27.9.06

LOS GUARDIANES DEL UNIVERSO (1 DE 2)

Los hombrecillos azules conocidos como Guardianes del Universo son los responsables de la creación de los Green Lantern Corps. Sin embargo, su historia se remonta a casi el principio del universo, cuando uno de ellos osó desafiar las leyes establecidas y desencadenó el mal en el cosmos. Desde su creación en 1960, muchos han sido los Guardianes destacados por sus acciones aunque la no intervención sea una de sus normas. En el siguiente texto, hablaremos de su nacimiento, su muerte y su reciente resurrección.

Origen... y sus inevitables revisiones

En 1959, DC Comics relanzó el mito de Green Lantern en las páginas de Showcase nº22, 23 y 24. Hal Jordan se convirtió en aquellos números en el heredero del nombre que había sido tan popular durante los años cuarenta, aunque poco tuviera que ver con su predecesor, Alan Scott. John Broome y Gil Kane, responsables de la creación de Jordan junto con el editor Julius Schwartz, introdujeron en aquellas historias un elemento misterioso. Se trataba de la batería en la que el héroe recargaba su anillo;, alguien le encomendaba misiones a través de ella, pero ¿quién era? La respuesta llegó en agosto de 1960 en “The Planet of Doomed Men”, historia realizada por los mismos autores para Green Lantern (v2) nº1. En ella, descubrimos que aquellos “jefes” eran unos hombrecillos azules llamados Guardianes que vivían en un planeta llamado Oa y que habían creado los Green Lantern Corps. Tras analizar la valía de Jordan como miembro del grupo intergaláctico, borraron su existencia de la mente del humano hasta que llegase otro momento. Esto sucedería en Green Lantern nº7 cuando los Guardianes tuvieron que explicar a Jordan la historia de su archienemigo Sinestro.

Sin embargo, no fue aquélla la primera vez en que unos personajes llamados Guardianes del Universo aparecían en un cómic de DC. En julio de 1952, el Capitán Cometa vivió una aventura en las páginas de Strange Adventures nº22 que lo llevó a conocer a unos seres llamados de ese modo. Pertenecían a una raza antigua y poderosa que controlaba los cambios que se producían en el universo. Aunque su piel era naranja y no azul, el que Julius Schwartz y John Broome fueran editor y escritor respectivamente de esta historia los sitúa como claros precedentes de los Guardianes de Oa. Murphy Anderson se encargó de la parte gráfica.

Para conocer el origen de estos misteriosos enanitos, habría que esperar al Green Lantern nº40 de octubre de 1965. Alan Scott, el Linterna Verde de Tierra-2 (es decir, el original) descubría con asombro que, al impedir que un meteorito chocase contra nuestro planeta, su anillo había perdido la sensibilidad a la madera. Impresionado, se fue a Tierra-1 y se lo contó a Hal Jordan. Con ayuda de los Guardianes, descubrieron que un tal Krona había poseído a Alan a través del anillo. La presencia sirvió para que los hombrecillos contasen a los héroes su origen. Éste se revisaría en Green Lantern nº81 (por Dennis O’Neil y Neal Adams), donde se explicaba que los Guardianes habían nacido en Maltus y no en Oa. En 1985, Steve Englehart y Joe Staton contaron en Green Lantern nº200 que en el planeta hubo también unas mujeres llamadas Zamarons que abandonaron a los hombres hacía mucho tiempo. Toda esta información se condensó en Secret Origins nº23 (febrero de 1988), cómic en que Todd Klein y Jonathan Peterson explicaban el origen que resumimos a continuación.

Hace miles de millones de años, las primeras muestras de vida inteligente se manifestaron en el planeta Maltus. Unos simbiontes de piel azulada se fueron apoderando del planeta y adquirieron poderes que desafiaban la propia realidad e incluso a la muerte. Sus conocimientos científicos eran amplios, pero había una enfermedad que no habían podido controlar y que los afectaba cuando entraban en contacto con las hembras del planeta. La solución fue procrear a distancia, lo cual hizo su sociedad aún más aséptica. No obstante, entre aquellos niños creados artificialmente nacieron algunos más poderosos y capaces que el resto, y sus semejantes se referían a ellos como “oanos”.

Uno de ellos, Krona, estaba tan obsesionado con el conocimiento que quiso contemplar el principio del tiempo y la creación del universo. Lo consiguió pero, por accidente, desató el mal y creó el universo de antimateria en que nacería el Antimonitor. Ésta fue la versión de lo hecho por Krona que se dio originalmente, pero en Crisis en tierras infinitas nº7 se lo señaló también como culpable de la creación del multiverso, en que todos los planetas tenían réplicas excepto Oa, cuyo doble se llamaba Qward y estaba en el universo de antimateria. En la continuidad post Crisis, se eliminó esto último. En 52 se afirma que dicho multiverso existía antes de la intervención de Krona. A este señor, sus congéneres lo condenaron a convertirse en energía por semejante acción, y dedicaron el resto de su existencia a combatir la maldad que había desatado.

Para ello, se trasladaron al planeta ubicado en el centro del universo, lugar en que tuvo lugar la fechoría de Krona. Como fueron los oanos quienes viajaron allí con sus compañeras hembras, el planeta se llamó Oa. Allí, ambos sexos adquirieron mayores habilidades, pero empezaron a alejarse. Las hembras preservaron su físico conteniendo sus poderes en zafiros estelares; los machos, por su parte, asimilaron el poder en sí mismos y su cuerpo envejeció y se encogió hasta su forma de Guardianes del Universo. Las diferencias también estaban en el carácter, belicoso el de ellas y pacífico y contemplativo el de ellos. Al final, las oanas se marcharon a otro planeta y se hicieron llamar Zamarons. La causa de la migración a Oa se modificó en 1992 en la novela gráfica Ganthet’s Tale. Como en Green Lantern nº81 se había mostrado Maltus como un mundo superpoblado, se estableció que muchos de sus habitantes se tuvieron que marchar. Oa fue uno de sus muchos destinos. Algunos llegaron incluso a la Tierra, donde se dieron a conocer como los leprechauns o duendecillos irlandeses. De hecho, se dice que el aspecto de los Guardianes está inspirado en este mito popular, aunque hay quien piensa que Gil Kane se inspiró en un primer ministro israelí.

