20.4.06

EN EL DÍA DEL LIBRO, REGALA TEBEOS (Y QUE SEAN DE DC, CLARO)


Me apunto a esta bonita iniciativa, otra de las muchas promovidas por el blog La Cárcel de Papel (a sus pies, a sus pies) con cinco títulos de DC para no variar. Mis propuestas para convertir a los no iniciados en dceeros de pro son las siguientes:
Las Aventuras de Batman nº 1. Bueno, quien dice el primer número dice cualquier de los otros o incluso todos, que hay cuatro. Me parece el título que puede gustar a todas las edades, desde los niños hasta lo que ya llevan tiempo acostumbrados a DC. Es fresco, no hay que saber nada de continuidades para no perder el hilo, es muy entretenido y tanto las historias como el dibujo son excelentes. Su único fallo: el tamaño de la edición de Planeta, pero lo demás compensa de sobra.
DC: La nueva frontera (dos números). Porque es uno de los mejores cómics que han salido de DC en los últimos años. Porque Darwyn Cooke es un maestro se mire por donde se mire y te guste el estilo que te guste. Porque satisfará tanto a lectores habituales de superhéroes como a otros que busquen mayor profundidad y motivación en la caracterización de los personajes.
Jóvenes Titanes. Adolescentes con poderes que además son pupilos de otros de sobra conocidos, mucha acción, buen dibujo y mantienen unas relaciones de amistad entre ellos de lo más coherente. Es el título perfecto para enganchar a esos jovenzuelos adictos al móvil de las narices y ver si se acostumbran a leer frases completas.
Empire. Una gran obra de ocho números con la que atraer a aficionados a Star Wars y la ciencia-ficción en general que no lean cómics habitualmente. Que los hay. Vale que no es del Universo DC propiamente dicho, pero entre el logo y lo de Mark Waid y Barry Kitson podrían caer después en un JLA: Año Uno o un Legión de Superhéroes.
Superman/Batman. Sí, porque mal que me pese, me parece una serie ideal para que viejos aficionados que hace tiempo que no leen nada de DC vuelvan al buen camino. Muchos personajes, frikismo a tutiplén, dibujo llamativo. Y malas historias, pero eso no se lo digáis; al menos, hasta que se hayan vuelto a enganchar.