2.3.05

BATMAN: LA BROMA ASESINA



Batman: La broma asesina (Batman: The Killing Joke) es, objetivamente, un clásico de los ochenta y de todos los tiempos. A pesar de su brevedad, la obra tiene tanto contenido que, con cada relectura, se puede descubrir nuevas cosas.

Básicamente, la historia de Alan Moore y Brian Bolland es una síntesis de la personalidad, el origen y el modus operandi del Joker. Así mismo, aborda de manera magistral la relación entre este payaso psicópata y Batman, su eterna némesis. En 1988, el universo del Hombre Murciélago aún estaba temblando tras la sacudida de Frank Miller. En El Retorno del Señor de la Noche, este autor ya había dejado claro que no puede existir Batman sin Joker, y vice-versa. Sin embargo, esta historia estaba ambienta en el futuro, que, como sabemos, siempre es alternativo en esto de los cómics. Había llegado el momento de definir el papel del Joker en las aventuras contemporáneas de Batman, y nadie como un Moore en estado de gracia para tal labor.

Aunque nunca hemos conocido el nombre real del Joker, en La Broma Asesina se explica su origen. Tiene cierto parecido con el explicado en el filme Batman pero, recordemos, en los cómics el Joker no se llama Jack Napier. Se trata de un artista de circo que, para mantener a su mujer embarazada en condiciones dignas, se complica la vida aliándose con un par de mafiosos. Mientras intentan robar en una fábrica de productos químicos, se enfrentan con Batman y el futuro Joker cae en un cuba de dichos productos. Durante todo el rato, ha llevado un casco rojo que ocultaba su cara y, cuando se lo quita, descubre que su rostro ha quedado desfigurado para siempre y enloquece.

Esta conexión entre Batman y el origen del Joker justifica el odio que siente hacia el enmascarado. Esta enemistad ha crecido con el tiempo hasta el punto que, según dice el Hombre Murciélago, sólo podrán arreglar sus diferencias cuando uno de los dos muera. De hecho, al final del especial tiene lugar un combate a muerte con una resolución peculiar y original; es tan original que, a primera vista, puede empañar el conjunto de la obra, pero nada más lejos de la realidad.

Pero ¿qué sucede para que tenga lugar tan encarnizado combate? Simplemente, el Joker tensa demasiado la cuerda. Sin más ni menos, se presenta en casa de Jim Gordon y dispara contra la hija de ésta, Barbara, también conocida como Batgirl. La joven queda paralítica de por vida. Mientras agoniza, el Joker la desnuda y le hace fotos que, después, mostrará a Jim Gordon. El objetivo del Joker es conseguir que el comisario se vuelva tan loco como él y, aunque fracasa en el intento, pone todos los medios a su alcance.

Tras La Broma Asesina, el Joker ya no era un payaso ladrón y pirado que maltrataba o disparaba a sus secuaces; seguiría tocando las narices en serio a Batman con otras fechorías como el asesinato de Jason Todd. Aunque el conflicto entre ellos no se ha resuelto y no lo hará nunca, en esta obra se sentaron las bases de la eterna enemistad entre héroe y villano.

(Ilustración: Portada de Batman: The Killing Joke, por Brian Bolland.)

BATMAN: THE KILLING JOKE, THE JOKER, AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.