11.4.05

LEGENDS


Portada del recopilatorio Legends: The Collection, por John Byrne.

Hablaremos hoy de esta miniserie, originalmente publicada en 1986, que fue el primer cross-over de DC Comics tras la reestructuración de Crisis en tierras infinitas. El motivo es, cómo no, que Norma Editorial ha publicado esta historia en un bonito tomo recopilatorio. Buen papel, precio bastante caro (18,00€) y una traducción a la altura de grandes éxitos como Aves de presa. No quiero hacer leña del árbol caído, así que se acabaron los comentarios sobre la edición española.

Aunque en un principio se pensó en Legends como en una secuela de Crisis, el tono de la historia debía cambiar sustancialmente. La miniserie, escrita por John Ostrander con diálogos de Len Wein e ilustrada por un John Byrne en su mejor momento (al que sin duda contribuyó el entintado de Karl Kesel) supondría lo siguiente:

1. El punto de partida de tres nuevas series: Flash, Liga de la Justicia y Escuadrón Suicida. Ya al principio de Legends, Ostrander nos muestra la nueva vida de Wally West. Es un héroe joven, sometido a mucha presión por el peso que el legado de Flash supone; por si esto fuera poco, ya puede usar sus poderes sin temer por su salud, pero éstos son mucho más limitados que antes. La Liga estará formada por muchos de los héroes que luchan en la batalla final de Legends, aunque antes habría que deshacerse de la vieja Liga de la Justicia de América (LJA). El Escuadrón Suicida recibe buena parte del peso de la historia, sobre todo en el tercer número; no hay que extrañarse, ya que era el propio Ostrander quien escribiría la serie regular del grupo.

2. El final de una serie mítica y de gran peso en el Universo DC, esto es, Justice League of America. El grupo llevaba tiempo languideciendo en el quiosco. Apenas había aparecido en Crisis, al menos no como tal, y una Liga formada por el Detective Marciano, el Hombre Elástico y varios novatos no era lo que buscaban los lectores. Aquí vemos su última batalla (contra Azufre) justo antes de que el Profesor Ivo acabase con el grupo y parte de sus componentes.

3. La incorporación de Wonder Woman al Universo DC. Aunque George Pérez ya llevaba varios números de la nueva colección de la amazona, sus compañeros superhéroes aún no la conocían. Según afirma el editor Mike Gold en la introducción del tomo, Diana ya debía haber aparecido al principio de la historia, pero Pérez consiguió retrasar su presencia hasta el último número para seguir desarrollando a su heroína. Más tarde, el propio Pérez diría que, incluso así, era demasiado pronto.

4. La promoción de personajes poco conocidos, como Blue Beetle o el Capitán Marvel. Ninguno de ellos era original de DC Comics, sino de las editoriales Charlton y Fawcett, y hasta Crisis vivían en tierras paralelas. Con Legends, se reforzaba su papel en el nuevo Universo DC unificado. Blue Beetle ya contaba con una serie propia no muy lúcida, y el Capitán logró con Legends una miniserie donde se revisaba su origen. El Doctor Fate, uno de los héroes menos populares de la Edad de Oro, también tuvo aquí su momento de gloria.

Las ausencias de personajes en esta historia están más que justificadas. Por una parte, no hay más representación de los Nuevos Titanes que Changeling o Flash, porque a este grupo no le hacía falta promoción. Lo mismo sucede con la Legión de Superhéroes, de la cual sólo aparece Cósmico (Cosmic Boy) y como excusa para lanzar su propia miniserie. Hay personajes claves de DC, como Green Arrow, Aquaman o Hawkman, a los que aquí se ignora descaradamente. Los tres estaban en capilla esperando su momento de renovación en respectivas miniseries. Sólo Hawkman haría alguna aparición previa a Hawkworld; sería en Action Comics y Justice League International y, con perdón de la expresión, sería para cagarla.

Intento demostrar con lo anterior que ésta es una serie muy importante para el Universo DC post Crisis. Es algo así como una construcción después de la destrucción. Desde el punto de vista cualitativo, no llega a la suela de los zapatos a Crisis, pero es un cómic entretenido y bien ejecutado. La historia es bastante simple. Darkseid, incitado por su sirviente Desaad, se empeña en destruir a los superhéroes de la Tierra para conquistar el planeta. Y qué mejor forma de acabar con sus enemigos que atacando su estatus de leyenda. Para conseguir su objetivo, envía a Estados Unidos a Glorious Goldfried quien, disfrazado de telepredicador, mueve a las masas contra los superhéroes. Darkseid y compañía también apañan alguna que otra humillación pública para el Capitán Marvel, con Macro Man, y la LJA, con Azufre.

Amanda Waller recurre a Rick Flagg y reclutan un nuevo Escuadrón Suicida. Esta vez, estará formado por supervillanos a los que, a cambio de la libertad, se les meterá en misiones de gran peligro. Su primer desafío será vencer a Azufre, que ha derrotado a la Liga de la Justicia, Cósmico y Firestorm, en el Monte Rushmore. También influenciado por Godfried, el presidente Reagan prohíbe las manifestaciones superheroicas a pesar de la insistencia de Superman. Varios superhéroes se encuentran atacados por la multitud mientras, paradójicamente, combaten a villanos como el Joker o el Conde Vértigo. Especialmente perjudicada saldrá Robin, que, recordemos, era Jason Todd por estos tiempos. Sin embargo, el Doctor Fate pronto empezará a reclutar a diferentes héroes para hacer frente a la amenaza. Los campeones a los que recurre son Flash, Changeling, Blue Beetle, Batman, Superman, Canario Negro, Guy Gardner y al Capitán Marvel. Los últimos invitados a la fiesta serán el Detective Marciano y Wonder Woman.

La historia no es nada sofisticado o fuera de lo corriente. Sin embargo, sería la última vez hasta la reciente Identity Crisis en que podríamos seguir la serie central de un cross-over de forma autónoma, sin tener que recurrir a decenas de episodios derivados. Los siguientes pitotes de la DC, Millennium, Invasion!, Armageddon 2001 y La Guerra de los Dioses fueron dramáticos en este sentido. A los que leáis el tomo, no se os escapará que, a veces, comienza algo que no termina en la propia serie. Por ejemplo, esto sucede cuando Darkseid secuestra a Superman o cuando Desaad se larga al mundo de Warlord a darle un poco la tabarra. Sin embargo, no dificulta demasiado la lectura.

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