29.11.06

ERA DC (70): ADVENTURE COMICS núm. 269

“The Kid from Atlantis” (7 páginas).
Fecha de portada: Febrero de 1960.
Portada: Curt Swan (dibujo), Shelly Modoff (entintado).
Editor: Mort Weisinger.
Créditos: Robert Bernstein (guión), Ramona Fradon (dibujo y entintado).
Recopilado en: Aquaman Archives Vol. 1 HC, Showcase Presents Aquaman Vol. 1 HC (febrero de 2007).
Edición española: Inédito.

Robert Bernstein y Ramona Fradon relataron el origen del Aquaman de la edad de plata en Adventure Comics núm. 260. Aunque los elementos habituales del personaje no sufrieron demasiados cambios, no fue así con su origen. Desde entonces, Aquaman era el hijo de una mujer nacida en el reino sumergida de Atlantis que se había enamorado del farero Arthur Curry. Unos meses más tarde, en el cómic que nos ocupa, debutó Aqualad, un muchacho al que Aquaman se encontraba flotando en una cápsula. Había nacido en Atlantis pero era diferente a los demás porque sufría ictiofobia. Así, tras la muerte de sus padres en un accidente, fue expulsado del reino submarino. Como se sabría más adelante, en realidad el motivo fueron sus ojos de color púrpura, detalle del que Aquaman se había percatado enseguida. El héroe ayudaba a su nuevo amigo a superar su miedo a los peces con la ayuda de Topo, el pulpo de la Patrulla Marina. Al final, Aquaman lo adoptaba como su compañero juvenil, Aqualad.

27.11.06

ERA DC (69): THE FLASH núm. 110

“Meet Kid Flash!” (12 páginas).
Fecha de portada: Enero de 1960.
Portada: Carmine Infantino (dibujo), Joe Giella (entintado).
Editor: Julius Schwartz.
Créditos: John Broome (guión), Carmine Infantino (dibujo), Joe Giella (entintado).
Recopilado en: The Flash Archives Vol. 2 HC.
Edición española: Inédito.

Este número de The Flash supuso la primera aparición de un niño llamado Wally West que llegaba a Central City de la mano de su tía Iris. Como era el presidente del club de fans de Flash de su pueblo, la periodista lo presentó a su novio Barry Allen, que “estaba en contacto con el superhéroe”. Cuando ídolo y admirador se conocieron, un rayo derribó un estante de productos químicos sobre Wally. Como le había pasado a Barry dos años antes, el accidente le dio supervelocidad. Con un traje igual que el de Flash, se convirtió en Kid Flash. El niño debutó como tal cuando un empleado resentido del zoológico de Central City liberó un oso y un león que él detuvo sin mayores problemas. Kid Flash era el primer sidekick que debutaba desde hacía mucho tiempo, y su aparición ponía de manifiesto la buena salud de que empezaban a disfrutar los superhéroes. Como veremos en la próxima entrega, no fue el único compañero juvenil que debutó en 1960. Lo que ha diferenciado a Wally de los demás con el tiempo ha sido el haberse convertido en el único capaz de sustituir a su mentor de forma permanente.

(Nota. La primera historia de The Flash v1 núm. 115, “Challenge of the Weather Wizard!”, también de Broome e Infantino, supuso la primera aparición del Hechicero del Clima.)

24.11.06

ERA DC (68): SUPERMAN núm. 133

A) “How Perry White Hired Clark Kent” (9 páginas).
B) “Superman Joins the Army” (9 páginas).
Fecha de portada: Noviembre de 1959.
Portada: Curt Swan (dibujo), Stan Kaye (entintado).
Editor: Mort Weisinger.
Créditos A: Jerry Siegel (guión) y Al Plastino (dibujo y entintado).
Créditos B: Jerry Siegel (guión), Wayne Boring (dibujo) y Stan Kaye (entintado).
Recopilado en: Superman Showcase Vol. 1 TP.
Edición española: Inédito.

Jerry Siegel, co creador de Superman junto con el dibujante Joe Shuster, regresó a DC para encargarse otra vez de su criatura en 1959. Pasó así a convertirse en uno de los tres guionistas habituales de las aventuras del Hombre de Acero en sus muchas series junto con Otto Binder y Edmond Hamilton. Aquel año, como veremos pronto por aquí, fue especialmente prolífico para el personaje gracias a la batuta del editor Mort Weisinger. Tras el pleito de 1948, Siegel se ocupó de Superman con la condición de no constar en los créditos, y a él se debieron algunas historias que hoy en día son clásicos y de las que hablaremos próximamente en esta sección. Los dos episodios que escribió para Superman núm. 133, el primero de su nueva etapa en DC, contenían dos de las características de la “Era Weisinger”, es decir, repasaban el pasado del personaje y creaban una historia algo inverosímil. En “How Perry White Hired Clark Kent”, un Clark recién llegado a Metrópolis conseguía un empleo en el Daily Planet gracias a la confianza de Lois Lane y a una foto de su otro yo, Superman, que trucaba convenientemente. Por su parte, “Superman Joins the Army”, el protagonista llegaba a general tras demostrar su valía en el ejército, al que se unió debido a la insistencia del capitán John Grimes. Siegel abandonaría de nuevo DC en 1965, año en que volvieron a surgir los problemas legales sobre los derechos de Superman.

23.11.06

AQUAMAN, LA MINISERIE DE 1986

La miniserie Aquaman de 1986 se hizo famosa por el traje de bailarín que lucía el protagonista. Fue uno de los muchos intentos que ha hecho la editorial de hacer popular a un personaje que nunca ha terminado de cuajar entre los lectores. Además, es un de los pocos títulos de este eterno segundón de la Liga de la Justicia que se han publicado en España. Lo hizo Ediciones Zinco hace ya muchos años y, bueno, digamos que este artículo está dedicado a los carrozones del Universo DC que andan sueltos por ahí.

Planeando el retorno

En 1984, Dick Giordano, vicepresidente de DC Comics, ofreció al editor Neal Pozner la posibilidad de renovar a cualquier personaje que por aquel entonces no tuviera serie propia. La idea consistía en buscar las razones por las cuales el héroe en cuestión no era tan popular como Superman o Batman y, a partir de ahí, hacer todo lo posible para convertirlo en una estrella. Pozner pensó en Aquaman tras descartar a otros personajes, con lo que ya empezaba la cosa con mal pie.

Tras un largo proceso de reflexión, dio con algunas ideas que presentó a Giordano. Entre ellas, una modernización del uniforme, que no había cambiado nunca y que no gozaba de valor icónico; el nuevo diseño se inspiró en el traje que el pintor ruso Léon Nikolayevich Bakst diseñó para el famoso bailarín Nijinski del Balé Ruso. También quiso profundizar en la historia y la geografía de Atlantis y en meter a Aquaman en aventuras bajo el agua porque, según él, cuando estaba en la superficie perdía buena parte de su potencial. Giordano insistió en que Pozner escribiera los guiones de la serie. Para el dibujo, la editorial descartó a un británico recién llegado a Estados Unidos llamado Alan Davis, a quien encargarían Batman and the Outsiders. El elegido fue, finalmente, Craig Hamilton, que sería capaz de plasmar el preciosismo que requería el guión de Pozner.

El siguiente paso consistía en utilizar Atlantis como telón de fondo para la eterna pugna entre Aquaman y el Amo del Océano, su hermanastro y archienemigo desde los años sesenta. Aunque ya hemos hablado de la historia de ambos por aquí, no está de más decir que la encarnación elegida era la pre Crisis porque no había intención de renovarlos con motivo del evento. Aquaman, o Arthur Curry, era el hijo de un farero y Atlanna de Atlantis. Su origen híbrido el dio poderes que siempre causaron la envidia de Orm, el hijo del mismo farero y una humana con la que se casó tras la muerte de Atlanna. Mientras que Arthur disfrutaba de toda la atención de su padre, Orm quedaba relegado a un segundo puesto que le amargó la vida y lo llevó a jurar venganza. Con esa perspectiva y con la rica mitología de Atlantis como telón de fondo, comenzaba en febrero de 1986 esta miniserie de cuatro números que profundizaría en esa enemistad.

La historia

Aquaman y su esposa Mera vivían por aquel entonces en Venice (California), una ciudad que arrasó el Amo del Océano con poderes que hasta entonces no había tenido. Tradicionalmente, el villano contaba para sus fechorías con armas de todo tipo y a cuál más extraña. Sin embargo, Arthur no tendría tiempo para reflexionar porque lo requería Vulko, el rey de Atlantis. Tras los últimos contactos con el mundo de la superficie, su pueblo estaba inquieto por cambios que no terminaba de asimilar y, para terminar de complicarlo todo, alguien había robado un artefacto llamado Sello Real. Vulko proporcionó a Arthur un traje de camuflaje para que viajase a la ciudad hermana de Thierna Na Orge, cuyos habitantes magos parecían haber cometido el robo. De camino, el protagonista era capturado.

En Thierna Na Orge, conoció a Nuada, la hermana de la reina de la ciudad y anterior monarca ella misma. También allí se había cometido un robo; en su caso, se trataba del Lia Fail, el objeto que señalaba a su portador como soberano, y Nuada era sospechosa. Tras luchar a muerte con un monstruo local llamado Sreng, Aquaman y su nueva amiga huían de la ciudad en busca de los dos artefactos. De camino, se topaban con las huestes del Amo del Océano, que resultaba ser el ladrón.

