HISTORIA DEL CÓMIC DE SUPERHÉROES (II): LA SILVER AGE
La decadencia del género de los superhéroes durante los años cincuenta llegó a su fin cuando Gardner Fox, editor de DC Comics, decidió renovar a los personajes clásicos de los años cuarenta. Sin embargo, ya se habían hecho algunos intentos anteriores, como la renovación de Aquaman o la creación del Detective Marciano en 1955, pero fue con Flash que comenzó realmente la nueva grandeza de un género que rápidamente volvió a acaparar la mayor parte del mercado. Fue durante esta época que se crearon los cimientos del actual cómic de superhéroes, al menos el publicado por Marvel y DC, ya que gran parte de los conceptos, personajes y situaciones siguen vigentes hoy en día.
La renovación de DC
En 1956, DC (adoptó el nombre con el tiempo, en aquel año aún se llamaba National) renovó a uno de los personajes de la Golden Age que habían sido olvidados por el público: Flash. El hombre más rápido del mundo regresaba en Showcase nº4, aunque su encarnación era bastante diferente de la original. El uniforme, la identidad y el origen del personaje eran distintos, y es que, esta vez, Flash era un miembro de la policía científica llamado Barry Allen que recibía la descarga de un rayo mientras manipulaba productos químicos. Los responsables del regreso del velocista fueron Julius Schwartz y Carmine Infantino, apoyados por el editor Gardner Fox, creador del personaje en 1940.
El retorno de Flash marcó el comienzo oficial de una nueva era de grandeza del cómic de superhéroes, aunque ya en el año anterior DC Comics había empezado a recuperar personajes como Aquaman y a crear otros como el Detective Marciano. Básicamente, hay tres tipos de personajes que destacaron al principio de esta edad de plata por parte de DC:
1. Los héroes que se habían mantenido en los quioscos desde los años cuarenta, como Superman, Batman y Wonder Woman. Los tres volvieron a comenzar de cero aprovechando la renovación de los demás personajes. Así, se facilitaba a los nuevos lectores la entrada a estas series, si bien los protagonistas no cambiaban de identidad ni de caracterización (con la excepción de Wonder Woman, que adquirió algún poder nuevo).
2. Los héroes que el público olvidó tras la Segunda Guerra Mundial se renovaron por completo con nuevas identidades, caracterizaciones e incluso poderes; es el caso de héroes míticos de la Golden Age como Green Lantern, Hawkman, Atom o el propio Flash. El único personaje de los años cuarenta que no fue remozado fue el Espectro, que se relanzó en Showcase nº60.
3. Los héroes de nueva creación influidos por la moda del cómic de ciencia-ficción, ya que todos ellos tenían un componente futurista o interestelar, como el Detective Marciano, la Legión de Superhéroes o Adam Strange. De entre todos los lanzamientos y relanzamientos de DC destacaron los de Green Lantern, Hawkman, Atom, Adam Strange y la Legión de Superhéroes. Todos ellos aparecieron en revistas genéricas donde se publicaban aventuras de diversos personajes. Era poco frecuente que un cómic de superhéroes comenzara por el número uno de un personaje, ya que los distribuidores desconfiaban de su potencial comercial. Marvel hizo lo mismo con la mayoría de sus personajes, aunque a algunos se les dio una oportunidad desde el principio, como veremos más adelante.
Hal Jordan, el nuevo Green Lantern, hizo su primera aparición en Showcase nº22 de la mano de John Broome y Gil Kane con Julius Schwartz como editor. Aunque sus poderes eran similares a los del Green Lantern de la Edad de Oro, el anillo de poder de Jordan no tenía un origen mágico sino alienígena. A partir de esto, se estableció una organización de héroes interestelares llamada Green Lantern Corps en la que cada miembro tenía un sector del espacio que defender. El contexto de estos personajes, incluyendo su cuartel general en el planeta Oa y sus líderes, los Guardianes, dio mucho juego en el Universo DC durante las décadas siguientes.
