27.9.04

SUPERMAN / BATMAN, ESA GRAN SERIE

Los precedentes

La idea de reunir a Superman y a Batman en un solo cómic es uno de los primeros inventos del cómic de superhéroes. La popularidad de la que ambos disfrutaron desde sus comienzos llevó a DC (entonces National) a publicar una serie titulada World's Finest Comics donde ambos héroes vivían aventuras adicionales a las de sus series propias. Al principio, no formaban equipo, sino que protagonizaban cada uno su historia corta, y había además otros personajes como Zatara (padre de Zatanna), Aquaman o Green Arrow. Con el tiempo, Superman y Batman (con Robin) comenzaron a compartir aventuras y los team-ups se sucedieron hasta el número 322 que, en 1986, fue el último de la serie.

En el Universo DC post Crisis, los dos grandes héroes de la casa se han reunido en distintas ocasiones. Se conocieron en The Man of Steel nº3 de la mano de John Byrne, autor que volvió a reunirlos, esta vez sólo como escritor, en Action Comics Annual nº2, un espléndido trabajo gráfico de Arthur Adams. Posteriormente, en 1990, Steve Rude los reuniría en World's Finest, miniserie de tres prestigios. Cuatro años más tarde, Walter Simonson y Daniel Brereton los juntarían de nuevo en Legends of the World's Finest. Ya vemos que los títulos eran de lo más originales.

Con el tiempo, Superman y Batman se hicieron amigos o, por lo menos, llegaron a comprender cada uno las motivaciones del otro. Conocían sus identidades secretas y colaboraron en más ocasiones, dentro o fuera de la Liga de la Justicia.

Y en 2003 llegó Superman / Batman, una nueva serie regular donde los dos héroes combatirían mano a mano amenazas varias. La serie nació con clara vocación comercial. Cada arco argumental, estirado convenientemente para su reedición en tomos, estaría dibujado por un artista hot, empezando por el amerimanga Ed McGuiness, siguiendo con Michael Turner, el heredero de la generación image y acabando con la actual etapa de Carlos Pacheco, abanderado del desembarco español en el cómic yanqui. Como guionista, tenemos a Jeph Loeb, reciente autor de éxito gracias a los dibujantes que le asignan, que hacen que sus series suban a los primeros puestos de la lista de Diamond.

"Enemigos públicos"

La primera saga de la serie, titulada "Public Enemies" ("Enemigos públicos", editada por Norma Editorial al escandaloso precio de 16,00€) está dibujada por Ed McGuiness, un dibujante de estilo amerimanga que ya había colaborado con Loeb en su etapa en el Hombre de Acero. Se trata de una historia en la que, tras volver a contar por enésima vez el origen de los dos héroes, Loeb nos muestra a un Luthor decididamente malvado y pre Crisis, y además presidente de Estados Unidos, que descubre que un meteorito se acerca inexorablemente hacia la Tierra. Manipulando a la opinión pública, hace creer que es culpa de Superman y, claro, todo bicho viviente intenta cargarse tanto al pobre Kal como a Batman, que está con él tras tener un inquietante encuentro con Metallo. Éste es el punto de partida de la historia, y a partir de él se suceden toda serie de despropósitos, entre los que destacan los siguientes:

