LOS INVISIBLES

La premisa de Morrison sería que todo cambio histórico o social se debe una conspiración. No importa lo disparatado que parezca. Para mostrar estas paranoias, el autor se habría servido de magia, religión, acción, sexo, consumo de drogas, vudú, abducciones autobiográficas y cierta malsana fijación por la monarquía británica. Esas conspiraciones, que por supuesto nunca han existido, habrían tenido como base una guerra entre dos mundos. El uno, la Universidad Invisible, sería una dimensión idílica donde se valoraría la creatividad del individuo. El otro, la Iglesia Exterior,

De haberse publicado, Los invisibles contaría las aventuras de una célula de los habitantes de la mencionada Universidad Invisible. La serie podría comenzar con un jovenzuelo bastante quinqui llamado Dane McGowan que podría convertirse en un mago muy poderoso. Su maestro podría ser un hechicero otrora brillante pero ahora convertido en indigente. Éste prepararía al mozalbete para unirse, con el alias de Jack Frost, a la célula invisible dirigida por King Mob, un anarquista, asesino y, en ocasiones, estrella del pop. Habrían completado el grupo un chamán transexual llamado Lord Fanny, una telépata venida del futuro de nombre Ragged Robin y una antigua

Entre uno y otro punto, Los Invisibles habrían hecho frente a una serie de conspiraciones que a más de uno echarían a temblar. En una presunta saga llamada “Entropía en el Reino Unido”, se desvelaría que el alfabeto inglés (y el latino, por extensión) fueron diseñados para evitar que el hombre fuera capaz de pensar en abstracto. Sabríamos también que Diana de Gales rechazó ser la madre humana de la reencarnación de Sir Miles. O que la Iglesia Exterior oculta en Nuevo México la cura del virus del SIDA, como se habría mostrado en “Infierno en América”. Qué miedo ¿verdad? Pero no os preocupéis porque esta serie no ha existido nunca. Y recordad que este post desaparecerá en cuanto salgáis de la página.
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