Y, EL ÚLTIMO HOMBRE
Y, El último hombre (Y The Last Man) es la serie más vendida de la línea Vertigo en la actualidad. Lo cierto es que elementos para el éxito no le faltan. Su creador y guionista, Brian K. Vaughan, la concibió como una colección de sesenta entregas que cuenta el periplo de Yorick Brown y sus amigas en un mundo hostil por circunstancias que enseguida veremos. La trama se sucede en dosis suficientes como para que el lector se enganche pero sin darle nunca toda la información. Los finales de intriga suelen mantener el interés de un mes a otro sin perder de vista la tendencia a realizar sagas de entre tres y cinco entregas para su posterior recopilación en tomo. La dibujante Pia Guerra y los sustitutos ocasionales, entre ellos el croata Goran Sudzuka, imprimen a las viñetas un ritmo más bien televisivo que encaja a la perfección con la forma en que Vaughan desarrolla de la historia.
La serie cuenta cómo, un día cualquiera, un virus acaba con todos los varones de la Tierra, sean humanos, animales o fetos. Proceda de donde proceda la enfermedad, sólo las mujeres han sobrevivido a la masacre biológica. Pero hay dos excepciones. Uno es Yorick Brown, un joven aspirante a escapista, y su mono Ampersand. Tras pasar un tiempo refugiado en su piso de Brooklyn debido a la incertidumbre, Yorick se arriesga a viajar a Washington en busca de su madre, que ahora ocupa el puesto de presidenta en funciones de Estados Unidos. En este mundo sin hombres, las mujeres han reaccionado de formas muy distintas. Algunas han caído en la depresión que el recuerdo de sus seres queridos ha provocado, y se refugian en símbolos para seguir adelante. Otras han aprovechado para reclamar el fin de la sociedad patriarcal y no han dudado en destruir los bancos de esperma y en tomar el control a la fuerza; son las Amazonas, un grupo de feministas convencidas que, por fin, han visto cumplirse su sueño. Entre ellas se encuentra Hero, la hermana de Yorick, que se convertirá en su enemiga natural durante los primeros dos años de la colección. La madre de Yorick lo deja en manos de 355, una agente especial de oscuro pasado que deberá acompañarlo a buscar a la doctora Alison Mann, una experta en biotecnología cuyos avances suponen la única esperanza para el futuro de una humanidad que, a la larga, está condenada a extinguirse.
Así comienza un largo viaje que obligará a Yorick, 355 y, más adelante, la doctora Mann, a recorrer Estados Unidos sorteando a las Amazonas y otras situaciones peligrosas. Para ellos, es vital que no se sepa que Yorick es un hombre, porque las consecuencias de un descubrimiento semejante podrían ser fatales. Un pueblo habitado por antiguas reclusas, una base militar y medio país serán el escenario de su periplo. De vez en cuando, surgirá alguna esperanza, como la nave espacial en que aún han sobrevivido dos hombres más y el hijo que la única mujer de a bordo espera en un búnker subterráneo. Con el tiempo, el trío llegará a su destino pero deberá salir del país debido a cierto acontecimiento. Y, mientras el mundo se tambalea a su alrededor, Yorick no puede sino pensar en su amada Beth, que cuando se desató el virus vivía en Australia. Aunque sea
el futuro de la raza humana, el chico no hace sino pensar en su novia y su único objetivo es encontrarla y serle fiel mientras tanto, algo que le costará más de lo que podría haber pensado. Mientras, tendrá que lidiar con el ejército israelí, con asesinas japonesas y con dos compañeras que mantienen una tensión sexual que tardará en resolverse.
La fuerza de los personajes se convierte en otro de los elementos vitales de esta serie. Yorick, 355, la doctora Mann y la gente que encuentran por el camino tienen fragmentos de su pasado de los que necesitan desprenderse para aliviar su carga emocional, y camuflan esos traumas a través de ironía y cierto sarcasmo que Vaughan manifiesta en los diálogos, frescos y siempre naturales que mantienen entre ellos. Esto, unido a una odisea lenta pero segura en busca de la salvación de la humanidad, han convertido a la serie en una de las favoritas de los aficionados.
La serie cuenta cómo, un día cualquiera, un virus acaba con todos los varones de la Tierra, sean humanos, animales o fetos. Proceda de donde proceda la enfermedad, sólo las mujeres han sobrevivido a la masacre biológica. Pero hay dos excepciones. Uno es Yorick Brown, un joven aspirante a escapista, y su mono Ampersand. Tras pasar un tiempo refugiado en su piso de Brooklyn debido a la incertidumbre, Yorick se arriesga a viajar a Washington en busca de su madre, que ahora ocupa el puesto de presidenta en funciones de Estados Unidos. En este mundo sin hombres, las mujeres han reaccionado de formas muy distintas. Algunas han caído en la depresión que el recuerdo de sus seres queridos ha provocado, y se refugian en símbolos para seguir adelante. Otras han aprovechado para reclamar el fin de la sociedad patriarcal y no han dudado en destruir los bancos de esperma y en tomar el control a la fuerza; son las Amazonas, un grupo de feministas convencidas que, por fin, han visto cumplirse su sueño. Entre ellas se encuentra Hero, la hermana de Yorick, que se convertirá en su enemiga natural durante los primeros dos años de la colección. La madre de Yorick lo deja en manos de 355, una agente especial de oscuro pasado que deberá acompañarlo a buscar a la doctora Alison Mann, una experta en biotecnología cuyos avances suponen la única esperanza para el futuro de una humanidad que, a la larga, está condenada a extinguirse.
Así comienza un largo viaje que obligará a Yorick, 355 y, más adelante, la doctora Mann, a recorrer Estados Unidos sorteando a las Amazonas y otras situaciones peligrosas. Para ellos, es vital que no se sepa que Yorick es un hombre, porque las consecuencias de un descubrimiento semejante podrían ser fatales. Un pueblo habitado por antiguas reclusas, una base militar y medio país serán el escenario de su periplo. De vez en cuando, surgirá alguna esperanza, como la nave espacial en que aún han sobrevivido dos hombres más y el hijo que la única mujer de a bordo espera en un búnker subterráneo. Con el tiempo, el trío llegará a su destino pero deberá salir del país debido a cierto acontecimiento. Y, mientras el mundo se tambalea a su alrededor, Yorick no puede sino pensar en su amada Beth, que cuando se desató el virus vivía en Australia. Aunque sea
el futuro de la raza humana, el chico no hace sino pensar en su novia y su único objetivo es encontrarla y serle fiel mientras tanto, algo que le costará más de lo que podría haber pensado. Mientras, tendrá que lidiar con el ejército israelí, con asesinas japonesas y con dos compañeras que mantienen una tensión sexual que tardará en resolverse.
La fuerza de los personajes se convierte en otro de los elementos vitales de esta serie. Yorick, 355, la doctora Mann y la gente que encuentran por el camino tienen fragmentos de su pasado de los que necesitan desprenderse para aliviar su carga emocional, y camuflan esos traumas a través de ironía y cierto sarcasmo que Vaughan manifiesta en los diálogos, frescos y siempre naturales que mantienen entre ellos. Esto, unido a una odisea lenta pero segura en busca de la salvación de la humanidad, han convertido a la serie en una de las favoritas de los aficionados.
Y THE LAST MAN AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) BRIAN K. VAUGHAN & PIA GUERRA.
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