29.10.04

HISTORIA DEL CÓMIC DE SUPERHÉROES (IV): LOS AÑOS OCHENTA



Los años ochenta se caracterizaron por el predominio de Marvel Comics en la primera mitad de la década y por el resurgimiento de DC a partir de 1986. Tres innovaciones marcaron el género en aquella década. La primera fue la aparición de editoriales menores, las llamadas "independientes", que concedían los derechos de sus cómics a los autores. La segunda consistió en un subgénero llamado "grim and gritty" que vino a continuar la línea realista de algunas historias de los setenta y reafirmó, esta vez ya para siempre, que los cómics no son sólo para niños; aun así, los seguidores de los superhéroes clásicos contaron con Secret Wars y Crisis on Infinite Earths como momentos álgidos de la década. Por último, en los ochenta comenzó una moda que tendría consecuencias devastadoras en los noventa: los polémicos cross-overs.

Los cómics grim and gritty

En los setenta hubo nuevos personajes, como Lobezno o el Castigador, que introdujeron un componente violento a un género tan cándido como el superheroico y series como Green Lantern / Green Arrow trataban con naturalidad problemas sociales como la drogodependencia. En los ochenta, esto se llevó a las últimas consecuencias con un subgénero llamado "grim and gritty" ("deprimente y descarnado", o algo así), nombre con el que algunos se refieren al período comprendido entre 1979 y 1986.

El primer cómic de esta tendencia fue la etapa de Frank Miller en la serie Daredevil. Comenzó en el número 158 (1979), aunque no se hizo cargo del guión hasta casi un año después. A parte de ser una obra maestra de la época por su incuestionable calidad, el Daredevil de Miller inauguró una forma de hacer cómics donde el realismo, la violencia y la tragedia servían para mantener a lectores adultos que no se sentían atraídos por otras historias más clásicas.

En menor medida, Miller continuó esta tendencia en la miniserie Wolverine (1982), escrita por Chris Claremont. En ella, el mutante más famoso de La Patrulla-X dejaba de combatir a Magneto, el Nido y demás enemigos increíbles para enfrentarse a una mafia japonesa.

A pesar de lo anterior, hubo que esperar hasta 1986 para que llegaran las dos obras maestras del registro. La primera, del propio Miller, fue The Dark Knight Returns, la que para muchos es la historia definitiva de Batman. En ella se nos presentaba el panorama desolador que era un Universo DC prácticamente devastado por los problemas sociales. La segunda fue la inolvidable Watchmen, escrita por Alan Moore y Dave Gibbons. DC dejó en manos de Moore una serie de personajes comprados a la extinta Charlton Comics para que jugara con ellos a su antojo. La obra estaba llena de referencias intertextuales, de dobles sentidos y de una violencia justificada por las circunstancias apocalípticas en que vivían los personajes. El trabajo de Moore fue inmejorable, y él era consciente de ello, tanto que se aseguró que nadie volviera a tocar jamás aquellos a Ozymandias, Rorschach y compañía.

El género entró en declive tras estas dos grandes historias, en parte porque era muy difícil mejorarlas o aportar nuevas ideas. El único soplo de aire fresco era Teenage Mutant Ninja Turtles, la extraña serie de Kevin Eastman y Peter Laird que parodiaba los cómics "grim and gritty" y que acabó prostituyéndose con la adaptación animada que fue tan popular a finales de los ochenta. Sin embargo, a principios de los noventa se intentó un cierto revival en Marvel con las series del Castigador y otras obras menores como Nomad o Nighttrasher.

La Marvel de Jim Shooter

Tras hacer algunos pinitos como guionista, Jim Shooter se convirtió en 1978 en editor en jefe de Marvel Comics. Permaneció en el cargo hasta 1987 y, si bien su gestión fue ciertamente polémica, durante esos años Marvel dio lugar a cómics de gran calidad y mucho potencial comercial.

En X-Men, Chris Claremont y John Byrne abrieron la década con La Saga de Fénix Oscura, la culminación de varios años de historias secundarias que marcaría el futuro de los mutantes en el Universo Marvel. El tándem se separó por diferencias creativas, pero Claremont permanecería en la serie durante toda la década y contó siempre con dibujantes excelentes, como John Romita Jr. o Paul Smith. El éxito de X-Men dio lugar a sus primeros spin-offs, o derivados. El primero fue The New Mutants (1983), protagonizada por jóvenes héroes que aspiraban a convertirse en Hombres-X. La segunda fue X-Factor, un invento innecesario que reunió a la Patrulla original y que destruyó aquella gran saga de Fénix con la resurrección de Jean Grey. Difícilmente se hubiera sostenido X-Factor de no hacerse cargo Walter Simonson y su esposa Louise de la serie.

Fue precisamente Walter Simonson el encargado de devolver a la grandeza la serie The Mighty Thor. El Dios del Trueno era un personaje agotado sobre el que parecía no quedar mucho por decir. Con la serie a punto de cancelarse, Simonson tuvo libertad total para ponerla patas arriba y crear la mejor etapa de la misma, que se extendió desde el número 337 al 382, aunque el autor dejó de dibujarla en el 367.

En esa misma línea de "renovarse o morir", Shooter puso a John Byrne al frente de Fantastic Four, la serie más antigua de la casa. Durante cinco años (números 232 a 293), el canadiense demostró que había Cuatro Fantásticos tras Lee y Kirby, y se centró sobre todo en definir la hasta entonces insulsa personalidad de la Chica Invisible.

Otra de las series de la casa que vivió una buena época fue Avengers. Aunque no estaba tan agotada como las dos anteriores, la colección de Los Vengadores respiró aire fresco con la llegada del escritor Roger Stern. A pesar de los dibujantes que le tocaron en suerte (como Al Milgrom), Stern construyó una de las etapas más sólidas de la serie. A partir del número 255, John Buscema se incorporó como dibujante fijo del título, y ambos crearon la saga "Ataque a la Mansión de Los Vengadores", una de las mejores historias del grupo que se han publicado nunca.

Jim Shooter, a pesar de la calidad de lo anterior, fue un editor conflictivo al que muchos autores, entre ellos John Byrne, consideraron un déspota con el ego muy subido. Muestra de este ego fue la maxiserie Marvel Super-Heroes: Secret Wars, un despropósito de doce números en el que los héroes y villanos más importantes de Marvel quedaban aislados en un mundo desconocido por el Todopoderoso, un ser cuyo nombre lo explica todo. La serie se realizó con cierta apresuración por él mismo y Mike Zeck para que saliera antes que el proyecto de DC Crisis on Infinite Earths y fuera, así, el primer macro cross-over. Por supuesto, Secret Wars debía tener conscuencias que se impusieron a los autores de las series implicadas.

Por su carácter friki y el merchandising derivado, Secret Wars fue un éxito, pero el ego de Shooter pudo más que el sentido común y se empeñó en realizar una desastrosa secuela que implicó a todas las colecciones de la casa. Esto, junto al fracaso estrepitoso de la línea Nuevo Universo Marvel, que él se empeñó en crear, propiciaron su salida de la editorial.

Otro fracaso de Shooter fue la ruptura con DC. La rivalidad entre ambas editoriales se convirtió en enemistad, y cualquier autor que se pasara de una a otra era un traidor. Los especiales protagonizados por personajes de ambas compañías, entre los que destaca The Uncanny X-Men vs. the New Teen Titans, por Chris Claremont y Walter Simonson, terminaron abruptamente cuando uno de los cross-overs más esperados, el que debería reunir a Los Vengadores con la Liga de la Justicia, se fue al traste cuando George Pérez ya tenía dibujado un buen número de páginas.

DC y su Crisis

Decíamos antes que series de Marvel como Fantastic Four o The Mighty Thor estaban muy desgastadas a principios de los ochenta debido a la larga trayectoria de los personajes y la falta de ideas nuevas. Pero en DC Comics estaban incluso peor.

La idea de las tierras paralelas, gestada en los sesenta, dio como resultado un número incontrolable de universos alternativos y de versiones de personajes que trastocaban la continuidad según los despistes del autor de turno. A ello había que añadir que muchos personajes, entre ellos pilares como Superman, Flash o Wonder Woman, se encontraban en una situación comercial preocupante. Para resolver la situación, DC contó con Marv Wolfman y George Pérez, los autores que se ocupaban de la única serie de éxito destacable de DC en la primera mitad de la década.

En The New Teen Titans, Wolfman y Pérez crearon un grupo de héroes DC y los hicieron muy Marvel. Les dieron una personalidad clara y, por primera vez en muchos años, evolucionaron. Los sidekicks, entre ellos Robin y Kid Flash, por fin se hicieron mayores y comenzaron a andar solos por la vida. La colección fue la única que rivalizó en calidad y popularidad con los X-Men de Claremont, y eso que Pérez, parte imprescindible del éxito de los Titanes, llegó a la serie de rebote y con la condición de encargarse también de Justice League of America, serie que acabó dejando por los jóvenes héroes.

Volviendo a Crisis, la maxiserie sirvió como nuevo punto de partida para el Universo DC. Todas las tierras se unificaron en una sola, y muchos personajes se relanzaron desde cero. Es obvio, pues, que Crisis fue un hito en lo editorial, pero no fue menos importante en lo artístico. La maxiserie es una historia consistente en sí misma a pesar de sus muchas ramificaciones, lo que contrasta con los cross-overs que le seguirían.

Crisis comienza cuando una ola de antimateria debora el universo conocido como Tierra-3. Todas las tierras paralelas están amenazadas, y sólo el Monitor y un misterioso alienígena llamado Pariah parecen tener la respuesta. Los héroes de las tierras principales, Tierra-2 y Tierra-1, serán convocados para hacer frente a un enemigo que desconocen y que no tardará en aniquilar el multiverso. Sin embargo, no todos sobrevivirán. Personajes clave de DC como Flash, Supergirl y Wonder Woman fallecen en el transcurso de la serie, al final de la cual sólo queda un único universo que comienza desde cero.

La explosión mutante

Ya hemos dicho que X-Men dio lugar a dos series derivadas, The New Mutants y X-Factor. Sin embargo, la dirección de Marvel no se conformó con tener estas series en el quiosco, sino que se empeñó en que se cruzaran entre sí al menos una vez al año. El éxito del primer cross-over, "La Masacre Mutante", dio lugar a "La Caída de los Mutantes" y a "Inferno". Las tres historias tuvieron bastante calidad gracias a los guiones de Claremont y Louise Simonson y a dibujantes como Walter Simonson, Marc Silvestri o John Romita Jr.

Sin embargo, estos cross-overs sentaron el precedente de lo que serían las series de mutantes de los noventa, época en la que resultaba casi imposible seguir una serie sin leer las otras. Teniendo en cuenta que su número aumentaría a ocho o nueve colecciones, el problema para los lectores era evidente.

En 1988, la editorial lanzó dos nuevas series de mutantes. La primera era Excalibur, ubicada en Reino Unido y realizada por Chris Claremont y Alan Davis, dibujante inglés iniciado en la prehistórica Marvel UK que se convertiría con el tiempo en un referente para la industria. La segunda fue la colección propia de Lobezno, avalada por la desmesurada popularidad del personaje.

El DC post Crisis

Los años siguientes a Crisis on Infinite Earths fueron una explosión de calidad y creatividad que la editorial no experimentaba desde los sesenta. Aunque a posteriori se ha demostrado que no se aprovechó como hubiera sido deseable la oportunidad que brindó Crisis, a finales de los ochenta había pocas series malas en DC Comics.

Batman comenzó el relanzamiento con el ya mencionado Dark Knight Returns, que marcó la pauta siniestra de lo que serían las historias del personaje en el futuro. El propio Frank Miller escribió la saga "Batman Year One" con dibujos de David Mazzuchelli, en la que recreó con acierto el origen del Hombre Murciélago y de su parafernalia. Otras historias reafirmaron la leyenda de Batman, como el Año Dos de Mike W. Barr, Alan Davis y Todd McFarlane y la novela gráfica The Killing Joke, de Alan Moore y Brian Bolland. La culminación del éxito de Batman llegaría en 1989 con el filme homónimo dirigido por Tim Burton.

