15.11.06

SEIS HÉROES (MÁS UNA SECTA DE ANDROIDES) LLAMADOS MANHUNTERS (2 DE 3)

Manhunter III: Mark Shaw, el que lo cambió todo

El tercer Manhunter apareció en agosto de 1975 en 1st Issue Special, y fue creado, como Paul Kirk, por el gran Jack Kirby. Mark Shaw era un abogado de oficio que quería luchar contra el crimen con métodos más eficaces, y contactó con alguien llamado Gran Maestro a través de un amuleto con forma de león. Este personaje vivía en un refugio del Himalaya y dotó a Shaw de un poderoso bastón que le permitía lanzar descargas de energía. El abogado era el sustituto de un Manhunter que acababa de morir en una misión y que, hasta mucho más tarde, no se supo si era o no Paul Kirk. Aunque al final resultó que no lo era, en las guías oficiales de DC se refieren a Shaw como Manhunter III y no IV, que sería lo correcto. Sin embargo, optamos en este artículo por hablar de “Manhunter III”. La siguiente aparición del personaje tendría lugar en Justice League of America nº140, donde Steve Englehart y Dick Dillin profundizaron en ciertos personajes llamados Manhunters, en plural, que conformaban una peligrosa secta dirigida por el Gran Maestro. Si os parece, vamos a aparcar a Shaw durante unos instantes para hablar de estos androides que tan importantes han sido en la historia del Universo DC.



Los Manhunters: Nadie escapa de ellos

El lema “Nadie escapa de los Manhunters” se ha convertido en el grito de guerra de este gran grupo de villanos ataviados como Paul Kirk y el propio Mark Shaw al principio. Aunque su primera aparición se produjo en el mencionado 1st Issue Special, fue Steve Englehart quien los relacionó con el mito de Green Lantern en Justice League of America nº140 y 141. La historia comenzaba con Mark Shaw atacando a Hal Jordan (y otros miembros de la Liga que estaban por allí, como Canario Negro o Green Arrow). Aunque al principio no sabían por qué lo hizo, Jordan les explicó que llevaba una pesada carga en la conciencia. Por accidente, había destruido un planeta intentando salvarlo de unos meteoritos, y debía recibir un justo castigo. A medida que otros miembros del grupo se unían a la trifulca, se descubrió que el Gran Maestro no era tan bueno como parecía y que había dado el bastón a Shaw para manipularlo de forma algo retorcida.

Los Manhunters, como se reveló en aquella historia, formaron parte del primer intento de los Guardianes del Universo por redimir las acciones de Krona, que había desatado el mal en el mundo. Divididos en grupos de dos o tres, los hombrecillos azules crearon un ejército de androides a quienes dotaron de pistolas y baterías de poder con los que impartir justicia y hacer el bien por el universo. Todo fue bien hasta que los androides tomaron conciencia propia y se proclamaron mejores que los Guardianes. Así, intentaron apoderarse de la Gran Batería de Oa pero la sobrecargaron y fueron derrotados. Algunos de ellos consiguieron sobrevivir a la batalla y se organizaron bajo el mando del Gran Maestro con el único objetivo de destruir a sus creadores y a sus sucesores, los Green Lantern Corps.

Roy Thomas, especialista en retcons donde los haya (de hecho, fue él quien acuñó el término en un correo de los lectores de All-Star Squadron), estableció en Secret Origins nº22 que los Manhunters encontraron en la Tierra el cuartel general perfecto para sus propósitos. Tanto influyeron en la historia del planeta que utilizaron a humanos como agentes para estar presentes en momentos importantes como la victoria de George Washington o el descubrimiento de América. En 1941, apareció en la Tierra Alan Scott, el primer héroe llamado Green Lantern. Aunque no era un agente de los Guardianes del Universo porque sus poderes tenían otro origen, los Manhunters quisieron quitarlo de enmedio con Dan Richards. Y es aquí cuando entramos en las retcons que nos habíamos reservado al principio del artículo.

Cuando el amigo de Richards fue acusado de un asesinato que no había cometido, el propio Gran Maestro le dio a Thor para que resolviera el entuerto. El perro era en realidad un robot (de ahí que aún esté vivo en su reciente aparición en Manhunter de Andreyko), y fue gracias a sus habilidades que Richards salvó a su amigo. Sin embargo, no quiso entrar al trapo en el tema de Green Lantern y el Maestro recurrió a su otra baza, Paul Kirk. El Inspector Donovan era en realidad agente de los androides, y antes de morir implantó en el cazador el deseo de convertirse en héroe. Como Joe Simon no explicó en Adventure Comics nº73 de dónde sacó Paul su traje, Thomas aprovechó para hacer magia y que el Gran Maestro en persona se lo hubiera dado; eso sí, no quiso un perro robot. Dado que no tenía la menor intención de seguirles el juego, los Manhunters tuvieron que recurrir a Arlequín (la original) y le dieron unos lentes con los que matar a Alan Scott. Sin embargo, como se enamoró de él, nunca completó la misión.