Tras muchas excavaciones, el malvado Orm había encontrado en una antigua biblioteca atlante un pergamino que hablaba de seis cristales que contenían la antigua magia de su nación; entre ellos, estaban el Sello Real y el Lia Fail. Poco a poco, los fue reuniendo hasta convertirse en un poderoso hechicero. Tras relatar a Nuada su origen, el de su hermano y el de su eterna enemistad, Aquaman decidía detenerlo en el plano de la magia con ayuda de su nueva amiga. Al final, era el amor de Arthur lo que destruía a su hermano, que perdía así el poder que le conferían los cristales.

Las consecuencias.

La verdad es que la miniserie tuvo bien poca repercusión más allá de lo más superficial, es decir, el nuevo uniforme de Aquaman. Y no tardaron mucho en quitarlo de enmedio, por cierto; sucedió en 1988, en Aquaman Special. Pozner tuvo el detalle de reconducir el origen de Arthur y su hermanastro para darles una gran coherencia, ya que la editorial no tenía intención de renovar al personaje con Crisis en las tierras infinitas. Es posible que no se hubiera hecho de haber tenido éxito la miniserie pero, al final, Aquaman obtuvo un nuevo origen repleto de revisiones retroactivas a partir de 1989.
AQUAMAN AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.

22.11.06

AMBUSH BUG (2 DE 2)

“Te llamaré… ¡Mofletes, el Juguete Maravilla!” (Ambush Bug, en Ambush Bug núm. 1)

Las sucesivas apariciones de Ambush Bug en las series de Superman le dieron la popularidad necesaria para protagonizar su propia miniserie de cuatro números, que se publicó en 1985. Escrita y dibujada por Keith Giffen con diálogos de Robert Loren Fleming, profundizó en la faceta más surrealista del personaje con múltiples elementos metalingüísticos. Las referencias constantes a Julius Schwartz, Roy Thomas y otros editores de DC y la presencia de Jonni DC, la guardiana de la continuidad, se combinaban con artificios que pretendían convertir la serie en un éxito de ventas. Desde la portada del primer número (un claro homenaje a Superman núm. 1) a los cliffhangers que metían con calzador a Darkseid en la última viñeta de cada entrega, Giffen hizo gala de su particular sentido del humor e incluso de la autocrítica. «Aquí iría bien una de las viñetas de ojos de Giffen», decía el protagonista en alguna ocasión.

La miniserie comenzaba con una invasión alienígena que pretendía destruir las colecciones de cómics de todos los lectores. Poco después, nos encontrábamos a Ambush en su despacho. En sus últimas apariciones en Action Comics, había abierto una oficina de detectives llamada A. Bug Enterprises, cuyo lema era “Nuestra especialidad son los superhéroes”. El héroe andaba algo aburrido cuando irrumpía en su despacho un muñeco de trapo al que llamó Mofletes. Este entrañable personaje, que por supuesto no hablaba ni tenía vida alguna, se convirtió en su amigo, su confidente y el compañero juvenil de sus alocadas aventuras. Por desgracia, moría en el primer número tras fracasar al desactivar una bomba. Claro, al ser un muñeco…

En un claro homenaje (por no llamarlo burla) al Capitán América y Bucky, Ambush veneró para los restos a Mofletes, que se convirtió en un referente con quien nadie podía osar meterse. Ni siquiera el ataque de un koala gigante (guiño a los gorilas

villanos de la DC de los años cincuenta) pudo contener su dolor. Este koala fue el resultado de un experimento del doctor Quentin Quantis, que buscaba el suero de la monería sacando fluidos de dicho animal. Lo probó consigo mismo y acabó convertido en ese koala gigante que atacaba la ciudad. El número supuso la presentación de Jonni DC, una atractiva joven que, cuando usaba su poder, se convertía en el logo de DC (la popular bala) con cabeza, bracitos y dos rayas a modo de piernas. A ella nada se le escapaba, pero cuando hablaba de Tierra-2 no podía evitar el tener que consultar con Roy Thomas.

El tercer número es tal vez el más laborioso de todos. Titulado “El juego de la continuidad”, consistía en una sucesión de fichas y tiras en las que Ambush repasaba la vida, obra y milagros de los personajes olvidados de DC Comics. El homenaje al Who’s Who in the DC Universe que se publicaba justo entonces era evidente, y dejó perlas como un cartel de “justamente olvidada” para Wonder Tot. Este juego se prolongó hasta el cuarto y último número, en que Ambush luchó contra Argh! Yle! y un
villano de verdad llamado Scabbard que se había equivocado de serie. El episodio acababa con Ambush suplicando a los lectores la continuidad de la serie. Estaba incluso dispuesto a casarse con alguna famosa heroína.

Esa continuidad llegó en 1986 en forma de una miniserie de seis números titulada Son of Ambush Bug en que Giffen y Fleming alcanzaron tales niveles de surrealismo y confusión que, para muchos, no cuenta en la continuidad del personaje. El Entrometido había dejado sin poderes a Jonni DC. Recordemos que dicho Entrometido era una entidad cósmica y Jonni, la guardiana de la continuidad. Vamos, una referencia clara a Crisis en las tierras infinitas. Sin embargo, el tema principal radicaba en una misteriosa agencia relacionada con el Escuadrón Ay Ay Ay cuyos miembros tenían cierta tendencia a morir (nos suena ¿no?). Dicha agencia acabó clonando a Ambush Bug, cuyo duplicado (japonés, por cierto), se llamaba Mitsu Bishi y acababa muriendo. Quien volvía de forma inexplicable era Mofletes justo antes de que Ambush fuera expulsado del Universo DC. Irwin Schwab volvía a ser una persona normal.

“Este tostón semanal me está matando" (Ambush Bug, en 52 núm. 24.)

Los especiales Ambush Bug Stocking Suffer (1986) y Ambush Bug Nothing Special (1992) fueron los siguientes intentos de Giffen por recuperar a Ambush Bug. Sin embargo, es un personaje con el que pocos guionistas pueden sentirse cómodos porque, como el tiempo ha demostrado, no es más que el otro yo de su creador. Esto no ha evitado que haya aparecido en algunos cameos y que tuviera su propia entrega de Secret Origins en 1990. Durante los noventa, apareció en Justice Leagues: Justice League of Amazons o Lobo Unbound, pero ha sido hace muy poco que ha contado con un papel relevante.

Dicho papel ha tenido lugar en 52, la serie semanal en la que DC repasa los hechos acontecidos entre Crisis infinita y “Un año después”. Curiosamente, Keith Giffen es el encargado de dibujar los bocetos que sirven como base para la legión de dibujantes que se ocupan de la colección. En 52 núm. 24 (dibujado por Phil Jiménez, por cierto), Ambush Bug ha formado parte de una extraña Liga de la Justicia de América con unos miembros bastante inexpertos. Su aparición ha sido suficiente para que todos recordemos que este personaje existe, que es divertido y que se merece salir de vez en cuando en alguna de las colecciones de DC.

AMBUSH BUG AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.

21.11.06

AMBUSH BUG (1 DE 2)

Ambush Bug fue un curioso personaje creado por Keith Giffen a principios de los ochenta. Durante dicha década, gozó de cierta popularidad gracias a su participación en diferentes títulos de Superman e incluso obtuvo dos miniseries propias repletas de disparates y metalenguaje. Los chistes que han impregnado su carrera han ocultado su origen de toda forma imaginable. De hecho, tan misterioso es el secreto que lo envuelve que podría decirse que no es más que el otro yo de su creador, el que suelta sin tapujos puyas contra la industria y contra la continuidad.

“Venga, admítelo. Seguro que a Lois no la llevas nunca así” (Ambush bug dixit, en DC Comics Presents núm. 59.)

La primera aparición de Ambush Bug se produjo en DC Comics Presents núm. 52. Esta publicación estaba dedicada a promocionar a personajes de DC a través de team-ups con Superman. Cancelada con motivo de la renovación del Hombre de Acero en 1986, dejó un puñado de buenas historias realizadas por autores excelentes como José Luis García-López, Ross Andru, Jim Starlin o, en el caso que nos ocupa, Keith Giffen. Este número apareció en diciembre de 1982 y contó con guiones de Paul Kupperberg. El guionista había creado una nueva Patrulla Condenada que, en aquel número, se encontraba con Superman debido a la locura transitoria de la Mujer Negativa. Mientras este grupo se enfrentaba con el protagonista, un misterioso villano llamado Ambush Bug asesinaba al fiscal del distrito en televisión ante la mirada atónita de Lois Lane. La batalla entre el peculiar hombre verde y los héroes llegaría al final del número. Ambush Bug demostró tener el poder de teleportarse; además, contaba con unos insectos espías que controlaba con las antenas. Como no podía ser de otro modo, acabó en la cárcel.