Con varios personajes renovados, a Gardner Fox se le ocurrió crear un grupo de superhéroes donde se reunieran habitualmente los héroes más importantes de la editorial. Así, en Brave and the Bold nº28 (febrero de 1960), Julius Schwartz y Mike Sekowsky crearon la Liga de la Justicia de América (LJA), un grupo que seguía la estela de la SJA de la Edad de Oro y que aglutinaba a Wonder Woman, Flash, Aquaman, Green Lantern, el Detective Marciano y, ocasionalmente al principio, a Superman y Batman. El éxito del nuevo equipo superó toda expectativa y, al año siguiente, recibió su propia colección, Justice League of America.
No obstante, la LJA no fue le primer grupo de héroes que se creó en la Edad de Plata. En 1958, Otto Binger y Curt Swan, animados por el editor Mort Weisinger, habían creado en el número 247 de Adventure Comics a la Legión de Superhéroes (LSH). La serie Adventure Comics estaba protagonizada por Superboy, la versión juvenil del Hombre de Acero que apareció en 1945. La Legión de Superhéroes llegaba desde el siglo XXX para invitar a Superboy a unirse a ellos. Aquella aparición original, en la que sólo encontrábamos a los fundadores de la LSH (Saturno, Cósmico y Relámpago) causó gran impacto en los lectores, hasta el punto que, con el tiempo, el grupo acaparó toda la serie e incluso logró colección propia.
Tras el lanzamiento de la LJA, DC renovó a tres personajes que estaban llamados a formar parte de sus filas en el futuro. El primero era Green Arrow, un personaje entonces marginal que no tuvo serie propia individual hasta bien entrados los ochenta y que era una especie de Guillermo Tell pero en superhéroe y en millonario. El segundo era Atom, relanzado en Showcase nº 34 (1962) como Ray Palmer; esta vez, sí era un átomo de verdad, ya que tenía el poder de reducir su tamaño a proporciones microscópicas. Por último, se recreó a Hawkman en Brave and the Bold nº 34 (1962), esta vez como un policía alienígena del planeta Thanagar, habitado por hombres alados de verdad (las alas del Hawkman de los cuarenta eran artificiales).
Los cómics de DC de la época resultaban en gran medida infantiles, y se limitaban a presentar batallas imposibles entre héroes pluscuamperfectos y villanos malísimos. Sin embargo, esta tendencia cambió claramente debido al éxito inesperado de otra editorial que, rápidamente, causó furor entre los lectores: Marvel Comics.
La Era Marvel
Marvel Comics, anteriormente conocida como Atlas, había dejado de publicar cómics de superhéroes tras el fiasco de los años cincuenta. Sin embargo, un equipo creativo formado por el escritor Stan Lee y el dibujante Jack Kirby revolucionó el panorama del cómic de superhéroes en 1961.
Lee y Kirby decidieron que había llegado el momento de publicar una serie cuyos protagonistas fueran héroes de carne y hueso dentro de lo posible. Querían que tuvieran problemas emocionales o económicos, e incluso que formaran familias o se convirtieran en rarezas genéticas rechazadas por la sociedad. Su primer éxito fueron Los Cuatro Fantásticos, que aparecieron en Fantastic Four nº1 (1960), curiosamente con serie propia. Las aventuras de estos héroes, que formaban una familia más o menos bien avenida, fueron recibidas con el aplauso de los lectores. Entre los personajes del grupo, destacaba la Cosa, el héroe de aspecto monstruoso enamorado de una escultora ciega.
El tándem fue trabajando poco a poco en otras colecciones de la casa, que abandonaron las temáticas de monstruos y ciencia-ficción para irse dedicando a los superhéroes. En las páginas de Tales to Astonish nº27 (enero de 1962), apareció Henry Pym, el científico que, en el número 35 de la misma serie, se convertiría en el Hombre Hormiga, de poderes más que evidentes. Su compañera sentimental y laboral, la Avispa, aparecería en el número 44. También durante 1962, Lee y Kirby crearon a Thor (en Journey into Mistery nº82), un superhéroe que no es otro que el dios del trueno de la mitología nórdica, con la ambientación que ello implica, y a Hulk, en una serie propia (The Incredible Hulk) que no superó los seis números, aunque sería relanzado el año siguiente en Tales to Astonish nº59.
