13.7.06

ACTION COMICS DE AUSTEN Y REIS

En Action Comics nº 812 y 813 (abril y mayo de 2004), Superman estaba metido de lleno en la saga "La caída de los dioses", más conocida como "Superman tiene una moto tuneada". Perpetrada por Michael Turner, Joe Kelly y Talent Cadwell, la saga sirvió como transición entre los equipos creativos fijos de las tres series del Hombre de Acero. Aquellos dos números contaron con sendos complementos realizados por los futuros responsables de la colección, Chuck Austen e Ivan Reis. En ellos, daban su particular visión de la relación entre Martha Kent y una Lana Lang anclada en el pasado y contaban una historia algo inverosímil sobre cómo Superman dejaba plantado a un niño cuyos padres murieron aplastados. Estos dos elementos serían dos de los puntales de su etapa en Action Comics, que abarcó los números 814 a 825 (junio de 2004 a mayo de 2005). Austen acababa de salir por la puerta grande de Marvel (o sea, a patadas) tras destrozar Los Vengadores pre Bendis, mientras que Ivan Reis comenzaba a labrarse una carrera muy digna mientras se apartaba de la espesa sombra de la influencia de Alan Davis en sus lápices. Las portadas corrieron a cargo del gran Arthur Adams primero y, después, de Ian Churchill. Su andadura en la serie se recopiló en los tomos Superman: The Wrath of Gog y Superman: In the Name of Gog, y se publica actualmente en España en la serie Superman de Planeta, conque ojo spoilers.

Se podría decir que el Superman de Austen y Reis se dividió en dos partes diferentes. Una ocuparía los números 814 a 818 y la otra, los 819 a 825. En el primer número, el de presentación oficial, el Hombre de Acero se enfrentaba a Kalibak y a Darkseid. La mitología del Cuarto Mundo de Jack Kirby siempre ha estado muy ligada a la de Superman aunque se haya ramificado con el tiempo por todo el Universo DC, y ofrece un buen puñado de villanos que se recuperan con cierta frecuencia. Kalibak, el hijo amargado del gran dictador cósmico, se presenta aquí como el pelele que realmente es mientras Superman ofrece gracias a Austen un aspecto poco explorado. Se trata del de héroe orgulloso de serlo y de tener sus poderes, el del campeón que disfruta haciendo el Bien. Es una faceta que no se explora en exceso y que, en manos de Austen, podría haberlo convertido en un héroe demasiado molón para el gusto de sus seguidores. El resultado era una cuestión de gustos que chocaba con las visiones del personaje que Brian Azzarello y Greg Rucka ofrecían en sus otras series, pero no dejaba de ser curioso y de resultar interesante. Si Austen se hubiera prolongado más, es posible que nos hubiéramos cansado de esta faceta, pero no desentonaba con el ambientillo general de la trama.

¿Cuál era ese ambiente? Pues el de una pelea tras otra sin mayor sentido ni sustancia y con muchos invitados especiales. Era muy similar a lo que Jeph Loeb ha estado haciendo en Superman / Batman pero sin textos de apoyo agotadores e innecesarios. Su primera saga larga fue una historia de acción sin mayores pretensiones. O eso creía yo, porque después resultó que sí las tenía, pero no adelantemos acontecimientos. Action Comics nº 825 rezaba en su portada "Guest-Starring: The Teen Titans", algo que sin duda vendría bien comercialmente a la serie. Fue una lástima que la presencia de Wonder Girl y Kid Flash no fuera aprovechada como ambos merecían, pero Austen sí realizó un buen trabajo con Superboy. Conner, el clon que nunca envejece y que se hace pasar por el sobrino de los Kent como excusa para vivir en Smallville, se convirtió en manos de Austen en el sidekick que Superman nunca había tenido como tal. Sí, había estado Supergirl en la edad de plata, pero el Superboy original nunca fue un compañero habitual de aventuras porque era imposible. Fue con la ayuda del Chico de Acero con lo que Superman contó para vencer a Gog, su primer gran enemigo de esta etapa.

Creado por Mark Waid y Alex Ross en su popular "Otros Mundos" Kingdom Come, Gog llegó al Universo DC por obra y gracia del hipertiempo. Recordemos que, en su mundo original, este villano había sido el responsable de la jubilación de Superman y el motivo de su regreso muchos años más tarde. En manos de Austen, Gog se convierte en un supervillano al uso que ansía destruir todo lo que se encuentra por delante, léase Smallville en este caso. Resumiendo, se diría que fue una especie de Juicio Final con alguna motivación oculta y algo difusa. En todo caso, Superman y Superboy lo vencieron no sin que el primero acabara con una lanza cargada con kryptonita líquida metida en el estómago. Los números 818 y 819 relataron su recuperación en los Laboratorios STAR. Ésta fue de lo más accidentada porque se corrió la voz de que estaba herido y una legión de villanos se presentaron ante el edificio para acabar con el héroe más poderoso del mundo. La ayuda de Wonder Woman, Steel y, de nuevo, Superboy, fue imprescindible para contener el ataque y vencer al Amo de las Armas. Precisamente, la presencia de Diana tuvo como resultado uno de los pocos momentos de lucidez de Austen a la hora de tratar a las mujeres. Conocido por su lema "la culpa es de los padres que la visten como putas" y su habitual misoginia, el guionista retrató a la amazona como una mujer que ama a Superman desde la más pura admiración. Su relación siempre será platónica porque se basa en el respeto más que en la atracción física. Un punto de vista muy acertado, en mi opinión.

