29.9.04

EL ESCUADRÓN SUPREMO


La Liga de la Justicia de Marvel

En 1969, Roy Thomas, por aquel entonces guionista de Avengers entre otras series de Marvel, quiso enfrentar al grupo más poderoso de La Casa de las Ideas con la Liga de la Justicia de América de DC Comics. Por supuesto, tal cosa no era legalmente posible, y Thomas se las arregló para salirse con la suya creando al Escuadrón Siniestro, un equipo formado por cuatro villanos llamados Hiperión, Halcón Nocturno, Zumbador y Doctor Espectro que eran la contrapartida de Superman, Batman, Flash y Green Lantern, respectivamente. El combate tuvo lugar en Avengers nº 70, escrito por Thomas y dibujado por Sal Buscema.

Dos años más tardes, Thomas hizo un pequeño juego con Mike Friedrich, guionista de Justice League of America. En el número 87 de ésta, la Liga se enfrentaba a versiones DC de algunos Vengadores, como Thor y la Bruja Escarlata. Al mes siguiente, Thomas presentaba al Escuadrón Supremo, la que sería la versión Marvel de la Liga, en el número 85 de Avengers. Aquel primer equipo estaba compuesto por los cuatro miembros del ya conocido Escuadrón Siniestro y otros nuevos, a saber: Águila Americana (versión de Hawkman), Tom Thumb (Atom, en una versión no del todo exacta), Arquero Negro (Green Arrow) y Lady Alondra (Canario Negro).

Unos años más tarde, Steve Englehart recuperó al Escuadrón en las páginas de Los Vengadores en la que sería su saga más recordada junto la de la Madonna Celestial: La Saga de la Contra Tierra (números 141 a 144 y 147 a 149 USA, dibujados por George Pérez en sus años mozos). Dicha Contra Tierra, también llamada Tierra-S u Otra Tierra, es el mundo paralelo donde vive el Escuadrón Supremo. La Corona Serpiente, un artefacto mágico del Universo Marvel, se apoderó de ellos y del gobierno de Estados Unidos, y los hizo atacar la Tierra Marvel. Curiosamente, casi siempre que el grupo ha coincidido con los Vengadores, estaba poseído por alguien y acababan uniéndose todos para combatir una amenaza común. El tema de la posesión se repitió en la serie The Defenders (números 112 a 115), la siguiente aparición del grupo en 1982.

A pesar de sus apariciones en Avengers y The Defenders, el Escuadrón Supremo no dejó de ser un equipo de segunda fila demasiado condicionado por ser una copia de la Liga de la Justicia. De hecho, incluso las identidades secretas de sus miembros guardaban un parecido descarado con las de Clark Kent, Bruce Wayne y compañía. Hubo que esperar a 1985 para que el Escuadrón tuviera su momento de gloria y se despegara de los plagios.

El Proyecto Utopía

Mark Gruenwald se encaprichó del Escuadrón y consiguió escribir una serie limitada de doce números, publicados entre septiembre de 1985 y agosto de 1986. La serie estuvo dibujada por Bob Hall en los primeros números y Paul Ryan en los últimos; también contó con un lujoso fill-in a cargo de John Buscema y tuvo un cross-over con Captain America (número 314), que también escribía Gruenwald. Éste asentó los orígenes del grupo basando sus raíces en las de la LJA. Así, estableció la formación fundadora con los equivalentes de los de la Liga: Hiperión, Halcón Nocturno, Doctor Espectro, Zumbador, Princesa Poder (Wonder Woman), Anfibio (Aquaman) y el difunto Skrull (Detective Marciano), que sólo aparecía en flash-back. Sin embargo, el objetivo de Gruenwald era desligar al escuadrón del grupo de la DC poco a poco, y para ello se sirvió de un argumento devastador que poco debería envidiar a Watchmen o Dark Knight.

La serie, Squadron Supreme, comienza cuando el grupo debe hacer frente a los desastrosos efectos de su último control mental. Estados Unidos está devastado y la hambruna está causando robos y asesinatos. La Princesa Poder, miembro con más experiencia del grupo por haber luchado con la Agencia Dorada (la Socieda de la Justicia) en la Segunda Guerra Mundial, propone que el Escuadrón se haga cargo del gobierno y cree una utopía en América. En una votación no unánime, el grupo acepta la responsabilidad del proyecto, pero pronto se les irá de las manos, lo que provocará dimisiones importantes como las de Halcón Nocturno.

En apenas doce números, Gruenwald se dedicó a tejer las relaciones de los personajes entre ellos y con sus familias. Mató a los miembros que le sobraban (Nuke, Tom Thumb), o simplemente los apartó (como a Anfibio) y creó otros nuevos, como Lamprea o Alambre, que no estaban basados en personajes de DC. Por supuesto, al final al Escuadrón le estallaba la utopía en los morros, y el proyecto se fue al garete.

Gruenwald escribió después la novela gráfica Squadron Supreme: Death of a Universe, una especie de Crisis dibujada por Paul Ryan donde perdían su mundo y quedaban atrapados en la Tierra Marvel.

