2.11.06

"EL AMO DE LOS ROBOTS"

“El Amo de los Robots” es una divertida historia de nueve páginas que se publicó en abril de 1962 en Superman nº152. Bajo la controvertida batuta del editor Mort Weisinger, Jerry Siegel y el sublime Curt Swan organizaron una de aquellas historias de equívocos que poblaban los cómics del Hombre de Acero en la edad de plata y que giraban en torno a la identidad secreta del protagonista. Todo comenzaba en el Daily Planet el día en que Jimmy Olsen, Lois Lane y Perry White volvían de un congreso fuera de Metrópolis y actuaban de forma algo extraña. Clark tropezó con una mesa y fingió que le había dolido el golpe, pero sus amigos ni se inmutaron porque, según afirmaban, sabían que era Superman e iban a publicarlo en el periódico. Todos sabemos que la sagaz Lois pre Crisis no fue capaz de descubrir nunca la identidad secreta de su amado héroe, así que las alarmas saltaban enseguida. ¡Gran Scott! ¿Qué estaba pasando?

En realidad, los tres periodistas eran robots enviados por el Amo de los Ídem, y a ellos había que añadir un cuarto que imitaba a Clark Kent. De repente, se quedaron sin batería y Superman se los llevó a la Fortaleza de la Soledad. Sin embargo, no fue solo. Los robots también sabían que Linda Lee era Supergirl, así que Clark llamó a su prima para investigar juntos la situación. Tras un duro día de trabajo, los seres mecánicos se activaron otra vez y empezaron a recorrer la Fortaleza y visitaron las salas que Superman había dedicado a las personas que imitaban. Conscientes de lo mucho que los admiraba, los impostores empezaron a pelearse hasta que sólo el que reproducía a Clark Kent quedaba con “vida”. Como se desactivó otra vez, los dos primitos se fueron a dormir (a habitaciones diferentes, ojo).

Poco sospechaban el Hombre de Acero y la Doncella del Poder que el Clark androide se despertaría por la noche y extraería de su cuerpo (vista al frente y mente limpia, niños) un artefacto que contenía pequeños objetos. Cuando Superman y Supergirl descubrieron al robot, apareció por allí la Legión de Superhéroes, que se ocultaba tras el Amo de los Robots. Aquel día era el aniversario de la llegada de Kara a la Tierra, y para celebrarlo los legionarios les llevaron pequeños bustos de sí mismos como regalo y homenaje a sus dos miembros más valiosos. Se trataba de una de las primeras apariciones de la Legión en la época en que se paseaban con sonrisa perenne por las aventuras de Superboy, Supergirl y Superman. Al final, todo aclarado, todos tan amigos y tan felices como siempre tras una aventura entrañable de la edad de plata de DC.


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