Un año antes de la película, se realizó un experimento que demostró el potencial del marketing en el mundo de los cómics. Muchos lectores se quejaban de Jason Todd, el Robin que sustituyó al original, Dick Grayson. La editorial orquestó una saga titulada "Una muerte en la familia", realizada por Jim Starlin y Jim Aparo en Batman, en cuyo penúltimo episodio Robin estaba entre la vida y la muerte tras recibir una cruenta paliza del Joker. DC abrió dos líneas telefónicas de pago donde los lectores podían llamar para decidir si Robin moriría o no en el siguiente número. Al final, en un recuento discutible, Jason Todd moría a causa de sus heridas.

Para relanzar a Superman, DC recogió a John Byrne, que salió escopetado de Marvel tras varias discusiones con Jim Shooter. Le encargaron la miniserie The Man of Steel, donde se contaba el origen del Hombre de Acero. Tras ella, Byrne se haría cargo de Action Comics y de la nueva serie Superman durante un par de años.

Wonder Woman contó con el dibujante fetiche de DC en los ochenta, George Pérez, que también escribió las nuevas aventuras de la heroína. Con un transfondo mitológico importante y una idea muy clara sobre cómo debía comportarse el personaje, Pérez hizo la versión definitiva de un personaje muy desgastado.

Además de a sus héroes más importantes, DC se ocupó de establecer un lugar para el nuevo Flash y una nueva versión de la Liga de la Justicia muy diferente a la clásica. Escrita por Keith Giffen y J.M. De Matteis y dibujada por Kevin Maguire, Justice League fue una auténtica sorpresa por su mezcla de superhéroes con comedia de situación. Otras series destacaron en la época, como Suicide Squad de John Ostrander, Aquaman de Peter David o Green Arrow de Mike Grell.

Las independientes

En 1981, una pequeña editorial llamada Pacific Comics publicó el primer número de una serie llamada Captain Victory and the Galactic Rangers, escrita y dibujada por Jack Kirby. Fue aquella la primera serie cuyos derechos de autor eran propiedad del creador y no de la editorial. Aunque no tuvo mayor repercusión en los ochenta, veremos en un próximo escrito que en los noventa esta moda amenazó con destruir a Marvel y a DC, que se negaban a ceder sus derechos a los artistas.

En 1986 apareció Dark Horse Comics Presents nº1, la primera publicación de la editorial Dark Horse, hoy en día conocida por Hellboy, Sin City y otros éxitos. Esta editorial se convertiría en los noventa en una buena alternativa a las grandes, más desde el punto de vista artístico que comercial. En aquel primer número, se presentaba a Black Cross, creación de Chris Wagner. Al año siguiente, Paul Chadwick presentaría a su propio personaje, Concrete.

Concluyendo...

La década de los ochenta dio lugar a historias de gran calidad que son clásicos hoy en día, pero sentaron el peligroso referente de los cross-overs que sería uno de los grandes defectos de los cómics de la siguiente década. Demostraron también que todo vale y que el merchandising podía llegar a ser más importante que las buenas historias para vender cuanto más, mejor. Pero de esto hablaremos otro día...

(ILUSTRACIÓN: Portada de The Dark Knight Returns nº 1, por Frank Miller con tinta de Klaus Janson.)

BATMAN, THE DARK KNIGHT RETURNS AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.

28.10.04

EL COMICS CODE AUTHORITY

Ya que últimamente estoy colgando cosas sobre la historia de los cómics de superhéroes (mañana, los ochenta), me he permitido traducir el Comics Code Authority de 1954. La verdad es que no tiene desperdicio.
CÓDIGO PARA CUESTIONES
EDITORIALES

DISPOSICIONES GENERALES, PARTE A

1) No se representará un delito de forma que se pueda sentir simpatía hacia el criminal, se promueva la desconfianza hacia las fuerzas de la ley y el orden o se suscite el deseo de imitar a los delincuentes.

2) Ningún cómic mostrará de forma explícita los detalles de un delito o el método para llevarlo a cabo.
3) Nunca se mostrará a policías, jueces, funcionarios o instituciones respetables de manera que se pueda perder al respeto hacia los mismos.

4) En caso de mostrarse un delito, será como una actividad sórdida y desagradable.

5) No se mostrará a los delincuentes de forma glamurosa ni ocupando una posición que cree deseos de emularlos.

6) El Bien siempre triunfará sobre el Mal y el delincuente será castigado por sus actos.

7) Se prohibirán las escenas de excesiva violencia. Se suprimirán las escenas que muestren torturas brutales, peleas injustificadas y excesivas con armas de fuego y armas blancas, agonía física y delitos sangrientos y truculentos.

8) No se mostrará formas únicas o inusuales de esconder armas.

9) Se desaconsejarán las escenas donde mueran agentes de la ley como onsecuencia de actividades criminales.

10) Nunca se mostrará abiertamente un secuestro. El delincuente o secuestrador siempre será castigado.

11) Nunca se rotulará la palabra "delito" con una tipografía mayor que el de otras palabras del cómic. La palabra "delito" jamás deberá aparecer sola en una portada.

12) Se restringirá el uso de la palabra "delito" en títulos y subtítulos.

DISPOSICIONES GENERALES, PARTE B

1) Las portadas de las revistas nunca utilizarán en los títulos las palabras "horror" y "terror".

2) No se permitirá las escenas de terror, excesivo derramamiento de sangre, delitos sangrientos y truculentos, depravación, lujuria, sadismo y masoquismo.

3) Se eliminará cualquier ilustración morbosa, desagradable o truculenta.

4) Sólo se publicarán historias que traten sobre el Mal cuando exista una finalidad moralizante y dicho Mal no se muestre de manera que pueda herir la sensibilidad de los lectores.

5) Se prohíbe toda escena que trate sobre muertos vivientes, torturas, vampiros y vampirismo, espectros, canibalismo o licantropía, así como cualquier instrumento relacionado con lo anterior.

DISPOSICIONES GENERALES, PARTE C

Se prohibirán todos aquellos elementos o técnicas que, aunque no se mencionen explícitamente en el presente documento, sean contrarias al espíritu y propósito de este Código y se consideren violaciones del buen gusto y de la decencia.

Sobre los diálogos:

1) Se prohíben las blasfemias, las obscenidades, las indedencias, la vulgaridad y toda palabra o símbolo que haya adquirido un significado indeseable.

2) Se tomarán precauciones especiales para evitar referencias a defectos físicos y a deformidades.

3) Se aceptará el lenguaje coloquial pero se evitará abusar del mismo y se empleará orrectamente la gramática siempre que sea posible.

Sobre la religión:

En ningún caso se permitirá que se ridiculice o se ataque a un grupo étnico o religioso.

Sobre la indumentaria:

1) Se prohíbe todo tipo de desnudez y el exhibicionismo indecente o indebido.

2) No se aceptarán ilustraciones sugerentes ni picantes, ni tampoco posturas sugerentes.

3) Se dibujará a todos los personajes con ropa socialmente aceptable.

4) Se dibujará a las mujeres de forma realista y sin exagerar sus atributos físicos.

NOTA: Se debe tener en cuenta que toda prohibición que haga referencia a la indumentaria, el diálogo o los dibujos en general se aplicará tanto a la portada como al contenido de una revista.

Sobre el matrimonio y el sexo:

1) No se presentará el divorcio de forma humorística, ni tampoco se tratará como algo deseable.

2) No se representarán ni se sugerirán relaciones sexuales ilícitas. No se aceptarán escenas de amor violentas ni desviaciones sexuales.

3) Se fomentará el respeto a los padres, los valores morales y la conducta decente. La comprensión por los problemas amorosos no es motivo para la distorsión moral.

4) Las historias de amor y romances recalcarán el valor del hogar y la santidad del matrimonio.

5) Nunca se tratará la pasión o el interés amoroso como forma de estimular los bajos
instintos.

6) Nunca se mostrará ni insinuará tentaciones ni violaciones.

7) Se prohibirá tajantemente la perversión sexual o cualquier referencia a la misma.

CÓDIGO PARA CUESTIONES PUBLICITARIAS

Las siguientes normas se aplicarán en todas las revistas publicadas por miembros de la Comics Magazine Association of America, Inc. El buen gusto será el principio que regirá la aceptación de los anuncios.

1) No se aceptarán anuncios de alcohol y tabaco.

2) No se aceptarán anuncios de sexo o libros sobre el mismo.

3) Se prohíben los anuncios con dibujos, ilustraciones o postales que reproduzcan desnudos totales o parciales.

4) Se prohíben los anuncios de armas de fuego y armas blancas.

5) Se prohíben los anuncios de fuegos artificiales.

6) No se aceptará anuncios sobre juego o material impreso relacionado con el mismo.

7) No se permitirá anunciar en ningún producto desnudos o posturas picantes con intención de practicar el proxenetismo. Las personas deberán aparecer vestidas y con buen gusto.

8) En la medida de lo posible, los anunciantes deberán asegurar que lo que se afirma en sus anuncios se ajusta a la realidad y no puede dar lugar a interpretaciones erróneas.

9) Se rechazarán los anuncios de productos sanitarios, farmacéuticos o higiénicos. Los
anuncios de dichos productos que estén avalados por la American Medical Association o la American Dental Association serán aceptables siempre que no infrinjan ninguna norma de este Código.

HISTORIA DEL CÓMIC DE SUPERHÉROES (III): LOS AÑOS SETENTA



Con la marcha de Jack Kirby de Marvel y el fin de la Edad de Plata, los cómics de superhéroes entraron en una época de cambios hacia temáticas más adultas en la que las historias más complejas que en épocas anteriores; de hecho, el avance hacia la madurez, con historias sobre consumo de drogas o la muerte de protagonistas, supuso un progresivo relajamiento del Comics Code Authority que regía todas las publicaciones de Marvel y DC, que se impusieron como las dos grandes editorial de cómics de Estados Unidos a pesar de algunas publicaciones independientes importantes. A esta época, que abarca hasta 1979, se la conoce como la Edad de Bronce o la Post-Edad de Plata.

El cuarto mundo de Jack Kirby

DC Comics había prometido libertad creativa a Jack Kirby en el proyecto que tenía entre manos realizar para la editorial. De hecho, además de dibujar también escribió sus propias historias en tres colecciones distintas que se agrupaban en el título global “Cuarto Mundo”; eran The New Gods, Mr. Miracle y Forever People. Todas ellas narraban una guerra entre el Bien y el Mal encarnada, respectivamente, en los planetas Nuevo Génesis y Apokolips. Los protagonistas del conflcto eran seres poderosos como dioses, y libraban una eterna batalla de difícil resolución.

Las historias del Cuarto Mundo se mantuvieron al margen del Universo DC con la excepción de algunas apariciones de Superman, en cuyas series también estaba implicado Kirby. La línea Cuarto Mundo se canceló por falta de ventas y la historia quedó inconclusa. Kirby regresó a Marvel para encargarse de una serie de temática similar, Los Eternos, antes de abandonar el cómic por la animación. Los personajes del Cuarto Mundo fueron incorporados a la continuidad del Universo DC y algunos de ellos, sobre todo Darkseid, el malvado soberano de Apokolips, han tenido mucho peso en futuras historias como Legends o la Saga de la Gran Oscuridad.

Conan El Bárbaro

En 1969, el editor jefe de Marvel Comics recibió una propuesta de Stan Lee y John Buscema, director editorial y director editorial asociado respectivamente, para realizar una serie basada en el personaje literario Conan El Bárbaro, creado por el novelista Robert E. Howard en 1932. Tras comprar los derechos del personaje, en 1970 apareció el primer número de Conan the Barbarian con guión de Roy Thomas y dibujos del entonces desconocido Barry Windsor-Smith, que más tarde sería sustituido por el propio Buscema.