Peregrinando de nuevo

El Escuadrón apareció en varias colecciones, nunca propias, durante los noventa. Fue secundario en la serie Quasar, también de Gruenwald, y Kurt Busiek lo recuperó en los números 5 y 6 de Los Vengadores (vol. III), donde volvió a dibujarlos George Pérez y, por supuesto, estaban poseídos mentalmente. Tras el anual Avengers/Squadron Supreme, ilustrado por Carlos Pacheco, el grupo volvió a su mundo original en el especial Squadron Supreme: New World Order. Era éste un intento fallido de preludio a una nueva colección del grupo aprovechando la popularidad de JLA en 1998; de hecho, incluso se volvió al grupo original, como había hecho la Liga. Pero las ventas no acompañaron al especial y el proyecto no prosperó.

El poder supremo

En agosto de 2003, apareció el primer número de Supreme Power. La serie, esta vez regular, cuenta con guiones de J. Michael Straczynski y dibujos de Gary Frank, y se convirtió en uno de los éxitos más destacados de Marvel el pasado año.

Supreme Power cuenta la historia del Escuadrón desde el principio, olvidándose de todo atisbo de continuidad con lo anterior. Pertenece al sello Max de Marvel, con toda la libertad que ello implica para mostrar sexo y violencia. Así, se nos enseña sin tapujos un montón de brazos arrancados, por poner un ejemplo, y a algunos personajes se los puede ver como llegaron al mundo.

El desarrollo de la trama es muy ultimate. Transcurre sin prisa pero sin pausa, de forma que a la altura del número doce ni siquiera está formado el Escuadrón, si bien se han presentado y a los que serán sus futuros miembros y algunos ni siquiera tienen asignado un nombre en clave. Así mismo, altera de forma radical los orígenes, e incluso razas, de los personajes, para alejarlos lo más posible de su concepción original. Las escenas de acción, escasas, están muy medidas. En los dos primeros arcos argumentales, ni siquiera aparece un enemigo metahumano, aunque se sugiere su presencia a partir del número trece. Y es que los acontecimientos están planteados pensando mucho en los tomos recopilatorios, algo característico de Marvel en los últimos años.

El protagonista principal de Supreme Power es Hiperión. La historia arranca cuando una nave llega a la Tierra. Una pareja recoge al bebé que viaja dentro. Hasta aquí, todo resulta muy familiar. Pero entonces aparece el ejército de Estados Unidos y se lleva al niño porque han detectado la nave. Consciente del hallazgo, el gobierno aísla al niño en una finca con unos padres de pega que han firmado un contrato. El pequeño Mark Milton, como lo llaman, vive en una especie de Show de Truman hasta que crece y toma consciencia de su poder. El gobierno lo usa al principio como arma encubierta, aunque un periodista destapa su existencia y Mark, apodado Hiperión, acaba siendo una especie de americano perfecto que salva a gente en incendios y catástrofes. Poco a poco, Mark se da cuenta de que su vida es una mentira, y querrá conocer su origen, lo que disgusta al gobierno del país.

Paralelamente a la infancia y adolescencia de Hiperión, Straczynski nos va contando la vida de otros personajes. Uno de ellos es Kyle Richmond, un muchacho de color cuyos padres, inmensamente ricos, son asesinados por un grupo racista. De mayor, se convertirá en el héroe callejero Halcón Nocturno, que da preferencia a salvar a los afroamericanos de crímenes cometidos por blancos. Otro es Joe Ledger, un militar obediente al que el gobierno implanta el prisma que servía como motor a la nave de Hiperión para comprobar el poder que tiene. Joe queda en coma durante varios años, pero finalmente consigue hacerse con el control del cristal, que puede cumplir todos sus deseos. Tenemos por último a Stanley Stewart, que posee el don de la supervelocidad. Más adelante, se nos presenta a Zarda, cuyo origen no desvelaremos para no adelantar muchos acontecimientos, y a una joven anfibia.

Ya de adultos, todos los personajes de van conociendo y mezclándose. Entre Hiperión y Halcón Nocturno se establece una relación que recuerda mucho a la que hay entre Superman y Batman, en uno de los pocos guiños que Straczynski se permite hacia la Liga de la Justicia. Y, por supuesto, hay acción, sobre todo en el épico enfrentamiento entre Hiperión y Joe Ledger, el Doctor Espectro.

El dibujo de Frank es su mejor trabajo hasta la fecha. La narración es impecable (véase el número doce) y los personajes son anatómicamente pluscuamperfectos. El color de Chris Sotomayor acompaña muy bien al dibujo y luce de forma especial en los despliegues de poder del Doctor Espectro.

La serie continúa publicándose actualmente en Estados Unidos y ya cuenta con un primer trade y un segundo que saldrá en diciembre. Paralelamente, Marvel ha lanzado una miniserie dedicada al Doctor Espectro que también escribe Straczynski.

(ILUSTRACIÓN DE PORTADA: Portada de Squadron Supreme nº 1, por Bob Hall con tinta de Joe Rubinstein.)

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