EL CUARTO MUNDO DE JACK KIRBY
Portada del recopilatorio Jack Kirby's New Gods, por el propio Kirby.
El Cuarto Mundo: una trayectoria editorial controvertida
En 1970, Carmine Infantino, por aquel entonces presidente de DC Comics, se reunió con Jack Kirby para introducirle en el proyecto que debía aumentar las ventas de las diversas colecciones protagonizadas por Superman. Kirby había abandonado Marvel porque no recibía los derechos de autor que debían pagarle por todas las series que había contribuido a crear. En La Casa de las Ideas, la marcha de Kirby se tomó bastante mal, hasta el punto que sólo hablan de «Stan Lee Presents…» en sus cómics, obviando así la labor que tanto Kirby como otros autores, entre ellos Steve Ditko, realizaron en los años sesenta.
Los protagonistas de aquella nueva etapa del Hombre de Acero fueron Dennis O’Neil y Curt Swan, responsables de Superman. Kirby eligió un puesto más modesto, el de guionista y dibujante de la agonizante Superman’s Pal Jimmy Olsen. A cambio de elegir la serie más floja, Kirby solicitó a Infantino tener un absoluto control sobre ella; en otras palabras, quiso ser también editor. Pero no fue esto lo único que pidió. También se hizo con el control absoluto de otras tres nuevas series que, junto con Jimmy Olsen, se convertirían en lo que hoy conocemos como “Cuarto Mundo” (Fourth World).
En febrero de 1971, verían la luz las dos primeras series, Forever People y New Gods, y en abril, Mister Miracle. Las tres se unirían a Superman’s Ex Pal Jimmy Olsen, que formaría parte de este proyecto entre los números 133 (octubre de 1970) y 148 (abril de 1972). En todas ellas, Kirby narraría una historia de proporciones épicas en la que dos razas de dioses, los unos muy buenos y los otros malísimos, se enfrentaban en una guerra eterna. No se trataba de una historia sencilla, pues número a número Kirby martilleó a los lectores con personajes tan complejos como Darkseid u Orion, artilugios tan extraños como las Cajas Madre o conceptos tan abstractos como la Fuente. Para Kirby, aquél era su universo, y desplegó en él su trabajo más personal. Tan personal era que pocos fueron capaces de comprenderlo, y llegaron las cancelaciones.
Forever People y New Gods resistieron hasta el número 11 (septiembre y noviembre de 1972, respectivamente). Mister Miracle, por su parte, sobrevivió dieciocho números hasta febrero de 1974 y tres años más tarde fue recuperada por Steve Englehart y Marshall Rogers, que no lograron superar el número 25. Jimmy Olsen continúo una temporada tras el Cuarto Mundo, pero se canceló para siempre en marzo de 1974. Se podría decir que la libertad creativa total le jugó a Kirby una mala pasada. No fue capaz de asimilar los cargos de editor, escritor y dibujante de cuatro colecciones y las criaturas se le fueron de las manos. Sin embargo, ya reconciliado con Marvel, en 1975 se lanzó a un experimento similar que se conoce como The Eternals y que en España hemos podido disfrutar en las Biblioteca Marvel de Planeta. La cuestión es que Kirby se quedó sin contar el final de su historia porque las colecciones se cerraron de un día para otro. No fue hasta 1984 que pudo decir su última palabra sobre el tema en la novela gráfica The Hunger Dogs.
Pese a lo confuso y abrumador de sus contenidos, las series del Cuarto Mundo han dejado un legado muy rico en el Universo DC y en su ambientación más cósmica. Kirby quiso mantener al resto de dicho universo lejos de sus creaciones, con Superman como único excepción. No obstante, tras su marcha, muchos autores han rescatado a los personajes de Kirby y, sobre todo, a Darkseid, que es un villano que ha dado mucho juego. A éste y a compañía los hemos visto en series como Action Comics, Wonder Woman, Legends, Crisis on Infinite Earths, Legion of Super-Heroes, Superman / Batman, Justice League International y un largo etcétera. Y, cómo no, han tenido sus propias series al margen de Kirby. Entre ellas, destaca Jack Kirby’s Fourth World, un fallido pero sentido homenaje que realizó John Byrne con excelentes portadas de Walter Simonson entre 1997 y 1998.
La historia del Cuarto Mundo
Hace más años de los que mente humana pueda concebir, existía un mundo donde vivieron los primeros dioses. Llegó un momento en que éstos debieron enfrentarse a su Ragnarok, es decir, el fin del mundo. Sin embargo, de la destrucción del planeta surgió una oleada de poder que viajó por el Universo durante mucho tiempo. Cuando finalmente llegó a la Tierra, esta onda dio origen a los Dioses Olímpicos que veneraban los antiguos griegos y que, en el Universo DC, suelen aparecer por la serie Wonder Woman.