El osado comportamiento de Ambush Bug en su primera aparición ya contenía una dosis generosa de humor, pero aún estaba lejos de los disparates que lo harían famoso. Aun así, su presentación tuvo éxito y repitió aparición en DC Comics Presents núm. 59 (julio de 1983). En él, Keith Giffen y el guionista Paul Levitz regresaron al siglo XXX que tanto éxito les había dado para narrar un team-up entre Superman y la Legión de Héroes Sustitutos, cuyo carácter entrañablemente inepto se antojaba ideal para meter a Ambush Bug enmedio. El villano había escapado de la cárcel y volvía a molestar a Superman con su insistente empeño de ser un malvado de renombre, así que el protagonista lo dejó en el siglo XXX sin darse cuenta de que era un error. Y es que, en aquella época, su identidad secreta era pública y no debería haber corrido el riesgo de que Bug la averiguase. Entre la Legión y Ambush Bug, se montó un lío de campeonato y el villano logró robar la capa de Superman e irrumpir en el museo que le dedicaban en el futuro. Toqueteando los objetos que allí se exponían, acabó en la Zona Fantasma.

Al final, Bug no se enteraba de que Superman y Clark Kent eran la misma persona, pero lo acabó averiguando él solo en Action Comics núm. 560. Publicado en octubre de 1984, esté cómic fue el primero que contó con los diálogos de Robert Loren Fleming, que se encargaría de poner voz a los argumentos de Giffen para Ambush Bug durante mucho tiempo. Las apariciones del personaje en Action Comics y Supergirl empezaron a convertirlo de un villano pesado en un héroe en potencia. Y todo, simplemente, porque le apetecía serlo. Con Fleming empezaron también las historias surrealistas llenas de chistes metalingüísticos que se convertirían en marca de la casa. La popularidad del personaje creció aún más y regresó a DC Comics Presents en el número 81 (mayo de 1985) ya como coprotagonista oficial del team-up.

Unos meses antes, en Action Comics núm. 563, apareció la historia “Black Beauty” en la que Giffen y Fleming contaban el origen de Ambush Bug. Sin embargo, como decíamos al principio, nunca se ha conocido con exactitud. En 1990, los mismos autores repitieron intento en Secret Origins núm. 48. Tras las miniseries de las que hablaremos a continuación, Ambush estaba encerrado en el Roscoe P. Sweeny Memorial Home for Forgotten Cartoon Characters. Un agente de la Oficina Nacional de Orígenes lo visitó porque, según la Ley de Orígenes de 1986, o contaba su auténtico pasado de una vez o se le asignaría uno de oficio. La historia consistió en una sucesión de chistes en los que Bug intentaba engañar a la Oficina e incluso moría y volvía a resucitar con un nuevo origen. Entre las hipótesis que les ofreció, estaban que llegó a Kansas en una nave, que nació en la Isla de las Amazonas, que le picó una araña radiactiva y que había sido creado por los Señores del Orden (otra de las manías de Giffen en aquella época, por cierto).

Con todo, el presunto origen de Ambush Bug radica en un planeta muy lejano llamado Schwab que estaba a punto de explotar. Brum-El, uno de sus habitantes, estaba desesperado por salvar su fondo de armario, así que lo envió al espacio en una nave. Lo malo es que chocó con una araña radiactiva (espacial, se entiende) y sólo sobrevivieron dos piezas de todo el lote. Una fue el traje de Ambush Bug, que llegó a manos de un niño llamado Irwin. El otro fue un calcetín, que dio origen al villano Argh! Yle!, que con su máscara de hierro era clavadito al Doctor Muerte. Éste se convirtió en lo más parecido que ha tenido Bug a un archienemigo.
AMBUSH BUG AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.

20.11.06

ERA DC (67): SHOWCASE Nº22

“SOS Green Lantern!” (6 páginas).
Fecha de portada: Octubre de 1959.
Portada: Gil Kane (dibujo y entintado).
Editor: Julius Schwartz.
Créditos: John Broome (guión), Gil Kane (dibujo), Joe Giella (entintado).
Recopilado en: Green Lantern Archives Vol. 1 HC, Showcase Presents Green Lantern Vol. 1 TP.
Edición española: Inédito; de próxima publicación en Clásicos DC: Green Lantern de Gil Kane nº1 (Planeta).

Tres años después de la primera aparición de Barry Allen, había llegado el momento de recuperar a más superhéroes de la edad de oro. El nuevo Flash había funcionado muy bien en Showcase y ya protagonizaba su propio título mensual. No era de extrañar que Julius Schwartz quisiera repetir relanzamiento con otro héroe de sobra conocido en su época. Como en el caso de Flash, el Linterna Verde que regresó a los quioscos no fue el original, sino alguien que llevaba su nombre y cuyos poderes se parecían. Hal Jordan era piloto de pruebas en Coast City y, mientras trabajaba, un rayo verde lo condujo a una nave que se acababa de estrellas. Su único tripulante, el alienígena Abin Sur, estaba muriendo y quería pasarle un anillo de poder con el que podría hacer cuanto imaginase: volar, crear objetos de la nada, atravesar paredes, viajar por el espacio… Utilizando una sabia combinación de superhéroes, ciencia-ficción y folletín romántico gracias a Carol Ferris, jefa de Hal, John Broome y Gil Kane triunfaron en los sucesivos números de Showcase; al final, acabaron realizando la serie regular Green Lantern, la segunda que recibiría ese título y que, con algunos altibajos, se prolongó hasta 1986.

17.11.06

ERA DC (66): SHOWCASE Nº20

“Prisoners of 100 Million B.C.” (9 páginas).
Fecha de portada: Junio de 1959.
Portada: Bob Brown (dibujo y entintado).
Editor: Jack Schiff.
Créditos: Jack Miller (guión), Rubén Moreira (dibujo y entintado).
Recopilado en: No recopilado.
Edición española: Inédito.

Rip Hunter El Amo del Tiempo apareció por primera vez en este número de la revista Showcase, que poco a poco iba consiguiendo su objetivo de presentar nuevos personajes y renovar a otros que ya existían. Como sugería el apodo de Hunter, Time Master, sus aventuras iban a consistir en fantásticos viajes a otras épocas. Su primera historia no narraba su origen sino que lo presentaba ya en “un laboratorio secreto en una montaña”; allí, su amigo Jeff y él acababan de terminar la Esfera del Tiempo II, que era el artilugio con el que viajarían por el tiempo. Mientras ellos dos se marchaban a explorar el mesozoico, Bonnie (novia de Rip) y Corky (hermano menor de ésta) se quedaban atrás y eran asaltados por unos bandidos. Acabaron todos en la prehistoria haciendo frente a dinosaurios, algo que se convertiría en temática habitual de Hunter y sus amigos en su propia serie regular, Rip Hunter Time Master, que comenzó en 1961 y se publicó durante cuatro años.

16.11.06

SEIS HÉROES (MÁS UNA SECTA DE ANDROIDES) LLAMADOS MANHUNTERS (3 DE 3)

Manhunter IV: Un héroe más para los noventa

La saga Hora Cero que destrozó lo poco que quedaba de continuidad en el Universo DC generó nuevos lanzamientos editoriales y nuevos personajes con los que DC pretendía integrarse en la moda de los años noventa. El éxito de las creaciones de Image creó una oleada de antihéroes violentos con músculos hipertrofiados. De hecho, el Manhunter creado en 1994 tras dicha saga lucía un aspecto tan parecido a Spawn que daba hasta miedo verlo (por lo feo, se entiende). Chase Lawler era un músico de hábitos poco saludables que invocó al ente conocido como Cazador Salvaje para salvar su vida y la de su novia. Desde entonces, se comprometió sin querer a cazar almas solitarias, algo que intentó paliar persiguiendo supervillanos. El personaje debutó en Manhunter (v2) nº0, todo un alarde de despropósitos orquestados por Steven Grant y Vince Giarrano. La serie regular, tan mediocre como el propio personaje, apenas duró trece números y terminó con una trama muy extraña en la que volvimos a ver a Mark Shaw. Tras sufrir un ataque al corazón, Lawler era salvado por Shaw. La pobre ejecución de la trama supuso el ejemplo final de la mediocridad del título y de un personaje que, entre tanto héroe con dientes apretados, no llegó nunca a destacar.

Manhunter V: El (otro) clon de Paul Kirk

Teniendo en cuenta el fiasco comercial que supusieron las aventuras en solitario de Mark Shaw y la dudosa calidad de la colección de Chase Lawler, no era de extrañar que en DC quisieran volver a los orígenes y recuperar la única etapa de éxito de la colección. Así pues, en julio de 2002 y en las páginas de JLA nº61, Kurt Busiek y Tom Grummett presentaron a su nuevo grupo, la Compañía Poder. Uno de sus miembros era un nuevo Manhunter, que resultó responder al irrisorio nombre de Kirk de Paul y ser el último clon superviviente de, en efecto, Paul Kirk. El clon estaba en África cuando murió el original y, posteriormente, fue entrenado y aprobado por Nightwing. Busiek aprovechó el legado del serial de Goodwyn y Simonson añadiendo al cóctel a Asano Nitobe y Christine St. Clair, que aparecieron por las páginas de Power Company para confirmar que el clon no era malvado. El quinto Manhunter apareció con sus compañeros en esa colección hasta su pronta cancelación, y ha vuelto a aparecer recientemente en el tercer volumen de Manhunter.

Manhunter VI: Llega Kate Spencer ¿para quedarse?

