. Para ello, han recuperado los restos del Antimonitor y han construido una torre con ellos. Ésta utilizará el ADN de héroes de diversas dimensiones del multiverso para restaurar Tierra-2, y para reunirlos Alex se hizo pasar por Lex Luthor y reunió a la Sociedad con la excusa de evitar incidentes como los del Doctor Luz y la LJA en Identity Crisis. El motor de la torre será la magia que el Espectro ha desatado en su locura gracias a las manipulaciones de Luthor. Éste también se hizo con el control del Satélite Hermano Ojo para canalizar esa energía hacia el centro del universo en Tierra-2, que era el Sistema Vega. La brecha abierta por la guerra entre Rann y Thanagar allí será el eje del retorno de esa tierra. Y ¿cómo provocar el conflicto? Pues usando a Superboy Prime para que sacase Rann de su órbita.

Y es que, para lograr su objetivo, Alex Luthor tuvo que volver loco a Superboy Prime y ponerlo en contra de los héroes, supuestamente incompetentes, que vivían las vidas que debían corresponderles. Tan asqueado estaba por algunas situaciones, que incluso golpeó las paredes de su mundo para generar olas que alteraban la nueva Tierra. Esto se convirtió en la explicación de Johns para los cambios de continuidad que han sucedido en los últimos veinte años. Superman, por su parte, ansía recrear Tierra-2 porque Alex le ha dicho que sólo así podrá salvarse su Lois, que se está muriendo. Finalmente, Tierra-2 vuelve pero no es más que un paso en busca de la tierra perfecta para Alex. Es un Luthor, así que su mundo ideal es aquél donde no exista un Superman y, para hallarlo, recrea un multiverso frágil e inestable. Los héroes de la Tierra, divididos por las manipulaciones y las rencillas que han ido acumulando, tendrán que hacer frente a esta amenaza y a los muchos frentes abiertos. Sólo su unión y la cordura final de Superman de Tierra-2, por no hablar del sacrificio de Superboy (el de Jóvenes Titanes) consiguen detener los planes de Alex Luthor y acabar con la amenaza de un enloquecido Superboy de Tierra Prima. Como resultado, una nueva Tierra que surge de la nueva fusión del multiverso.


Juicio Final a punto de dar para el pelo a Green Arrow y Arsenal.



Lo anterior es un resumen de la trama esencial de Infinite Crisis, que viene decorada con muchos detalles que la hacen una obra épica y emocionante. Son muchos los momentos estelares de esta serie, entre los que destacan los siguientes: la amarga discusión entre Superman, Batman y Wonder Woman y su posterior reconciliación; la historia del multiverso que Superman de Tierra-2 explica a Power Girl y que supone un nuevo logro de George Pérez al explicar setenta años de cómics en apenas cinco páginas; la destrucción de Atlantis; la batalla entre Wonder Woman y las amazonas contra los OMAC; la visita de Superman de Tierra-2 a un Batman amargado y cansado de su vida; la primera batalla entre los Superboy Prime y Superboy, salvado por el aparente sacrificio de Kid Flash y Flash con ayuda de Barry Allen; la batalla en el espacio contra los OMAC dirigida por Batman, Green Lantern, Booster Gold y el nuevo Blue Beetle; la destrucción de Blüdhaven que precede a una tierna escena con Batman y Nightwing; la épica batalla entre Superman y Superman de Tierra-2 ilustrada por Jerry Ordway; la escena en que la Wonder Woman de Tierra-2 hace ver a Diana que, antes que otra cosa, debe aprender a ser persona; la frágil recreación del multiverso; el regreso de un Espectro con nuevo huésped y mucha mala leche; la batalla en que Donna Troy, Kyle Rayner, Supergirl y compañía intentan hundir los planes de Alex Luthor; la recreación de una nueva Trinidad en forma de revelo generacional con Wonder Girl, Nightwing y Superboy, y la muerte de este último; Oráculo y J'onn J'onzz convocando a todo bicho viviente a la batalla en que todos los héroes y villanos arrasan Metrópolis; todos los Green Lanterns del universo intentando detener a Superboy Prime; Wonder Woman evitando que Batman mate a Alex Luthor (¡con una pistola!) por haber herido a Nightwing; y, por supuesto, la lucha final entre Superboy Prime y los Supermanes en Mogo. Sin olvidar la sublime intervención final de Lex Luthor y el Joker. No sé si me dejaré algo; ya decía antes que pasaban muchas cosas en esta serie...

