6.6.06

FLEX MENTALLO

Flex Mentallo fue uno de los personajes que aparecieron en la etapa de Grant Morrison en Doom Patrol. Concretamente, debutó en el número treinta y cinco como uno de los habitantes de Danny La Calle. Tras ayudar a la Patrulla Condenada a vencer a sus adversarios en el número siguiente, fue uno de los secundarios habituales de la serie. Básicamente, Flex Mentallo era un superhéroe pero muy al estilo que se podía esperar de Morrison en aquella época. No se sabía cuáles eran sus poderes pero era capaz de hacer de todo siempre que flexionase los músculos y apareciera sobre él su halo de héroe, que era un cartel luminoso donde ponía “halo de héroe”. Con su uniforme, un bañador de piel de leopardo, fue desvelando poco a poco su origen y algunos detalles sobre su vida. Conocimos a sus amigos, unos superhéroes tan extraños como él y cuyas aventuras estaban relacionadas con el color verde en algún punto. Fue en Doom Patrol nº43 (abril de 1991) donde Morrison dio una vuelta de tuerca a lo Animal Man para contarnos que Mentallo era un personaje creado en un cómic amateur por un niño llamado Wallace Sage. En una serie de historias, creó a Mentallo y los otros personajes. Su título genérico era My Greenest Adventure, de ahí lo del color verde. Por cierto, My Greatest Adventure fue la serie donde debutó la Patrulla Condenada original.

En 1996, apareció la miniserie que da título a este texto. Flex Mentallo retomó las aventuras del personaje después de su paso por Doom Patrol. Este cómic es otra de las obras maestras de Morrison. Eso sí, vayamos asumiendo que es el Morrison más desatado, el que resulta tan difícil de seguir que sólo deja como opción disfrutar del espectáculo sin que haya forma de entenderlo todo. La serie comenzaba cuando una bomba de dibujos animados estaba a punto de volar un restaurante de comida rápida. Mentallo lo impidió que descubrió que la bomba podría estar relacionada con uno de sus viejos amigos de My Greenest Adventure, el Hecho. A partir de ese momento, la serie comienza a derivar en una reflexión sobre el mundo del cómic a través de un artista amargado y politoxicómano mientras las andanzas de Mentallo en su búsqueda de la Legión de Legiones sirven como ejemplo a esas reflexiones. Es sólo una forma de interpretar lo que ocurre en la serie, porque podría tener tantas lecturas como lectores. El desfile de personajes imposibles, situaciones surrealistas y colisiones de tierras paralelas venía dibujado por uno de los artistas que mejor siguen el ritmo de Morrison. Se trata de Frank Quitely que, como siempre, realizó un trabajo excelente. Eso sí, ni siquiera la claridad narrativa de este señor fue capaz de aliviar alguna que otra situación como la de la cueva erótica para superhéroes. Porque era eso ¿no?

Las reflexiones de Morrison sobre el cómic iban desde el propio género superheroico a la historia del mismo. «Si lo piensas, al final todo trata de lo mismo. Zorras lujuriosas vestidas de goma, telépatas atractivas que te desnudan la mente... ¡Joder, Frederick Wertham tenía razón!» Morrison también se refiere a la edad de oro como una época dominada por el homoerotismo y la idealización de la figura masculina (de lo que Mentallo sería paradigma, claro). Luego, en la edad de plata fue cuando las cosas se pusieron tontas y hubo transformaciones, sueños, tierras paralelas, etc. Y así hasta llegar a la amargura de los noventa y sus justicieros de la calle.

Con todo, la miniserie es una reflexión sobre el cómic, sobre sus autores y su historia a través de un personaje llamado Flex Mentallo que no es tan original como parece. De hecho, está tan directamente inspirado en el vigoréxico Charles Atlas que, después de una demanda con muy mala pinta, DC tiene que pagar a este señor por las reediciones que se hagan de la miniserie. Como resultado, no existe recopilatorio de Flex Mentallo ni posibilidad de ver una edición española. Una pena, pero esperemos que algún día se solucione el tema.