Tras los desastres que hemos ido viendo, en octubre de 2004 DC Comics dio en el clavo con el lanzamiento de Manhunter, la tercera serie con ese nombre. Escrita por
Mark Andreyko y dibujada por Jesús Saiz primero y Javier Pina a partir del octavo número, se está convirtiendo en una serie de culto debido a su triste destino comercial y su gran calidad artística. Como en muchas otras ocasiones, Manhunter supone un ejemplo más de una colección excelente que no cuenta con el apoyo masivo del público pero que tiene unos lectores tan fieles que se movilizan y presionan a la editorial para que no la cancele. Y es que, en principio, ya no debería existir tras Crisis infinita, pero se le ha dado una nueva oportunidad en forma de cinco números más para ver cómo funciona.

Se acabe cancelando o no (que será que sí), Manhunter pasará a la historia de esta saga de héroes como uno de sus enfoques más originales y maduros. Kate Spencer es fiscal federal en Los Ángeles y, cuando pierde un caso en que un peligroso enemigo de Hawkman es absuelto, decide tomarse la justicia por su mano siguiendo la tradición de Manhunters con métodos poco ortodoxos. Ni corta ni perezosa, irrumpe en el archivo de pruebas confiscadas y relacionadas con juicios sobre metahumanos para robar tres armas que le servirán para acabar con el villano. Se trata de un traje que le da fuerza y agilidad, unos guanteletes muy familiares y el conocido bastón de Mark Shaw. Cómo terminaron en un archivo semejantes artefactos, no se supo hasta el número quince de la colección, que sirvió de paso para relajar un poco la serie.

Una de las principales bazas de Manhunter es que aúna la aventura superheroica con la complicadísima vida privada de Kate. Está divorciada de un escritor de éxito y tiene un hijo con el que apenas tiene relación porque no sabe cómo abordarla. Se debe esto a que es adicta a su trabajo de abogada y que acabará trasladando a su “otro” empleo hasta el punto de no tener tiempo para llevar una vida en condiciones. No es que no quiera, es que le resulta imposible debido a las barreras que ella misma levanta. En estas facetas, le acompañarán dos fieles escuderos. Uno es Damon Matthews, su ayudante en la fiscalía y homosexual sin complejos que parece tener cierta fijación con los superhéroes y sus músculos. De hecho, tras tirar los tejos a Hawkman, acabará saliendo con cierto héroe bastante conocido y algo corrupto de vez en cuando. El otro es Dylan Battles, experto en tecnología metahumana que está en un programa de protección de testigos tras haber trabajado con muchos villanos de postín y reformarse. Al principio, Dylan no tendrá más opción que ayudar a Kate (que, por decirlo de algún modo, es muy persuasiva), pero pronto le cogerá el gusto a la cosa y a los hechos que desencadena en su vida privada.


SPOILERS A CONTINUACIÓN

Tras varios números de presentación de personajes, Andreyko empezó a encadenar una saga tras otra, tal vez en previsión de una recopilación en tomos que no llega nunca. La primera de ellas “Bautismo de Fuego”, relata un juicio con implicaciones mediáticas contra un amigo del villano al que mató Kate al principio de la serie y que mete de lleno a esta mujer en los hechos de Crisis de identidad. Los intentos de DC por integrar a la nueva Manhunter en el Universo DC se han basado siempre en meterla en cruces con grandes eventos que, la verdad, no han hecho sino estropear buenas historias. Por ejemplo, “Manhunted”, trama clave en la que se reconcilia a Kate con el legado de los Manhunters anteriores que van apareciendo poco a poco tras años de ausencia, se estropea por completo por culpa de El Proyecto OMAC. La trama, que llega a implicar a todos los Manhunter desde Dan Richards en la mencionada conspiración del gobierno norteamericano relacionada con un hallazgo en los años cuarenta, se diluye así en un cross-over a todas luces innecesario.



Como decíamos antes, es más que probable que Kate acabe quedándose sin serie en breve, porque no parece que las ventas hayan remontado con cruces y maniobras editoriales varias. Es probable que el enfoque de superhéroes mezclados con abogados la haya acabado perjudicando igual que el exceso de “realismo” acabó con Fallen Angel en DC, pero al parecer Kate sobrevivirá a su serie. Los recientes acontecimientos la convierten en candidata a miembro de la Sociedad de la Justicia, aunque al parecer es más probable que la veamos en breve en las páginas de Birds of Prey. En todo caso, se ha convertido en digna heredera del nombre que lleva y en el último miembro de una “familia” de superhéroes poco corrientes que, a pesar de su escaso tirón comercial, llevan en el mercado más de sesenta años.
MANHUNTER AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.

15.11.06

SEIS HÉROES (MÁS UNA SECTA DE ANDROIDES) LLAMADOS MANHUNTERS (2 DE 3)

Manhunter III: Mark Shaw, el que lo cambió todo

El tercer Manhunter apareció en agosto de 1975 en 1st Issue Special, y fue creado, como Paul Kirk, por el gran Jack Kirby. Mark Shaw era un abogado de oficio que quería luchar contra el crimen con métodos más eficaces, y contactó con alguien llamado Gran Maestro a través de un amuleto con forma de león. Este personaje vivía en un refugio del Himalaya y dotó a Shaw de un poderoso bastón que le permitía lanzar descargas de energía. El abogado era el sustituto de un Manhunter que acababa de morir en una misión y que, hasta mucho más tarde, no se supo si era o no Paul Kirk. Aunque al final resultó que no lo era, en las guías oficiales de DC se refieren a Shaw como Manhunter III y no IV, que sería lo correcto. Sin embargo, optamos en este artículo por hablar de “Manhunter III”. La siguiente aparición del personaje tendría lugar en Justice League of America nº140, donde Steve Englehart y Dick Dillin profundizaron en ciertos personajes llamados Manhunters, en plural, que conformaban una peligrosa secta dirigida por el Gran Maestro. Si os parece, vamos a aparcar a Shaw durante unos instantes para hablar de estos androides que tan importantes han sido en la historia del Universo DC.



Los Manhunters: Nadie escapa de ellos

El lema “Nadie escapa de los Manhunters” se ha convertido en el grito de guerra de este gran grupo de villanos ataviados como Paul Kirk y el propio Mark Shaw al principio. Aunque su primera aparición se produjo en el mencionado 1st Issue Special, fue Steve Englehart quien los relacionó con el mito de Green Lantern en Justice League of America nº140 y 141. La historia comenzaba con Mark Shaw atacando a Hal Jordan (y otros miembros de la Liga que estaban por allí, como Canario Negro o Green Arrow). Aunque al principio no sabían por qué lo hizo, Jordan les explicó que llevaba una pesada carga en la conciencia. Por accidente, había destruido un planeta intentando salvarlo de unos meteoritos, y debía recibir un justo castigo. A medida que otros miembros del grupo se unían a la trifulca, se descubrió que el Gran Maestro no era tan bueno como parecía y que había dado el bastón a Shaw para manipularlo de forma algo retorcida.

Los Manhunters, como se reveló en aquella historia, formaron parte del primer intento de los Guardianes del Universo por redimir las acciones de Krona, que había desatado el mal en el mundo. Divididos en grupos de dos o tres, los hombrecillos azules crearon un ejército de androides a quienes dotaron de pistolas y baterías de poder con los que impartir justicia y hacer el bien por el universo. Todo fue bien hasta que los androides tomaron conciencia propia y se proclamaron mejores que los Guardianes. Así, intentaron apoderarse de la Gran Batería de Oa pero la sobrecargaron y fueron derrotados. Algunos de ellos consiguieron sobrevivir a la batalla y se organizaron bajo el mando del Gran Maestro con el único objetivo de destruir a sus creadores y a sus sucesores, los Green Lantern Corps.

Roy Thomas, especialista en retcons donde los haya (de hecho, fue él quien acuñó el término en un correo de los lectores de All-Star Squadron), estableció en Secret Origins nº22 que los Manhunters encontraron en la Tierra el cuartel general perfecto para sus propósitos. Tanto influyeron en la historia del planeta que utilizaron a humanos como agentes para estar presentes en momentos importantes como la victoria de George Washington o el descubrimiento de América. En 1941, apareció en la Tierra Alan Scott, el primer héroe llamado Green Lantern. Aunque no era un agente de los Guardianes del Universo porque sus poderes tenían otro origen, los Manhunters quisieron quitarlo de enmedio con Dan Richards. Y es aquí cuando entramos en las retcons que nos habíamos reservado al principio del artículo.

Cuando el amigo de Richards fue acusado de un asesinato que no había cometido, el propio Gran Maestro le dio a Thor para que resolviera el entuerto. El perro era en realidad un robot (de ahí que aún esté vivo en su reciente aparición en Manhunter de Andreyko), y fue gracias a sus habilidades que Richards salvó a su amigo. Sin embargo, no quiso entrar al trapo en el tema de Green Lantern y el Maestro recurrió a su otra baza, Paul Kirk. El Inspector Donovan era en realidad agente de los androides, y antes de morir implantó en el cazador el deseo de convertirse en héroe. Como Joe Simon no explicó en Adventure Comics nº73 de dónde sacó Paul su traje, Thomas aprovechó para hacer magia y que el Gran Maestro en persona se lo hubiera dado; eso sí, no quiso un perro robot. Dado que no tenía la menor intención de seguirles el juego, los Manhunters tuvieron que recurrir a Arlequín (la original) y le dieron unos lentes con los que matar a Alan Scott. Sin embargo, como se enamoró de él, nunca completó la misión.