  • Metallo podría ser el asesino de los padres de Bruce Wayne. A Loeb le parece que la excusa perfecta para reunir al Murciélago con su amigo Superman es enlazar las vidas de ambos utilizando a un villano menor del segundo para afectar la vida del primero; incluso nos ofrecen una trágica visita al cementerio de Gotham, que es una escena un pelín vista. En todo caso, la cosa se queda a medias y a Loeb parece que se le olvide hasta casi el final. Por supuesto, no resuelve un cabo suelto tan importante como éste y deja al lector a medias y esperando que todo esto no sea más que una mentira de Mentallo provocada por una paja mental del guionista.
  • A pesar del punto anterior, no hay que pensar que en el cómic hay desarrollo de personajes.; "Enemigos públicos" consta de seis números donde muchos personajes se dan sopapos. En cuanto Luthor anuncia que Superman es culpable de que llegue un meteorito, una excursión de supervillanos ataca al duó calavera; de repente, llega un Superman del futuro (parecido al de Kingdom Come, cómo se atreven a mancillar su recuerdo) avisando del peligro que corren y claro, se da de leches con su yo presente como si hiciera falta. Después llega un grupo de héroes enviados por el gobierno. Entre ellos están el Capitán Atom y Mayor Force, que son soldados y cumplen órdenes, y Rayo Negro, que está infiltrado en el gabinete de Luthor. Hasta aquí, es normal. Pero es que también van a por ellos Starfire, antigua novia de Nightwing, y Katana, amiga y excompañera en los Outsiders de Batman. Ambas deberían saber que Batman y Superman son inocentes de los cargos que se les imputan, pero da igual, se dan de tortas con ellos. Después, la SJA envía al Capitán Marvel y a Hawkman a por los dos héroes y nadie sabe por qué, y se pasan un número dándose candela. Después, las familias de Batman y Superman atacan la Casa Blanca, al lorín, para rescatar a sus "papis". En las familias se incluye a Krypto, no sufráis. Y a la Cazadora, gran amiga de Batman como todos sabemos. Por último llega la batalla final contra Luthor y la destrucción del meteorito. Y Lex deja de ser presidente porque se descubre el pastel. Y la LJA ni aparece con el pitote que se arma.
  • Los textos de apoyo. Nuestro, a estas alturas, amiguete Jeph Loeb utiliza un recurso muy chulo en los textos de apoyo. Los del color azul son los pensamientos de Batman y los de color naranja, los de Superman (o al revés, no lo recuerdo ahora mismo). Así, ya que el cómic no tiene sustancia alguna, puede en tooooodo momento reflejar lo distintos que son los protagonistas haciendo que uno piense lo contrario que el otro. Curradísimo, vamos.
  • Luthor no molaba, pero ahora sí. Si todavía hay alguien que recuerda la espléndida caracterización que John Byrne hizo de Lex Luthor, y que los autores siguientes han mantenido, aquí desaparece. Ya no es un manipulador ni un cínico ni nada, ahora es un megalómano obsesionado con cargarse a Superman aunque ponga en peligro su cargo presidencial. Ah, y se vuelve a poner la horrible armadura verde pre Crisis tras inyectarse un suero de kriptonita. Hasta el Luthor ñoño de Smallville es mejor que éste. A todo esto ¿Loeb no trabaja en la serie ésta?
  • Mazinger Z. Y llegamos a la chorrada definitiva. Se ve que a nuestro Jeph, consciente del estilo amerimanga del dibujante, se le ocurrió incluir un robot gigante que es medio Superman y medio Batman. No es coña. Se trata de un invento del nuevo Juguetero (Toyman), que es un niñato japonés muy listo y con muchos recursos económicos, por lo que parece. Y es la única arma capaz de destruir el metorito. Animado por Metron, que aún no sé qué pinta en la trama, el Capitán Atom lo pilota, se estrella contra el meteorito y se muere. Toma castaña.

Una vez concluida esta gran historia, tenemos un número de transición (el séptimo) que sirve para cerrar un cabo suelto: el de Toyman, a quien Batman pretende convertir en el nuevo ingeniero de sus batvehículos. Y para que se fíe de ellos, envían a Robin y a Superboy a buscarlo. Loeb, que es muy listo, aprovecha que el número lo dibuja Pat Lee (jefazo de Dreamwave Productions, editorial que publica los cómics de los Transformers) y que Toyman es japonés para montar un combate con robots gigantes, pilotados por Robin, Superboy y Toyman al más puro estilo mecha nipón. Al final, lo convencen y el muchacho acepta trabajar para Batman.

