11.1.06

SUPERMAN: KAL



Guión: Dave Gibbons
Dibujo: José Luis García-López
DC Comics, 68 páginas, 5,95$


En 1995, DC publicó un Otros Mundos dedicado al Hombre de Acero llamado Superman: Kal. Bajo un título tan poco original, se encontraba una historia cuya premisa consistía en que la nave de Kal-El había llegado a la Tierra en plena edad media. Con esto, el cómic consiste en mezclar el origen de Superman con un buen puñado de tópicos propios de las historias medievales: un campesino pobre enamorado de una noble, un señor feudal muy malo, un torneo, un escudero al uso, una venganza personal...

Cuando su planeta natal explota, el bebé Kal llega a la Tierra muy cerca de Lexland, una ciudad dominada con mano de hierro por el déspota Barón Luthor, que mantiene prisionera a Lady Loisse, hija del difunto Duque de Layne. Kal, que ya es mayor, se marcha a la ciudad a trabajar como herrero para Oll y su hijo, Jaime Ollson, con los que pronto entablará una gran amistad. El Barón organiza un torneo que Kal vence gracias a sus poderes, y recibe como premio un pañuelo de Loisse. La doncella se enamora de él, y deben mantener su relación en secreta. Sin embargo, cuando Luthor encuentra la nave con que llegó Kal a la Tierra, le pide que le haga una armadura forjada con ese material. Como recompensa, el joven le pide la mano de Loisse. Los problemas de verdad comenzarán cuando Luthor exija su derecho de pernada.

Aunque al principio resulte curioso ver cómo se mezclan las historias de Superman y la tragedia medieval, el conjunto empieza a cansar pasadas unas páginas. Casi todo lo que ocurre es muy previsible, si bien alguna que otra sorpresa lo hace más llevadero. Por otra parte, aunque Kal queda bastante bien caracterizado, Loisse y Luthor podrían ser cualquier otro personaje por lo arquetípico. Y el final de la historia es lamentable, con una resolución del conflicto demasiado ecuánime y facilona, y con una sorpresa final que da más risa que otra cosa.

Sin lugar a dudas, lo mejor de esta historia fue el dibujo. García-López es un dibujante que se prodiga poco para desgracia del mundo del cómic, porque siempre cumple en todos sus trabajos. Incluso en una historia tan sosa como ésta, nos regala una caracterización y ambientación fantásticas. Y eso que no es su mejor trabajo, ni mucho menos.

Concluyendo, este Superman: Kal resultó ser tan insípido como su título. Personajes típicos, situaciones muy vistas y un desenlace realmente penoso contrastaban con un dibujo por otra parte muy bueno.

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