BLANCO HUMANO
Blanco humano (Human Target) cuenta las aventuras de Christopher Chance, un detective privado que suplanta a sus clientes porque alguien los está amenazando de muerte. Su función es meterse en la piel de la posible víctima mientras ésta se queda a salvo en un refugio para, así, poder atrapar al asesino antes de que consiga su objetivo. El personaje fue creado en 1972 como complemento a las aventuras de Superman en Action Comics. No es que tuviera nada que ver con el Hombre de Acero, a todo esto. El serial pasó sin pena ni gloria por las páginas de la revista y acabó desapareciendo y abandonado en el olvido aunque contase con su propia adaptación televisiva. Como sucedió con Jonny Double, a Blanco Humano le esperaba un futuro muy prometedor como serie negra en la línea Vertigo gracias a que había alguien que sí lo recordaba. Se trata de Peter Milligan, escritor de Shade el hombre cambiante o X-Men más recientemente.
Milligan escribió una miniserie de cuatro números titulada Human Target sin más que contó con los lápices del fallecido Edvin Biukovic. Christopher Chance se vería metido en una trifulca con un asesino y una guerra de bandas cuando suplantaba a un cliente. Milligan planteó la trama como intriga psicológica, y es que su premisa se basaba en la intensidad con que Chance representaba sus papeles. Era un hombre que pasaba mucho tiempo metido en la vida de sus clientes. Esto suponía relacionarse con la misma gente que ellos, hablar como ellos, reaccionar como ellos... La suplantación era más compleja que un simple cambio de aspecto con pelucas o prótesis. ¿Cómo podía acabar este hombre? Pues tan metido en el papel que se acababa creyendo que era quien no era. Además, una vez acabado el trabajo, el regreso a su vida normal era ciertamente traumático.
El enfoque fue una gran idea y propició que Chance viviera más aventuras. La siguiente entrega tuvo lugar en 2003 por medio de una gran novela gráfica original llamada Blanco humano: Montaje final (Human Target: Final Cut). Magistralmente dibujada por Javier Pulido (Robin: Año Uno) con un estilo cinematográfico que acompañaba a la trama a la perfección, la novela situaba a Chance en pleno Hollywood. Dos actores famosos, Jenny Almond y Gabriel Kelly, fueron asesinados tras recibir amenazas. El siguiente de la lista era Dai Thomas, al que Chance recibió el encargo de suplantar. La misión pareció ser un éxito cuando acabó con su presunto asesino, pero pronto se encontraría con un pequeño problema. El asesino, Davey King, había secuestrado a un niño prodigio, Ronan White, y al morir nadie sabía dónde estaba. Su padre, Frank White, contrataba a Chance para que suplantase a King y hallase las pistas necesarias. Una novia prostituta y drogadicta y un pasado frustrado en el que no había conseguido ser guionista de éxito se convirtieron en la base del papel que Chance debía interpretar. Milligan profundizaba entonces en cómo el detective va convirtiéndose paulatinamente en el King y cómo incluso llega a pensar como él tras varios días de trabajo. Incluso creyó haber matado a Dai Thomas de metido que estaba.
Finalmente, Chance lograba encontrar al niño prodigio, a quien había secuestrado su propio padre. Para saldar sus deudas de juego, necesitaba un dinero al que no tenía acceso por ese mismo motivo, así que montó toda la historia. Chance, cuando aún no sabía nada, suplantaba a White para acudir al lugar del intercambio. El verdadero Frank moría en una trifulca con su hijo y Chance se quedaba en la piel de su suplantado. Milligan fue un paso más allá en su descripción psicológica de un trabajo tan extraño y retomó al personaje en esa situación en la serie regular Human Target. Ésta se publicó entre agosto de 2003 y abril de 2005 y constó de un total de veintiún entregas a cargo de dibujantes como Pulido o Cliff Chiang.
HUMAN TARGET AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.
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