26.10.06

LOS NUEVOS TITANES DE WOLFMAN Y PÉREZ (3 DE 3)

“El Contrato Judas” y la boda de Donna

The New Teen Titans nº37 fue un cruce con Batman and the Outsiders nº5. Con la huida de prisión de los Cinco Temibles como fondo, Wolfman y Pérez iniciaron una trama que cambiaría para siempre a uno de sus chicos. Batman y Robin tenían una discusión muy fuerte al final de aquella historia, con trapos sucios incluidos y una malsana confrontación por ver quién dirige mejor a su grupo. La brecha entre los antiguos compañeros era cada vez mayor, y estaba cerca el momento en que Dick Grayson dejaría de ser Robin para siempre. Wolfman y Pérez, hasta entonces, no habían tenido ningún poder sobre la evolución de Dick como personaje. No les había hecho falta porque tenían personajes nuevos de los que hablar, pero había llegado al momento de profundizar en los veteranos. Gerry Conway, escritor de Batman en 1984, no tenía nada que hacer con él, así que el dúo propuso a DC uno de los cambios más afortunados y drásticos que ha vivido el estatus quo de uno de sus personajes.

A quien también había que tocar ya era a Donna Troy. Aunque sus orígenes estaban más o menos claros, Wolfman mantuvo durante toda la serie a la pobre chica en ascuas sobre la identidad de sus padres biológicos. Con su boda cerca, Wonder Girl necesitaba conocer sus raíces, y recurrió a Dick para la que, personalmente, me parece la mejor historia de Los Nuevos Titanes. “Who is Donna Troy?” se publicó en el número 38 y sirvió para que la muchacha lo supiese todo por fin. Otra cosa es que los cambios producidos a posteriori la dejaran con el culo al aire, pero de ese tema ya hemos hablado por aquí.

Con quien Wolfman no sabía qué hacer era con Kid Flash. Wally era el personaje menos caracterizado de todos. Las pinceladas sobre su conservadurismo o sobre su relación forzosa con Raven no eran suficientes, y The New Teen Titans nº39 supuso su despedida. La excusa fue que padecía una enfermedad coronaria que lo ponía en peligro cuando usaba sus poderes. Wolfman aprovechó el mismo cómic para anunciar oficialmente que Dick dejaba de ser Robin. El cómic en cuestión supuso también el pistoletazo de salida para “El Contrato Judas”, la saga por excelencia de Los Nuevos Titanes en que Terra se reveló como una traidora a las órdenes de Deathstroke.

Volvamos un poco hacia atrás. En 1982, Los Nuevos Titanes ya eran la serie más vendida de DC Comics y la única capaz de hacer la competencia a La Patrulla-X de Marvel. Las editoriales hicieron coincidir a los dos grupos en un especial, titulado Marvel and DC Present The Uncanny X-Men and The New Teen Titans y escrito por Chris Claremont y dibujado por Walter Simonson. El paralelismo entre las dos series se convirtió en una suerte de leyenda negra para Wolfman, a quien a veces se acusó de plagiar algunos aspectos de los mutantes y adaptarlos a su colección. La presencia de Terra no ayudó modificar esto, porque se la presentó como la chica nueva, vulnerable pero inteligente que intenta hacerse hueco en un grupo nuevo ya establecido. Vamos, que recordaba mucho a Kitty Pryde. Imaginémonos ahora a quienes pensaban que Terra era una copia de esta chica cuando la vieron en casa de Deathstroke, pintada como una puerta y acabando de acostarse con el villano. Pérez, con bastante mala baba, se ocupó de dar a Terra un rostro inocente e incluso infantil sólo para causar mayor impresión con esta escena.

“El Contrato Judas” se extendió hasta el número 41 de The New Teen Titans y continuó en Tales of the Teen Titans nº42, 43 y Annual nº3. El cambio de nombre de la serie se debió al lanzamiento de una segunda colección mensual en mejor papel y de venta directa en librerías. La serie original, ahora llamada Tales, seguiría publicando material nuevo durante un año y, después, pasaría a reeditar los cómics de la serie baxter. Parte del material inédito de ese año fue la conclusión de esta mítica saga. Terra proporcionó a Deathstroke información sobre sus supuestos amigos para que los capturase y entregase a La Colmena. Uno de ellos, Dick, logró escapar y adoptó la identidad de Nightwing, con la que aún sigue hoy en día. No fue a rescatar a sus amigos solo, pues contó con la ayuda del hijo menor de Deathstroke, Jericó. Se trataba de un joven mudo capaz de ocupar cuerpos ajenos a quien Wolfman no quiso añadir bocadillos de pensamiento; de ese modo, Pérez podría lucirse haciendo que el muchacho hablase sólo con un lenguaje corporal muy cuidado.

La saga terminó con la muerte de Terra y con un Changeling al borde de la desesperación. Durante los tres números siguientes, el grupo pudo vengarse de La Colmena con la ayuda de Aqualad y Aquagirl, que descubrieron su base submarina. La tragedia vivida por el grupo no impidió la boda de Donna en Tales of the Teen Titans nº50. Fue un enlace tranquilo, sin villanos, al que acudió todo el Universo DC en sus identidades civiles. De hecho, fueron incluso los Titanes originales de quienes Wolfman no quería saber nada. No los incluyó voluntariamente entre los invitados, pues Pérez los dibujó sin decirle nada para obligarlo a darles texto. Este número tan emotivo y especial fue el último dibujado por el ilustre artista. Además, se publicó con un par de meses de retraso debido a los compromisos de Pérez, que había estado dibujando al mismo tiempo la serie baxter.

“La Saga de Trigon” y el adiós de Pérez

DC quería que Marv Wolfman y George Pérez se encargasen de la primera saga de la segunda serie de Los Nuevos Titanes, que comenzó en agosto de 1984 con la celebrada “Saga de Trigon”. El regreso del padre de Raven y la corrupción final (bueno, entonces era final) de ésta marcaron un comienzo inmejorable para la nueva serie. George Pérez quiso entintar todas las entregas, pero se le hizo imposible tras la memorable escena del puente de almas humanas del primer número. De hecho, sufrió tanto con aquello que se prometió a sí mismo no mortificar nunca más a sus entintadores con tantos detalles. Aquel número, por otra parte, apareció en las librerías sin el sello del Comic Code Authority porque se dejaba entrever que Kory y Dick mantenían relaciones sexuales.

La saga en cuestión supuso el regreso temporal de Wally West y enfrentó a los Titanes a sus mayores miedos. Si fueran reales, uno de ellos habría sido perder al dibujante que los creó. Pérez se marchó definitivamente de las dos series para dedicarse al proyecto que supuso la cima de su carrera. Se trataba de Crisis en las Tierras Infinitas junto al propio Wolfman. El guionista sí permaneció en la colección durante muchos años junto a artistas como Eduardo Barreto o Tom Grummett que realizaron un gran trabajo aunque estuvieran muy lejos del maestro Pérez.
Wolfman se reencontró con su amigo George en 1988 para revisar el origen de Donna Troy en la continuidad post Crisis. También planearon una novela gráfica sobre el grupo que el dibujante prácticamente terminó pero que nunca se ha publicado. Hace un par de años, corría el rumor de que DC abría el proyecto de nuevo, pero los compromisos profesionales de ambos han cerrado esa posibilidad. Esperemos que Games se publique algún día y que estos colosos del cómic se reúnan de nuevo para ofrecernos una porción más de genialidad conjunta.
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