7.6.06

LOS LIBROS DE LA MAGIA

En enero de 1991, DC publicaba una miniserie titulada Los libros de la magia (The Books of Magic). El creador y escritor era Neil Gaiman, cuyo Sandman estaba triunfando entre el público más selecto. Cada uno de los cuatro números estaba ilustrado por un dibujante distinto; se trataba de John Bolton, Scott Hampton, Charles Vess y Paul Johnson. La obra presentaba a Tim Hunter, un niño inglés con cabellos negros y gafas que era huérfano y podía llegar a convertirse en el mago más poderoso del mundo. ¿De qué me sonará? La historia contaba cómo John Constantine, el Fantasma Errante, el Doctor Oculto y el Señor E, apodados por el primero “La Brigada de la Gabardina”, ofrecían a Hunter convertirse en ese mago tan poderoso. Su objetivo era adiestrarlo para que no cayera en el lado oscuro, que era otra de sus posibilidades. En un despliegue de medios no tan espectacular como el de Sandman pero que tenía su gracia, el Fantasma Errante le enseñaba la historia de la magia; Constantine, la hechicería del presente; el Doctor Oculto le mostró la tierra de las hadas; por último, E le enseñó el futuro e intentó matarlo para evitar que se volviera malvado. Muerte, una de los Eternos de la citada Sandman, salvó a Hunter. Al final, el niño optaba por aspirar a ser mago y dejar de ser una persona normal y corriente.

Ya dentro de la línea Vertigo, en 1994 comenzó a publicarse la serie regular The Books of Magic, en la que supimos más sobre el aprendizaje de Tim de la mano de los guionistas John Ney Rieber y Peter Gross con dibujos del propio Gross y Gary Amaro. Por la serie desfilaron como invitados especiales viejos conocidos como John Constantine o Zatanna, que contribuyeron a la educación mágica del muchacho. Hacia el final de la serie a la altura del número setenta y cinco, Tim había pasado un año metido en su aprendizaje y ya había sumido que su vida había cambiado para siempre. Acabada la colección regular, Los libros de la magia se convirtió en una saga que tendría continuidad en Los nombres de la magia (The Names of Magic). Esta miniserie de cinco números escrita por Dylan Horrocks e ilustrada por Richard Case desveló la identidad de los verdaderos padres de Tim, que no eran otros que Titania y Tamlin del país de las hadas. Así mismo, reveló el verdadero nombre del muchacho, el “mágico”, que era Tamar. Tras ingresar en la Escuela Blanca, el aprendiz de brujo obtuvo una nueva serie regular, La edad de la magia (The Age of Magic) de la que se encargaron los mismos Horrocks y Case entre 2001 y 2003. Ésta empezó con Hunter acabando sus años de adolescente y dudando si seguir o no en la escuela. También puso al joven en el dilema de seguir adelante con su destino o ayudar a la joven Kalesh de Janosh-el a salvar a su pueblo de la destrucción a manos de los Comedores de Piel. Por supuesto, no serían los únicos enemigos a los que tendría que hacer frente.

La última entrega hasta la fecha de la saga es Los libros de la magia: Vida en tiempos de guerra (The Books of Magick: Life during Wartime). Asesorado por Neil Gaiman, Si Spencer elaboró una trama algo complicada que contó con dibujos de Dean Ormston y que duró quince números entre 2004 y 2005. Al título de la saga se añadió la k de Magick para distinguirla visualmente de las entregas anteriores porque tenía un contenido poco apropiado para los niños, sobre todo en el apartado sexual. Y es que Tim ya era un hombre hecho y derecho en esta historia y, claro, tenía sus aventurillas aquí y allá. Los acontecimientos de Vida en tiempos de guerra sucedían en dos mundos a la vez. Uno era el “real” en que convivían humanos y seres mágicos adorando a Tim Hunter como una especie de dios. Una elite de estos últimos gobernaba a los demás, y el conflicto estaba servido. El segundo mundo era uno al que Hunter había escapado para apartarse de la magia, la guerra y la religión. Cómo termina este conflicto, lo podéis ver en la serie que se está publicando actualmente por estos lares.