Resignados a aceptar a Scott en la Tierra, los Manhunters siguieron escondidos hasta que supieron que los Guardianes del Universo habían dejado el universo después de Crisis en las tierras infinitas. El regreso de uno de ellos para el acontecimiento de Millennium fue el momento elegido para desvelar a algunos de los agentes que habían insertado en las vidas de los héroes de la Tierra. Ésta se había convertido en su forma de controlarlos tras el fracaso con Alan Scott, así que se desveló que Lana Lang, Jim Gordon o el dios Pan eran, en realidad, agentes suyos. El evento supuso la aparición de los Nuevos Guardianes, el nuevo escalón en la evolución de la humanidad, y también la derrota de los Manhunters y el Gran Maestro en la Tierra. Sin embargo, esa derrota fue sólo temporal, pues los androides se reagruparon en una nueva base de operaciones que se ha desvelado recientemente en la serie Green Lantern. Ese cuartel se encuentra fuera del alcance de los Guardianes y los Green Lantern Corps y su contenido es tan sorprendente como la identidad del nuevo Gran Maestro; todo ello se ha relatado en Green Lantern nº10 a 13, escritos por Geoff Johns y dibujados por un Ivan Reis especialmente inspirado.

Volvemos con Mark Shaw y con otro Manhunter

Tras su aparición en Justice League of America nº141, Shaw se desvinculó de los Manhunters y asumió una nueva identidad algo extraña, la de Corsario, con la que ayudó en los números siguientes a la Liga de la Justicia. Sin embargo, se acabó volviendo loco y se enfrentó a sus amigos como Zar Estelar en el número 149. Shaw desapareció del mapa durante algún tiempo.

Así, en 1976, apareció un nuevo Manhunter que formaba parte del elenco de protagonistas de Secret Society of Supervillains. Esta serie de corta vida (apenas quince entregas) fue realizada por Gerry Conway y Pablo Marcos entre otros dibujantes y reunió a lo más granado de los villanos de DC. Este Manhunter era uno de los pocos clones de Paul Kirk que sobrevivieron al serial de Detective Comics, pero no tuvo la misma suerte con Darkseid en el quinto número de la colección. Su existencia está casi olvidada y, de hecho, no se cuenta entre los Manhunters con “numeración oficial”.

En 1988, Shaw regresó al Universo DC gracias a la gran Suicide Squad de John Ostrander y Luke McDonnell. Simone LaGriève, la psicóloga de la prisión Belle Rève, lo desprogramó por completo y consiguió la libertad tras un par de misiones como Corsario con el popular Escuadrón Suicida. Esto coincidió en el tiempo con Millennium, ya que el previsible éxito del evento podría dar una oportunidad de serie propia a un producto tan relacionado con ella como Mark Shaw. En efecto, la cosa funcionó y Manhunter III protagonizó Manhunter, la primera serie con ese título, de 1988 a 1990 con guiones del propio Ostrander y Kim Yale y dibujos de Pablo Marcos y Grant Miehm.

Con un nuevo traje alejado del original, Shaw se desmarcó de Millennium y sus hechos gracias a una nueva revisión retroactiva de los orígenes de los Manhunters. Al principio, Roy Thomas estableció que su tío Desmond, el que le dio el amuleto con forma de león, era un agente de los androides. Sin embargo, su propia colección desveló que los recuerdos de su aventura en el Himalaya con el culto androide y la Liga de la Justicia se debió a una manipulación del gobierno estadounidense. La psicosis de Mark Shaw se agravó en la misma serie cuando se supo que él era en realidad Dumas, su archienemigo. Hubo dos villanos con ese nombre, el auténtico que murió a sus manos y el falso en que él mismo se convirtió. Mark pareció morir a manos de Eclipso como otros héroes como Wildcat (Yolanda Montez) o la Doctora Medianoche, pero en realidad estaba trabajando para el Sargento Steel de forma encubierta. Tras la cancelación de su serie, Shaw desapareció hasta el siguiente volumen de la serie Manhunter, que formaría parte de las dramáticas (por horrendas) consecuencias de Hora Cero.

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14.11.06

SEIS HÉROES (MÁS UNA SECTA DE ANDROIDES) LLAMADOS MANHUNTERS (1 DE 3)

En 1942, aparecieron casi al mismo tiempo dos héroes llamados Manhunter, el uno en DC y el otro en Quality Comics. Ninguno disfrutó de especial popularidad, pero el de DC, Paul Kirk, experimentaría a principios de los años setenta una etapa de gran reconocimiento en las páginas de Detective Comics que se convertiría en uno de los clásicos de la década. Fue poco después que la aparición de un tercer Manhunter relacionado con la secta robótica enemiga de los Green Lantern Corps unió a estos personajes a una mitología más popular, lo cual supuso el comienzo de una larga saga. A lo largo de los años, muchos han sido los Manhunters que los han sucedido hasta llegar a la colección actual escrita por Mark Andreyko, y lo cierto es que los ha habido para todos los gustos aunque siempre hayan tenido en común el estar al margen de la ley en sus métodos y actuaciones. De todos ellos, desde Dan Richads hasta Kate Spencer y pasando por los malvados androides Manhunters, hablaremos durante los próximos días.

Manhunter I: Dan Richards, policía con perro

En marzo de 1942, Tex Blaisdell y Alex Kotzky presentaron a Manhunter en las páginas de Police Comics nº9. En esta revista de la editorial Quality, compartió cartel con héroes más conocidos como la Bomba Humana o Phantom Lady de los Luchadores por la Libertad y con el popular Plastic Man. Dan Richards era un policía novato cuyo amigo Jim, que era el hermano de su novia Kit Kelly, se negó a matar a un hombre por orden de Jerry Armand, un político corrupto. El joven acabó pagando los platos rotos y le inculparon el asesinato. Siguiendo el lema que rezaba «Manhunter podría hacer algo con ellos cuando los métodos policiales fallan», Dan se enfundaba un vistoso disfraz azul y, con su perro Thor, con quien se comunicaba con un silbato ultrasónico, utilizaba métodos poco ortodoxos para resolver el crimen.

Manhunter y Thor siguieron apareciendo en las páginas de Police Comics hasta el número 101, publicado en 1950, y desapareció hasta bastante tiempo después. Como DC Comics compró los derechos de todos los superhéroes de Quality, Richards acabó formando parte de modo retroactiva del All-Star Squadron de Roy Thomas a partir del número 31 de la colección (1984). Las aventuras de Manhunter con este grupo formado ex profeso para combatir a los nazis en la Segunda Guerra Mundial fueron contadas; no en vano, el joven se acabó marchando a Tierra-X con los Luchadores por la Libertad, el grupo que aunaba a muchos de aquellos viejos héroes de la Quality.

El Universo DC post Crisis trajo nuevas revisiones retroactivas para el origen de Dan Richards, pero las veremos un poco más adelante cuando hablemos de los Manhunters. De momento, diremos que, desde que acabó la Segunda Guerra Mundial, ha estado viviendo en Nueva York con Thor. Es en esta situación como ha aparecido por sorpresa cuando ya nadie se acordaba de él en la actual serie Manhunter, concretamente en el séptimo número.

Manhunter II: Paul Kirk, en manos de genios

Si Dan Richards debutó en marzo de 1942, en abril apareció en Adventure Comics nº73 otro personaje que también se hacía llamar Manhunter. Teniendo en cuenta el tono, el traje y otros elementos, es muy difícil hablar de copias o filtraciones en la creación de ambos personajes, así que aceptaremos que se trató de una simple coincidencia separada por un mes de diferencia; teniendo en cuenta que las fechas de publicación de la época son a veces algo confusas (y eso por no hablar de los créditos), sería incluso difícil de establecer con exactitud cuál llegó primero a los quioscos.


Lo que no se puede negar es que Manhunter II, el de DC, contó con uno de los grandes del cómic de todos los tiempos como creador. Nos referimos a Jack Kirby El Rey, el ilustrador que revolucionó el medio en los años sesenta y setenta y que, aunque no derrochaba la imaginación que exhibiría en el futuro, ya apuntaba buenas maneras. Kirby contó con los fieles guiones de Joe Simon (con quien también creó al Capitán América, por ejemplo) para la historia titulada “Secret of the Buzzard’s Revenge”. En ella, Simon y Kirby recuperaron a un personaje ya aparecido en Adventure Comics que se llamaba Paul Kirk y que era un millonario cazador que vivía aventuras matando animales por el mundo. Como el Kirk original y el del serial “Manhunter” no eran exactamente iguales, se suele decir que Kirby se inspiró en aquel personaje.