Las historias pseudomedievales en el mundo fantástico de Cimmeria fueron un nuevo éxito de Marvel, el primero desde 1961 que no tenía que ver con los superhéroes. El éxito de la serie principal propició la aparición de otras e inspiró la película basada en el personaje que Arnold Schwarzenegger protagonizaría en 1982. Conan fue un éxito en los setenta y principios de los ochenta, aunque su popularidad ha caído progresivamente hasta su total desaparición de los lanzamientos de Marvel.

El CCA se relaja

En 1970, un nuevo equipo creativo se hizo cargo de la colección Green Lantern; se trataba del guionista Denny O’Neil y el dibujante Neal Adams. A partir del número 76, la serie se llamaría Green Lantern / Green Arrow, pues ambos personajes la protagonizarían durante bastante tiempo. Lejos de las aventuras cósmicas propias de la serie, O’Neil y Adams montaron a los dos héroes en una camioneta y les hicieron recorrer Estados Unidos, donde presenciaron toda clase de problemas sociales; entre ellos, estaba la drogadicción de Speedy, el compañero de Green Arrow. La historia apareció sin el sello del CCA (Comics Code Authority). Pero no fue la única en hacerlo.

El tema de la drogadicción también se abordó en los números 96 a 98 de The Amazing Spider-Man, que de nuevo aparecieron sin el CCA. No obstante, la opinión pública sobre el contenido de los cómics había cambiado mucho desde los años cincuenta, y, lejos de ser rechazados, ambos casos fueron acogidos muy positivamente por los lectores.

Tras la publicación de estas historias, el CCA se relajó considerablemente y permitió la aparición de cómics de terror como Swamp Thing (DC) o Son of Satan y Ghost Rider (Marvel), aunque eran historias con un claro componente superheroico. Hubo que esperar un poco más para recuperar el género de terror puro en el cómic, con clásicos como Tomb of Dracula de Marv Wolfman. Años después, algunos personajes de terror como el propioDrácula se incorporarían plenamente al Universo Marvel e incluso se enfrentarían a la Patrulla-X, entre otros.

En 1973, Gerry Conway y Gil Kane idearon una de las historias más clásicas de la época: la muerte de Gwen Stacy en Amazing Spider-Man nº121. Por primera vez, un personaje secundario aunque querido por el público y de gran importancia en la serie moría de forma violenta a manos de un supervillano (la tiraba del puente de Brooklyn).

Los antihéroes: Lobezno y el Castigador

Entre 1973 y 1974, Marvel lanzó a dos personajes que bien podrían definirse como antihéroes. De moral dudosa y de gatillo fácil, no dudaban en acabar con sus víctimas si era necesario.

Lobezno, en inglés Wolverine apareció en The Incredible Hulk nº181 de la mano de Len Wein y Herb Trimpe. Como indica su nombre, Lobezno es un mutante de instinto animal que utiliza sus garras para practicar sus técnicas de combate más salvajes. Su aparición en la serie de Hulk no tuvo mayor incidencia, pero en 1975 el propio Wein lo recuperaría para sus nuevos X-Men, y allí adquiriría la fama que hoy en día tiene. Actualmente, Lobezno protagoniza su propia serie regular y ha sido la estrella de incontables series limitadas, novelas gráficas y prestigios en los que hemos conocido su historia a cuentagotas durante treinta años.

Por su parte, el Castigador (The Punisher), creado en Amazing Spider-Man por Gerry Conway y Ross Andru, tuvo su momento de gloria más adelante (finales de los ochenta y principios de los noventa) y llegó a protagonizar varias colecciones propias simultáneas, amén de especiales varios. No obstante, con el tiempo ha perdido fuelle y hoy en día no se prodiga demasiado en el Universo Marvel, lo cual podría cambiar en cualquier momento con el estreno de una película basada en su historia.

En general, se convirtieron en héroes atractivos porque compensaban la falta de superpoderes espectaculares (el Castigador ni siquiera los tiene, sólo cuenta con sus armas) con una violencia y una sed de sangre no vista hasta la fecha. Normalmente, su condición de asesinos implacables se debía a un pasado triste y cruel que justificaba sus actos. El concepto de personaje amargado y despiadado continuó en los ochenta, como veremos más adelante.

La nueva Patrulla-X

De todas las series iniciadas por Marvel en los años sesenta, X-Men fue tal vez una de las más desgraciadas. Tras la mediocre (todo hay que decirlo) etapa inicial de Lee y Kirby cuyo único mérito es la creación de varios personajes mejor aprovechados a posteriori, la serie cayó en manos de autores que, a pesar de su renombre, no supieron explotar el concepto de mutante nacido con poderes genéticos al que la sociedad odia y teme, como Roy Thomas, Neal Adams o Barry Windsor-Smith.

Finalmente, la serie se canceló a medias, ya que siguió publicándose reeditando material anterior. Todo cambió en 1975 con la publicación de X-Men Giant-Size nº1, el especial en que Len Wein y Dave Cockrum remodelaron el equipo con la incorporación de personajes nuevos como Tormenta, Coloso, Rondador Nocturno o el recién creado Lobezno. Inmediatamente, la serie madre comenzó a publicar material inédito otra vez, aunque Wein abandonó en el segundo episodio en favor de su amiguito Chris Claremont. De la mano de Claremont, siempre apoyado por dibujantes de renombre, las historias de la Patrulla-X se convirtieron en el principal reclamo de Marvel, que convirtió la serie en una rentable franquicia durante los ochenta y los noventa.

Los autores estrella

Durante los setenta brillaron con luz propia los autores de los sesenta que habían alcanzado la madurez artística. Sería el caso de Jack Kirby, que realizaría sus obras maestras en esta época, de John Romita, que para muchos fue y es el dibujante de Spiderman por excelencia, y de John Buscema, cuya etapa en Los Vengadores jamás sería olvidada.

En la época encontramos también autores nuevos cuyo potencial no se explotaría debidamente, como Neal Adams, que poco se ha prodigado en el mundo del cómic desde entonces, o Barry Windsor-Smith, un magnífico ilustrador cuyas esporádicas apariciones le han impedido alcanzar el debido estrellato a pesar de ilustrar una espléndida etapa en Conan y en Los Vengadores.

A finales de la década, comenzaban a despuntar en Marvel tres autores que darían mucha guerra durante los ochenta. Entre los dibujantes, estaban George Pérez, cuyos números de Los Vengadores lo lanzaron al estrellato, y el inefable John Byrne, que comenzó a finales de la década su colaboración con la tercera estrella, el guionista Chris Claremont, en series como Marvel Team-Up, Iron Fist y, por supuesto y ante todo, X-Men. Los tres empezaban a contar con un nombre dorado en la industria, aunque sólo Pérez ha sido capaz de mantenerlo hasta la actualidad.

El predominio de Marvel y DC

A pesar de las inevitables cancelaciones de algunas series poco populares, Marvel y DC se fueron apropiando de todo el mercado historietístico estadounidense. Inevitablemente, entre ellas surgió una competencia feroz que se intensificaría en los ochenta; a finales de los setenta apareció incluso la moda de publicar especiales conjuntos. El primero de ellos fue el protagonizado por Superman y Spiderman en 1976, al que siguieron otro con los mismos personajes, uno de Hulk contra Batman y el mejor de ellos, el que unió a la Patrulla-X y los Nuevos Titanes a principios de los ochenta.

DC se hizo con los derechos de editoriales que cerraron, como Fawcett Comics y Charlton Comics. De la primera incorporó a su Universo DC a Minute Man, el Capitán Marvel y familia, Black Adam y otros de menor importancia; de la segunda, a Nighsthade, Question, Blue Beetle y el Capitán Atom. Sin embargo, estos héroes no aparecieron en el Universo DC, sino en las famosas tierras alternativas. De vez en cuando, aparecían en otras series y se peleaban con sus protagonistas (Superman principalmente), aunque sus historias quedaban para realidades alternativas. Así, el Capitán Marvel y compañía vivían en Tierra-S y los héroes de Charlton, en Tierra-4. La afición a las tierras alternativas que comenzó, como ya vimos, en The Flash nº123, tenía que explotar por algún sitio y lo hizo, como veremos en siguientes secciones, en la inolvidable Crisis en Tierras Infinitas, cuyo título lo dice todo.

Actualmente, tras los cambios de Crisis, tanto los héroes de la Charlton como los de Fawcett forman parte del Universo DC igual que el resto de héroes "nativos" de la casa.

Cerebus

El primer número de Cerebus apareció en 1977. Creado, editado, publicado, escrito y dibujado por Dave Sim, se publica desde entonces de forma independiente de las grandes editoriales. Nacidocomo una parodia de Conan, se fue acercando a los superhéroes con diversos y cómicos "homenajes". La colección es una serie limitada de 300 números que, según su autor, acabará con la muerte del protagonista, un individuo parecido al televisivo Alf.

Cerebus abrió el camino a editoriales independientes que aparecerían posteriormente.

(ILUSTRACIÓN: Portada de Green Lantern / Green Arrow nº 85, por Neal Adams.)

GREEN LANTERN, GREEN ARROW AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.

26.10.04

HISTORIA DEL CÓMIC DE SUPERHÉROES (II): LA SILVER AGE



La decadencia del género de los superhéroes durante los años cincuenta llegó a su fin cuando Gardner Fox, editor de DC Comics, decidió renovar a los personajes clásicos de los años cuarenta. Sin embargo, ya se habían hecho algunos intentos anteriores, como la renovación de Aquaman o la creación del Detective Marciano en 1955, pero fue con Flash que comenzó realmente la nueva grandeza de un género que rápidamente volvió a acaparar la mayor parte del mercado. Fue durante esta época que se crearon los cimientos del actual cómic de superhéroes, al menos el publicado por Marvel y DC, ya que gran parte de los conceptos, personajes y situaciones siguen vigentes hoy en día.

La renovación de DC

En 1956, DC (adoptó el nombre con el tiempo, en aquel año aún se llamaba National) renovó a uno de los personajes de la Golden Age que habían sido olvidados por el público: Flash. El hombre más rápido del mundo regresaba en Showcase nº4, aunque su encarnación era bastante diferente de la original. El uniforme, la identidad y el origen del personaje eran distintos, y es que, esta vez, Flash era un miembro de la policía científica llamado Barry Allen que recibía la descarga de un rayo mientras manipulaba productos químicos. Los responsables del regreso del velocista fueron Julius Schwartz y Carmine Infantino, apoyados por el editor Gardner Fox, creador del personaje en 1940.

El retorno de Flash marcó el comienzo oficial de una nueva era de grandeza del cómic de superhéroes, aunque ya en el año anterior DC Comics había empezado a recuperar personajes como Aquaman y a crear otros como el Detective Marciano. Básicamente, hay tres tipos de personajes que destacaron al principio de esta edad de plata por parte de DC:


1. Los héroes que se habían mantenido en los quioscos desde los años cuarenta, como Superman, Batman y Wonder Woman. Los tres volvieron a comenzar de cero aprovechando la renovación de los demás personajes. Así, se facilitaba a los nuevos lectores la entrada a estas series, si bien los protagonistas no cambiaban de identidad ni de caracterización (con la excepción de Wonder Woman, que adquirió algún poder nuevo).


2. Los héroes que el público olvidó tras la Segunda Guerra Mundial se renovaron por completo con nuevas identidades, caracterizaciones e incluso poderes; es el caso de héroes míticos de la Golden Age como Green Lantern, Hawkman, Atom o el propio Flash. El único personaje de los años cuarenta que no fue remozado fue el Espectro, que se relanzó en Showcase nº60.