Debido al exceso de trabajo, Jack Kirby tuvo que renunciar a dibujar a tres nuevos personajes, si bien fue él el encargado de los diseños. Se trataba de Iron Man (creado en 1963 en Tales of Suspense nº39), un héroe algo masoquista que no era otro que el millonario Tony Stark, que se vio obligado a fabricar una armadura con superpoderes para que su corazón siguiera funcionando, y el Doctor Extraño (en Strange Tales nº110), el señor de las artes místicas. Lee creó a Iron Man con el dibujante Don Heck y, al Doctor Extraño, con Steve Ditko. No obstante, la colaboración más importante de Lee y Ditko había empezado en 1962 en Amazing Fantasy nº16, donde crearon a Spiderman.
El Hombre Araña era el paradigma del héroe con problemas: adolescente rechazado por sus compañeros, con pocos amigos, huérfano, con problemas económicos... El concepto maravilló al público, y Spiderman sigue siendo hoy en día uno de los dos puntales de Marvel junto con La Patrulla-X.
En 1963, Lee y Kirby lanzaron dos nuevas series: X-Men y Avengers. La primera, protagonizada por la Patrulla-X, ahondaba en el tema del adolescente masoca presentando a cinco jovenzuelos mutantes, esto es, nacidos con superpoderes debidos a una malformación genética, que se formaban en el aprendizaje de sus poderes bajo el mando del telépata más poderoso del mundo que, paradójicamente, era paralítico. En Avengers, Lee y Kirby copiaban el concepto de la LJA de DC reuniendo a cinco de los personajes más populares en un grupo único. Así, en el primer episodio protagonizado por Los Vengadores, se reunían Thor, Hulk, Iron Man, Hombre Hormiga y la Avispa. Spiderman quedaba fuera por su carácter individualista, aunque se uniría tres décadas más tarde al grupo como miembro honorífico.
Lee y Kirby fueron abandonando las series que habían creado progresivamente, con la excepción de Fantastic Four y The Mighty Thor, donde permanecieron hasta finales de la década de los sesenta. Confiaron sus demás creaciones a autores como Don Heck, Roy Thomas, John Bucema, etc., que conservaron el principal concepto creado por los autores: el del Universo Marvel. Éste era y es (más o menos) un mundo imaginario donde lo que sucede en una colección tiene repercusión en las demás. Esto supuso toda una innovación, ya que hasta el momento las colaboraciones entre personajes se limitaban a aventuras esporádicas. Con el tiempo, DC también adoptó su propio Universo DC, aunque las consecuencias serían catastróficas.
El Universo DC y las tierras paralelas
Poco a poco, DC fue reaccionando a la influencia de Marvel Comics; en cierto modo, intentaron que sus historias fueron menos infantiles, aunque hubo algunos elementos que hacían difícil que un cómic DC interesara a un público juvenil o incluso adulto.
En 1963, apareció la Patrulla Condenada en My Greatest Adventure nº80, un grupo cuyos personajes estaban destinados a morir con la colaboración de los lectores. A este nuevo supergrupo, la editorial añadió los entrañables Metal Men en Showcase nº37. Ninguno de los dos grupos se aprovechó demasiado. En el caso de la Patrulla Condenada, hubo que esperar a los ochenta para que el grupo mereciera la pena. Algo parecido sucedió con los Titanes, creados en Brave and the Bold nº54 y 60 por Bob Haney. Se trataba de un equipo formado por los ayudantes juveniles de algunos superhéroes de la casa, es decir, eran una LJA en miniatura. Los fundadores fueron Robin, Kid Flash, Aqualad, Wonder Girl y Speedy, compañeros respectivamente de Batman, Flash, Aquaman, Wonder Woman y Green Arrow.
