14.3.06

INFINITE CRISIS Nº 5

Guión de Geoff Johns.
Dibujo de Phil Jiménez, Ivan Reis y Jerry Ordway.
DC Comics, 40 páginas, 3,99$.

Esta reseña contiene spoilers

Aunque ya habrá tiempo para profundizar más en esta miniserie una vez haya terminado, hay que reconocer que los miedos iniciales se han esfumado del todo. A estas alturas y en un número que, según Dan Didio, iba a ser "el tranquilo", la trama ha tomado tal forma que sólo nos queda relajarnos y esperar un final apoteósico y libre de cross-overs por todas partes una vez el "Año Después" ha empezado. En la quinta entrega, ya nos podemos hacer una idea de cuáles eran los planes de Alex Luthor desde el principio. Que no tenía el menor interés en restaurar Tierra-2 y que eso era una excusa para manipular a Superman estaba cantado. Aquí, Johns nos dice, o más bien nos deja entrever, que está buscando la tierra "perfecta". Es decir, recreará cuantas tierras sean necesarias hasta encontrar una en la que no exista ningún Superman. Johns sabe perfectamente que un Luthor y un Kal-El siempre se acabarán enfrentando, y convierte esta enemistad en el núcleo de la saga. Y también la unión entre héroes por muy incómodos que se sientan, porque se empiezan a agrupar en dos frentes distintos. Uno, encabezado por Batman, Booster Gold y Blue Beetle, irá contra Hermano Ojo; el otro, formado por Nightwing y Superboy, contra la torre de Luthor.
Por otra parte, dejando de lado las batallas dc frikis, que también las hay en este número, Johns se permite un par de momentos de reflexión muy brillantes. Uno es el diálogo entre Míster Terrific y Ragman, en el que ambos se plantean cómo alguien puede ser ateo en un mundo donde hay ángeles, enviados de Dios, judíos con capas llenas de almas, etc. El otro consiste en el estatus de Wonder Woman. Es amazona, embajadora, heroína, diosa... Pero ha olvidado lo que es ser humana, algo que la persona que le hace reflexionar siempre ha tenido presente. Y esa persona es la Wonder Woman de Tierra-2, que por fin aparece tras muchas especulaciones sobre su posible presencia en esta Crisis. El problema de este regreso es que perdió hace semanas el "factor sorpresa" cuando DC difundió la portada de Jim Lee para este episodio. Las otra gran sorpresa de este número también nos la aguó el error del departamento de figuritas de la empresa.
Para hablar del dibujo hay que dividir el tema en tres. Por una parte, Phil Jiménez demuestra que dibujar gente mayor sigue sin ser su fuerte. Sólo ilustra cinco o seis páginas porque parece que está dedicándose a los próximos dos números, y no son su mejor trabajo, sobre todo viendo cómo se curró el anterior. Eso sí, la página cliffhanger del final es excelente. Ivan Reis cumple más que de sobra como suplente y nos devuelve a un Flash cuyo uniforme, concretamente el cinturón, hace saltar alguna que otra alarma. Y lo mejor de esta entrega es el trabajo de Jerry Ordway, encargado de dibujar las escenas de Tierra-2. El combate entre los Supermanes es para ponerse a aplaudir.
Con todo esto, continúa el entusiasmo (el mío, por lo menos) por estas Crisis con la seguridad de que los próximos dos números estarán a la altura del conjunto.

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