3. Los héroes de nueva creación influidos por la moda del cómic de ciencia-ficción, ya que todos ellos tenían un componente futurista o interestelar, como el Detective Marciano, la Legión de Superhéroes o Adam Strange. De entre todos los lanzamientos y relanzamientos de DC destacaron los de Green Lantern, Hawkman, Atom, Adam Strange y la Legión de Superhéroes. Todos ellos aparecieron en revistas genéricas donde se publicaban aventuras de diversos personajes. Era poco frecuente que un cómic de superhéroes comenzara por el número uno de un personaje, ya que los distribuidores desconfiaban de su potencial comercial. Marvel hizo lo mismo con la mayoría de sus personajes, aunque a algunos se les dio una oportunidad desde el principio, como veremos más adelante.

Hal Jordan, el nuevo Green Lantern, hizo su primera aparición en Showcase nº22 de la mano de John Broome y Gil Kane con Julius Schwartz como editor. Aunque sus poderes eran similares a los del Green Lantern de la Edad de Oro, el anillo de poder de Jordan no tenía un origen mágico sino alienígena. A partir de esto, se estableció una organización de héroes interestelares llamada Green Lantern Corps en la que cada miembro tenía un sector del espacio que defender. El contexto de estos personajes, incluyendo su cuartel general en el planeta Oa y sus líderes, los Guardianes, dio mucho juego en el Universo DC durante las décadas siguientes.

Con varios personajes renovados, a Gardner Fox se le ocurrió crear un grupo de superhéroes donde se reunieran habitualmente los héroes más importantes de la editorial. Así, en Brave and the Bold nº28 (febrero de 1960), Julius Schwartz y Mike Sekowsky crearon la Liga de la Justicia de América (LJA), un grupo que seguía la estela de la SJA de la Edad de Oro y que aglutinaba a Wonder Woman, Flash, Aquaman, Green Lantern, el Detective Marciano y, ocasionalmente al principio, a Superman y Batman. El éxito del nuevo equipo superó toda expectativa y, al año siguiente, recibió su propia colección, Justice League of America.

No obstante, la LJA no fue le primer grupo de héroes que se creó en la Edad de Plata. En 1958, Otto Binger y Curt Swan, animados por el editor Mort Weisinger, habían creado en el número 247 de Adventure Comics a la Legión de Superhéroes (LSH). La serie Adventure Comics estaba protagonizada por Superboy, la versión juvenil del Hombre de Acero que apareció en 1945. La Legión de Superhéroes llegaba desde el siglo XXX para invitar a Superboy a unirse a ellos. Aquella aparición original, en la que sólo encontrábamos a los fundadores de la LSH (Saturno, Cósmico y Relámpago) causó gran impacto en los lectores, hasta el punto que, con el tiempo, el grupo acaparó toda la serie e incluso logró colección propia.

Tras el lanzamiento de la LJA, DC renovó a tres personajes que estaban llamados a formar parte de sus filas en el futuro. El primero era Green Arrow, un personaje entonces marginal que no tuvo serie propia individual hasta bien entrados los ochenta y que era una especie de Guillermo Tell pero en superhéroe y en millonario. El segundo era Atom, relanzado en Showcase nº 34 (1962) como Ray Palmer; esta vez, sí era un átomo de verdad, ya que tenía el poder de reducir su tamaño a proporciones microscópicas. Por último, se recreó a Hawkman en Brave and the Bold nº 34 (1962), esta vez como un policía alienígena del planeta Thanagar, habitado por hombres alados de verdad (las alas del Hawkman de los cuarenta eran artificiales).

Los cómics de DC de la época resultaban en gran medida infantiles, y se limitaban a presentar batallas imposibles entre héroes pluscuamperfectos y villanos malísimos. Sin embargo, esta tendencia cambió claramente debido al éxito inesperado de otra editorial que, rápidamente, causó furor entre los lectores: Marvel Comics.

La Era Marvel

Marvel Comics, anteriormente conocida como Atlas, había dejado de publicar cómics de superhéroes tras el fiasco de los años cincuenta. Sin embargo, un equipo creativo formado por el escritor Stan Lee y el dibujante Jack Kirby revolucionó el panorama del cómic de superhéroes en 1961.

Lee y Kirby decidieron que había llegado el momento de publicar una serie cuyos protagonistas fueran héroes de carne y hueso dentro de lo posible. Querían que tuvieran problemas emocionales o económicos, e incluso que formaran familias o se convirtieran en rarezas genéticas rechazadas por la sociedad. Su primer éxito fueron Los Cuatro Fantásticos, que aparecieron en Fantastic Four nº1 (1960), curiosamente con serie propia. Las aventuras de estos héroes, que formaban una familia más o menos bien avenida, fueron recibidas con el aplauso de los lectores. Entre los personajes del grupo, destacaba la Cosa, el héroe de aspecto monstruoso enamorado de una escultora ciega.

El tándem fue trabajando poco a poco en otras colecciones de la casa, que abandonaron las temáticas de monstruos y ciencia-ficción para irse dedicando a los superhéroes. En las páginas de Tales to Astonish nº27 (enero de 1962), apareció Henry Pym, el científico que, en el número 35 de la misma serie, se convertiría en el Hombre Hormiga, de poderes más que evidentes. Su compañera sentimental y laboral, la Avispa, aparecería en el número 44. También durante 1962, Lee y Kirby crearon a Thor (en Journey into Mistery nº82), un superhéroe que no es otro que el dios del trueno de la mitología nórdica, con la ambientación que ello implica, y a Hulk, en una serie propia (The Incredible Hulk) que no superó los seis números, aunque sería relanzado el año siguiente en Tales to Astonish nº59.

Debido al exceso de trabajo, Jack Kirby tuvo que renunciar a dibujar a tres nuevos personajes, si bien fue él el encargado de los diseños. Se trataba de Iron Man (creado en 1963 en Tales of Suspense nº39), un héroe algo masoquista que no era otro que el millonario Tony Stark, que se vio obligado a fabricar una armadura con superpoderes para que su corazón siguiera funcionando, y el Doctor Extraño (en Strange Tales nº110), el señor de las artes místicas. Lee creó a Iron Man con el dibujante Don Heck y, al Doctor Extraño, con Steve Ditko. No obstante, la colaboración más importante de Lee y Ditko había empezado en 1962 en Amazing Fantasy nº16, donde crearon a Spiderman.

El Hombre Araña era el paradigma del héroe con problemas: adolescente rechazado por sus compañeros, con pocos amigos, huérfano, con problemas económicos... El concepto maravilló al público, y Spiderman sigue siendo hoy en día uno de los dos puntales de Marvel junto con La Patrulla-X.

En 1963, Lee y Kirby lanzaron dos nuevas series: X-Men y Avengers. La primera, protagonizada por la Patrulla-X, ahondaba en el tema del adolescente masoca presentando a cinco jovenzuelos mutantes, esto es, nacidos con superpoderes debidos a una malformación genética, que se formaban en el aprendizaje de sus poderes bajo el mando del telépata más poderoso del mundo que, paradójicamente, era paralítico. En Avengers, Lee y Kirby copiaban el concepto de la LJA de DC reuniendo a cinco de los personajes más populares en un grupo único. Así, en el primer episodio protagonizado por Los Vengadores, se reunían Thor, Hulk, Iron Man, Hombre Hormiga y la Avispa. Spiderman quedaba fuera por su carácter individualista, aunque se uniría tres décadas más tarde al grupo como miembro honorífico.

Lee y Kirby fueron abandonando las series que habían creado progresivamente, con la excepción de Fantastic Four y The Mighty Thor, donde permanecieron hasta finales de la década de los sesenta. Confiaron sus demás creaciones a autores como Don Heck, Roy Thomas, John Bucema, etc., que conservaron el principal concepto creado por los autores: el del Universo Marvel. Éste era y es (más o menos) un mundo imaginario donde lo que sucede en una colección tiene repercusión en las demás. Esto supuso toda una innovación, ya que hasta el momento las colaboraciones entre personajes se limitaban a aventuras esporádicas. Con el tiempo, DC también adoptó su propio Universo DC, aunque las consecuencias serían catastróficas.

El Universo DC y las tierras paralelas

Poco a poco, DC fue reaccionando a la influencia de Marvel Comics; en cierto modo, intentaron que sus historias fueron menos infantiles, aunque hubo algunos elementos que hacían difícil que un cómic DC interesara a un público juvenil o incluso adulto.

En 1963, apareció la Patrulla Condenada en My Greatest Adventure nº80, un grupo cuyos personajes estaban destinados a morir con la colaboración de los lectores. A este nuevo supergrupo, la editorial añadió los entrañables Metal Men en Showcase nº37. Ninguno de los dos grupos se aprovechó demasiado. En el caso de la Patrulla Condenada, hubo que esperar a los ochenta para que el grupo mereciera la pena. Algo parecido sucedió con los Titanes, creados en Brave and the Bold nº54 y 60 por Bob Haney. Se trataba de un equipo formado por los ayudantes juveniles de algunos superhéroes de la casa, es decir, eran una LJA en miniatura. Los fundadores fueron Robin, Kid Flash, Aqualad, Wonder Girl y Speedy, compañeros respectivamente de Batman, Flash, Aquaman, Wonder Woman y Green Arrow.

La agrupación de los sidekicks respondía a la moda cada vez más extendida de crear familias superheroicas para los personajes más populares. Como ya vimos, la tendencia comenzó en los cuarenta, aunque a finales de los cincuenta proliferaron los diversos derivados. Superman, además de la versión paralela de Superboy, tuvo a su prima Supergirl desde 1959. A Batman le aparecieron, a parte de Robin, dos Batgirl, una Batwoman y algo indefinido llamado Batmite. Esto son sólo algunos ejemplos, aunque casi todos los personajes importantes contaron con una galería de acompañantes.

Con su nueva línea superheroica ya renovada y con la intención de introducir una continuidad en sus cómics, DC tuvo qué plantearse qué demonios había ocurrido con los personajes de la Edad de Oro que ya no existían, fueron los personajes recreados con identidades nuevas o fueran comienzos desde cero como los de Batman, por ejemplo. Así, en The Flash nº123, se estableció el concepto de "tierra paralela". El nuevo Flash se encontraba en esa historia con su homónimo de la Edad de Oro. Desde entonces, se consideró que todo lo ocurrido en DC antes de la Edad de Plata había tenido lugar en una tierra alternativa llamada Tierra-2. La idea no era mala a priori, pero lo de las tierras se convirtió en una excusa para que los autores crearan infinitas versiones alternativas de los personajes, y en los setenta colocaron a los personajes comprados a otras editoriales en tierras varias. Al final, se produjo un caos en el que los guionistas no sabían qué versión de cada personaje pertenecía a qué tierra. Pero de eso hablaremos más adelante.

La exploración del Universo Marvel

La prolífica imaginación de Lee y Kirby convirtió la colección Fantastic Four en el medio perfecto para explorar y ampliar el Universo Marvel. Aunque las aventuras de los héroes Marvel tenían lugar en ciudades reales como Nueva York (recordemos que los héroes DC actuaban en ciudades imaginarias como Gotham City, Metrópolis y demás), Lee y Kirby introdujeron algunos países pequeños como Wakanda o Latveria y mundos alienígenas como el de los skrull, el de los kree, etc., por no hablar de algunos de los puntales cósmicos del espacio Marvel, como Warlock, Galactus y Estela Plateada.

Sin embargo, no todo eran novedades en el Universo Marvel. Lee y Kirby respetaron el pasado de la editorial recuperando a dos personajes clásicos como Namor y el Capitán América. El primero volvió en Fantastic Four nº4; el segundo, en Avengers nº4. En ambos casos, se trataba de los mismos personajes, que habían sobrevivido hasta los años sesenta. A la Antorcha Humana se la renovó en la figura de Johnny Storm, miembro de Los Cuatro Fantásticos. El personaje clásico, el androide, regresaría al Universo Marvel más adelante.

