JASON TODD, EL ROBIN REBELDE
Jason Todd tuvo el dudoso honor de ser el segundo Robin. Y lo de "dudoso" es porque tuvo la difícil papeleta de intentar sustituir al popular Dick Grayson en el corazón de los lectores. No lo consiguió y acabó siendo pasto de una votación en la que esos mismos lectores optaron por su muerte, que no fue precisamente pacífica. Aquellos dramáticos sucesos han marcado a Batman durante quince años, pues la sombra de Jason siempre ha estado presente.
El primer origen de Jason Todd
El primer origen de Jason Todd
En 1983, Dick Grayson estaba más metido en las tramas de Los Nuevos Titanes que en las de Batman. El Robin de diecinueve años no terminaba de funcionar porque eliminaba la faceta de Batman como figura paterna. Y no es que Marv Wolfman y George Pérez se esforzaran en que pareciera más joven porque, al fin y al cabo, lo que pretendían era quedarse al personaje. Cuando Gerry Conway se hizo cargo de Batman y Detective Comics, afirmó que no tenía intención de usar demasiado a Robin, así que Dick Giordano dio carta blanca para que Grayson se emancipase y adoptara la identidad de Nightwing. No obstante, Batman no era lo mismo sin Robin. Al final, Conway aceptó crear un nuevo Chico Maravilla pero no se complicó la cabeza con su origen. Y es que se trataba de sustituir un concepto que funcionaba por otro que fuera lo más similar posible.
Así fue. El origen del nuevo Robin no podía ser más parecido al original. Jason Todd era el hijo de Joseph y Trina Todd, una pareja de acróbatas del Circo Hill al que Killer Croc estaba extorsionando. El matrimonio se alió con Batman para acabar con esa situación, pero murieron trágicamente luchando contra Croc en el zoológico. Su hijo quiso vengarse y Dick Grayson convenció a Batman para que lo adoptara ahora que él ya no vivía en Wayne Manor. La transición de Jason Todd a Robin duró unos cuantos meses. Su primera aparición fue Batman nº 357 (marzo de 1983, por Conway y Don Newton) y no se convirtió en Robin hasta Detective Comics nº 526 (mayo de 1983). Finalmente, fue en Batman nº 368 (febrero de 1984) cuando Dick Grayson le cedió oficialmente el puesto. Jason comenzó a entrenarse como detective y compaginó su nueva vida con el instituto.
El Robin rebelde
El caso es que Jason funcionó bien mientras no fue más que un clon de Dick Grayson. Sin embargo, en cuanto se alteró su origen para hacerlo distinto y darle personalidad propia, las cosas cambiaron. Al parecer, la idea fue de Max Allan Collins, escritor de Batman en 1986. Quiso que Jason y Batman fueran opuestos en un principio y que se fueran acercando a medida que el joven se integraba en su nueva vida. Ya que DC Comics estaba en plena reforma post Crisis, en Batman nº 408 (junio de 1987) se relató el nuevo origen de Jason dibujado por Chris Warner.
Mientras Batman realizaba su visita anual al Callejón del Crimen, un joven delincuente llamado Jason Todd robaba las ruedas del Batmóvil. Impresionado por el morro que tenía el muchacho, lo siguió hasta su casa. Vivía solo porque Catherine, su madre, había muerto y su padre los había abandonado a los dos, así que se buscaba la vida como podía. Después de que lo ayudase a resolver un caso, Batman lo acogió en su casa y lo convirtió en el nuevo Robin.
Las diferencias con respecto al origen pre Crisis también afectaban a la relación inicial entre Jason y Dick, como se explicaba en Batman nº 416 (febrero de 1988). La separación de éste y Batman había sido más dramática y se debió en parte a las heridas que recibió del Joker. Tan amarga fue la despedida que el Señor de la Noche no le contó que tenía un nuevo ayudante y, cuando se enteró por los periódicos, fue a Gotham City a pedir explicaciones. Dick Grayson perdía así su papel en la "transición" de un Robin a otro. Eso sí, al final mantuvieron una relación cordial. Jason formó parte de Los Nuevos Titanes durante una breve temporada en la que Wonder Girl montaba un nuevo equipo tras la ruptura del anterior. Fue en The New Teen Titans (vol. II) nº 20 y 21, aunque el protagonista de aquella historia era Speedy. Un año más tarde, el nuevo Robin ayudaría a los Titanes a derrotar al Hermano Sangre por enésima vez.
A pesar de ser Robin, de haber salido en Los Nuevos Titanes y de contar con el apoyo de Dick Grayson, el pobre Jason nunca cuajó como personaje rebelde que ha tenido una vida tan dura que pasa de Batman cuando quiere. Parte de la responsabilidad al respecto la tuvo Jim Starlin, el guionista de Batman allá por 1987. Como cuenta David Hernando en Batman: El resto es silencio, Starlin hizo una sádica campaña en contra de Robin por los pasillos de DC. Además, las pocas veces en las que sacaba a Jason era para dejarlo como un borde y un antipático. E incluso como un asesino. Esto ocurrió en Batman nº 424 (octubre de 1988). Allí, Starlin se explayaba mostrando a un Robin que no tiene claros los conceptos de Bien y Mal después de haber vivido en la calle. Felipe Garzonas, el hijo de un diplomático, había violado e inducido al suicidio a una joven. Después, se tiró él mismo por la ventana, pero siempre quedó una duda. ¿Lo había empujado Robin? ¿Había dejado que cayera sin hacer nada para salvarlo?
En Batman nº 426, los métodos expeditivos de Jason llevaron a Batman a suspenderlo temporalmente de sus funciones. Vagando por su antiguo barrio, el muchacho acabó descubriendo que Catherine Todd no era su madre biológica. Parte del carácter inestable de Jason se debía a la carencia familiar que siempre había sufrido y, ni corto ni perezoso, investigó quién podía haber sido amante de su padre. Había comenzado "Una muerte en la familia". Las candidatas a madre de Jason eran tres y, por supuesto, la última que visitó fue la correcta. Se trataba de Sheila Haywood, una voluntaria que vivía en Etiopía después de un pasado oscuro. Casualidades de la vida, a Sheila le hacía chantaje el Joker y, cuando Jason y ella le plantaron cara, apaleó al muchacho hasta casi matarlo y, después, los hizo volar por los aires a ambos. El final de Batman nº 428 fue ése, pero podría haber sido distinto si los lectores lo hubieran querido. De hecho, Starlin y el dibujante Jim Aparo tenían preparadas las dos posibilidades. Y es que DC, a través de Dennis O'Neil, abrió un número (1-900-720-2666) para que el público votara si Jason debía morir o no. Por una diferencia muy ajustada, el veredicto fue muy claro.
Tras su muerte, Jason pasó a engrosar la lista de traumas que arrastraba Bruce Wayne desde la muerte de sus padres. Además, afianzó su enemistad con el Joker, a quien debía la muerte de Robin y la paraplegia de Batgirl. De este modo, Jason ha seguido presente de forma implícita en la vida de Batman. Más de diez años después, en la saga "Silencio" de Jeph Loeb y Jim Lee, una promoción engañosa nos hacía pensar en su resurrección. Al final, era Clayface que había adoptado su forma, pero los autores nos ofrecieron una bonita revelación. La tumba de Jason Todd estaba vacía.
¿Continuará?
BATMAN, ROBIN, AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.
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