"La Superchica de Kripton"

Y llegamos a la siguiente saga: "The Supergirl from Krypton". El dibujante es el ilustre Michael Turner en uno de los trabajos alimenticios que hizo para DC mientras gestaba su Soulfire. La historia ocupa los números 8 a 13, cuatro de los cuales ya han sido publicados; al parecer, Turner ha estado gravemente enfermo (esto es cierto) y no ha podido cumplir las fechas de entrega.

"La Superchica de Kripton" comienza cuando, tras una tormenta de meteoritos de kriptonita, Batman aísla a Superman en la Batcueva hasta haber recogido todos los restos. Entre ellos, encuentra los de una... muchacha. Mientras estaba aislado, Superman ha reflexionado mucho sobre lo de ser el único kriptoniano vivo (con la excepción de Kripto) y, justo cuando se deprimía por estar solo, aparece esta chica, que dice ser Kara, hija de Zor-El, hermano de Jor-El, padre de Kal-El, que es Superman.

En un acertado intento por diferenciar los carácteres de los dos protagonistas, Loeb nos muestra cómo Superman cree enseguida que Kara viene de Krypton mientras Batman no se fía de ella ni un pelo. Ni Kripto, que también está por ahí. Tras pasar un tiempo encerrada, la chica se va a Metropolis con su primo y, allí, llegan Wonder Woman, Artemis y Harbinger para llevarse a Kara a Isla Paraíso y darle un adiestramiento de amazona. Sinceramente, no lo entiendo.

Pero, oh mundo cruel, las huestes de Darkseid atacan la isla para llevarse a Kara. El tirano de Apokolips ha decidido que sea su nueva superguerrera en el lugar de Barda Free. Y Harbinger muere fuera de plano. Vamos, que Loeb vuelve a liquidar a un personaje más o menos importante del Universo DC sin venir a cuento. En el número 11, el último editado, Superman, Batman y Wonder Woman recurren a Big Barda para que los lleve a Apokolips para rescatar a Kara, que parece encontrarse muy cómoda con Darkseid.

Desconozco aún las maravillas que deparan los dos últimos números de esta apasionante saga, pero no descarto que al final Kara no sea la verdadera prima de Superman y que sea algún tipo de triquiñuela de Darkseid, Luthor, Metallo o el Pingüino para engañar al pobre Hombre de Acero, que tan contento está con su primita. Me queda comentar que en esta historia contamos con el dibujo de Michael Turner, alumno aventajado de la Escuela Image, con todo lo que ello implica. Vamos, que habrá quien lo adore y quien lo deteste, porque sus ilustraciones cumplen con todos los tópicos de este estilo tan controvertido: silicona, posturitas imposibles y hormonas a tutiplén, sobre todo en Isla Paraíso.

Dije una vez en el artículo publicado originalmente en Geocities y que ahora amplío, que Superman/Batman me parece una frikada, entendido el término, no necesariamente despectivo, como una historia donde hay muchos personajes y mucha acción sin demasiado sentido. Loeb es perfectamente consciente de que su serie es un producto comercial sin pretensiones y para ello implica a cuanto personaje puede; así, no se le puede reprochar que haga una frikada de serie, pero sí que la haga mal. Comparada con otras, como JLA/Vengadores (o JLA: La unión hace la fuerza, por no poner el listón taaaan alto), Superman/Batman se me hace, cuanto mínimo, una serie absurda llena de despropósitos. Y además, éstos tienen repercusión en el resto del Universo DC. Ahí están las muertes del Capitán Atom y de Harbinger, o la regresión de Luthor a su absurda personalidad pre Crisis, o la aparición de una Supergirl que, por Rao, esperemos que sea la definitiva de una puñetera vez.

Por último, me resta confiar en la presencia de Carlos Pacheco (y Jesús Merino) como dibujante del próximo arco argumental, que al parecer tendrá lugar en un futuro alternativo, así que a lo mejor salimos ganando.

(ILUSTRACIÓN: Portada de Superman / Batman nº 8 USA, por Michael Turner.)

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