19.11.04

LOS VENGADORES DE KURT BUSIEK



Ahora que el tercer volumen de Los Vengadores ha terminado en Estados Unidos y se aproxima una etapa nueva que poco tendrá que ver con lo hasta ahora conocido, me ha dado un ataquito de nostalgia y me apetece hablar de la etapa de Kurt Busiek en dicha serie. Debo decir desde el principio que suelo babear bastante con los cómics que este señor escribe para Marvel casi tanto como con los que Johns hace para DC. Pero creo que se notará bastante en este texto...

Hace ya unos añitos...

Desde que Stan Lee y Jack Kirby crearan The Avengers en 1963 como la contrapartida marveliana de la Liga de la Justicia de DC, la colección pasó por períodos de gloria y por etapas más bien mediocres, lo cual es lógico en toda serie que se prolonga durante décadas y que pasa por las manos de muchos autores. Aun así, los noventa fueron especialmente penosos para la serie, que no consiguió levantar cabeza y acabó siendo cancelada e incluida en el tinglado de “Heroes Reborn”, que consistía en versiones modernizadas de personajes clásicos en una realidad alternativa. El autor encargado de relanzar Los Vengadores, ese señor llamado Rob Liefeld, no consiguió su objetivo y los héroes regresaron al Universo Marvel tradicional. La editorial vio, bien guiada por el editor Tom Breevort, que la única forma de relanzar a estos y otros personajes era contratar a creadores de primera fila. Los Vengadores fue, (junto con los Fantastic Four de Lobdell, Davis, Claremont y Larroca), la serie más favorecida, con dibujos de George Pérez y guiones de la enciclopedia andante de Marvel, Kurt Busiek.

Vuelta a empezar

Ya desde el primer número demostró Busiek su profundo conocimiento de Los Vengadores y reunió a todos los que algún día fueran miembros del grupo y estaban disponibles para enfrentarlos a la amenaza de Morgana LeFay. Pero ojo, reunió a los miembros cuya pertenencia al grupo tenía algún sentido y evitó incluir a los miembros de los Cuatro Efe, a Spiderman y a Hulk, entre otros pocos. Tras la aventura inicial, Busiek confeccionó una alineación de Vengadores muy tradicional y perfecta para su objetivo: narrar historias modernas y actuales sin perder el clasicismo exigido por un lector de la serie que reúne a los héroes más poderosos de la Tierra. Aquel primer grupo estuvo formado por el Capitán América, Thor, Iron Man, la Bruja Escarlata, la Visión, Ojo de Halcón y Pájaro de Guerra (anteriormente conocida como Ms. Marvel y Binaria). Además, Busiek añadió dos miembros en reserva que jamás habían sido Vengadores, dos personajes postadolescentes como Justicia y Firestar que eran la sangre nueva.

Cuando Lee y Kirby lanzaron The Avengers, la serie no era más que una excusa para reunir a personajes populares. No obstante, con el tiempo fueron apareciendo otros que no disponían de colección y que se fueron desarrollando dentro del contexto de Los Vengadores. El grupo inicial de Busiek cumple esta condición. Por un lado, incluye a los tres “grandes”, esto es, el Capitán América, Iron Man y Thor; por otro, comprende a personajes sin serie cuyas vidas se desarrollan en Los Vengadores. Así, vemos los problemas de Pájaro de Guerra con el alcohol, lo mal que Ojo de Halcón lleva no ser líder del equipo y también al culebrón por excelencia: la relación entre Visión y la Bruja Escarlata. A este último, Busiek incorpora un elemento inesperado: el regreso del Hombre Maravilla, con quien la Bruja comienza una relación sentimental.

Ya en estos primeros números se cumple otra de las características de la serie, que es la variabilidad de sus filas. Antes del número 10, Busiek ya ha sacado de la serie a Pájaro de Guerra y a Ojo de Halcón, a los que reserva para las otras series que guioniza por aquel entonces (Iron Man y Thunderbolts, respectivamente). Así mismo, incorpora a los dos reservas al grupo, que traen sus propios problemas personales.

A la altura del noveno número, aparece en la serie una subtrama que se prolongará hasta el número cincuenta: la de la Comprensión Trina, una secta que parece estar empeñada en hundir la imagen pública de Los Vengadores y contra cuyos campeones se enfrentarán los protagonistas. Además, durante esta etapa, los enemigos que van circulando por la colección son el Escuadrón Supremo (cómo no, poseídos), el Segador, los Kree... Todos ellos son viejos conocidos de los lectores veteranos, aunque el plato fuerte se prepara progresivamente con escenas en las que se nos sugiere el retorno del mayor enemigo (con permiso de Kang) del equipo: Ultrón, el sádico androide con complejo de Edipo.

