13.4.05

LA LEGIÓN DE SUPERHÉROES: LOS AÑOS NOVENTA


Portada de Legion of Super-Heroes nº 105, por Alan Davis con tinta de Mark Farmer.

Pongámonos en situación

En 1987, la Legión contaba con dos colecciones diferentes. La primera era The Legion of Super-Heroes (LSH, en adelante), a la venta en librerías especializadas y conocida como "edición baxter" y la segunda, Tales of the Legion of Super-Heroes, una reedición de la anterior que se vendía en quioscos. Hablaremos, en este epígrafe, de la numeración de la primera.

Desde la inolvidable "Saga de la Gran Oscuridad", la Legión vivía una época de bonanza con Paul Levitz, su guionista, a la cabeza. La presencia de Superboy y Supergirl en las filas de la Legión hizo que Crisis en tierras infinitas afectara al grupo, ya que en la continuidad posterior a ésta no había más kriptoniano superviviente que Superman. Al menos, así estaban las cosas entonces.

Sin embargo, a Levitz aún le quedaban muchas buenas historias por contar. En los números 32 a 35, escribió la estupenda "Saga del Proyecto Universo", con la que empezó la serie española de Zinco. Dada la estrecha relación entre el mito de Superboy del s. XX con la fundación de la Legión en el s. XXX, hubo que hacer algunos arreglos. Con ayuda de John Byrne, Levitz solventó la papeleta en un cross-over con Action Comics que tuvo lugar en LSH nº 37 y 38. Se trata de la "Saga del Universo de Bolsillo"; para más información, os recomiendo consultar el post sobre Superboy.

Tras el abandono de Keith Giffen, dibujante de la "Saga de la Gran Oscuridad", Levitz había contado con artistas como Steve Lightle o Greg LaRocque, sin hablar de fill-ins de lujo como el número de John Byrne. Sin embargo, Giffen es para muchos el dibujante definitivo de la Legión, y volvió para hacerse cargo de la gran saga con que cerró la edición española, la conspiración contra el Amo del Tiempo (números 46 a 50). (Atención: Momento Vejestorio) ¿Os acordáis del pedazo de batalla final de Saturno, Mon-El y Duo Damsel? (Ya).

La despedida de Levitz

El amigo Levitz consiguió hacernos llegar una Legión muy humana a pesar de lo exótico de sus personajes y ambientes. De hecho, el grupo fue muy popular durante los ochenta gracias a él, y hubo múltiples miniseries derivadas, como Legionnaires 3 (1986, por Keith Giffen y Ernie Colon, protagonizada por los tres fundadores), Cosmic Boy (1986, por Levitz, Giffen y Colon) o Who's Who in the Legion of Super-Heroes (1988).

Pero todo lo bueno se acaba y Paul Levitz dejó la colección en el número 63 (agosto de 1989). Fue éste el último número de aquel volumen. La serie no cerró por malas ventas, sino porque se le iba a dar al grupo un enfoque muy diferente. La última saga, "Las Guerras Mágicas", sirvió como puente para el siguiente título. La historia contaba con el Archimago destaba la magia salvaje por todo el universo desde el planeta Zerox, antiguamente conocido como Mundo Gema. En un mundo tan tecnológico como el del s. XXX, la presencia de la magia tuvo efectos devastadores. Finalmente, la Legión (y especialmente la Bruja Blanca, Brainiac 5, Solar y Fuego Salvaje) derrotaron al Archimago, que se autodestruyó junto con el planeta. La saga fue dibujada por Keith Giffen, que escribiría la serie siguiente, de la que hablaremos enseguida.

La Legión de Giffen

En noviembre de 1989, comenzó una nueva serie de la Legión, también titulada LSH. Escrita por Keith Giffen con diálogos de Tom y Mary Bierbaum, situaba la acción cinco años después de las Guerras Mágicas. La Tierra estaba controlada por los Dominadores y la Legión se había desbandado. Sus miembros, que ahora actuaban sin sus nombres claves ni sus uniformes de colorines, intentaban en pequeños grupos hacer frente a los tiranos.

Es obvio que el tono cambió sustancialmente con respecto a la larga trayectoria de la Legión. Se pasó del futuro utópico a la distopía y el cambio no fue del agrado de todos los lectores. Sin embargo, muchos recuerdan esta etapa de Giffen positivamente. Por lo general, la parafernalia de la Legión era difícil de controlar. No en vano, había muchos planetas, costumbres y artilugios extraños; algunos protagonistas eran incluso de reconocer por sus exóticos nombres de pila. Por otra parte, la serie sufrió el síndrome del retcon. A Mike Carlin, editor de los títulos de Superman, no le gustaba nada la idea del Universo de Bolsillo. Recordemos que era el Superboy de allí el que había inspirado a la Legión. Así, Giffen tuvo que sacarse de la manga a Valor, anteriormente conocido como Mon-L. Se trataba de un habitante de Daxam que, a causa de los Dominadores, visitaba la Tierra del s.XX con algunos otros habitantes de su mundo. Descubrieron que, bajo el sol amarillo, obtenían poderes similares a los de los kriptonianos... Y de ahí venía la inspiración de los legionarios del s.XXX. Un pelín cutre y con poco glamour, la verdad.