Paul está en su casa de Empire City dando una fiesta mientras un villano vestido de águila ratonera (buzzard en inglés) causa estragos en la ciudad. A la divertida reunión acuden muchos amigos de Paul, entre los que se encuentra el Inspector Donovan. Cuando Buzzard irrumpe en una emisora de radio y lanza un desafío a la policía, el inspector y sus amigos van a detenerlo y son asesinados. Antes de marcharse, Donovan le quita a su amigo, millonario y aburrido, las ganas de unirse a la fiesta. Paul piensa que, tras cazar y atrapar todo tipo de fieras, puede hacer lo mismo con las «bestias de la civilización». Tras la muerte de su amigo, se enfunda un traje azul y rojo y, con el nombre de Manhunter, encuentra a Buzzard y lo pone en manos de la justicia. Es curioso que Joe Simon escribiera en la primera viñeta en que Paul aparece con el traje que no se sabía de dónde había salido semejante indumentaria; en el futuro, Roy Thomas aprovecharía ese vacío dejado por Simon para relacionar a Kirk con el culto de los Manhunters; de nuevo, lo veremos más adelante.


Manhunter II apareció en Adventure Comics hasta el número 92, publicado en junio de 1944, e incluso protagonizó algunas portadas. Su corta vida supuso el olvido casi instantáneo hasta que, en 1973, Archie Goodwyn decidió escribir un complemento para Detective Comics, serie que editaba por aquella época. Su protagonista se llamaría Manhunter y, tras varias reuniones con el dibujante, el prometedor Walter Simonson, optó por relacionarlo con el personaje original (de DC) y por que fuese el propio Paul Kirk. Así, en 1946, el cazador se había retirado como superhéroe y estaba de nuevo en África cuando un elefante lo aplastó. Sin embargo, el Consejo, una secta fundada por los diez hombres más inteligentes del mundo lo salvó y lo clonó para que dirigiese un ejército de soldados perfectos. Paul despertó en los setenta, aprendió ninjitsu con Asano Nitobe (el creador de esta disciplina que aunaba todo tipo de arte marcial) y estuvo a punto de convertirse en el líder del ejército de clones. Sin embargo, cuando recibió el encargo de matar a un hombre, se reveló, se alejó del Consejo y se dedicó a cazar a sus salvadores y a sus clones con un vistoso traje que combinaba el original con elementos de origen japonés.

Entre Detective Comics nº437 y 442, Goodwyn y Simonson realizaron un trabajo impecable que llevó a Manhunter y a su amiga Christine St. Clair de la INTERPOL por medio mundo. Los complementos eran densos, porque tanto guionista como dibujante tenían mucho por contar y ocho páginas mensuales se quedaban cortas. De este modo, en el número 443, Manhunter II y Batman protagonizaron una historia larga conjunta en la que terminó la saga de Paul Kirk con una épica escena en que detiene los planes del Consejo a costa de su vida. El serial de complemento recibió todos los premios posibles y se convirtió en uno de esos clásicos que no pasan de moda. En 1999, DC hizo una segunda recopilación titulada Manhunter: The Special Edition, en la que se incluyó una historia inédita sin diálogos, porque Goodwyn ya había muerto y Simonson trabajó sólo con las ideas que su amigo tenía para el argumento. La nueva historia entroncaba con los hechos de Detective Comics nº437 (la aclamada “The Himalayan Incident”) para dejar entrever que, probablemente, Kirk no estuviera muerto. De momento, no se tiene más noticias al respecto porque las apariciones de Manhunter II posteriores a Detective Comics se produjeron en All-Star Squadron, porque también él fue miembro del grupo de forma retroactiva.

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13.11.06

ERA DC (65): ACTION COMICS Nº252

“The Supergirl from Krypton!” (8 páginas).
Fecha de portada: Mayo de 1959.
Portada: Curt Swan (dibujo), Al Plastino (entintado).
Editor: Mort Weisinger.
Créditos: Otto Binder (guión), Al Plastino (dibujo y entintado).
Recopilado en: Superman Man of Tomorrow Archives Vol. 2 HC, Supergirl Archives Vol. 1 HC, Superman in the Fifties TP, Showcase Presents Superman Vol. 1 TP.
Edición española: Inédito.

Un buen día, Clark Kent estaba tranquilamente en su oficina cuando vio una nave estrellarse cerca de Metrópolis. Como Superman, fue a investigar y descubrió dentro una joven vestida como él que decía venir de Krypton, o más bien, de un fragmento que sobrevivió a la explosión. Por desgracia, la kryptonita del subsuelo empezó a matarlos hasta que Zor-El, el padre de la chica, forró el suelo de la ciudad con una alfombra de plomo. Con un par. Mientras el cacho Krypton iba a la deriva por el cosmos, una lluvia de meteoritos comenzó a perforar el revestimiento plúmbeo y el final de sus habitantes se auguraba inminente. Así pues, Zor-El y su esposa enviaron a su hija, ya mayorcita, a la Tierra, donde vivía un kryptoniano a quien no conocían. Superman y esta Supergirl descubrieron que eran primos y él adoptó a la chica bajo su tutela. Al principio, la dejó en un orfanato para no perjudicar su propia identidad secreta, y fue ella misma quien decidió llamarse Linda Lee. En aventuras posteriores, se iría a vivir a Smallville con los Kent. Tras esta tierna historia, se ocultaba el deseo de DC de utilizar los nombres de la Superfamilia que habían registrado pero que aún no habían aprovechado. Así, con Supergirl emplearon uno de ellos y convirtieron al personaje en complemento fijo de Action Comics aunque, como demostró la cancelación de seriales e incluso series regulares, nunca tuvo el tirón del que disfrutaba su primo.
(Nota: La primera historia de Action Comics nº 252, titulada "The Menace of Metallo" y realizada por Robert Bernstein y Al Plastino, supuso la aparición de John Corben, más conocido como Metallo.)

10.11.06

ERA DC (64): WONDER WOMAN V1 Nº105

“The Secret Origin of Wonder Woman” (13 páginas).
Fecha de portada: Abril de 1959.
Portada: Ross Andru (dibujo), Mike Esposito (entintado).
Editor: Robert Kanigher.
Créditos: Robert Kanigher (guión), Ross Andru (dibujo), Mike Esposito (entintado).
Recopilado en: No recopilado.
Edición española: Inédito.

Robert Kanigher, editor y guionista de Wonder Woman, había revisado el origen del personaje en el número 98 de su serie. La historia, titulada “The Million Dollar Penny”, relataba la llegada de la princesa al mundo del hombre en un contexto contemporáneo. Kanigher había actualizado a la heroína, la había desvinculado de la Segunda Guerra Mundial y había dado origen de ese modo a la encarnación de la edad de plata de Wonder Woman; todo ello, lo hizo aprovechando el cambio que supuso Ross Andru, el dibujante que sustituyó al legendario Harry G. Peter que se ocupaba de la serie desde 1941. “The Million Dollar Penny” no aclaraba cómo los dioses habían dado los poderes a Diana ni cómo había sido su infancia. Kanigher lo solventó en este número, que supuso la primera aparición de Wonder Girl, que no la de Donna Troy. Antes de huir hacia Isla Paraíso, cuatro dioses dieron a la hija de la reina amazona Hipólita poderes extraordinarios que utilizaría para construir el barco que las llevaría a su nuevo refugio. Ya que estaba, también construyó los edificios de la isla y salvó a sus hermanas de una ballena gigantesca. Este “origen secreto” fue revisado a posteriori para que Diana hubiera nacido, como en sus otras encarnaciones, cuando las amazonas ya vivían en la isla. Fue necesario el cambio más adelante porque, si Wonder Girl empezó siendo Wonder Woman de joven, acabó como una persona distinta gracias a Bob Haney y sus Teen Titans, y no podía así haber participado en el periplo de las amazonas hacia Isla Paraíso.

9.11.06

RESEÑA: FABLES Nº53

“The Four Plagues”
Guión de Bill Willingham.
Dibujo de Mark Buckingham.
Portada de James Jean.
DC Comics (Vertigo), 32 páginas, 2,99$.

Decir que el número 53 de Fables es el mejor de la serie sería mucho decir teniendo en cuenta el altísimo nivel que Bill Willingham, creador y escritor, ha mantenido a lo largo de los últimos cuatro años. Es precisamente debido al paso del tiempo que este cómic tiene más valor, porque demuestra que su autor aún tiene ideas para contar durante un buen rato. Los habitantes de Villa Fábula se han enfrentado a asesinatos, timos, rebeliones en la sucursal animal, elecciones, guerras, incursiones a otros mundos, visitas ingratas de fábulas de otras latitudes… Ahora ha llegado el momento de dar protagonismo al enemigo y a sus planes de invasión en una saga titulada “Sons of Empire” en la que las mentes pensantes de las Patrias planean como conquistar la Tierra.

La cuestión es que Willingham plantea esa conquista de una forma tan aterradora para toda la humanidad que es difícil no sentir escalofríos. A lo largo de varias páginas ilustradas por un Mark Buckingham que no hace sino mejorar, asistimos a cómo serán los pasos para conseguir el objetivo del Adversario y sus secuaces. Dichos pasos se traducen en cuatro plagas (pestilencia, fuego, invierno y hambruna) que comenzarán infiltrando en la comunidad de Villa Fábula a sus hechiceros y fieles seguidores. Por supuesto, como en toda reunión de líderes, los hay de diferentes palos y sus actitudes ante una invasión a gran escala cambian según les interesa. Es precisamente esa riqueza en la caracterización otro de los puntos fuertes de este número y de esta saga, en que la acción de tramas anteriores ha dado paso al sosiego en el que se urde lo que pasará en el futuro de forma tan dinámica y brillante que nadie podría aburrirse leyéndola.