La agrupación de los sidekicks respondía a la moda cada vez más extendida de crear familias superheroicas para los personajes más populares. Como ya vimos, la tendencia comenzó en los cuarenta, aunque a finales de los cincuenta proliferaron los diversos derivados. Superman, además de la versión paralela de Superboy, tuvo a su prima Supergirl desde 1959. A Batman le aparecieron, a parte de Robin, dos Batgirl, una Batwoman y algo indefinido llamado Batmite. Esto son sólo algunos ejemplos, aunque casi todos los personajes importantes contaron con una galería de acompañantes.
Con su nueva línea superheroica ya renovada y con la intención de introducir una continuidad en sus cómics, DC tuvo qué plantearse qué demonios había ocurrido con los personajes de la Edad de Oro que ya no existían, fueron los personajes recreados con identidades nuevas o fueran comienzos desde cero como los de Batman, por ejemplo. Así, en The Flash nº123, se estableció el concepto de "tierra paralela". El nuevo Flash se encontraba en esa historia con su homónimo de la Edad de Oro. Desde entonces, se consideró que todo lo ocurrido en DC antes de la Edad de Plata había tenido lugar en una tierra alternativa llamada Tierra-2. La idea no era mala a priori, pero lo de las tierras se convirtió en una excusa para que los autores crearan infinitas versiones alternativas de los personajes, y en los setenta colocaron a los personajes comprados a otras editoriales en tierras varias. Al final, se produjo un caos en el que los guionistas no sabían qué versión de cada personaje pertenecía a qué tierra. Pero de eso hablaremos más adelante.
La exploración del Universo Marvel
La prolífica imaginación de Lee y Kirby convirtió la colección Fantastic Four en el medio perfecto para explorar y ampliar el Universo Marvel. Aunque las aventuras de los héroes Marvel tenían lugar en ciudades reales como Nueva York (recordemos que los héroes DC actuaban en ciudades imaginarias como Gotham City, Metrópolis y demás), Lee y Kirby introdujeron algunos países pequeños como Wakanda o Latveria y mundos alienígenas como el de los skrull, el de los kree, etc., por no hablar de algunos de los puntales cósmicos del espacio Marvel, como Warlock, Galactus y Estela Plateada.
Sin embargo, no todo eran novedades en el Universo Marvel. Lee y Kirby respetaron el pasado de la editorial recuperando a dos personajes clásicos como Namor y el Capitán América. El primero volvió en Fantastic Four nº4; el segundo, en Avengers nº4. En ambos casos, se trataba de los mismos personajes, que habían sobrevivido hasta los años sesenta. A la Antorcha Humana se la renovó en la figura de Johnny Storm, miembro de Los Cuatro Fantásticos. El personaje clásico, el androide, regresaría al Universo Marvel más adelante.
La innovación introducida por el tándem en el mundo superheroico no se limitó a héroes con problemas personales. Además, presentaron a supervillanos que, más que ser malos malísimos, pasaban a ser personajes complejos de características egocéntricas, genocidas y megaloman íacas, como El Doctor Muerte, Kang, Magneto, el Doctor Octopus, Loki...
El fin de la Edad de Plata
La Edad de Plata se da por terminada oficialmente en 1971, año en que Jack Kirby abandona Marvel por diferencias creativas con los directivos de la editorial. Kirby se marchó nada más y nada menos que a DC a crear su línea Cuarto Mundo, en la que seguiría explotando su afición al espacio exterior. Con la marcha de El Rey, Marvel cambió el tono de sus historias, que fueron evolucionando del cómic juvenil al cómic más adulto.
(ILUSTRACIÓN: Portada de Showcase nº 4, primera aparición de Flash II, por Carmine Infantino con tinta de Joe Kubert.)
SHOWCASE, THE FLASH AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.
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