LA LIGA DE LA JUSTICIA INTERNACIONAL
Una Liga cómica
Entre 1986 y 1987, DC publicó la miniserie Legends, su segundo cross-over tras Crisis, aunque de proporciones mucho más modestas. Escrita por John Ostrander y Len Wein e ilustrada por John Byrne, la serie contaba cómo el tirano Darkseid influía en las mentes de los humanos para que rechazaran a sus superhéroes. La Liga de la Justicia de América (LJA) de la época participaba en la saga, aunque sería disuelta durante la misma por su líder, J'onn J'onzz, tras la muerte de algunos miembros. En el último número de la miniserie, algunos de los héroes que lucharon contra Darkseid se unieron para formar una nueva Liga de la Justicia. Sólo Superman, Wonder Woman, Changeling y Flash rechazaron la oferta.
Los miembros fundadores de la nueva Liga de la Justicia (LJ), a secas, fueron Batman, el Detective Marciano, Doctor Fate, Capitán Marvel, Canario Negro, Guy Gardner y Blue Beetle. Su primera reunión tuvo lugar en el número uno de la nueva serie Justice League (mayo de 1987); el grupo se instaló en la antigua cueva de Metrópolis de la LJA original, y ya en el primer número contó con las incorporaciones de la Doctora Luz y Mister Miracle (acompañado por su mayordomo, Oberón). Sin embargo, esta nueva Liga era muy diferente de la anterior.
Obviamente, este grupo no contaba con el tirón comercial de los pesos pesados del Universo DC como la Liga original (con la excepción de Batman). Sin embargo, logró un éxito que la LJA hacía muchos años que no tenía gracias al nuevo planteamiento que le dieron sus responsables, los escritores Keith Giffen y J.M. DeMatteis y el dibujante Kevin Maguire. Los tres construyeron una comedia de situación superheroica donde contaba más la relación entre los protagonistas que las batallas. Y, como conductor de la historia, eligieron a un personaje nuevo, un tal Maxwell Lord.
Lord embaucó a la nueva LJ para hacerles de espónsor, por decirlo de alguna forma. A partir de entonces, comenzó a manipularlos a su antojo y a colocarles miembros nuevos que no querían, como Booster Gold en el número cuatro. En los primeros números, el equipo se enfrentó a los Rocket Red rusos, al Hombre Gris y al Royal Flush Gang. Sin embargo, las tensiones entre los miembros eran más peligrosas que sus enemigos. Todos odiaban a Guy Gardner, sobre todo Batman, cuyo liderazgo siempre desafiaba, y Canario Negro, a quien acosaba sexualmente. El Detective Marciano, tan serio él, no soportaba las bromas constantes de Blue Beetle. La Doctora Luz, simplemente, no aguantaba a ninguno de los demás miembros. Por su parte, el Capitán Marvel se enfadaba cuando los demás no querían cantar. Y etcétera.
En el número siete, la serie cambió de nombre cuando el grupo adquirió estatus especial de la ONU y se convirtió en la Liga de la Justicia Internacional (LJI); el nombre de la serie también cambio, lógicamente a Justice League International. El trío Giffen/DeMatteis/Maguire se deshizo de algunos personajes, como el Doctor Fate y el Capitán Marvel, e incorporó a relativos desconocidos como el Capitán Atom y uno de los Rocket Red (el 7, aunque pronto lo sustituyó el 4 por los acontecimientos de Millennium). La LJI contaba con una embajada propia en Nueva York, donde se sucedían los despropósitos y los enfrentamientos absurdos con villanos de toda índole, desde un peso pesado como Darkseid al tirano más cutre de la galaxia, Manga Khan. Esta situación duró hasta el número 24.
Tras la macrosaga Invasión, Lord consiguió una nueva embajada en París donde colocó el nuevo equipo llamado Liga de la Justicia Europa (LJE), formado por Capitán Atom, Rocket Red (que dejaron el equipo de Nueva York), Power Girl, Flash, Wonder Woman, Animal Man y el Hombre Elástico. El equipo americano pasó a llamarse LJA y contó con las últimas incorporaciones de la anterior etapa, Fuego y Hielo, y con la Cazadora durante un breve tiempo. Es tal vez en este punto que la colección empezó a deteriorarse. Kevin Maguire abandonó Justice League America, lo cual no fue dramático ya que fue sustituido por Adam Hugues, otro gran dibujante. Por su parte, Bart Sears ilustraba muy bien la serie hermana, y el aspecto gráfico de la LJI no se resintió en absoluto. Sin embargo, la partida de DeMatteis y, más tarde, de Giffen, supuso el fin del original concepto que había sido esta Liga de la Justicia.
En todo aquel tiempo, el trío de autores consiguió presentarnos la faceta sarcástica de Batman, afianzar el dúo cómico por excelencia de DC, es decir, Blue Beetle y Booster Gold, dotaron de personalidad a alguien tan plano y mal usado como el Detective Marciano, encumbraron a Guy Gardner, que incluso acabó con serie propia, e incluso dieron a conocer a todo el mundo personajes muy secundarios de la editorial como Fuego, Hielo, Capitán Atom, Rocket Red o Mister Miracle. Y también tuvieron alguna que otra creación propia, como el impagable G'Nort o el androide L-Ron. Además, con la LJI se inauguró un subgénero de superhéroes cómicos que Marvel reflejó en Excalibur y Hulka y, lo más importante, calaron hondo en muchos lectores para los que no ha habido otra Liga de la Justicia como ésta.