La innovación introducida por el tándem en el mundo superheroico no se limitó a héroes con problemas personales. Además, presentaron a supervillanos que, más que ser malos malísimos, pasaban a ser personajes complejos de características egocéntricas, genocidas y megaloman íacas, como El Doctor Muerte, Kang, Magneto, el Doctor Octopus, Loki...

El fin de la Edad de Plata

La Edad de Plata se da por terminada oficialmente en 1971, año en que Jack Kirby abandona Marvel por diferencias creativas con los directivos de la editorial. Kirby se marchó nada más y nada menos que a DC a crear su línea Cuarto Mundo, en la que seguiría explotando su afición al espacio exterior. Con la marcha de El Rey, Marvel cambió el tono de sus historias, que fueron evolucionando del cómic juvenil al cómic más adulto.

(ILUSTRACIÓN: Portada de Showcase nº 4, primera aparición de Flash II, por Carmine Infantino con tinta de Joe Kubert.)

SHOWCASE, THE FLASH AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.

25.10.04

HISTORIA DEL CÓMIC DE SUPERHÉROES (I): LA GOLDEN AGE Y LOS AÑOS CINCUENTA


LA GOLDEN AGE

Cuando hablamos de la Golden Age, o Edad de Oro, del cómic de superhéroes, nos referimos al período comprendido entre 1938 y 1945; fue durante estos años cuando surgió el género, y también cuando hicieron su primera aparición personajes que aún hoy en día siguen presentes en quioscos y librerías, si bien su planteamiento ha cambiado mucho y, en algunos casos, sus encarnaciones difieren de las originales. Y es que La Edad de Oro fue un período de gran creatividad, pero no se puede comparar a la explosión de los años sesenta, que sentaría la auténtica base de los personajes actuales.

Superman, el principio de todo

En junio de 1938, National Periodical Publications, la actual DC Comics, editó Action Comics nº1, donde Jerry Siegel y Joe Shuster narraban la primera aparición de Superman. Fue con este mítico cómic que comenzaron la edad de oro y los cómics de superhéroes, debido a la instantánea aceptación del personaje por parte del público. Un año después, la editorial concedió al personaje su propia serie, titulada Superman. Actualmente, el Hombre de Acero es todo un icono que ha generado multitud de merchandising y adaptaciones mediáticas en forma de series de televisión de animación o imagen real (como la mítica serie en blanco y negro de los cincuenta, Las aventuras de Lois y Clark o la muy reciente Smallville, aún en pantalla), y también de filmes como Superman (Richard Donner, 1978).

Aunque pueda resultar una redundancia contarlo, el personaje conocido como Superman es Kal-El, un alienígena que procede del destruido planeta Kripton. Sus padres, Jor-El y Lara, lo enviaron a la Tierra en una cápsula de animación suspendida justo antes de que su mundo natal explotara. Ya en la Tierra, el joven fue encontrado y adoptado por John y Martha Kent. Clark Kent se crió en Smallville, un pueblo de Texas y se mudó a Metrópolis tras licenciarse en periodismo para trabajar en el Daily Planet, donde conoció a su eterno amor, la intrépida Lois Lane. Cuando se quitaba las gafas, Kent se convertía en Superman, y se enfrentaba a amenazas diversas entre las que destacaba su archienemigo Lex Luthor. Como superhéroe, Clark era más rápido que una bala, podía doblar barras de acero con las manos desnudas y saltar por encima de los rascacielos. Como curiosidad, diremos que, al principio, Superman no podía volar, y que el popular periódico donde trabajaba se llamaba Daily Star en vez de Daily Planet.

Batman, el segundo en llegar

La primera aparición de Batman tuvo lugar en 1939, en Detective Comics nº27. Creado por Bob Kane, no parecía haber sido concebido como superhéroe; de hecho, ni siquiera contaba con poderes sobrehumanos y su uniforme tenía, y tiene, de todo menos colorines, pues ya era en sus inicios un personaje oscuro y con pocos escrúpulos. Armado sólo con su infalible instinto, su inteligencia y sus gadgets imposibles, el superhéroe-detective se ganó, igual que Superman, el favor de los lectores y contó desde el año siguiente con su propia colección, Batman. También como el Hombre de Acero, Batman se convirtió en una estrella mediática e incluso superó la popularidad del kriptoniano en la época de la batmanía gracias al estreno de los filmes Batman y Batman vuelve (Tim Burton, 1989 y 1992, respectivamente).

Batman, cuya identidad secreta es el millonario Bruce Wayne, se quedó huérfano de niño tras ser asesinados sus padres ante sus ojos por un atracador. El pequeño juró dedicar su vida y su fortuna a combatir el crimen. Una bandada de murciélagos le sugirió el disfraz perfecto para provocar el pavor de los criminales de su ciudad, Gotham City.

Los héroes de Timely y la Sociedad de la Justicia

la popularidad alcanzada por Batman y Superman, no fue de extrañar que aparecieran nuevos superhéroes Con rápidamente. Todavía en 1939, Timely Comics dio la réplica a la National y, en Marvel Comics nº1, debutó el inefable Namor, el Hombre Submarino, al que seguirían otros como la Antorcha Humana o Ka-Zar.

Namor, creado por Bill Everett, debutó originalmente en una historia corta en blanco y negro que aparecía en una revista que los cines de Los Ángeles distribuían gratuitamente. Posteriormente, fue recuperada en el citado Marvel Comics nº1. El Hombre Submarino era el rey de la ciudad hundida de Atlantis, hijo del anterior monarca y una humana. Amenazado su reino por los nazis, Namor se metía de lleno en la Segunda Guerra Mundial, igual que el resto de personajes creados por la Timely. En la misma línea antigermana creó Carl Burgos a su Antorcha Humana original, un androide capaz de prenderse fuego.

Ya en 1940, National inundó el mercado de personajes. De las páginas de All American Comics nacieron Green Lantern y Atom; de Flash Comics, Flash y Hawkman; de Adventure Comics, Sandman y Hourman; de More Fun Comics, el Espectro y el Doctor Fate. Todos ellos despertaron el interés los lectores y, a finales del mismo año, nacería en All-Star Comics nº 3 la Sociedad de la Justicia de América (SJA), el primer grupo de superhéroes de la historia del cómic, en el que englobaron a los ocho recién llegados y a muchos que faltaban por venir. El responsable de la formación fue el editor Gardner Fox, que había creado a casi todos los miembros.

Green Lantern, alias superheroico de Alan Scott, era un humano ordinario hasta que encontró un anillo mágico en el Tíbet que le permitía volar y hacerse intangible entre otros prodigios, siempre rodeado de su aureola verde. Atom era el antiguo boxeador Al Pratt, quien, a pesar de su escaso metro y medio de estatura, contaba con una fuerza prodigiosa. Flash era un joven llamado Jay Garrick que, tras inhalar el humo de un experimento llamado “agua dura”, obtuvo el don de la supervelocidad. Hawkman era un arqueólogo llamado Carter Hall que descubrió que era la reencarnación de un dios egipcio y utilizaba alas revestidas con un metal de su creación para volar y luchar contra el crimen. Hourman era en realidad el científico Rex Tyler, que tomaba una píldora llamada miraclo para obtener superpoderes durante toda una hora. Wesley Dodds, o Sandman, tenía cierto control sobre el destino. Por su parte, el Espectro era una identidad casi omnipotente asociada con el policía Jim Corrigan. Por último, el Doctor Fate era un sabio brujo egipcio que ocupaba el cuerpo de Kent Nelson a través de sus amuletos rituales (casco, medallón y capa).

La SJA marcó un precedente no sólo por ser el primer grupo de héroes, sino por introducir el factor de la variabilidad de sus miembros. Sin llegar a límites menos radicales que formaciones posteriores como Los Vengadores, por sus filas pasaron más personajes que los fundadores, entre ellos Johnny Thunder, Wildcat o Hawkwoman, por no hablar de personajes borrados por la continuidad actual de DC, como las encarnaciones originales de Green Arrow, Aquaman y, por supuesto, Wonder Woman.

Wonder Woman, la primera mujer

Entre tanto hombre con superpoderes o habilidades extraordinarias, a William Moulton Marston se le ocurrió en 1941 que faltaba una mujer. Así nació Wonder Woman, la superheroína por excelencia, en All-Star Comics nº8; a pesar del carácter marcadamente feminista del personaje, su papel inicial en un mundo de hombres fue el de secretaria de la SJA. La heroína apareció el año siguiente en Sensation Comics nº1, ya con portada dedicada a ella, y no tardó más que pocos meses en conseguir su propia serie, Wonder Woman, que se siguió publicando hasta mediados de los ochenta.

Wonder Woman era Diana, la hija de Hipólita, la reina de las amazonas. Dotada de poderes extraordinarios, sólo equiparables a los de Superman, la joven abandonaba su tierra natal, la Isla Paraíso, para llevar la justicia al mundo del hombre a bordo de su impagable avión invisible.

El Capitán América

En el mismo 1941, Joe Simon y Jack Kirby crearon a uno de los iconos de la cultura estadounidense, el Capitán América que, curiosamente, fue el primero en nacer con su propia serie. Como se habrá podido observar, a los superhéroes se les creaba en revistas de cómics y, sólo si captaban la atención del público, gozaban de colección propia al cabo del tiempo.


Uno de los iconos del patriotismo yanqui más descarados, el Capitán América nunca ha gozado del éxito comercial de otros personajes míticos como Batman o Superman, pero es un símbolo reconocido en todas partes. Steve Rogers era un soldado americano que, tras ingerir un suero milagroso, explotaba al máximo sus habilidades humanas, que no sobrehumanas (no ha tenido superpoderes más que en una corta etapa posterior) y combatía a los nazis con su inseparable Bucky y su escudo irrompible.

La creación de conceptos

Fue también en la Golden Age que se creó el concepto de sidekick, es decir, el ayudante juvenil del superhéroe. Este concepto se explotó ampliamente en los sesenta, pero fue en 1940 cuando se introdujo con el primero de todos ellos, Robin, el compañero de Batman, en Detective Comics nº38. Con esto se relaciona la idea de las superfamilias, que, aunque no se puso de moda hasta más de veinte años más tarde, nació alrededor del Capitán Marvel. Éste apareció en 1940 en Whiz Comics nº2, una publicación de la desaparecida Fawcett Comics, y es el personaje que actualmente se conoce como Shazam en el Universo DC. Al Capitán se le añadieron rápidamente dos personajes de sus mismas características, Mary Marvel y Capitán Marvel Junior, además de otros que aparecerían después (el tío, animales varios...).

Los anteriores conceptos tuvieron repercusión en los sesenta, y en menor medida aún se emplean en la actualidad, sobre todo en las publicaciones de DC. Sin embargo, se ha mantenido dos tópicos inherentes al género. La primera es la afición de National, después DC, de ubicar a sus personajes en ciudades imaginarias como Gotham City, Metrópolis, Star City, Central City, etc; la segunda, el hecho de que los superhéroes tengan que ir siempre disfrazados para preservar a toda costa su identidad secreta, por muy evidente que sea (como las gafas de Clark Kent y Diana Prince).

El fin de una época

Como vemos, estos primeros superhéroes aparecieron poco antes de que Estados Unidos entrara en la Segunda Guerra Mundial. Casi todos ellos luchaban contra los nazis antes del ataque a Pearl Harbor (la SJA llegó incluso a impedir que Hitler invadiera Gran Bretaña), y tomaron un papel activo en el conflicto una vez su país entró en liza. Terminada la guerra, los héroes continuaron luchando contra amenazas como el comunismo, pero ya no tenían el atractivo patriótico del que habían disfrutado. Si a ello sumamos la campaña anti-cómics que tuvo lugar, no es de extrañar que la edad de oro llegara a su fin.