Resignados a aceptar a Scott en la Tierra, los Manhunters siguieron escondidos hasta que supieron que los Guardianes del Universo habían dejado el universo después de Crisis en las tierras infinitas. El regreso de uno de ellos para el acontecimiento de Millennium fue el momento elegido para desvelar a algunos de los agentes que habían insertado en las vidas de los héroes de la Tierra. Ésta se había convertido en su forma de controlarlos tras el fracaso con Alan Scott, así que se desveló que Lana Lang, Jim Gordon o el dios Pan eran, en realidad, agentes suyos. El evento supuso la aparición de los Nuevos Guardianes, el nuevo escalón en la evolución de la humanidad, y también la derrota de los Manhunters y el Gran Maestro en la Tierra. Sin embargo, esa derrota fue sólo temporal, pues los androides se reagruparon en una nueva base de operaciones que se ha desvelado recientemente en la serie Green Lantern. Ese cuartel se encuentra fuera del alcance de los Guardianes y los Green Lantern Corps y su contenido es tan sorprendente como la identidad del nuevo Gran Maestro; todo ello se ha relatado en Green Lantern nº10 a 13, escritos por Geoff Johns y dibujados por un Ivan Reis especialmente inspirado.

Volvemos con Mark Shaw y con otro Manhunter

Tras su aparición en Justice League of America nº141, Shaw se desvinculó de los Manhunters y asumió una nueva identidad algo extraña, la de Corsario, con la que ayudó en los números siguientes a la Liga de la Justicia. Sin embargo, se acabó volviendo loco y se enfrentó a sus amigos como Zar Estelar en el número 149. Shaw desapareció del mapa durante algún tiempo.

Así, en 1976, apareció un nuevo Manhunter que formaba parte del elenco de protagonistas de Secret Society of Supervillains. Esta serie de corta vida (apenas quince entregas) fue realizada por Gerry Conway y Pablo Marcos entre otros dibujantes y reunió a lo más granado de los villanos de DC. Este Manhunter era uno de los pocos clones de Paul Kirk que sobrevivieron al serial de Detective Comics, pero no tuvo la misma suerte con Darkseid en el quinto número de la colección. Su existencia está casi olvidada y, de hecho, no se cuenta entre los Manhunters con “numeración oficial”.

En 1988, Shaw regresó al Universo DC gracias a la gran Suicide Squad de John Ostrander y Luke McDonnell. Simone LaGriève, la psicóloga de la prisión Belle Rève, lo desprogramó por completo y consiguió la libertad tras un par de misiones como Corsario con el popular Escuadrón Suicida. Esto coincidió en el tiempo con Millennium, ya que el previsible éxito del evento podría dar una oportunidad de serie propia a un producto tan relacionado con ella como Mark Shaw. En efecto, la cosa funcionó y Manhunter III protagonizó Manhunter, la primera serie con ese título, de 1988 a 1990 con guiones del propio Ostrander y Kim Yale y dibujos de Pablo Marcos y Grant Miehm.

Con un nuevo traje alejado del original, Shaw se desmarcó de Millennium y sus hechos gracias a una nueva revisión retroactiva de los orígenes de los Manhunters. Al principio, Roy Thomas estableció que su tío Desmond, el que le dio el amuleto con forma de león, era un agente de los androides. Sin embargo, su propia colección desveló que los recuerdos de su aventura en el Himalaya con el culto androide y la Liga de la Justicia se debió a una manipulación del gobierno estadounidense. La psicosis de Mark Shaw se agravó en la misma serie cuando se supo que él era en realidad Dumas, su archienemigo. Hubo dos villanos con ese nombre, el auténtico que murió a sus manos y el falso en que él mismo se convirtió. Mark pareció morir a manos de Eclipso como otros héroes como Wildcat (Yolanda Montez) o la Doctora Medianoche, pero en realidad estaba trabajando para el Sargento Steel de forma encubierta. Tras la cancelación de su serie, Shaw desapareció hasta el siguiente volumen de la serie Manhunter, que formaría parte de las dramáticas (por horrendas) consecuencias de Hora Cero.

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