Que los malos de este largo cuento que es Fables den comienzo a sus planes nos lleva a pensar que Willingham nos va a plantear otra de sus tramas largas mientras va presentando otros elementos. El elenco de personajes de la serie se nutre, como sabemos, de cuentos y leyendas populares, con lo cual el guionista dispone de un amplio abanico de mitos a los que aún no ha tratado. Uno de los más prometedores es cierto señor de aspecto siniestro que forma parte de uno de los cuentos más crueles y conocidos, y que con este número debuta en el universo de Fables. Su aparición y el comienzo de un largo plan para exterminar la humanidad no hacen sino presagiar lo mucho que a Willingham le queda por decir tras tanto tiempo en una colección que, cada vez más, es lectura obligatoria.
FABLES AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) BILL WILLINGHAM.

8.11.06

LOS DOCTORES MEDIANOCHE

En 1941, debutó en las páginas de All-American Comics un nuevo superhéroe que recordaba en algunos aspectos a otros que acababan de crearse. En otros, resultaba ciertamente original por tratarse de un hombre ciego a la luz pero que podía ver en la oscuridad. Considerado por muchos como el precursor del popular Daredevil de Marvel, el Doctor Medianoche fue el primero de una saga de héroes que llevaron ese nombre y de los que hablamos a continuación.

El Doctor McNider

Como decíamos arriba, la primera aparición del Doctor Medianoche I se produjo en All-American Comics nº25, publicado por la All-American en abril de 1941. Ya hemos visto en diferentes entregas de Era DC que aquel año y el anterior fueron especialmente prolíficos en lo que respecta a la creación de nuevos héroes enmascarados. El enésimo de ellos fue creado por Charles Reizenstein y el dibujante Stan Aschmeier para las páginas de esta revista protagonizada por Green Lantern. Medianoche tuvo un serial fijo en ella el número 102 (1948), aunque nunca protagonizó ni una sola de las portadas.

En aquella primera aparición, el Doctor McNider (sin nombre de pila, aunque en entregas posteriores se supo que se llamaba Charles) asistía al testigo de un crimen cometido por el mafioso Maroni El Asesino. Para evitar que hablara, uno de sus secuaces tiró una granada dentro de la casa que mató a todos los presentes excepto al doctor, que se quedó ciego. A pesar de ello, McNider quiso seguir luchando contra el crimen de forma peculiar: escribiendo novela negra. Como no podía escribir, las dictaba a Myra Mason, su fiel enfermera, y tuvo mucho éxito. Sin embargo, quería hacer más. Una noche, estaba sentado en su salón cuando un búho irrumpió por la ventana; del susto, McNider se quitó la venda con que se cubría los ojos y descubrió que podía ver en la oscuridad pero no a la luz, fuera natural o artificial. Con su talento científico, inventó un visor con el que podría ver en la luz y unas bombas de humo que le serían de lo más útiles como Doctor Medianoche, el nuevo héroe de Nueva York (como se sabría más adelante, ya que el nombre de la ciudad no se mencionaba). Su compañero era Hooty, el búho que se coló en su casa. No hace falta decir que detuvo a Maroni y sus secuaces y se los llevó a la cárcel entonando una jovial cancioncilla: «Oh off to jail we go boys, it’s off to jail we go…» No es broma.

Unos meses más tarde, el personaje pasó a formar parte de la SJA (Sociedad de la Justicia de América) como sustituto de Green Lantern. Así, a partir de All-Star Comics nº8, también apareció en ese título hasta el número 53. Como tantos otros héroes de la edad de oro, el Doctor Medianoche I desapareció de los quioscos hasta que Gardner Fox los recuperó a principios de los sesenta en The Flash y Justice League of America. A modo retroactivo, se explicaría más adelante que trabajó como asistente para el ejército de Estados Unidos y que sirvió como miembro del All-Star Squadron durante la Segunda Guerra Mundial. También se supo el origen de su prolongada juventud tras entrar en contacto con la magia de Ian Karkull.

Una de las revisiones retroactivas más importantes que se hicieron a este personaje sucedió en Starman (v2) nº77, de James Robinson y Peter Snejberg. A lo largo de la serie, se había hablado de una Starman que ejerció como tal en Opal City durante 1951 y que desapareció poco después. Se trataba de la época en que Ted Knight, el Starman original, había estado deprimido por haber participado en la creación de la bomba atómica. Así pues, en aquel número se supo que el misterioso Starman de 1951 era Charles McNider, que se había mudado a Opal para echar una mano a Ted y proteger la ciudad. Utilizando los diseños de su amigo y el talento de Robotman y Torpedo Rojo, construyó una nave con forma de estrella y un traje que le permitía volar durante breves períodos de tiempo. La llegada del David Knight del futuro hizo innecesaria su presencia en la ciudad, así que volvió a retirarse como superhéroe. Charles McNider murió en Hora Cero a manos de Extant.

Se ha hablado mucho sobre la presunta homosexualidad de Charles McNider (tema que cada vez importa menos), ya que nunca se le conoció un interés romántico definido en toda su existencia. En 1989, Roy Thomas y Mike Clark realizaron una revisión fiel de su origen en Secret Origins (v2) nº20; en ella, McNider pensaba de su enfermera: «Pobre Myra. Tenía más que fe; estaba enamorada de mí. Era un amor condenado desde el principio… pero nunca me atreví a decírselo. Supongo que debería haberlo hecho, incluso antes del accidente.»

La Doctora Beth Chapel

(Antes de continuar, una pequeña nota. En este artículo, se habla de “Doctor Medianoche I, II y III”, aunque en inglés la numeración no sería la misma. Existen Doctor Mid-Nite I (McNider) y II (Cross), y una Doctor Midnight, que sería la señorita a la que nos referimos a continuación.)

Beth Chapel apareció al mismo tiempo que Rex Tyler, el segundo Hourman, en las páginas de Infinity Inc. coincidiendo con los cruces de la colección con Crisis en las tierras infinitas. Aunque debutó en el número 19, fue en el 21 cuando sufrió el accidente que, un mes más tarde, la convertiría en la segunda Doctora Medianoche. La muchacha, una excelente cirujana que trabajaba como interna con Charles McNider en un hospital de Los Ángeles, vio su carrera truncada por un heroico accidente. Cuando los efectos de la ola de antimateria destruyeron el hospital, una explosión de tanques de oxígeno la cegó mientras salvaba a una paciente. McNider le hizo un implante ocular de sí mismo que le permitía ver en la oscuridad. Mientras se enfrentaba a Rick contra las sombras del Antimonitor, lo descubrió y asumió la identidad de Doctora Medianoche en honor a su mentor. Se unió a Infinity Inc., grupo con que actuó hasta su muerte a manos de Eclipso en Eclipso nº13.

El Doctor Pieter Cross

McNider fue también la inspiración del tercer Doctor Medianoche, que debutó en una miniserie homónima realizada en 1999 por Matt Wagner y John K. Snieder III. El noruego Pieter Cross era el hijo de un famoso cirujano amigo de Alfred Nobel que llegó al mundo gracias a McNider, que asistió el parto de su madre tras salvarla de unos atracadores. Él mismo tuvo la oportunidad de asistir un alumbramiento en circunstancias extremas en JSA All-Stars nº6 (de David S. Goyer, Geoff Johns y Steve Sadowski).

Tras perder la plaza de interno debido a un conflicto con la compañía de seguros, Cross abrió un hospital gratuito en Portsmoth City. Allí, descubrió que una empresa local había inventado una droga nueva basada en los esteroides que se llamaba A39. Los implicados en el delito quisieron quitarlo de en medio, lo drogaron y provocaron un accidente de tráfico que lo dejó ciego. Como sus predecesores, Cross sólo era ciego a la luz del sol, pero su visión era más similar a la de Daredevil, pues era ultrasónica en la oscuridad y le permite seguir ejerciendo como médico metahumano. De hecho, sus conocimientos como cirujano lo han convertido en un miembro muy valioso de la actual SJA y de la comunidad superheroica en general, como se pudo comprobar en Crisis de identidad. También mantuvo un breve romance con Canario Negro antes del regreso de entre los muertos de Green Arrow.

Pieter, que como el primer Doctor Medianoche tiene un búho como fiel compañero, ha aparecido en JSA durante los hechos de “Un año después”, pero de momento no ha vuelto a dejarse ver por el Universo DC.
DOCTOR MID-NITE, DOCTOR MIDNIGHT, AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.

7.11.06

RESEÑA: PRIDE OF BAGHDAD

Pride of Baghdad OGN
Guión de Brian K. Vaughan.
Dibujo de Niko Henrichton.
DC Comics (Vertigo), 116 páginas.

Durante los últimos años, hemos asistido a la evolución de Brian K. Vaughan, el guionista que nos ha dado pequeñas joyas como Y El último hombre, Runaways o ExMachina. A lo largo de estas series, nos ha demostrado de sobra su habilidad para construir personajes creíbles a través de diálogos frescos y naturales y una correcta dosificación de sus orígenes y sus motivaciones. Sus tramas han seguido un ritmo casi televisivo y se organizan alrededor de un ritmo pausado pero seguro y un buen uso de los finales de suspense. Ahora, Vaughan se ha unido al dibujante Niko Henrichton, cuyo estilo va del dibujo animado al más absoluto realismo en términos de ambientación y decorados, para crear una nueva maravilla, Pride of Baghdad (La manada de Bagdad).