LOS AÑOS CINCUENTA

Con el fin de la Edad de Oro, la mayoría de los superhéroes desaparecieron paulatinamente de los quioscos. Sin embargo, algunos personajes de DC Comics, como Wonder Woman, Batman y, sobre todo, Superman, se siguieron publicando aunque dirigidos a temáticas de moda como la ciencia-ficción o los detectives. El Hombre de Acero gozó incluso de serie televisiva propia y tenía una gran repercusión en los medios de comunicación. Sin embargo, las críticas no siempre eran buenas, ya que mucha gente consideraba los cómics como algo perjudicial para los saludables jóvenes norteamericanos.

La creación del Comics Code Authority

En 1948, un psicólogo llamado Fredric Wertham (Nuremberg, 1895) publicó el artículo “Horror in the Nursery” (“Terror en la guardería”). En él relataba los efectos nocivos que los cómics tenían en los niños. No obstante, esto sólo fue la punta del iceberg. Siguió explotando el tema en una conferencia titulada “Psychopatology of comic-books”, que causó un gran revuelo y desembocó en la creación de la ACMP (Association of Comic Magazine Publishers o “Asociación de Editores de Revistas de Cómic”), un comité creado por las editoriales que revisaba los cómics antes de que salieran a la venta.

Varios años después, Wertham descargó toda su ira contra los cómics en 1954, en esa perla que es Seduction of the Innocent, un libro en que afirmaba que los tebeos eran los culpables de la violencia juvenil, además de otras lindezas. Atacaba a personajes concretos del mundo editorial como Wonder Woman, que tergiversaba el debido papel de la mujer en la sociedad o Superman, que, como podía volar, violaba las leyes de la física y manipulaba la educación de los jóvenes. Sin embargo, lo mejor fue la apología de la homosexualidad que, para él, suponían las historias de Batman y Robin, sobre todo este último, que siempre iba con pantalones muy cortitos y abría mucho las piernas. Alucinante.

Escandalizada con el libro, la sociedad comenzó una caza de brujas contra los cómics. El mismo senado de Estados Unidos abrió una comisión de investigación en la que testificaron Wertham y otros psicólogos especializados en delincuencia juvenil, además de representantes de las editoriales y de las redes de distribución de cómics. La conclusión de la comisión fue que las editoriales necesitaban autocensurarse. Para ello, se creo la CMAA (Comic Magazine Association of America), que a su vez estableció el 26 de octubre de 1954 el famoso CCA (Comics Code Authority), cuyo sello tendrían que llevar todos los cómics que pretendieran venderse. En él se estipulaba lo que era correcto y no en un cómic; por ejemplo, el bien siempre debía triunfar sobre el mal, el crimen no podía ser recompensado y demás disposiciones sobre sangre y sexo. Con las décadas, el CCA se ha ido relajando hasta el punto de que sólo es obligatorio para que un cómic pudiera considerarse apto para todos los públicos. De lo contrario, se debe especificar la calificación por edades

El género en los años cincuenta

Los cincuenta fueron una época oscura para el género superheroico. Los cómics de moda eran los de ciencia-ficción, los de vaqueros, los de monstruos, incluso los románticos. Los héroes de National, como ya hemos dicho arriba, sobrevivían luchando contra las amenazas propias de la época: comunistas, potencias asiáticas y marcianos varios. Batman, por su parte, se decantó por su faceta más detectivesca, sin hacer ascos a historias con alienígenas.

En plena época de crisis, la editorial Atlas, anteriormente conocida como Timely, resucitó a sus héroes más conocidos en el número 24 de Young Men (1953). Así, volvieron a la palestra Namor, el Capitán América y la Antorcha Humana (estos últimos con sus respectivos ayudantes, Bucky y Toro). Sin embargo, no lograron sobrevivir mucho tiempo en el mercado. Habría que esperar unos añitos a que la National se pusiera las pilas.

(ILUSTRACIÓN: Portada de Joe Shuster para Action Comics nº 1, el primer cómic de superhéroes.)

SUPERMAN, ACTION COMICS AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.

22.10.04

MARVEL 1602



Imaginemos un Universo Marvel futuro donde los superhéroes se han hecho viejos, prácticamente han desaparecido y apenas queda algo del espíritu que los llevó a luchar contra el crimen. Por accidente, uno de ellos viaja al año 1587, se queda a vivir allí y decide continuar su cruzada en el pasado. Quince años después, la brecha temporal que lo transportó amenaza con destruir el mundo. Sin embargo, la llegada de este héroe ha propiciado que avatares de los luchadores del futuro se reencarnen en 1602, aunque no conozcan lo que ha sucedido.

Marvel 1602 es una miniserie de ocho números en la que se relata cómo sería el Universo Marvel en la Edad Moderna. Las encarnaciones pasadas de superhéroes de sobra conocidos actúan en un mundo movido por intrigas palaciegas, conspiraciones sucesorias, supersticiones, colonos de nuevos mundos y tribunales eclesiásticos. Tal es la premisa en que se basa esta historia escrita por Neil Gaiman e ilustrada por Andy Kubert en el que es su mejor trabajo hasta la fecha.

En Inglaterra, la reina Isabel I reúne a su consejero, Niccolo Fury, y a su médico, el hechicero Stephen Strange. El país se está viendo sacudido por terremotos y azotado por tormentas de desorbitada fuerza, y todo parece presagiar el fin del mundo. Ambos se comprometen a evitarlo, y Fury recurre a un mercenario de confianza, un invidente llamado Matthew cuya discapacidad no le impide ser uno de los mejores en su oficio. Su misión consiste en recuperar el arma que los Pobres Caballeros de Cristo, más conocidos como los Templarios, escondieron en el Templo de Salomón, en Jerusalén. Un anciano miembro de la orden llamado Donald ha salido de Tierra Santa para proteger el arma del asedio de los árabes, y Matthew deberá encontrarlo antes que sea demasiado tarde. Para ello, recorrerá Europa con Natasha, la mejor espía del continente.

Por su parte, la comunidad metahumana comienza a temer la inminente muerte de la enferma Isabel I. El sucesor legítimo, Jacobo I, rey de Escocia, odia a los "hijos de las brujas", como se les llama en esta época, y los erradicará en cuanto suba al trono. Consciente de esto es Carlos Javier, un tullido que ha fundado una escuela para metahumanos, formada por cuatro jóvenes con superpoderes (Roberto, Scotius, el Maestro McCoy y "John" Grey) a los que se unirá un quinto (el alado Werner) al que ellos rescatarán de las garras de la Inquisición. El líder de esta institución es Fray Enrique, un antiguo conocido de Javier que, con la ayuda de Sor Wanda y Petrus, sus "ahijados", apoya la ascensión de Jacobo I al trono para vengarse de su viejo enemigo, aun a sabiendas de que ellos también podrían acabar en la hoguera a causa de sus habilidades "divinas".

Los demás implicados en la trama principal son Peter Parquagh, el pupilo de Fury, un joven huérfano fascinado por las arañas; Bruce Banner, el fiel secuaz de Jacobo I; una joven multiforme, primera niña nacida en las Américas, y el indio que la protege. Y, por supuesto, está el conde Victor El Bello, poderoso dirigente de una pequeña nación de la Europa del Este que pretende dominar el mundo. Sin olvidarnos de Sir Reed y sus tres acompañantes, cuya leyenda cuenta que murieron tras luchar contra los monstruos del Mar de los Sargazos, donde adquirieron poderes sobrenaturales.

Como el lector habitual de cómics Marvel habrá podido comprobar, los protagonistas de esta historia se pueden reconocer fácilmente. Algunos tienen los poderes característicos de sus encarnaciones "actuales"; otros son seres humanos corrientes, aunque pasan cosas al final del último número que presagian nuevos superhéroes para una posible secuela (es el caso de Peter Parquagh y de otra persona), donde además podría aparecer cierto fogoso pájaro mitológico. Otro motivo para pensar en segundas partes es que Gaiman haya sido muy comedido a la hora de echar mano de personajes; y es que en la serie hay ausencias de versiones importantes, como las de Tony Stark o Lobezno. Eso sí, todos los héroes que aparecen lo hacen con razón de ser y tienen sus minutos de gloria.

No diré mucho más del argumento porque resulta difícil no desvelar la trama, pero sí me permito decir que es una de las historias mejor construidas que han salido de Marvel Comics en la Era Quesada. Gaiman se permite jugar con su antojo con los personajes, algo posible debido a la naturaleza "no oficial" de la serie. Los episodios terminan con cliffhangers que te hacen querer leer más y más, y hay sorpresas impagables como la identidad del héroe venido del futuro (no os lo imaginarías, os lo aseguro) o la naturaleza del arma templaria, que es todo un puntazo.

Sobre el dibujo de Kubert, he dicho antes que me parece su mejor trabajo. Ha pasado mucho tiempo desde aquellos números de X-Men en los que era un mero clon de Jim Lee sin estilo propio (qué mala época la Era Image), y aquí sus lápices, coloreados sin pasar por la fase de entintado, son magníficos. La época está muy bien ambientada (palacios, tabernas, barcos, fortalezas, etc.) y la sobria aplicación del color demuestra que la técnica de coloreado directo puede embellecer los lápices originales, lejos de las barbaridades que el estudio Liquid! hizo con Larroca en X-Treme X-Men. Marvel 1602 se podría considerar la obra por la que Andy Kubert deja de ser "hijo y hermano de" para tomar su posición como uno de los mejores de la industria.

En definitiva, Marvel 1602 es una historia fresca porque saca de contexto a los héroes de la casa y engancha con sorpresas y algún que otro giro argumental, todo ello acompañado por un dibujo bonito y equilibrado. ¿Para cuándo una segunda parte?

(ILUSTRACIÓN: El Daredevil de 1602 en la portada de Marvel 1602 nº 4, por Scott McCowen.)

MARVEL 1602 AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) MARVEL COMICS.

21.10.04

EL CAPITÁN MARVEL (SHAZAM)


El Capitán Marvel es uno de los personajes más antiguos de DC Comics con más de sesenta años a sus espaldas. Sin embargo, nunca ha tenido un papel demasiado importante en el Universo DC, y es para muchos un gran desconocido.

Una de las dudas que asaltan al aficionado es el nombre del personaje que se viste de rojo y lleva un rayo pintado en el pecho y una capa blanca y horrenda. El héroe se llama Capitán Marvel, aunque sus aventuras se han publicado desde los años setenta con el título Shazam!, que es el nombre del mago que otorgó a Marvel sus poderes. La razón de esta diferencia es, como veremos, una cuestión de derechos de autor.

Una trayectoria irregular

El Capitán Marvel fue uno de los primeros superhéroes de la historia del cómic tras Superman y Batman. Nació de la mano de Bill Parker y C.C. Beck en el primer número de la revista Whiz Comics, publicado en febrero de 1940 por la editorial Fawcett Comics. Como todos los cómics de la época, las aventuras de Marvel tenían un tono infantil y tenían como principal objetivo arremeter contra los nazis alemanes y los japoneses, sobre todo cuando Estados Unidos se unió a los aliados en la Segunda Guerra Mundial.

Las aventuras del Capitán Marvel llegaron a superar las ventas del propio Superman durante 1940, lo cual llevó a DC (entonces National Periodical Publications) a demandar a la Fawcett por plagio. A pesar de ello, sus historias siguieron presentes en los quioscos con series como Marvel Family hasta 1953, cuando cerró la editorial.

Durante los años setenta, DC compró los derechos de los personajes de diversas editoriales, como Charlton, Quality o la propia Fawcett. DC ubicó al Capitán Marvel y los personajes que lo acompañaban en sus aventuras en un mundo alternativo llamado Tierra-S. En 1973, apareció el primer número de Shazam!, la primera serie regular que DC concedió al personaje. Entre sus autores, destacaron Denny O'Neil, C.C. Beck (el creador gráfico del héroe), Kurt Schaffenberger, Don Newton o Elliot S. Maggin. DC no pudo llamar a la serie Captain Marvel porque Marvel Comics había creado un personaje con el mismo nombre en el período comprendido entre 1953 y 1973 y poseía los derechos de dicho nombre. Así, aunque en el interior del cómic el héroe sí se llamaba Capitán Marvel, en las portadas no podía aparecer como tal. La polémica por los derechos del nombre continuó. Tras la muerte del Capitán Marvel de Marvel (valga la redundancia), la casa de las ideas creó una heroína con ese mismo nombre (en inglés, el cargo "captain" no distingue entre masculino o femenino) y sin ninguna relación con su predecesor sólo para mantener el copyright.