El número 819, dibujado a medias por Reis y Joe Prado, contaba de forma paralela un combate entre Superman y unos gemelos tipo Fenris mientras Austen sentaba las bases de la relación entre Clark Kent y Lana Lang. A grandes rasgos, la definió como una pirada que no ha sido capaz de olvidar al que fuera su primer amor aunque se hubiera casado y hubiera tenido un niño de su mejor amigo. Y es que, como era de esperar viendo su trayectoria, el tema de la vida privada fue el punto más flojo de la etapa de Austen. No estuvieron mal los problemas profesionales de Clark, degradado por un Perry White incapaz de decírselo a la cara y que tuvo que ceder su puesto a Jack Ryder. Esto propició el retorno de Creeper en el número 820, dibujado por Carlos D'Anda, a tiempo para hacer frente a Silver Banshee. El número 821 también contó con dibujantes sustitutos, que fueron Luke Ross, Shane Davis y Renato Guedes. Reis necesitó un par de números para reponerse del inmenso trabajo que realizó durante las batallas contra Kalibak, Gog y el Amo de las Armas. Un gran sentido de la narración, rostros expresivos y cierta tendencia cinematográfica dieron como resultado un trabajo muy superior al que Jim Lee y Matthew Clark realizaban en las series hermanas, y supuso un salto cualitativo con respecto a Talent Cadwell en la propia Action Comics.

Con Reis de vuelta, Austen afrontó la que sería su despedida de la serie a la altura del número 825. Para ello, montó una saga con más frentes de los que podía cubrir. En el aspecto personal, profundizó en la relación entre Lois Lane, Lana Lang y Clark Kent y la llevó a un extremo que peligraba con derivar en un horrendo triángulo amoroso demasiado visto anteriormente. No siguió por ahí la cosa porque no le dio tiempo, pero podría haber pasado de todo. Como Lana cuidó a Clark mientras se recuperaba de la lanza de Gog, se dejó unas bragas en su casa. Lois estaba trabajando fuera de Estados Unidos y las encontró al volver. El resultado de la tensión que se le vino encima se vio en la cena de Navidad en casa de los Kent. Esto sirvió para que Austen retomase a Superboy como sidekick en la batalla inminente, y de paso puso sobre la mesa su visión de la relación entre Lois y Lana. En mi opinión, el mejor acercamiento que se ha podido hacer de ésta es el de amigas incómodas que se toleran por educación, pero Austen las convirtió en dos gatas en celo. En lo que sí acertó fue en usar a Martha Kent como mediadora para ponerlas en su sitio y decirle a Lana que haga lo que siempre hemos pensados los lectores, esto es, que siga con su vida y olvide a Clark de una vez.

Tras esta escenita familiar, Superman y Superboy se meten en un tinglado del que Austen no podrá sacarlos con soltura aunque Reis lo dibuje como pocos sabrían hacerlo. Mientras Juicio Final hace de las suyas, el guionista recupera a Preus, villano kandoriano de "La caída de los dioses", a Gog y a una especie de la Mole que sale en La Patrulla-X. El recuerdo de unos primeros números de acción divertida y espectacular se diluye en las verdaderas motivaciones de Gog para odiar a Superman. Descubrimos que es el niño del complemento del que hablábamos al principio, y también que es una especie de Kang que va saltando de un punto a otro del tiempo según le viene bien. Añadir una motivación pretenciosa y profunda, viajes temporales sin sentido, un Juicio Final medio héroe y un futuro apocalíptico muy manido empaña las batallas divertidas del principio y convierte la serie en algo de lo que Austen no podrá salir con soltura. La solución es lo que se dice deus ex machina y destroza por completo un año entero de serie.

Tras Action Comics, Austen siguió con su pobre fama entre los lectores mientras que DC va convirtiendo a Reis en una de sus estrellas. Tras La Guerra Rann / Thanagar y el subsiguiente especial de Crisis infinita, dibuja actualmente Green Lantern, una de las niñas mimadas de Dan Didio. Action Comics contó con un nuevo cruce con sus hermanas a manos de Judd Winick e Ian Churchill con el Capitán Marvel como invitado antes de involucrarse en Crisis infinita con Gail Simone y John Byrne. Actualmente, vive uno de sus mejores momentos con "Up, up and away!", co escrita por Geoff Johns y Kurt Busiek y dibujada por Pete Woods. En el futuro inmediato, contará con Adam Kubert como ilustrador y con un escritor aún no anunciado por la editorial.
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