De los restos del planeta original surgieron dos mundos cercanos. Uno de ellos es Nueva Génesis, liderado por el Alto Padre, un lugar idílico lleno de plantas, animales y agua donde los habitantes son felices y viven en armonía los unos con los otros. El otro mundo es justo lo contrario. Se trata de Apokolips, el mundo de Darkseid, un lugar oscuro donde los pozos de fuego impregnan el aire de azufre. Sus habitantes son dirigentes déspotas, crueles y sádicos que obligan a sus súbditos a vivir en condiciones miserables de pobreza, hambre e higiene. A ambos se los conoce como Cuarto Mundo, y representan la eterna lucha entre el Bien y el Mal llevada a sus máximas consecuencias.
Uno de los principales protagonistas de este conflicto es Darkseid. Anteriormente conocido como Uxas, era el hijo de Heggra, reina de Apokolips. Ansioso de poder, Uxas no soportaba ser un simple príncipe, y siempre pugnó con su madre por el control de Apokolips. Tras acabar con su hermano Drax, Uxas se convirtió en el ser de enorme poder que conocemos como Darkseid. Su fuerza y resistencia son comparables sólo a las de Superman y, además, cuenta con un arma difícilmente igualable: el rayo omega. Proyectado desde sus ojos, esta descarga de energía persigue a su objetivo hasta alcanzarlo y teletransportarlo a donde quiera Darkseid o bien desintegrarlo. Un mal día, este tirano descubrió gracias a los marcianos que existe una forma de conceptualizar la llamada “ecuación anti vida” que puede permitirle su fin último: conquistar el universo.
Darkseid se casó, contra la voluntad de su madre, con Suli. Juntos tuvieron un hijo llamado Kalibak, uno de los guerreros más despiadados de Apokolips. Aunque no se puede decir que creciera con una figura paterna, Kalibak es un digno hijo de su padre. Es despiadado y cruel, y lidera las Fuerzas Especiales de Apokolips con un salvajismo difícilmente superable. A su carácter natural, hay que añadir lo enormes celos que siente hacia su hermano pequeño, Orion. Y es que Kalibak no fue el único hijo de Darkseid. Como ya hemos dicho, la reina Heggra nunca aprovó la unión entre su hijo y la científica Suli, así que ordenó a Desaad, el torturador oficial de Apokolips, que acabara con la vida de su nuera. Así ocurrió, y al poco tiempo ordenó a su hijo que se casara con Tiggra, con quien Darkseid tuvo su segundo hijo, Orion, el que más problemas le ha dado pero del que más orgulloso se siente.
Os preguntaréis en este punto cómo puede Orion, entre otras cosas miembro de la Liga de la Justicia de América, ser hijo de Darkseid. El tirano ansiaba conquistar el universo como último fin, pero su objetivo primero era destruir Nuevo Génesis, el planeta rival que representaba todo cuanto odiaba. Esta meta era compartida por su tío Steppenwolf. Un día, tío y sobrino viajaron al planeta vecino. Allí vivía su gran enemigo, Izaya el Heredero, un hombre sabio y bondadoso que vivía felizmente con su esposa Avia. Darkseid y su tío mataron a la mujer de Izaya, tras lo cual comenzó la guerra abierta entre ambos mundos. Izaya se convirtió en Gran Padre por designio de la Fuente y, pese al carácter pacífico de los suyos, los Nuevos Dioses, como se conoce a los pobladores de Nuevo Génesis, entraron al trapo. Y ¿qué es eso de la Fuente? Es uno de los conceptos abstractos y oscuros que introdujo Kirby en las series. Digamos que es el resto de la conciencia de los antiguos dioses, representado a través de una especie de pared blanca que va dictando a Izaya lo que debe hacer.
La guerra duró mucho tiempo y llegó un punto en que fue insostenible para ambas partes. Así, Darkseid e Izaya firmaron El Pacto, a través del cual se intercambiaban a sus hijos como una especie de aproximación cultural pacífica. Orion, el hijo pequeño de Darkseid, fue a vivir con Izaya y el joven Scott Free acabó en Apokolips. Sin embargo, las cosas no salieron como estaban previstas. Orion se convirtió en todo un campeón de Nuevo Génesis. A pesar de la genética, las buenas costumbres de su planeta adoptivo lo convirtieron en una buena persona. Evidentemente, la sangre tira, y Orion era demasiado salvaje en ocasiones. Izaya le dio una caja madre (de esto hablamos luego) para controlar sus impulsos. El joven renunció para siempre de su herencia malvada cubriéndose el rostro, viva imagen de su padre, con una máscara. El joven completó sus cualidades de combate y su gran fuerza natural con una especie de arnés cósmico que le permitía volar y viajar por el espacio. Cuando el conflicto entre los dos planetas se reavivó, Orion se puso siempre del lado de Nuevo Génesis. Darkseid, a pesar de esto, siempre estuvo orgulloso del guerrero que había llegado a ser. A la “reinserción” de Orion contribuyó Lightray, un joven que había sido siempre su amigo y que, por accidente, obtuvo poderes que le permitían proyectar rayos de luz y energía en diversas formas. La pareja formada por ambos dio muchos quebraderos de cabeza a Darkseid, y ambos han aparecido por la Tierra en alguna que otra ocasión.