La serie duró sólo 35 números y fue cancelada en 1978. Mientras tanto, el Capitán Marvel se había enfrentado por fin a Superman, un combate que muchos aficionados esperaban. Tuvo lugar en Justice League of America nº137 (diciembre de 1976), en un número donde aparecían miembros de la Liga de la Justicia, los personajes de Tierra-S y algunos héroes de Tierra-2, como Batman, Robin o Wonder Woman. El Capitán Marvel apareció ocasionalmente en otras series, como el DC Comics Presents Annual nº3 de 1984, donde Superman y él luchaban contra Sivana, el archienemigo del Capitán.

Como no podía ser de otro modo, la familia Marvel tuvo un papel importante en Crisis en Tierras Infinitas, donde Tierra-S quedaba destruida y el Capitán se integraba en el Universo DC único que surgió de la serie. La nueva versión del personaje se presentó en Legends; tras la miniserie, el Capitán Marvel se unió durante un breve período de tiempo a la Liga de la Justicia de Giffen y, en 1987, se explicó su nuevo origen en la miniserie Shazam: The New Beginning, ilustrada por Tom Mandrake y escrita por Roy y Dann Thomas.

Marvel siguió apareciendo en varios títulos de la casa como invitado e incluso tuvo una participación destacada en La guerra de los dioses. En 1993, Jerry Ordway volvió a redefinir al personaje en la novela gráfica The Power of Shazam!, a la que siguió en 1995 una serie homónima que fue cancelada en 1999 tras 42 números. En ella se reintrodujo a toda la familia Marvel. Actualmente, el Capitán carece de serie propia, aunque aparece regularmente en JSA y tanto él como su ambientación han jugado un papel importante en la exitosa novela gráfica JLA/JSA: Pecados y virtudes.

El Capitán Marvel


El origen del Capitán Marvel se encuentra en Shazam, un poderoso y milenario hechicero que concedió a Billy Batson sus poderes para que combatiera el mal en el mundo. Batson es un niño que, cuando grita el nombre del mago, se convierte en el poderoso Capitán Marvel adulto, aunque conserve su mentalidad infantil. Dicha mentalidad fue una novedad en la redefinición del personaje en 1987, ya que esto no sucedía anteriormente. El talante infantil de un héroe del poder de Marvel dio mucho juego durante su breve estancia con la Liga de la Justicia, ya que era el objeto de las burlas de sus compañeros. Esta situación le hace no tener un buen recuerdo de aquella época.

Los poderes del Capitán proceden del acrónimo SHAZAM, del que cada una de las letras coinciden con el nombre de un dios o héroe de las mitologías griega y romana. Salomón le concede sabiduría; Hércules, fuerza; Atlas, resistencia; Zeus, poder (así, en general); Aquiles, valor; y Mercurio, velocidad. Además de esto, es capaz de volar (que para eso lleva capa).

En la miniserie de 1987, las aventuras de Billy se establecieron en San Francisco y no en Fawcett City como en la versión pre Crisis. Su tío Sivana, el que sería su archienemigo, mató a sus padres para cobrar el dinero del seguro que le permitiría financiar sus experimentos. Éstos dieron lugar al regreso de Black Adam, el villano que había ostentado el poder de Shazam durante el imperio egipcio. Quedaban, pues, fuera de juego los integrantes de la Familia Marvel, que no tuvieron una versión post Crisis hasta The Power of Shazam!. Allí, además de cambiar algunos detalles del origen de Shazam y de Black Adam, se estableció que Billy tenía una hermana de la que se separó al nacer. Se llamaba Mary, y se convirtió en Mary Marvel cuando Billy le transfirió parte de sus poderes. Durante la serie regular que, como hemos dicho, siguió a la novela gráfica, se presentó al Capitán Marvel Junior.

Familia y enemigos

La Familia Marvel fue la primera del cómic de superhéroes. Aunque se suprimió en la versión post Crisis del personaje (igual que la de Superman, Wonder Woman y en menor medida, Batman), con el tiempo se ha ido recuperando. Esta familia es numerosa, y comprende desde la hermana hasta el conejo Marvel, lo cual es objeto de burla en la reciente Antes conocidos como Liga de la Justicia.

Mary Marvel apareció por primera vez en Captain Marvel Adventures nº18 (diciembre de 1942). Como ya hemos dicho, es la hermana secreta de Billy Batson y recibió sus poderes de éste. En la actual encarnación de Mary, tiene los mismos poderes que su hermano. Sin embargo, la original recibía sus poderes de diosas y heroínas diferentes (Selene, Hipólita...). Recientemente, Mary se unió a la nueva "Liga de la Justicia" de alquiler de Maxwell Lord cuando su hermano rechazó participar en semejante disparate.

El Capitán Marvel Junior es Freddy Freeman, un muchacho que resultó herido luchando contra el Capitán Nazi. Mary Marvel y el Capitán Marvel le concedieron parte de sus poderes para que se pudiera recuperar rápidamente. Como consecuencia, Freddy recibió poderes que le permitieron convertirse en superhéroe, aunque no se transformaba en adulto como Billy al utilizarlos.

En la Marvel Family hay otros miembros destacados, como el Tío Marvel. Éste es el tío de Billy, o simplemente un amigo, según la encarnación de la que hablemos. A pesar de llevar una versión propia del traje de los Marvel, carece de superpoderes, aunque alguna vez los ha tenido durante cortos períodos de tiempo. En la Tierra-S pre Crisis, había tres individuos llamados Tenientes Marvel que no eran familia de Billy pero se llamaban Billy Batson. Adquirían poderes superheroicos gritando "¡Shazam!" al unísono. Para acabar, existen también Hoppy, el Conejo Marvel (sí, fueron capaces de superar la desfachatez del caballo de Supergirl) y el Bebé Marvel, que llevaba pañales inspirados en el uniforme familiar.

Los dos principales enemigos del Capitán Marvel son Sivana, el científico loco que mató a los padres de Billy, y Black Adam, la contrapartida malvada del Capitán. Black Adam es el primer hombre que recibió poderes del mago Shazam, pero éste se los retiró cuando lo corrompieron. Sin embargo, la hermana diabólica de Shazam, aliada con el dios egipcio Set, le concedieron nuevos poderes basados en el panteón egipcio. Black Adam es el asesino de los padres de Billy y Mary Batson en la última actualización del origen del Capitán en The Power of Shazam!, desbancando así a Sivana.

(ILUSTRACIÓN: Portada de The Power of Shazam nº 7, por Jerry Ordway.)

SHAZAM AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS

20.10.04

NOTICIAS: LA 3ª EDICIÓN DE IDENTITY CRISIS Nº 1



DC Comics ha anunciado una tercera edición para el agotadísimo primer número de Identity Crisis. El cómic contará con una portada alternativa a la ya mítica de Michael Turner, que estará ilustrada por Rags Morales, el dibujante de la serie.

Mientras se anuncia esta tercera edición, continúan los rumores sobre los acontecimientos de la serie. DC ya ha hecho pública completa la portada del número cinco, donde se ve a Robin abatido por "una pérdida personal", tal como se anuncia en la sinopsis para el número de enero de Teen Titans. Sobre la identidad del asesino de Sue Dibny, hay especulaciones para todos los gustos y algunas son más creíbles que otras y los foros americanos tienen algunas perlas interesantes. Los posibles culpables van desde villanos de toda la vida como Luthor a héroes como Atom o Tornado Rojo. En fin, en diciembre lo sabremos.

(ILUSTRACIÓN: Ilustración de Rags Morales para la portada de la tercera edición de Identity Crisis nº 1.)

HELLBOY: LA PELÍCULA






El pasado fin de semana fui por fin a ver Hellboy, y como siempre he querido sentirme Raquel Revuelta, voy a hacer un pequeño comentario sobre la película, pero desde el punto de vista de un humilde lector de tebeos. Quede claro desde el principio que no soy seguidor habitual del cómic ni experto en el mismo, aunque he leído hace poco el primero tomo (Semillas de destrucción) y me ha gustado bastante.

Hellboy: The Movie está escrita y dirigida por Guillermo del Toro, cineasta ya conocido por obras como Mimic, El espinazo del diablo o Blade II (donde aparecía su amiguete Santiago Segura, que también hace cameo en Hellboy como conductor de metro). Está basada en el cómic homónimo de Mike Mignola, que publica la Dark Horse, y que es una especie de mezcla entre Expediente-X y superhéroes de toda la vida.

Del Toro construye una historia a partir de los aspectos del cómic que le interesan. Por ejemplo, el origen del héroe es el mismo que se narra en Semilla de Destrucción y utiliza al mismo villano que en dicho tomo, el legendario Rasputín. Así mismo, utiliza otros villanos (los nazis) que creo que aparecen en un tomo posterior. Por otra parte, a Hellboy lo acompañan Liz y Abe, que también tienen poderes. A partir de elementos como éste, se escribe un guión que se aleja del cómic cuando lo necesita. Por ejemplo ¿qué es una peli americana sin historia de amor? En los cómics de Hellboy, Liz y el protagonista no están liados, pero aquí sí. Esto de coger del cómic lo directamente adaptable para completarlo con cosecha propia es bastante habitual en la oleada de filmes de este tipo que proliferan en los últimos años. Recordemos X-Men, por ejemplo.

Por lo que respecta a la estética, Del Toro rompe por completo con el cómic de Mignola. Las tétricas ambientaciones de este autor dan paso a decorados propios de películas de ciencia-ficción como Matrix o la propia X-Men (si no, ver el cuartel general de la Agencia). Es un caso similar al de La Liga de los Hombres Extraordinarios.

Sobre la caracterización de los personajes, me ha parecido bastante bien. Hellboy es realmente espectacular, pero tal vez se le pueda reprochar que el maquillaje canta un poco en los primeros planos. Abe Sapiens es quizás el personaje más conseguido, y resulta incluso más creíble que en el diseño original de Mignola, sobre todo porque le han puesto una especie de exoesqueleto para cuando sale a la superficie. Por su parte, Liz, el personaje más fácil de caracterizar, me ha fallado un poco, y es que no me cuadran las ojeras y la mirada perdida con el personaje del cómic. Por cierto, en la película no fuma.

En general, en mi modesta opinión Hellboy pertenece a ese tipo de películas de superhéroes que intentan llegar al gran público satisfaciendo al mismo tiempo a los lectores del cómic original. Para los primeros, hay acción a mansalva y es un filme entretenido y muy apropiado para comer palomitas sin caer en el despropósito de Daredevil, por ejemplo. Para los segundos, es relativamente fiel al cómic, pues toma de éste lo que necesita para construir la historia. Esa relativa fidelidad lo acerca a otros ejemplos como X-Men o Hulk y lo aleja de filmes muy (¿demasiado?) respetuosos como Spider-Man.

(ILUSTRACIÓN: A la izquierda, portada del tomo español Hellboy: Semillas de destrucción, por Mike Mignola. A la derecha, cartel de Hellboy: The Movie.)

HELLBOY AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) MIKE MIGNOLA. HELLBOY COMIC-BOOKS PUBLISHED BY DARK HORSE.
HELLBOY: THE MOVIE IS (C) COLUMBIA PICTURES, A TRADE MARK OF SONY PICTURES.

19.10.04

NOVEDADES: DC COMICS PARA ENERO DE 2005



BATMAN Nº 636
Guión de Judd Winick. Dibujo de Doug Mahnke y Tom Nguyen. Portada
de Matt Wagner.
Parte 2 (de 4) de la saga "Under the Hood" ("Bajo la capucha").
32 páginas, 2,25$. A la venta el 26 de enero.