Un pequeño inciso

Tras el número 15, Busiek y Pérez deciden tomarse un breve descanso. El primero lleva meses escribiendo tres colecciones (cuatro contando Avengers Forever, que coescribe con Roger Stern) y el segundo no ha fallado ningún número desde el comienzo de la serie, lo cual incluye dos números dobles (a ver qué dibujante estrella iguala esta marca hoy en día). Marvel recurre al siempre competente Jerry Ordway para escribir e ilustrar tres números de la colección, en los que vemos a otros enemigos clásicos, aunque menores, de Los Vengadores, Arkón y el Equipo Demolición, además de algunos invitados de peso como el Caballero Negro y Fotón.

“Ultrón ilimitado”

En el número 19, Busiek y Pérez regresan de sus vacaciones para realizar la aventura que se convertirá en su obra maestra dentro de la colección. Los Vengadores se enfrentan a Ultrón por enésima vez con la ayuda de varios invitados de sobra conocidos (Pantera Negra y, como no podía ser de otro modo, Goliat y la Avispa). Sin embargo, jamás se había tratado al androide como en la saga “Ultrón ilimitado” (Vengadores 19 a 22); en ella, el villano es más megalómano y cruel que nunca, ya que extermina a todo un país imaginario llamado Eslorenia, presentado en Force Works, ante la atónita mirada de los Vengadores y la ONU. Pérez despliega todo su potencial y su afición al escombro dibujando a cientos de clones de Ultrón por viñeta y, en el apartado argumental, Busiek por fin redime a Goliat de su mayor pecado: crear un androide a su imagen y semejanza, lo cual abre las puertas de una subtrama posterior.

Tras la historia, Busiek provoca un enfrentamiento físico entre Visión y el Hombre Maravilla como clímax del triángulo amoroso con la Bruja Escarlata. Al mismo tiempo, los continuos altercados con la Comprensión Trina provocan la dimisión de Thor, el Capitán América y, aunque no se sabrá hasta más adelante, Justicia y Firestar.

Nueva alineación

Tras dos años de relativa estabilidad, Busiek cambia radicalmente la alineación de Los Vengadores. Mantiene a Iron Man y la Bruja Escarlata y devuelve al estatus activo a la Avispa, Goliat, Hulka y a una Pájaro de Guerra en proceso de desintoxicación. Para completar el grupo, se une un personaje conocido por su conexión con la Comprensión Trina, Triatlón, como maniobra para evitar la presión de la prensa. Es en este punto donde nos presenta al nuevo enlace gubernamental del grupo, un hombrecillo llamado Duane Freeman que es miembro de la Comprensión Trina y despierta las suspicacias de Iron Man.

El nuevo grupo se enfrenta a Kulan Gath en la selva amazónica. Se trata de un villano conocido por los lectores de La Patrulla-X cuyo bucle temporal provoca que Hank Pym desdoble su personalidad. Así, tras la aventura, un nuevo Chaqueta Amarilla aparece separado de Goliat. La despedida de George Pérez de la colección está próxima y Busiek decide que el dibujante se vaya a lo grande; para ello, embarca a Los Vengadores en un cross-over con Thunderbolts en el que todos se enfrentan al Conde Nefaria. El último número de Pérez, el 34, es un nuevo despliegue de dos docenas de personajes actuando a la vez y provocando grandes destrozos.

En los números inmediatamente posteriores, se incluye el dedicado a la macrosaga “Maximum Security” y tiene lugar un nuevo conflicto con los campeones de la Comprensión Trina, que destruyen la Mansión de los Vengadores, por un lado y con Ira Sangrienta, el espíritu de Eslorenia, como consecuencia de la saga de Ultrón.

Renovando enfoques

En colecciones como Los Vengadores, en las que es la editorial y no los autores quien posee los derechos de los personajes, es muy habitual que haya cambios creativos. Por lo general, si un dibujante como George Pérez, alabado por crítica y público, abandona una serie tras casi tres años, las consecuencias son dramáticas. Sabiamente, Marvel eligió a un sustituto que era incluso mejor para muchos: Alan Davis. Busiek aprovechó el cambio de dibujante para alterar el estatus de Los Vengadores. Justo antes del estreno del dibujante británico en el número 38, Busiek nos dejaba a la Avispa y al Capitán América hablando de cambios radicales. Tras los continuos ataques y la destrucción de la Mansión, Los Vengadores pasan a adoptar un papel ofensivo y, para ello, construyen un sistema de vigilancia de amenazas para interceptarlas antes de que ataquen. La formación de Vengadores activos pasa a ser muy extensa: el Capitán América, Avispa, Goliat, Iron Man, Thor, Hombre Maravilla, Mercurio, Bruja Escarlata, Triatlón, Pájaro de Guerra y Visión. Además, varios miembros en la reserva ocupan puestos estratégicos de vigilancia; así, encontramos a Quasar, Fotón y Rayo Viviente en el Cinturón de Asteroides, a Sota de Corazones en la Tierra Salvaje, al Caballero Negro y a Firebird en Eslorenia y a Justicia y Firestar infiltrados en la Comprensión Trina.