La LJI siguió adelante tras un breve paréntesis con Dan Jurgens como cabeza pensante (es un suponer). Por supuesto, Jurgens no supo mantener el tono humorístico de la serie. Para empezar, incorporó al grupo a Superman y no supo contrastarlo con los impresentables que lo acompañaban en la LJA. También insertó con calzador a Maxima, reina alienígena y secundaria de las series de Superman por la época y, tras el rollo de la muerte del Hombre de Acero, colocó un grupo poco interesante con Wonder Woman como líder. A pesar de esto, no lo hizo mal del todo comparado con otras obras suyas, pero aun así la Liga cayó en desgracia hasta la llegada de Morrison.
Formerly Known as the Justice League
Formerly Known as the Justice League (FKJL, en adelante) comienza cuando Maxwell Lord recluta a su fiel pelota de antaño, el androide L-Ron, que ha pasado los últimos meses trabajando en el servicio para coches de Big Belly Burger, una cadena de comida rápida. La pretensión de Lord es crear una organización de superhéroes sin ánimo de lucro a la que el pueblo llano pueda recurrir en caso de necesidad (aunque también puede comprar camisetas).
Junto con L-Ron, el magnate comienza a reclutar a antiguos miembros de la LJI. Algunos aceptarán a regañadientes y otros, con mucho gusto. La situación en que se encuentra cada uno de ellos es bien dispar. Blue Beetle no quiere volver a ser superhéroe porque padece una enfermedad coronaria. El Hombre Elástico echa de menos su vida heroica, aunque no menos que Sue, su esposa, que está algo harta de tenerlo en casa. Fuego, por su parte, ha hecho una pequeña fortuna gracias a su página web, blazingfire.com, donde por un módico precio los usuarios pueden descargarse fotos de la heroína desnuda, pero envuelta en llamas. El Capitán Atom se enfrenta a villanos de poca monta con un uniforme estrafalario diseñado por un amigo suyo que es dibujante de cómics (en realidad, es muy similar al uniforme del Capitán Atom en Kingdom Come, diseñado por Alex Ross). Por último, Booster Gold es el mantenido de una anciana rica y aficionada a la cirugía estética con la que se ha casado por dinero. El último miembro del nuevo grupo será Mary Marvel, que se entera de los planes de Lord gracias a que su hermano, el Capitán Marvel, ha declinado la oferta por sus malas experiencias anteriores con el grupo.
El nuevo grupo, llamado Superbuddies (Supercolegas), "los héroes del pueblo", se instala en el barrio neoyorquino de Queen's a pesar del rechazo de sus vecinos y de una banda de matones intelectuales de rico vocabulario. Pronto serán secuestrados por Roulette, la líder de una empresa multimedia que organiza torneos de gladiadores con superhéroes previamente hipnotizados. Y, en medio de todo esto, siempre está presente la amenaza de Manga Khan, el dictador interestelar aficionado a los monólogos y al melodrama que fuera jefe de L-Ron. Ah, y también está la ayudante actual del tirano, la robot J-Lo (...). Sin embargo, el mayor problema de esta Liga, más que sus enemigos, siempre ha sido la relación entre sus miembros, y aquí no se hace una excepción. En detrimento de más acción, la serie nos ofrece los problemas entre Booster y Beetle, que siempre han sido más propios de un matrimonio mal casado que de dos colegas. Mary Marvel no quiere estar cerca de Atom porque piensa que la radiación puede perjudicar su futura maternidad. Fuego, por su parte, no soporta la mojigatería de Mary y atormenta al Hombre Elástico con su falta de atractivo.
FKJL, no nos engañemos, es una serie muy pensada para el lector que disfrutó en los ochenta con los disparates de la LJI. Aunque en ningún caso tiene sabor a rancio, no es en el producto más adecuado para un seguidor de The Ultimates; y es que, como ya hemos dicho, los diálogos pesan más que la acción (de hecho, no hay combate hasta el final del segundo número). No obstante, para los que recordamos aquellos tiempos, es un paseo que no podemos rechazar (no hay que perderse la aparición de la LJA ni al "invitado sorpresa" de Manga Khan). Los autores son conscientes de ello al referirse a este cómic como "comic-book cacophony" y se refieren a sí mismos en los créditos con lindezas como "reliquias oxidadas de los ochenta" o "¡Son más viejos! ¡Son más sabios! ¡Pero siguen sin poder rechazar un cheque!". En cualquier caso, la serie tuvo mucho éxito en Estados Unidos y se planeó publicar este año una secuela, I Can't Believe It's not the Justice League!, que DC ha retrasado debido a los acontecimientos de Identity Crisis nº 1 y Superman / Batman nº 6, pues en ambos números muere un protagonista de estos "Supercolegas".
Y es que, nostalgias aparte, éste es un buen cómic. Está escrito con inteligencia y unos diálogos chispeantes, y dibujado por Kevin Maguire con todo lo bueno (su habilidad narrativa y la expresividad de sus personajes) y lo malo (no dibuja fondos si no hay una toma panorámica y a veces usa unas líneas cinéticas un poco raras). El humor siempre es bueno en un género que a veces parece acartonado, y seguro que a muchos lectores novatos les gustará la serie aunque no pillen algunas referencias al pasado que son inevitables (la isla de ocio de Booster y Beetle, las galletas de J'onn J'onnz...). Qué pena que no salga Guy Gardner.
(ILUSTRACIÓN: Justice League nº 1, por Kevin Maguire con tintas de Terry Austin.)
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