Fracasos, éxitos y más fracasos

Los oanos, que aún no se llamaban “Guardianes del Universo”, tomaron varias medidas para combatir el mal que Krona había desatado. Primero, fue el turno de los Manhunters, unos androides que impartieron justicia por todo el universo hasta que su obsesión por cazar criminales los hizo llegar demasiado lejos. Con el lema “nadie escapa de los Manhunters”, estas máquinas quisieron acabar con sus creadores para dominar el universo, pero los oanos neutralizaron la amenaza. Sin embargo, no todos fueron destruidos. Algunos escaparon y juraron vengarse de sus creadores y de sus sustitutos, los Green Lantern Corps.

Escarmentados por el fracaso que supusieron los Manhunters, los oanos quisieron continuar con su misión de combatir el mal con seres vivos. Éstos debían ser honestos, valientes y puros de corazón para evitar que se corrompiesen. Como arma, les entregaron anillos de poder y baterías con que recargarlos que eran a su vez réplicas de la Gran Batería de Oa de la que procedía su poder. Ésta contaba con una impureza natural relacionada con el color amarillo. Al principio, la excusa para esa impureza era que los Green Lanterns no fueran casi dioses, pues los anillos les permitían realizar cualquier cosa que imaginasen. Sin embargo, ciertos hechos muy recientes relacionados con la misión de “combatir el mal” han trastocado esa creencia. Los oanos dividieron el espacio en tres mil seiscientos sectores y asignaron a cada uno un Linterna Verde. La nueva organización fue todo un éxito y contó con campeones cuya leyenda ha pasado a la historia. Y también ha habido algunos fallos; los más notables, la corrupción de Sinestro de Korugar y la de Hal Jordan de la Tierra.

Sin embargo, no todos los oanos estaban contentos con la existencia de los Corps. Las discusiones fueron tan agrias que los dividieron en dos grupos. Algunos se quedaron en Oa y se hicieron llamar Guardianes del Universo; otros abandonaron el planeta y se fueron a otra dimensión en la que se acabaron convirtiendo en los Controladores. Sus avanzados conocimientos les permitieron crear sus propias armas y combatir el mal a su manera, también divididos en sectores. En el siglo XXX, uno de ellos inventó un Devorador de Soles que intentó consumir la Tierra. La Legión de Superhéroes se enfrentó a él, y sólo el sacrificio de Ferro Lad evitó el desastre. Superboy y el resto del grupo descubrieron que un Controlador estaba tras semejante amenaza en Adventure Comics nº357 (1967, por Jim Shooter y Curt Swan); muy a su pesar, el villano no respondió por sus crímenes ante la justicia porque murió de un infarto cuando vio el fantasma de Ferro. Los Controladores serían quienes crearon a los Darkstars en el siglo XX. Esta organización, que contó con miembros humanos tan destacados como John Stewart o Donna Troy, pretendía cubrir el vacío dejado por los Corps después de Crisis en tierras infinitas.

Y es que la mítica saga supuso un nuevo varapalo para los Guardianes. El Antimonitor, el villano nacido en la luna de Qward, empezó a destruir el multiverso hasta que el Monitor, su contrapartida buena, reunió a los héroes de la Tierra para hacerle frente. Cuando sólo quedaban cinco universos vivos, los Guardianes recibieron el ataque que ya deberían haber previsto. Su poder y el de la Batería era demasiado grande, así que la destrucción de ésta era crucial para los planes del Antimonitor. No obstante, seis de los Guardianes sí previeron un ataque similar y se escindieron de sus hermanos para crear una réplica de la Batería cuyo primer anillo sería entregado al terrícola Guy Gardner. Los catorce Guardianes que sobrevivieron en total a la Crisis se dieron cuenta de que habían fallado. El mayor mal surgido del error de Krona y el universo de antimateria había podido con ellos, y su misión ya carecía de sentido. Junto con las zamarons, se marcharon a otra dimensión y desbandaron a los Green Lantern Corps. No estaban desde entonces adscritos a ningún sector, y varios de ellos se instalaron en la Tierra por sugerencia de sus mentores a la espera de algo llamado “milenio”.

Los Manhunters y los Green Lantern Corps son las creaciones más conocidas de los Guardianes, pero no las únicas. Los psiones son una raza de lagartos a la que hicieron evolucionar artificialmente. Aquello fue un fracaso y abandonaron el proyecto. Estos seres acabaron buscando el conocimiento a toda costa y utilizando el sadismo como principal herramienta. Una víctima de sus terribles experimentos fueron las princesas Koriand’r y Komand’r de Tamaran, más conocidas como Starfire y Blackfire, respectivamente. Otra forma poco acertada de combatir el mal al principio de los tiempos consistió en encerrar la magia primitiva del universo en un meteorito llamado Corazón Estelar. Éste llegó a la Tierra y acabó en el Tíbet convertido en una lamparita que, siglos más tarde, encontraría un señor llamado Alan Scott. La trama del Corazón Estelar sirvió como forma para acercar al Linterna Verde original a los Guardianes, ya que hasta entonces no tenía ninguna relación con ellos.
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