DETECTIVE COMICS Nº 802
Guión de David Lapham y Mike Carey. Dibujo de Ramon Bachs, Nathan
Massengill y John Lucas. Portada de David Lapham.
Parte 2 (de 4) de la saga "City of Crime".
40 páginas, 2,95$. A la venta el 5 de enero.

BATMAN: GOTHAM KNIGHTS Nº 61
Guión de A.J. Liebermann. Dibujo de Al Barrionuevo y Bit. Portada
de Cliff Chiang.
32 páginas, 2,50$. A la venta el 19 de enero.

BATMAN: LEGENDS OF THE DARK KNIGHT Nº 187
Guión de Shane McCarthy. Dibujo de Tommy Castillo y Rodney Ramos.
Portada de Sean Phillips.
Parte 3 (de 5) de la saga "Riddle me that!" ("Adivina,
adivinanza").
32 páginas, 2,50$. A la venta el 12 de enero.

CATWOMAN Nº 39
Guión de Scott Morse. Dibujo y portada de Paul Gulacy y Jimmy
Palmiotti.
32 páginas, 2,50$. A la venta el 19 de enero.

CATWOMAN: RELENTLESS TP
Guión de Ed Brubaker. Dibujo de Cameron Stewart y Javier Pulido.
Portada de J.G. Jones.
Tomo que recopila los números 12 a 19 de Catwoman, así como una
historia corta de Catwoman: Secret Files nº 1. La Mujer Gato se
enfrenta con Máscara Negra.
192 páginas, 19.95$. A la venta el 5 de enero.

CATWOMAN: WHEN IN ROME Nº 4 (DE 6)
Guión de Jeph Loeb. Dibujo y portada de Tim Sale.
32 páginas, 3,59$. A la venta el 26 de enero.

NIGHTWING Nº 101
Guión de Chuck Dixon y Scott Beatty. Dibujo y portada de Scott
McDaniel y Andy Owens.
Primera parte de la saga "Nightwing Year One". La saga tendrá
seis partes que se publicarán entre enero y marzo, meses en que
la serie será quincenal.
32 páginas, 2,25$. A la venta el 12 de enero.

NIGHTWING Nº 102
Guión de Chuck Dixon y Scott Beatty. Dibujo y portada de Scott
McDaniel y Andy Owens.
Segunda parte de "Nightwing Year One".
32 páginas, 2,25$. A la venta el 26 de enero.

GOTHAM CENTRAL Nº 27
Guión de Ed Brubaker. Dibujo de Jason Alexander. Portada de
Michael Lark.
32 páginas, 2,50$. A la venta el 12 de enero.

BATGIRL Nº 60
Guión de Andersen Gabrych. Dibujo y portada de Ale Garza y Jesse
Delperdang.
Batgirl se traslada a Blüdhaven.
32 páginas, 2,50$. A la venta el 26 de enero.

ROBIN Nº 134
Guión de Bill Willingham. Dibujo y portada de Damion Scott.
32 páginas, 2,25$. A la venta el 19 de enero.

SUPERMAN Nº 213
Guión de Brian Azzarello. Dibujo y portada de Jim Lee y Scott
Williams.
32 páginas, 2,50$. A la venta el 26 de enero.

ACTION COMICS Nº 823
Guión de Chuck Austen. Dibujo de Ivan Reis y Marc Campos. Portada
de Ian Churchill.
32 páginas, 2,50$. A la venta el 12 de enero.

ADVENTURES OF SUPERMAN Nº 636
Guión de Greg Rucka. Dibujo de Rael Lyra y Jay Leisten. Portada
de J.H. Williams III.
32 páginas, 2,50$. A la venta el 19 de enero.

SUPERMAN / BATMAN Nº 17
Guión de Jeph Loeb. Dibujo de Carlos Pacheco y Jesús Merino.
Parte 4 (de 5) de "Absolute Power".
32 páginas, 2,95$. A la venta el 19 de enero.

SUPERMAN: UNCONVENTIONAL WARFARE TP
Guión de Greg Rucka. Dibujo de Matthew Clark. Portada de Gene Ha.
Tomo que recopila las historias de complemento de Adventures of
Superman
nº 625 y 626 y Adventures of Superman nº 627 a 632 completos.
160 páginas, 14,95$. A la venta el 5 de enero.

SUPERMAN: STRENGTH Nº 1 (DE 3)
Guión de Scott McCloud. Dibujo de Aluir Amancio y Terry Austin.
Portada de Alex Ross.
Primer número de una miniserie de 3 prestigios.
48 páginas, 5,95$. A la venta el 5 de enero.

ADAM STRANGE Nº 5
Guión de Andy Diggle. Dibujo y portada de Pascual Ferry.
Con la aparición especial de Omega Men y de la L.E.G.I.O.N.
32 páginas, 2,95$. A la venta el 26 de enero.

AQUAMAN Nº 26
Guión de John Arcudi. Dibujo de Patrick Gleason y Christian
Alamy.
Con el debú de la nueva Aquagirl.
32 páginas, 2,50$. A la venta el 12 de enero.

BLOODHOUND Nº 7
Guión de Dan Jolley. Dibujo de Paul Kirk y Robin Griggs. Portada
de Dave Johnson.
32 páginas, 2,50$. A la venta el 12 de enero.

DOOM PATROL Nº 8
Guión de John Byrne. Dibujo de John Byrne y Doug Hazlewood.
Portada de John Byrne.
32 páginas, 2,50$. A la venta el 26 de enero.

BIZARRO WORLD HC
200 páginas, 29,95$. A la venta el 2 de febrero.

BIRDS OF PREY Nº 78
Guión de Gail Simone. Dibujo de Tom Derenick y Bob Petrecca.
Portada de Ryan Sook.
Parte 3 (de 4) de la saga "Hero Hunters".
32 páginas, 2,50$. A la venta el 19 de enero.

BIRDS OF PREY: SENSEI AND STUDENT TP
Guión de Gail Simone. Dibujo de Ed Benes, Alex Lei, Michael
Golden, Joe Benett et al. Portada de Greg Land.
Tomo que recopila los números 63 a 68 de Birds of Prey.
168 páginas, 17,95$. A la venta el 12 de enero.

DEADSHOT Nº 2
Guión de Christos N. Gage. Dibujo de Steven Cummings y Jimmy
Palmiotti. Portada de Mike Zeck y Jerry Ordway.
32 páginas, 2,95$. A la venta el 5 de enero.

BREACH Nº 1
Guión de Bob Harras. Dibujo de Marcos Martín y Álvaro López.
Portada de Marcos Martín.
Presentación de Breach, el nuevo héroe del Universo DC.
40 páginas, 2,95$. A la venta el 5 de enero.

FIRESTORM Nº 9
Guión de Dan Jolley. Dibujo de Jamal Igle y Rob Stull. Portada de
Matt Haley.
32 páginas, 2,50$. A la venta el 5 de enero.

HAWKMAN Nº 36
Guión de Justin Gray y Jimmy Palmiotti. Dibujo de Joe Bennett y
Ruy Jose. Portada de Ryan Sook.
32 páginas, 2,50$. A la venta el 19 de enero.

THE FLASH Nº 218
Guión de Geoff Johns. Dibujo de Peter Snejberg. Portada de Howard
Porter y Livesay.
Preludio de "Rogue War".
32 páginas, 2,25$. A la venta el 26 de enero.

GREEN ARROW Nº 46
Guión de Judd Winick. Dibujo de Tom Fowler y Rodney Ramos.
Portada de James Jean.
El nuevo equipo creativo de Green Arrow lleva a Ollie y compañía
a San Francisco. Protagonistas invitados: los Titanes.
32 páginas, 2,50$. A la venta el 12 de enero.

GREEN LANTERN: REBIRTH Nº 4 (DE 6)
Guión de Geoff Johns. Dibujo y portada de Ethan Van Sciver.
32 páginas, 2,95$. A la venta el 26 de enero.

GREEN LANTERN ARCHIVES VOL. 5 HC
Guión de John Broome y Gardner Fox. Dibujo y portada de Gil Kane
y Sid Greene.
Tomo que recopila Green Lantern (vol. II) nº 30 a 38.
240 páginas, 49,95$. A la venta el 19 de enero.

JLA CLASSIFIED Nº 3
Guión de Grant Morrison. Dibujo y portada de Ed McGuinness y
Dexter Vines.
Conclusión de la primera saga de la serie.
32 páginas, 2,95$. A la venta el 19 de enero.

JLA Nº 110
Guión de Kurt Busiek. Dibujo y portada de Ron Garney y Dan Green.
Parte 4 (de 8) de "Crime Syndicate of Amerika!".
32 páginas, 2,25$. A la venta el 12 de enero.

JSA: STRANGE ADVENTURES Nº 6 (DE 6)
Guión de Kevin J. Anderson. Dibujo de Barry Kitson y Gary
Erskine. Portada de John Watson.
40 páginas, 3,50$. A la venta el 26 de enero.

JSA Nº 69
Guión de Geoff Johns. Dibujo de Don Kramer y Keith Champagne.
Portada de Alex Ross.
Parte 2 (de 5) de la saga "JSA/JSA".
32 páginas, 2,50$. A la venta el 12 de enero.

MANHUNTER Nº 6
Guión de Mark Andreyko. Dibujo y portada de Jesús Saiz y Jimmy
Palmiotti.
32 páginas, 2,50$. A la venta el 19 de enero.

JUSTICE LEAGUE ELITE Nº 7 (DE 12)
Guión de Joe Kelly. Dibujo y portada de Doug Mahnke y Tom Nguyen.
32 páginas, 2,50$. A la venta el 5 de enero.

THE LEGION OF SUPER-HEROES Nº 2
Guión de Mark Waid. Dibujo de Barry Kitson y Mick Gray. Portada
de Barry Kitson.
40 páginas, 2,95$. A la venta el 26 de enero.

PLASTIC MAN Nº 14
Guión, dibujo y portada de Kyle Baker.
32 páginas, 2,95$. A la venta el 19 de enero.

OUTSIDERS Nº 20
Guión de Judd Winick. Dibujo de Karl Kerschl. Portada de Doug
Mahnke.
32 páginas, 2,50$. A la venta el 26 de enero.

TEEN TITANS Nº 20
Guión de Geoff Johns. Dibujo de Tom Grummett y Nelson. Portada de
Duncan Rouleau.
32 páginas, 2,50$. A la venta el 19 de enero.

THE QUESTION Nº 3
Guión de Rick Veitch. Dibujo y Portada de Tommy Lee Edwards.
32 páginas, 2,95$. A la venta el 5 de enero.

SEVEN SOLDIERS OF VICTORY ARCHIVES VOL. 1 HC
Guión de Mort Weisinger, Bill Finger, Jerry Siegel et al. Dibujo
de Mort Meskin, George Papp et al. Portada de Mort Meskin.
Tomo que recopila Leading Comics nº 1 a 4, protagonizados por
Green Arrow, Speedy, Star-Spangled Kid y el resto de los Siete
Soldados de la Victoria.
240 páginas, 49,95$. A la venta el 12 de enero.

WONDER WOMAN Nº 212
Guión de Greg Rucka. Dibujo de James Raiz y Ray Snider. Portada
de J.G. Jones.
32 páginas, 2,25$. A la venta el 19 de enero.

WONDER WOMAN: BETTER RIVALS TP
Guión de Greg Rucka. Dibujo de Drew Johnson et al. Portada de
J.G. Jones.
Tomo que recopila Wonder Woman nº 201 a 205.
128 páginas, 2,95$. A la venta el 12 de enero.

Más información en Comics Continuum y en DC Comics.

(ILUSTRACIÓN: Portada de Green Arrow nº 46, por James Jean.)