Lo que depara el futuro

En mi opinión, Infinite Crisis supone un antes y un después para la nueva DC del siglo XXI. Las consecuencias de la saga son muchas desde el punto de vista editorial y también dentro del propio universo de ficción. De momento, DC ha conseguido la llamar la atención sobre sus publicaciones a través de un gran momento creativo y de una potente campaña de promoción. No obstante, podríamos decir que no habrá que perder de vista tres aspectos.


Superman salvando un edificio.



El primero de ellos consiste en que DC sepa digerir bien el éxito de esta nueva macro saga tras los muchos fiascos del pasado. Infinite Crisis ha sido un bombazo de ventas y, además, ha contado una historia buena, divertida, emocionante y bien coordinada. No convendría caer en los errores de los noventa y sacar macro eventos de forma sistemática para intentar vender sin que importe la historia que se cuenta. En este sentido, la cosa no pinta demasiado bien. Ya tenemos en marcha “Un año después”, que no es un cross-over en sí mismo pero tiene cierto parecido. Cada serie va por su propio camino, pero han pasado muchas cosas en ese espacio de un año que no explican al final de Infinite Crisis, así que habrá que leer 52 para saber por qué desaparece Hawkman, por qué Supergirl y Power Girl viven en Kandor o por qué James Gordon vuelve a ser el comisario de la policía de Gotham City. Y son sólo tres ejemplos. Tardaremos otro año, lo que dura 52, en enterarnos de todos estos detalles. No sé por qué, pero me da la impresión de que después de ese tiempo habrá otro macro evento. Después de todo, Dan Didio ya ha dicho en varias entrevistas algo sobre los Nuevos Dioses y Darkseid. Cuando le preguntan por qué no han aparecido en Infinite Crisis, la respuesta siempre da a entender que algo están tramando.

Otro aspecto es el reto que supone mantener el interés de “Un año después” más allá de los primeros meses. Recordemos que, aunque la situación no sea la misma, tras Crisis en tierras infinitas hubo mucho entusiasmo y mucho buen hacer que se perdieron con demasiada rapidez pasados un par de años. Las series de Superman vuelven a ser interesantes, incluyendo Supergirl, las de Batman pasan por un momento muy dulce con James Robinson a la cabeza y los relanzamientos de Wonder Woman, Flash y Justice League of America se antojan espectaculares. Geoff Johns parece que por fin encauza Green Lantern mientras recupera el pulso al frente de Jóvenes Titanes y mientras JSA, su antigua serie mimada, pasa por una gran etapa escrita por Paul Levitz. Además, hay series nuevas como Checkmate que apuntan muy buenas maneras. ¿Se podrá mantener la calidad durante mucho tiempo? De momento, lo que sí parece haber llegado a DC es la influencia de Marvel. Todo tiene que quedar bonito en un tomo, y esa tendencia se deja ver en todas las series de “Un año después”. Incluso series que antes parecían buscar el atractivo mensual sin pensar demasiado en el tomo de turno, como Jóvenes Titanes o Legion of Super-Heroes, se han contagiado de la tendencia.

Por último, el reto clave para este Universo DC post Infinite Crisis es la continuidad. Como decía más arriba, ha nacido una nueva Tierra en la que todo el mundo recuerda lo sucedido en el multiverso, en las Crisis originales, en Hora cero… Esto supone un gran reto y hace necesaria una labor de coordinación y revisión que, de fracasar, acabará con la esperanza de una continuidad coherente. Según decía Didio a Newsarama, los cambios se explicarán en las series regulares, en algunos especiales y en la “Historia del Universo DC” que servirá como complemento de 52 durante varios números. Básicamente, se tratará de deshacer los errores que se cometieron en los últimos años. Unos ejemplos que ya conocemos son que la nave de Superman llegó a la Tierra en 1938 y que fue superhéroe antes de llegar a Metropolis, que Supergirl-Matrix nunca ha existido, que Wonder Woman ayudó a fundar la Liga de la Justicia original y que Joe Chill vuelve a ser el asesino de los Wayne. Por delante, a DC le queda una tarea de reconstrucción importante y un futuro muy bueno si no lo estropean ellos mismos. A nosotros, nos queda aún mucho tiempo de hablar sobre Infinite Crisis, porque sus consecuencias van para largo.

INFINITE CRISIS AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.