La etapa Busiek/Davis se abre con un combate épico contra un pueblo griego cuyos habitantes se han transformado en clones de Hulk por obra de Diablo, el alquimista. Davis despliega todas sus artes en esta saga de tres números que no tiene más trascendencia que la de ser una introducción de lo que nos viene. Es también en estos capítulos cuando descubrimos que el Chaqueta Amarilla que apareció en el Amazonas ha raptado y suplantado al verdadero Hank Pym.

"La Guerra de Kang "

En el número 41 comienza una saga de proporciones épicas que se alargará hasta el número 55, incluyendo el número especial anual de 2001. En ella, todos los Vengadores se enfrentan a la letal amenaza de Kang, el otro gran enemigo tradicional del grupo. El emperador temporal destruye ciudades enteras con su ejército y acaba conquistando la Tierra aunque, por supuesto, los Vengadores lo derrotan después. En los dieciséis números que dura la historia, Busiek narra con maestría cómo decenas de héroes se enzarzan en una verdadera guerra con todas las consecuencias y, al mismo tiempo, sigue haciendo evolucionar a los personajes y desarrollando subtramas. En medio del combate, Busiek resuelve la historia de la Comprensión Trina y la de Hank Pym, al que por fin veremos recuperado para siempre de sus insufribles neuras y desdoblamientos de personalidad. También veremos a Pájaro de Guerra reforzada en su papel de Vengadora, la ruptura de la Bruja Escarlata y el Hombre Maravilla, a la Avispa como gran líder y al Capitán América en pleno esplendor dentro del grupo. La historia es ciertamente larga e implica tantos personajes y situaciones que, a veces, resulta fácil perder el hilo.

Muchos han criticado la saga, que es por otra parte la despedida de Busiek, su traca final, por lo larga y compleja, y también por no implicar a más héroes que a los Vengadores en una guerra por la Tierra que dura tantos números. En defensa del guionista, diremos que esto último no es culpa suya sino de la actual política de Marvel de ignorar la continuidad. Por otra parte, es cierto que la historia podría haber sido más corta sin ciertos elementos como el Amo del Mundo, pero eso es cuestión de gustos. Lo que es cierto es que en esta saga concluye realmente una larga etapa de Busiek en la serie y en ella deja todo cerrado para sus sucesores. Además, reafirma a los Vengadores como los superhéroes por excelencia, los mete en una situación épica de la que salen dignamente victoriosos sin recurrir a los dejes widescreen que tanto vemos hoy en día y que no son malos, pero desde luego no pegan para una serie como ésta.

Lo que, sin embargo, se le puedo reprochar a "La Guerra de Kang" es la falta de consistencia gráfica. Davis abandona la serie en el número 43 y lo sustituye Kieron Dwyer a partir del 48, con números de relleno dibujados por Manuel García. Dwyer es un buen narrador y un dibujante más que correcto cuando tiene tiempo para trabajar y cuando coge el tranquillo a los personajes, algo que le cuesta bastante en esta colección donde, además, comienza en medio de una saga con muchos personajes distintos. La calidad de Dwyer varía notablemente desde el primer número hasta el 55, donde ya ha mejorado mucho, aunque ha necesitado varios números de relleno con Brent Anderson y un Ivan Reis que aún no había salido del cascarón.

Después de Busiek...

Llegó Geoff Johns, guionista estrella de DC gracias a su excelente labor en títulos como Hawkman, JSA o Teen Titans. Sin embargo, el amigo Geoff no pudo lucirse en los números que pasó en la serie debido a la imposición de planificar sus historias para que ocupasen un tomo recopilatorio bien majo. Así, Johns definió bien a los personajes, hizo algo de crítica política y consiguió un resultado aceptable, aunque sus números, leídos uno a uno, son irritantemente cortos. Véanse las páginas dobles del Monte Rushmore con que nos obsequió el dibujante Oliver Coipel en "Zona Roja".

Johns abandonó Avengers en el número 76 dejando un buen sabor de boca general, pero entonces llegó el apocalipsis. Su sustituto, Chuck Austen, hizo lo que mejor sabe: destruir una colección bien establecida a base de estupideces como enrollar a la Avispa con Ojo de Halcón. Además, creó un nuevo Capitán Britania que a nadie importa y dedicó una saga entera, léase un tomo, a presentar una versión descafeinada de Los Invasores que serían su próxima serie regular.

Tras Austen, Marvel encargó a B.M. Bendis que escribiera "Avengers Disassembled", la historia que terminaría de forma dramática este tercer volumen para comenzar de nuevo con New Avengers, la serie que debuta este mismo mes en Estados Unidos.

(ILUSTRACIÓN: Portada de The Avengers vol. III nº 1 de George Pérez con tintas de Al Vey.)

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