La editorial intentó devolver los colorines, los nombres chulos y el tono juvenil y optimista con una serie paralela llamada Legionnaires. Estaba protagonizada por versiones juveniles de la LSH, y contaba con historias correctas y buenos dibujos. Cuando Giffen dejó la serie principal, ambos títulos fueron cayendo en picado hasta que, aprovechando el número 50 de LSH y la Hora Cero, se decidió comenzar desde el principio.

Después de Hora Cero

Esta miniserie, una mala idea peor ejecutada, vino a poner parches a los errores que la dejadez posterior a Crisis había generado. LSH fue uno de los títulos más afectados por la saga, ya que, como hemos dicho, su continuidad comenzó de cero. En LSH volvimos a ver un grupo joven con colorines y trajes. Por cierto, algunos nombres cambiaron, y hubo tendencia a no terminar los alias en "boy", "lad", "girl" y demás. Esta versión del grupo es la que podéis ver en la Enciclopedia de DC Comics de la que hablábamos el otro día.

Estas historias nuevas, escritas por Mark Waid, Tom McCraw, Tom Peyer y dibujadas por Jeff Moy y Lee Moder con impresionantes portadas de Alan Davis, comenzaron contando cómo Rokk Krinn, Imra Ardeen y Garth Ranzz salvaban la vida del magnate R.J. Brande de un intento de asesinato organizado por su socio. Al millonario se le ocurrió que estos tres jóvenes, nativos de sendos mundos, podían utilizar sus poderes para representar el espíritu de los Planetas Unidos. Brande les da a conocer la idea, y aceptan fundar la Legión de Superhéroes con los nombres clave de Cósmico, Saturno y Relámpago, respectivamente.

(NOTA. Me puede la nostalgia y utilizo los nombres traducidos según la tradición de las ediciones españoles anteriores a Norma.)

Brande presenta oficialmente a sus chicos durante la reunión de Planetas Unidos en que se piensa aprobar los estatutos de la organización. El llamado Triángulo Blanco, implicado en el intento de asesinato de Brande, ataca a los presentes y sólo la LSH, junto con Luornu Dungo, secretaria del magnate, y Tinya Wazzo, pueden evitar la masacre. Estas chicas se unen al grupo con los nombres de Tríada (la clásica Duo Damsel, pero con tres cuerpos) y Aparición. Planetas Unidos buscará miembros para el grupo en otros planetas; entre ellos, estarán XS de Aarok, Brainiac 5 de Colu, Camaleón de Durla, Leviatán (el antiguo Coloso) de Marte, Kid Quantum de Xanthu e Invisible Kid de la Tierra. A todos ellos se unirán más jóvenes, como Chispa (hermana de Relámpago), Ultra Boy, Andrómeda (versión post Hora Cero del papel de Supergirl en el grupo), Violeta, Elemento, Star Boy, etc.

La LSH conocería al poco tiempo al Superboy (Kon-L) del s. XX, que se convertiría en su aliado. También destaparían un feo asunto de corrupción dentro de Planetas Unidos que desembocaría en libertad de actuación al margen de la organización. También se recuperó a un grupo clásico de villanos de la Legión: los Cinco Fatales. El ojo esmeralda de la Princesa manipuló a la Legión, y muchos de ellos acabaron atrapados en el s.XX. Fue así como se vieron implicados en aventuras con la Liga de la Justicia y alguno de los cross-overs de la compañía, como Endless Night. Cuando volvieron al futuro, parte del grupo se dedicó a atender asuntos en la Tierra y otra parte se trasladó a una estación espacial que orbitaba alrededor del planeta.

El nuevo tono optimista comenzó su fin en 1999 con la llegada de Dan Abnett y Andy Lanning a los guiones. La saga "Legión de los Malditos" contaba como unos alienígenas llamados Plaga pretendían invadir la Tierra. Sólo unos pocos legionarios evitaron la posesión de estos seres, y fueron ellos quienes libraron la guerra que, al final ganaron. Sin embargo, tras ella tuvieron que hacer frente a una dura reconstrucción del planeta. A pesar del cambio de autores, las series siguieron cayendo en picado en cuanto a ventas, y se cancelaron en 2000. Un par de meses más tarde, se lanzaría Legion Lost, una maxiserie de doce números con los mismos autores en que varios miembros importantes de la LSH estaban perdidos por el universo. Por supuesto, acabaron volviendo con sus compañeros, y es ahí donde comenzó la nueva serie regular The Legion con los mismos autores.

No hablaré de ésta porque poco sé de ella más allá del cross-over con los Titanes y que se ha cancelado recientemente. Donde los seguidores de la LSH deberíamos depositar nuestras esperanzas (señores de Planeta ¿están ahí?) es en el nuevo relanzamiento del equipo, otra vez de cero, iniciado este año por Mark Waid y Barry Kitson. Por cierto, un día de éstos, hablaremos del Otros Mundos Superboy's Legion de Mark Farmer y Alan Davis, único título de la Legión publicado en España durante la Era Norma.

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