La historia está basada en un hecho real y habla de cuatro leones que escaparon de la capital de Iraq durante el bombardeo estadounidense en primavera de 2003. La manada está formada por Zill, el macho dominante; Noor, su pareja y una líder rebelde que organizaba la fuga desde antes del bombardeo; Safa, una leona vieja y acomodada a la vida fácil en cautividad; y el pequeño Ali, hijo de Noor y un crío deseoso por ver lo que hay más allá de su cárcel dorada. Juntos, intentarán sobrevivir en una ciudad casi destruida por las bombas, adaptarse a un entorno hostil y encontrar el camino hacia la libertad que sólo hallarán de una forma posible. Vaughan humaniza a los animales para hacerlos hablar, pensar y reaccionar como si fueran hombres, pero sin perder de vista la inocencia y la ignorancia propias de leones que han pasado tanto tiempo en cautividad que no sabrán como reaccionar a un entorno libre pero sin el alimento servido puntualmente por sus cuidadores.

El antropomorfismo y el diseño de personajes de Henrichton recuerdan de inmediato a los protagonistas de El Rey León, algo que de buen seguro en ocasiones hace a propósito; véase como prueba el flashback sobre el pasado de Safa, cuyo enemigo está más que inspirado en el popular Scar de dicha película de Disney. A partir de ahí, nada de La manada de Bagdad tiene que ver con el filme que sirve como uno de los referentes inmediatos para el lector. Y es que esta novela gráfica narra una aventura con la simplicidad efectiva de un comienzo, desarrollo y desenlace, pero al mismo tiempo tiene tantos niveles de lectura como quiera ver el lector. Los personajes, que de inmediato se convierten en entrañables y queridos por sus defectos y sus virtudes, representan actitudes personales y sociales ante la ecología, la vida y las situaciones que les ofrece. El entorno en que se mueven está basado en una repulsa sin tapujos a un conflicto bélico en concreto, aunque bien podría haber sido cualquier otro de los que ha vivido la humanidad.

Esa efectividad en la estructura de la historia y el carisma de los personajes no podrían haber sido posibles sin un dibujante capaz de reflejarla a la perfección. Henrichton, con sus viñetas grandes y sus impresionantes páginas dobles, combina escenas de acción con sus explosiones y su crudeza con momentos muy pausados que sirven de reflexión para personajes y lector al mismo tiempo. Es en esos instantes en los que hace gala de una capacidad expresiva que no hace sino contribuir al resultado final de un producto cuyos personajes llegan al lector al principio y lo cautivan durante toda la novela.

Es esta combinación de historia sencilla pero eficaz, personajes creíbles y entrañables, diálogos naturales y fluidos y su fondo de denuncia social, ecologista antibelicista lo que hace de La manada de Bagdad uno de los mejores cómics que han salido de la industria estadounidense durante los últimos años. Es muy pronto para decir si esta es la obra maestra de Brian K. Vaughan, a quien le deseamos una larga carrera, pero no se puede negar que es su mejor trabajo hasta la fecha y una obra que, muy posiblemente, pasará a formar parte de la historia del mundo del cómic.
PRIDE OF BAGHDAD AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) BRIAN K. VAUGHAN AND NIKO HENRICHON

6.11.06

ERA DC (63): THE FLASH V1 Nº105

“The Master of Mirrors” (13 páginas).
Fecha de portada: Marzo de 1959.
Portada: Carmine Infantino (dibujo), Joe Giella (entintado).
Editor: Julius Schwartz.
Créditos: John Broome (guión), Carmine Infantino (dibujo), Joe Giella (entintado).
Recopilado en: Flash Archives Vol. 1 HC.
Edición española: Inédito.

En marzo de 1959, llegó el momento que Julius Schwartz tenía en mente cuando quiso renovar al Velocista Escarlata tres años antes. Tras otras tres apariciones en Showcase, Barry Allen obtenía su propia serie, algo que no sucedía con un superhéroe desde el estreno de la serie regular Superboy. Sin embargo, la editorial no lanzó la serie desde el primer número (cosa impensable hoy en día), sino que retomó la numeración de Flash Comics, la revista donde se publicaban las aventuras de Jay Garrick, Canario Negro o Hawkman. John Broome, que se había alternado con Robert Kanigher en los Showcase dedicados a Flash, se hizo cargo de la colección junto con Carmine Infantino, el dibujante por excelencia de Barry Allen. En la segunda historia de aquel número, el héroe se enfrentaba a Sam Scudder, el Amo de los Espejos original (llamado Master of Mirrors en lugar de Mirror Master, como sería conocido más adelante). La historia incluía robos de bancos y una inevitable visita a un palacio de espejos.

3.11.06

ERA DC (62): SHOWCASE Nº17

“Secret of the Eternal City” (13 páginas).
Fecha de portada: Diciembre de 1958.
Portada: Gil Kane (dibujo y entintado).
Editor: Julius Schwartz.
Créditos: Gardner Fox (guión), Mike Sekowsky (dibujo), Frank Giacoia (entintado).
Recopilado en: Adam Strange Archives Vol. 1 HC.
Edición española: Inédito.

Como hemos ido viendo en esta sección, la revista Showcase sirvió como promoción para personajes conocidos como secundarios de otros títulos, como Lois Lane, o para presentar a recién llegados a quienes se les pretendía dar serie propia, como Flash o los Investigadores de lo Desconocido. En este número 17 de Showcase, Julius Schwartz confió a Gardner Fox y Mike Sekowsky (el futuro equipo creativo de Justice League of America) la creación de Adam Strange bajo el título genérico de "Aventuras de Otros Mundos". Se trataba de un personaje típico de ciencia-ficción que no tardaría mucho en incorporarse a ambientes más superheroicos. Strange era un arqueólogo que excavaba en Sudamérica y fue descubierto por la tribu propietaria de la reliquia que pretendía llevarse. Lo salvó un rayo, el Rayo Zeta, que lo transportó al planeta Rann, donde conoció a Sardath, el científico local más brillante, y a su hija Alanna, de quien se enamoraría. Armado con su mochila cohete y sus diversas armas, Adam se convirtió en el defensor de Rann, aunque el efecto del Rayo Zeta no fuese permanente. Sin embargo, Sardath le enviaba más rayos al hemisferio sur que él cogía al vuelo para visitar a su amada.

2.11.06

"EL AMO DE LOS ROBOTS"

“El Amo de los Robots” es una divertida historia de nueve páginas que se publicó en abril de 1962 en Superman nº152. Bajo la controvertida batuta del editor Mort Weisinger, Jerry Siegel y el sublime Curt Swan organizaron una de aquellas historias de equívocos que poblaban los cómics del Hombre de Acero en la edad de plata y que giraban en torno a la identidad secreta del protagonista. Todo comenzaba en el Daily Planet el día en que Jimmy Olsen, Lois Lane y Perry White volvían de un congreso fuera de Metrópolis y actuaban de forma algo extraña. Clark tropezó con una mesa y fingió que le había dolido el golpe, pero sus amigos ni se inmutaron porque, según afirmaban, sabían que era Superman e iban a publicarlo en el periódico. Todos sabemos que la sagaz Lois pre Crisis no fue capaz de descubrir nunca la identidad secreta de su amado héroe, así que las alarmas saltaban enseguida. ¡Gran Scott! ¿Qué estaba pasando?

En realidad, los tres periodistas eran robots enviados por el Amo de los Ídem, y a ellos había que añadir un cuarto que imitaba a Clark Kent. De repente, se quedaron sin batería y Superman se los llevó a la Fortaleza de la Soledad. Sin embargo, no fue solo. Los robots también sabían que Linda Lee era Supergirl, así que Clark llamó a su prima para investigar juntos la situación. Tras un duro día de trabajo, los seres mecánicos se activaron otra vez y empezaron a recorrer la Fortaleza y visitaron las salas que Superman había dedicado a las personas que imitaban. Conscientes de lo mucho que los admiraba, los impostores empezaron a pelearse hasta que sólo el que reproducía a Clark Kent quedaba con “vida”. Como se desactivó otra vez, los dos primitos se fueron a dormir (a habitaciones diferentes, ojo).

Poco sospechaban el Hombre de Acero y la Doncella del Poder que el Clark androide se despertaría por la noche y extraería de su cuerpo (vista al frente y mente limpia, niños) un artefacto que contenía pequeños objetos. Cuando Superman y Supergirl descubrieron al robot, apareció por allí la Legión de Superhéroes, que se ocultaba tras el Amo de los Robots. Aquel día era el aniversario de la llegada de Kara a la Tierra, y para celebrarlo los legionarios les llevaron pequeños bustos de sí mismos como regalo y homenaje a sus dos miembros más valiosos. Se trataba de una de las primeras apariciones de la Legión en la época en que se paseaban con sonrisa perenne por las aventuras de Superboy, Supergirl y Superman. Al final, todo aclarado, todos tan amigos y tan felices como siempre tras una aventura entrañable de la edad de plata de DC.


SUPERMAN AND ALL RELATED INDICIA ARE (C) DC COMICS.