22.11.06

AMBUSH BUG (2 DE 2)

“Te llamaré… ¡Mofletes, el Juguete Maravilla!” (Ambush Bug, en Ambush Bug núm. 1)

Las sucesivas apariciones de Ambush Bug en las series de Superman le dieron la popularidad necesaria para protagonizar su propia miniserie de cuatro números, que se publicó en 1985. Escrita y dibujada por Keith Giffen con diálogos de Robert Loren Fleming, profundizó en la faceta más surrealista del personaje con múltiples elementos metalingüísticos. Las referencias constantes a Julius Schwartz, Roy Thomas y otros editores de DC y la presencia de Jonni DC, la guardiana de la continuidad, se combinaban con artificios que pretendían convertir la serie en un éxito de ventas. Desde la portada del primer número (un claro homenaje a Superman núm. 1) a los cliffhangers que metían con calzador a Darkseid en la última viñeta de cada entrega, Giffen hizo gala de su particular sentido del humor e incluso de la autocrítica. «Aquí iría bien una de las viñetas de ojos de Giffen», decía el protagonista en alguna ocasión.

La miniserie comenzaba con una invasión alienígena que pretendía destruir las colecciones de cómics de todos los lectores. Poco después, nos encontrábamos a Ambush en su despacho. En sus últimas apariciones en Action Comics, había abierto una oficina de detectives llamada A. Bug Enterprises, cuyo lema era “Nuestra especialidad son los superhéroes”. El héroe andaba algo aburrido cuando irrumpía en su despacho un muñeco de trapo al que llamó Mofletes. Este entrañable personaje, que por supuesto no hablaba ni tenía vida alguna, se convirtió en su amigo, su confidente y el compañero juvenil de sus alocadas aventuras. Por desgracia, moría en el primer número tras fracasar al desactivar una bomba. Claro, al ser un muñeco…

En un claro homenaje (por no llamarlo burla) al Capitán América y Bucky, Ambush veneró para los restos a Mofletes, que se convirtió en un referente con quien nadie podía osar meterse. Ni siquiera el ataque de un koala gigante (guiño a los gorilas

villanos de la DC de los años cincuenta) pudo contener su dolor. Este koala fue el resultado de un experimento del doctor Quentin Quantis, que buscaba el suero de la monería sacando fluidos de dicho animal. Lo probó consigo mismo y acabó convertido en ese koala gigante que atacaba la ciudad. El número supuso la presentación de Jonni DC, una atractiva joven que, cuando usaba su poder, se convertía en el logo de DC (la popular bala) con cabeza, bracitos y dos rayas a modo de piernas. A ella nada se le escapaba, pero cuando hablaba de Tierra-2 no podía evitar el tener que consultar con Roy Thomas.

El tercer número es tal vez el más laborioso de todos. Titulado “El juego de la continuidad”, consistía en una sucesión de fichas y tiras en las que Ambush repasaba la vida, obra y milagros de los personajes olvidados de DC Comics. El homenaje al Who’s Who in the DC Universe que se publicaba justo entonces era evidente, y dejó perlas como un cartel de “justamente olvidada” para Wonder Tot. Este juego se prolongó hasta el cuarto y último número, en que Ambush luchó contra Argh! Yle! y un
villano de verdad llamado Scabbard que se había equivocado de serie. El episodio acababa con Ambush suplicando a los lectores la continuidad de la serie. Estaba incluso dispuesto a casarse con alguna famosa heroína.

Esa continuidad llegó en 1986 en forma de una miniserie de seis números titulada Son of Ambush Bug en que Giffen y Fleming alcanzaron tales niveles de surrealismo y confusión que, para muchos, no cuenta en la continuidad del personaje. El Entrometido había dejado sin poderes a Jonni DC. Recordemos que dicho Entrometido era una entidad cósmica y Jonni, la guardiana de la continuidad. Vamos, una referencia clara a Crisis en las tierras infinitas. Sin embargo, el tema principal radicaba en una misteriosa agencia relacionada con el Escuadrón Ay Ay Ay cuyos miembros tenían cierta tendencia a morir (nos suena ¿no?). Dicha agencia acabó clonando a Ambush Bug, cuyo duplicado (japonés, por cierto), se llamaba Mitsu Bishi y acababa muriendo. Quien volvía de forma inexplicable era Mofletes justo antes de que Ambush fuera expulsado del Universo DC. Irwin Schwab volvía a ser una persona normal.

“Este tostón semanal me está matando" (Ambush Bug, en 52 núm. 24.)

Los especiales Ambush Bug Stocking Suffer (1986) y Ambush Bug Nothing Special (1992) fueron los siguientes intentos de Giffen por recuperar a Ambush Bug. Sin embargo, es un personaje con el que pocos guionistas pueden sentirse cómodos porque, como el tiempo ha demostrado, no es más que el otro yo de su creador. Esto no ha evitado que haya aparecido en algunos cameos y que tuviera su propia entrega de Secret Origins en 1990. Durante los noventa, apareció en Justice Leagues: Justice League of Amazons o Lobo Unbound, pero ha sido hace muy poco que ha contado con un papel relevante.

Dicho papel ha tenido lugar en 52, la serie semanal en la que DC repasa los hechos acontecidos entre Crisis infinita y “Un año después”. Curiosamente, Keith Giffen es el encargado de dibujar los bocetos que sirven como base para la legión de dibujantes que se ocupan de la colección. En 52 núm. 24 (dibujado por Phil Jiménez, por cierto), Ambush Bug ha formado parte de una extraña Liga de la Justicia de América con unos miembros bastante inexpertos. Su aparición ha sido suficiente para que todos recordemos que este personaje existe, que es divertido y que se merece salir de vez en cuando en alguna de las colecciones de DC.

AMBUSH BUG AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.