Mientras tanto, Scott Free acabó en el orfanato de la Abuela Bondad. Era ésta una antigua soldado que había ido ascendiendo gracias a su sadismo hasta acabar dirigiendo esta institución. No era el orfanato un lugar fácil, sino todo lo contrario. Bondad educaba a sus pupilos para que, una vez adultos, fueran ciegos seguidores de Darkseid en el Armagetto, el lugar infecto donde vivía la gente normal. Sin embargo, no pudo nunca doblegar la voluntad del joven Scott, que acabó escapándose del orfanato. Una vez libre, conoció a Big Barda, la líder de las Furias. Éstas son un grupo de guerreras adiestradas y escogidas por la propia Bondad para ser el cuerpo de elite la guardia de Darkseid. Scott y Barda se enamoraron y, gracias a la intercesión de Himon, escaparon a la Tierra. Himon era un habitante de Nuevo Génesis que inventó las cajas madre y los tubos boom. Son estos últimos unos portales que permiten trasladarse de inmediato de un punto a otro del universo. Engañador por Darkseid, Himon entregó su tecnología a Apokolips, y nunca dejó de arrepentirse por ello. Volviendo a Scott, acabó trabajando en un circo como escapista. Sus diferentes intentos de fuga en Apokolips le habían convertido en un maestro de la disciplina. Además, con los artilugios que Himon le dio, como los discos voladores, se convirtió en uno más de los héroes de la Tierra. Sin embargo, Barda y él no han podido nunca ser felices del todo, pues se han visto implicados en todos los conflictos entre Apokolips y Nuevo Génesis.
Como vemos, tenemos en el Cuarto Mundo personajes buenos y malos. Y también hay uno neutral. Se llama Metron, y es un viejo conocido de los lectores de DC. Se trata de un personaje críptico que aparece de vez en cuando en alguna colección para aclarar alguna situación o liarla todavía más. En principio, es un Nuevo Dios, pero nunca ha asegurado en cuál de los dos planetas ha nacido. El objetivo de Metron es el conocimiento, y a partir de ahí sus actos se pueden colocar en cualquiera de los dos lados de la balanza. Como os imaginaréis, es un gran inventor. Creó junto con Himon las cajas madre y, ya él solito, la misteriosa silla Mobius sobre la que siempre viaja.
A parte de estos personajes principales, el Cuarto Mundo está lleno de secundarios de no menos interés. Especialmente destacable es el papel de Desaad como lameculos oficial de Darkseid. Es una especia de Inquisidor cuyo fin es obtener para su amo todo tipo de información sin cortarse un pelo en los métodos que aplica. También tenemos a Forager, el amigo de Orion y Lightray que pertenece a una raza de insectos evolucionados que habita el subsuelo de Nuevo Génesis. Por último, tenemos a los Forever People. Aunque no han tenido demasiada importancia en el Universo DC tras la marcha de Kirby, sí aparecen en el Cuarto Mundo original y con su propia serie. Poco después de firmar El Pacto, la Fuente aconsejó a Izaya que reuniera cinco jóvenes de Nuevo Génesis que serían fundamentales para futuros conflictos; eran Mark Moonrider, Big Bear, Bikini, Serifan y Beautiful Dreamer. Cuando estuvieron preparadas, Izaya dio a cada uno una pieza de una gran madre caja. Cuando los cinco pronunciaban la palabra “Taaru”, invocaban (e intercambiaban espacios) con un ser de vasto poder llamado Hombre Infinito. Para separarlos y evitar que invocaran a este héroe, Darkseid raptó a Beautiful Dreamer y la llevó a la Tierra. Sus compañeros le siguieron el rastro y, por fin, la encontraron. Sin embargo, en lugar de volver a Nuevo Génesis, se quedaron en nuestro planeta durante una larga temporada. Por supuesto, no fue ése su destino final, aunque eso ya sería otra historia.
Concluyendo, creo que ya tendréis bastante claro lo complicado que resulta esto del Cuarto Mundo de Jack Kirby. El autor estaba en un momento de gran inspiración, y parió una serie de personajes, artilugios y situaciones que, a pesar de su difícil acceso, son un alarde de creatividad e imaginación. Que lo disfrutéis en junio.
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